Prevención del delito. Segunda parte
Ningún país luchara contra el delito, sea organizado o no, si no entiende cuál es su valor.
Normalmente un país desea que prospere la población, creciendo y evolucionando. Las peleas históricas y tradicionalistas en el plano económico son: país agroexportador o industrialista.
Pero esas viejas consignas de política económicas están cada vez mas lejos de la realidad de la gente y de los gobiernos.
Porque ningún gobierno puede progresar si no hay seguridad en el territorio y en la población. Lo primero que hace alguien que tiene ganas de invertir unos pesos en algún negocio es desarrollar un estudio de mercado donde se incluya como variante la seguridad del negocio o fabrica. Ya que nadie va a invertir si no puede al menos mantener la inversión exenta del riesgo seguridad.
Como dice el criminólogo Jesus Cureces Rios: “Una sociedad con crimen, es una sociedad poco productiva; sus habitantes viven en constante temor de ser agredidos, de ser asaltados. Y si vivimos con miedo y con angustia, nuestra productividad decae, ya que tenemos temor de salir tarde del trabajo, de andar solos, de portar dinero, además de que nuestras unidades de atención están en protegernos y no en producir. Así mismo, la inseguridad ahuyenta a los inversionistas, ya que son asaltados continuamente, secuestrados y en algunas ocasiones hasta asesinados” (Fuente: Periódico Frontera).-
Asimismo no es difícil comprender que ante mayor auge del delito se exige al Estado mayor erogación y en consecuencia mayor intervención del sector privado en colaboración para disminuir el impacto negativo del delito en la población.
Cuánto le sale una muerte en prisión al Estado
Le sale mucho dinero porque debe pagar por la eventualidad de la persona detenida que al truncársele la vida existe un daño emergente, los familiares reclaman con razón daño moral porque los padres reclaman por sus hijos, el sufrimiento que conlleva haberlos perdidos en prisión
Recuerdo que hace varios años estuve a cargo del Servicio penitenciario de Santa Fe, y le reclamaba al Ministro de Economía que hiciera una cárcel para mujeres nueva en Rosario, -que dicho sea de paso aun no se hizo a pesar de que pasaron 19 años-.porque las mujeres cumplían su pena en un segundo piso de comisaría donde había que acceder por escalera y muchas personas no podían hacerlo por su edad. Además del hacinamiento que existía no permitía realizar más tareas que las de trabajo y educación.
Pero como contrasentido a esto cuando ocurría un hecho ilícito en la cárcel y había que indemnizar al detenido o a un tercero las cifras de indemnización eran siderales, una suma de el doble del valor de lo que solicitábamos para hacer la cárcel de mujeres. En conclusión faltaba previsión por parte del economista de hacer gastos como corresponden donde son realmente prioridad.
La victima y el costo económico
También hay que contar que la victima esta desprotegida y conlleva un costo económico de reparación del perjuicio por el delito sufrido. Pero lo que es peor es el deterioro del tejido social que se produce en el avance del delito en la sociedad es muy difícil después volver atrás al que se habitúa al delito a menos que exista un programa verdaderamente practico y comprensivo de la situación social y económica del infractor penal.
Como sostiene el mencionado criminólogo Jesus Cureces Rios
Aunado a la influencia negativa en la productividad, el delito ocasiona grandes erogaciones al Estado, por lo que debe prevenirse y cuando se realice, atender en forma adecuada al delincuente, a la víctima y al núcleo social dañado, a fin de evitar el reciclaje criminal en los centros de reclusión”.
La reincidencia y el costo económico para el Estado
Creo que lo mas costoso es la reincidencia porque el estado gastas varias veces en la misma personas, fundamentalmente cuando la reinserción social no es posible de realizar por parte del estado porque las cárceles son muy viejas, existe hacinamiento por falta de construcción de nuevas unidades, el personal no esta debidamente capacitado, o le falta experiencia, y lo que no puede soslayarse que si no hay laborterapia todos los días de semana será imposible que un detenido salga mejor de lo que entro, porque no lograra nunca el habito al trabajo y seguirá por lo tanto cometiendo delitos.
