Colapsó Internet y WhatsApp, pero ¡el grupo de mamis ni se enteró!
Por:
María Fernanda Alonso
Jueves 21 de
Septiembre 2017
No se podían mandar mails ni entrar a Facebook, nada. Pero nosotras, únicas sobrevivientes de la falla mundial, seguíamos chateando.
Mails, no. Facebook, más o menos, ¿publicar una nota? Imposible. Una vuelta al perro, gira… gira. Nada. Limbo. Dedos tecleadores inquietos, ansiosos. F5, suspiro; F5, fastidio; F5, maldito F5. Este fue el dilema de esta mamá periodista. Mientras esta mañana sufríamos el patatús del mundo mundial de la Interné, para muchas no pasaba nada: el ejército de mamis whatsapperas ni se enteró de que se cayó la Web. Resistimos estoicas como si tuviéramos un pacto con el diablo con sede en Las Toninas, donde está el caño de Internet que conecta al país. Ojo, esta vez no es una falla en la Argentina. ¡Le ganamos a un problema mundial!
La pestaña de WhatsApp en rojo warning; y de pronto, un mensaje: "¡Buenos días! ¿Mañana la reunión de padres es sólo con las maestras?". Podría ser un caso aislado. Una excepción que confirma la regla: no anda Internet. Pero no, ahí estamos unidas y organizadas. Asumo que somos imbatibles para convalidar el autoganado título de plaga.
Después de la primera lanza, segundos de silencio. Y de repente un tiroteo de trolls con cartera y tacos con preguntas que ya tienen respuestas. ¿Y si nos acostumbráramos a leer el cuadernito de nuestros hijos? Pero ¡¿para qué?! Golpeamos la puerta virtual todas las mañanas, todas la tardes. Muchos dicen que somos odiosas, pero resistimos. Sí, somos pesadas, retóricas, pero también necesarias.
Con ese dedo todopoderoso, las mamis del WhatsApp tenemos vida propia, nos separamos de los "desposeídos" de Internet, que perdieron la conexión. Nos jactamos de tener la medalla al GMP (el Grupo Más Pesado). Ahora nosotras fuimos por todo: desentendidas del colapso mundial, ganamos la madre de todas las batallas.
La pestaña de WhatsApp en rojo warning; y de pronto, un mensaje: "¡Buenos días! ¿Mañana la reunión de padres es sólo con las maestras?". Podría ser un caso aislado. Una excepción que confirma la regla: no anda Internet. Pero no, ahí estamos unidas y organizadas. Asumo que somos imbatibles para convalidar el autoganado título de plaga.
Después de la primera lanza, segundos de silencio. Y de repente un tiroteo de trolls con cartera y tacos con preguntas que ya tienen respuestas. ¿Y si nos acostumbráramos a leer el cuadernito de nuestros hijos? Pero ¡¿para qué?! Golpeamos la puerta virtual todas las mañanas, todas la tardes. Muchos dicen que somos odiosas, pero resistimos. Sí, somos pesadas, retóricas, pero también necesarias.
Con ese dedo todopoderoso, las mamis del WhatsApp tenemos vida propia, nos separamos de los "desposeídos" de Internet, que perdieron la conexión. Nos jactamos de tener la medalla al GMP (el Grupo Más Pesado). Ahora nosotras fuimos por todo: desentendidas del colapso mundial, ganamos la madre de todas las batallas.
Con información de
tn