Ciencia
Un «gran hermano» para los embriones
Viernes 17 de
Mayo 2013
Expertos en fertilidad han ideado una nueva técnica de fecundación in vitro que permite ver miles de instantáneas de un embrión durante su proceso desarrollo y ofrece información acerca de aquellos que tienen una mayor probabilidad de, una vez implantados, generar un bebé sano.
Los investigadores, cuyo trabajo se publica en Reproductive BioMedicine Online, ya están utilizando la técnica para seleccionar embriones de «bajo riesgo», que son los menos propensos presentar anomalías cromosómicas que podrían obstaculizar su desarrollo. Los resultados de su trabajo muestran que las posibilidades de generar con éxito un bebé sano de un proceso de fertilización in vitro (FIV) se incrementaron en un 56% gracias al uso de la nueva técnica en comparación con el método estándar de selección de embriones.
«En los 35 años que he estado en este campo, ésta es probablemente la novedad más interesante y significativa de relevancia para todos los pacientes que son tratados mediante FIV» señala Simon Fishel, director de la Clínica de Fertilidad CARE, donde se desarrolla la técnica.
Algunos especialistas que no han participado en el proyecto han dado la bienvenida a este avance, aunque advierten que hace falta llevar a cabo ensayos controlados aleatorios completos antes de que sea adoptado como una práctica general y señalan que un estudio de 69 parejas es demasiado pequeño para ser definitivo. «El trabajo es interesante porque realmente necesitamos avanzar en la selección de los mejores embriones», dijo a Reuters Allan Pacey, de la Universidad de Sheffield y presidente de la Sociedad Británica de Fertilidad. En su opinión, «la idea de la supervisión del desarrollo del embrión de una forma más cercana y precisa se está utilizando cada vez más en las clínicas de todo el mundo».
Imágenes cada 10 minutos
Se calcula que actualmente entre un 1 y 2% de los bebés en el mundo occidental se conciben por fecundación in vitro. Los métodos clásicos de selección de embriones se basan, en gran medida, en su observación a través del microscopio; sin embargo, en muchas ocasiones, más de las deseadas, los embriones elegidos no terminan por crear un bebé.
La técnica que han empleado se basa en el control mediante imágenes, cada 10-20 minutos, el desarrollo del embrión. Así, explican, hemos encontrado que el retraso en el desarrollo del embrión en las etapas cruciales es un buen indicador de posibles anomalías cromosómicas que podrían causar un embarazo fallido.
La monitorización continua del embrión a través de imágenes de lapso-tiempo tiene como objetivo seleccionar aquellos que tienen el menor riesgo de aneuploidía -anomalías cromosómicas-, la principal causa de fracaso de la FIV.
Los investigadores clasificaron a los embriones como de bajo, medio o alto riesgo de tener anomalías cromosómicas en función de su desarrollo en ciertos momentos clave. En total nacieron 11 niños del grupo de bajo riesgo (61% de éxito), 5 el de riesgo medio (19%) y ninguno de los que se consideraron de alto riesgo. «Esta tecnología nos puede decir cuál es el embrión más viable; es casi como tener el embrión en el útero con una cámara».
Sin daños
«En los laboratorios de FIV que utilizan la técnica convencional, el desarrollo del embrión se comprueba hasta un máximo de seis veces durante un periodo de 5 días», señala Alison Campbell, investigador principal del trabajo. Además, los embriones se retiran de la incubadora una vez al día para analizarlos en el microscopio, por lo que al abandonar brevemente su entorno puede causar daños.
«Con nuestro sistema tenemos la capacidad de ver más de 5.000 imágenes en el mismo período de tiempo para observar y medir más de cerca cada etapa de la división y el crecimiento del embrión». Gracias a esta información, el equipo desarrolló lo que se denominan algoritmos morfoquinéticos para predecir el éxito. Y, aplicando estos algoritmos a la selección de embriones, han logrado predecir qué embrión generaría un bebé sano con una tasa de éxito del 78% -3 veces superior a la que se obtiene con las técnicas tradicionales-.
Además, según señala Fishel, el coste de esta tratamiento es menor, 750 libras (unos 888 euros) para cada sesión de FIV, en comparación con los miles de libras actuales.
«En los 35 años que he estado en este campo, ésta es probablemente la novedad más interesante y significativa de relevancia para todos los pacientes que son tratados mediante FIV» señala Simon Fishel, director de la Clínica de Fertilidad CARE, donde se desarrolla la técnica.
Algunos especialistas que no han participado en el proyecto han dado la bienvenida a este avance, aunque advierten que hace falta llevar a cabo ensayos controlados aleatorios completos antes de que sea adoptado como una práctica general y señalan que un estudio de 69 parejas es demasiado pequeño para ser definitivo. «El trabajo es interesante porque realmente necesitamos avanzar en la selección de los mejores embriones», dijo a Reuters Allan Pacey, de la Universidad de Sheffield y presidente de la Sociedad Británica de Fertilidad. En su opinión, «la idea de la supervisión del desarrollo del embrión de una forma más cercana y precisa se está utilizando cada vez más en las clínicas de todo el mundo».
Imágenes cada 10 minutos
Se calcula que actualmente entre un 1 y 2% de los bebés en el mundo occidental se conciben por fecundación in vitro. Los métodos clásicos de selección de embriones se basan, en gran medida, en su observación a través del microscopio; sin embargo, en muchas ocasiones, más de las deseadas, los embriones elegidos no terminan por crear un bebé.
La técnica que han empleado se basa en el control mediante imágenes, cada 10-20 minutos, el desarrollo del embrión. Así, explican, hemos encontrado que el retraso en el desarrollo del embrión en las etapas cruciales es un buen indicador de posibles anomalías cromosómicas que podrían causar un embarazo fallido.
La monitorización continua del embrión a través de imágenes de lapso-tiempo tiene como objetivo seleccionar aquellos que tienen el menor riesgo de aneuploidía -anomalías cromosómicas-, la principal causa de fracaso de la FIV.
Los investigadores clasificaron a los embriones como de bajo, medio o alto riesgo de tener anomalías cromosómicas en función de su desarrollo en ciertos momentos clave. En total nacieron 11 niños del grupo de bajo riesgo (61% de éxito), 5 el de riesgo medio (19%) y ninguno de los que se consideraron de alto riesgo. «Esta tecnología nos puede decir cuál es el embrión más viable; es casi como tener el embrión en el útero con una cámara».
Sin daños
«En los laboratorios de FIV que utilizan la técnica convencional, el desarrollo del embrión se comprueba hasta un máximo de seis veces durante un periodo de 5 días», señala Alison Campbell, investigador principal del trabajo. Además, los embriones se retiran de la incubadora una vez al día para analizarlos en el microscopio, por lo que al abandonar brevemente su entorno puede causar daños.
«Con nuestro sistema tenemos la capacidad de ver más de 5.000 imágenes en el mismo período de tiempo para observar y medir más de cerca cada etapa de la división y el crecimiento del embrión». Gracias a esta información, el equipo desarrolló lo que se denominan algoritmos morfoquinéticos para predecir el éxito. Y, aplicando estos algoritmos a la selección de embriones, han logrado predecir qué embrión generaría un bebé sano con una tasa de éxito del 78% -3 veces superior a la que se obtiene con las técnicas tradicionales-.
Además, según señala Fishel, el coste de esta tratamiento es menor, 750 libras (unos 888 euros) para cada sesión de FIV, en comparación con los miles de libras actuales.