El gasto por ello es enorme, una pena de prisión perpetua le sale al estado cerca de un millón de dólares, porque se computan aproximadamente treinta años de prisión por el costo en dólares de cada detenido que no baja de 2.500 dólares por persona por mes de estadía, comida alojamiento, y esa cifra da cerca de 900.000 dólares . Pero a esto hay que sumarle la atención médica externa, los traslados hasta distintos centros asistenciales, guardias en salidas transitorias, etc.
Así, sostiene el criminólogo Jesus Cureces Rios: “La reincidencia causa gastos al erario público, que rescatándose, pueden ser aplicados a otros rubros de la administración como la educación, la infraestructura y mejoramiento de las condiciones sociales en general”.
Estudios sobre el costo del delito
Respecto del costo del delito, existe un estudio que el Dr. Alfonso Quiroz Cuarón – unos de los mejores criminólogos de habla hispana- realizó en el año de 1965. Sólo por delitos violentos, el Estado gastó 37 mil millones de pesos, lo que significaba más de la mitad del presupuesto de egresos de la nación de aquella época.
También se menciona el Dr. Rafael Ruiz Harrell, realizò en 1974 un estudio sobre el homicidio, donde incluyó el costo que representa al Estado el proceso penal y la etapa de compurgación de la sentencia en reclusorios, mencionando que cada homicidio le costó a nuestro erario $8 millones 300 mil viejos pesos.
En Mexico dice Cureces Rios que:”Sin embargo, en éste estudio, lo que no se tomó en cuenta y pienso que significa un gasto social muy alto, es el dinero que el responsable del delito dejó de ganar en un trabajo lícito durante el tiempo de reclusión. Aunado a ésto, el dinero que dejó de percibir la víctima durante sus años productivos, el cual es altísimo, tomando en cuenta el promedio de vida del mexicano que oscila alrededor de los 65 años y también que las víctimas de homicidios son, en su mayoría, jóvenes de entre 20 y 30 años, además de los gastos propios del funeral, panteón, tramites etcétera”.
Como se sabe cuando se comete un delito comienza a funcionar las investigaciones policiales, judiciales, ministerio público, etc. Toda una maquinaria que pretende la investigación sea lo mas justa posible. Allí también se produce un gasto enorme en relación a los largos procesos porque pasan años y no se resuelven las situaciones
Por ello bregamos por una justicia rápida o expeditiva, y de buena fe, no puede ser que para reclamar un daños y perjuicio contra el estado haya que hacer un juicio de reclamo previo a la administración de justicia, un juicio de pobreza y luego un juicio de daños y perjuicio. O sea que una victima debe hacer tras juicios además de haber sido damnificada por el delito.
Cuál seria la clave para que el estado tenga un costo menor al delito posible
Yo pienso que la clave tiene dos ejes, uno es la buena practica educativa y capacitación laboral de la población, la prevención de las adicciones y el narcotráfico, y el otro es tener programas verdaderamente cumplibles de libertad asistida, o condicional, capacitación laboral con salida laboral asegurada; y el segundo es destinar recursos para la construcción de nuevas unidades penales que reflejen el cumplimiento de la pena en condiciones mínimamente dignas y laboral y educativamente aptas para promover una menor persona que la que sale de las cárceles.
Cuántas cárceles hacen falta hoy para cumplir con la cantidad de detenidos en comisarías
Considero personalmente que para cubrir hoy el problema carcelario de alojamiento de detenidos se necesitan en la provincia de Santa Fe, seis unidades penales mas de 700 personas cada una: dos en Rosario, una en Santa Fe, una en la zona norte y una para alojar presos federales que ocupan plazas provinciales y otra en el sur de la provincia.
A partir de alli se puede dar un tratamiento penitenciario mas adecuado a lo que exigen las leyes hoy día, la 24.660, y los Códigos Procesales penales, que requieren que se de un tratamiento adecuado para que el ciudadano que ingresa a un establecimiento penitenciario salga mejor.
Esto es mas barato porque a largo plazo resulta más costoso el reciclaje criminal, ya que los sujetos sin tratamiento reinciden en forma continua, echando a andar toda la maquinaria de Seguridad Pública. Y lo más delicado no es el costo económico que ésto significa, sino el costo social por el daño continuo a otros individuos. (Opinión compartida con Cureces Rios).-