Encuentran otros dos planetas que son similares a la Tierra
Jueves 21 de
Julio 2016
Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EEUU) y de la Universidad de Lieja (Bélgica), entre otros, descubrieron en mayo tres planetas que son muy parecidos a la Tierra, de la que están a 40 años luz y tienen el tamaño y la temperatura idóneos para albergar vida.
Ahora se sabe que dos de ellos son de naturaleza rocosa y que, además, sus atmósferas no son grandes y difusas sino compactas y similares a la de la Tierra. Estos hallazgos, que publica la revista Nature, multiplican las posibilidades de que puedan ser habitables.
Pero estos dos asombrosos planetas quizá no sean los únicos. "El telescopio Kepler ha detectado otros planetas que tienen el tamaño y la temperatura terrestres, pero están muy lejos de nosotros para ser estudiados en detalle", contó al diario español El Mundo Julien de Wit, del departamento de Ciencias Planetarias, Atmosféricas y de la Tierra del MIT y autor principal del estudio.
Dijo que tampoco se puede afirmar que estos dos sean los planetas más similares a la Tierra de los que se conocen. Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional y académico de la Real Academia de Doctores de España, se muestra precavido a la hora de utilizar el calificativo de "gemelos". "Antes de echar las campanas al vuelo debemos obtener espectros más detallados de sus atmósferas que puedan ser cotejados con el espectro de la atmósfera terrestre", precisó.
Se desconoce asimismo qué formas de vida podrían llegar a desarrollarse sobre estos astros, pero De Wit adelanta que será posible responder a esa pregunta con la tecnología que se desarrolle en los próximos 25 años.
Los candidatos a dobles de la Tierra forman parte del sistema estelar bautizado como Trappist-1. Su estrella es una enana ultrafría, mucho más que el Sol, y emite radiación infrarroja en lugar de luz visible. A los investigadores de la Universidad de Lieja se les ocurrió buscar planetas en torno a este tipo de estrellas porque su señal luminosa es más débil que la de otras estrellas y no deslumbra tanto como para que no se puedan distinguir los cuerpos que las orbitan.
"Es más fácil detectar pequeños planetas rocosos en torno a estrellas pequeñas, pues el efecto que causa uno de estos planetas sobre su estrella —un pequeño bamboleo— es inapreciable cuando la estrella es demasiado grande y masiva, pero mucho más evidente cuando la estrella es pequeña y de baja masa", explicó Bachiller.
Para analizar con más detalle el sistema Trappist-1, los investigadores recurrieron al telescopio espacial Hubble de la Nasa y se sirvieron de un evento astronómico tan especial como poco frecuente: un doble tránsito. Este fenómeno se produce cuando, desde el punto del observador, dos planetas pasan por delante de su estrella casi en el mismo instante. Eso hizo posible analizar las atmósferas de esos dos planetas de un solo vistazo porque, al atravesarlas, la longitud de onda de la luz que emite su estrella sufre cambios que se pueden medir. Al no observar grandes variaciones en esa magnitud, se concluye que poseen atmósferas compactas, típicas de los planetas rocosos.
Pero estos dos asombrosos planetas quizá no sean los únicos. "El telescopio Kepler ha detectado otros planetas que tienen el tamaño y la temperatura terrestres, pero están muy lejos de nosotros para ser estudiados en detalle", contó al diario español El Mundo Julien de Wit, del departamento de Ciencias Planetarias, Atmosféricas y de la Tierra del MIT y autor principal del estudio.
Dijo que tampoco se puede afirmar que estos dos sean los planetas más similares a la Tierra de los que se conocen. Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional y académico de la Real Academia de Doctores de España, se muestra precavido a la hora de utilizar el calificativo de "gemelos". "Antes de echar las campanas al vuelo debemos obtener espectros más detallados de sus atmósferas que puedan ser cotejados con el espectro de la atmósfera terrestre", precisó.
Se desconoce asimismo qué formas de vida podrían llegar a desarrollarse sobre estos astros, pero De Wit adelanta que será posible responder a esa pregunta con la tecnología que se desarrolle en los próximos 25 años.
Los candidatos a dobles de la Tierra forman parte del sistema estelar bautizado como Trappist-1. Su estrella es una enana ultrafría, mucho más que el Sol, y emite radiación infrarroja en lugar de luz visible. A los investigadores de la Universidad de Lieja se les ocurrió buscar planetas en torno a este tipo de estrellas porque su señal luminosa es más débil que la de otras estrellas y no deslumbra tanto como para que no se puedan distinguir los cuerpos que las orbitan.
"Es más fácil detectar pequeños planetas rocosos en torno a estrellas pequeñas, pues el efecto que causa uno de estos planetas sobre su estrella —un pequeño bamboleo— es inapreciable cuando la estrella es demasiado grande y masiva, pero mucho más evidente cuando la estrella es pequeña y de baja masa", explicó Bachiller.
Para analizar con más detalle el sistema Trappist-1, los investigadores recurrieron al telescopio espacial Hubble de la Nasa y se sirvieron de un evento astronómico tan especial como poco frecuente: un doble tránsito. Este fenómeno se produce cuando, desde el punto del observador, dos planetas pasan por delante de su estrella casi en el mismo instante. Eso hizo posible analizar las atmósferas de esos dos planetas de un solo vistazo porque, al atravesarlas, la longitud de onda de la luz que emite su estrella sufre cambios que se pueden medir. Al no observar grandes variaciones en esa magnitud, se concluye que poseen atmósferas compactas, típicas de los planetas rocosos.
Con información de
La Capital