Hidradenitis supurativa: La afección de la piel poco conocida pero frecuente
Domingo 05 de
Junio 2016
Es un tabú para los afectados, se avergüenzan de sus síntomas y suelen acudir al médico cuando ya es tarde. Lo imprescindible de un diagnóstico temprano.
Grandes pensadores como el filósofo Karl Marx, quien dijera: “La burguesía recordará mis forúnculos hasta el día de mi muerte”, o el mismo Gabriel García Márquez, quien escribió: "Encontró al coronel Aurelinao Buendía en el cuarto del cepo, tendido en un catre y con los brazos abiertos, porque tenía las axilas empedradas de golondrinos" padecían hidradenitis supurativa (HS). En su obra "Cien años de soledad", en la enfermedad que sufría el mítico personaje de “Gabo”, pero que en realidad padecía él mismo, llamaba golondrinos a los forúnculos que caracterizan a la HS.
A fines de marzo se realizó un encuentro para periodistas en Ciudad de Buenos Aires organizado por la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), en el marco del lanzamiento del primer tratamiento biológico para pacientes con HS.
La aprobación del primer tratamiento biológico resulta una buena noticia para las personas que padecen esta enfermedad inmunológica, inflamatoria, crónica y recurrente de la piel. Es poco conocida pero tan frecuente como la psoriasis y el melanoma cutáneo, y la padece entre el 1 y el 4% de la población mundial. El tratamiento denominado ANTI-TNF se ha demostrado en eficacia y seguridad para pacientes con HS.
La conferencia estuvo a cargo de los dermatólogos José Lavieri y el español Antonio Martorell Calatayud. En la misma explicaron que la HS, también mal llamada “acné inversa”, es una enfermedad poco conocida aunque tan frecuente como la psoriasis y el melanoma cutáneo.
Se trata de una enfermedad que suele manifestarse luego de la pubertad a través de lesiones dolorosas e incómodas tales como nódulos inflamados, llagas o forúnculos en áreas donde crece el vello (ingle, axilas o entre los glúteos) o donde una parte de la piel se roza con otra como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres.
Sus causas se desconocen pero se cree que su desarrollo está relacionado a una respuesta anormal del propio sistema inmune del cuerpo. Se trata de anomalías inmunológicas o estructurales de los folículos pilosos, que provocan que éstos se bloqueen.
Hasta el momento, la enfermedad se abordaba multidisciplinariamente entre el dermatólogo, el médico general y el cirujano, y las terapias solían encuadrarse en la categoría de “necesidad médica insatisfecha” por la falta de un tratamiento efectivo y pensado para la enfermedad. Recientemente, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), aprobó el primer tratamiento biológico ANTI-TNF para pacientes con HS moderada a severa.
Lavieri, médico dermatólogo de la SAD, explicó que anteriormente se aplicaban una variada gama de procedimientos –antibióticos para combatir infecciones, antiinflamatorios para bajar la inflamación, cirugía para remover la piel dañada, pequeñas incisiones y drenajes para el cuidado de las heridas–, pero las opciones terapéuticas eran muy limitadas. Los tratamientos prescriptos eran poco efectivos y no había buenas noticias para dar.
“Hoy nos encontramos frente al primer tratamiento específico para la HS. La aprobación de este medicamento nos provee una herramienta terapéutica para asistir a aquellos que la padecen, brindándoles una alternativa eficaz y segura para que puedan alcanzar una buena calidad de vida”, comentó el doctor.
El correcto y temprano diagnóstico de la enfermedad puede demorar hasta 8 años y la vergüenza es uno de los causantes principales del retraso en la consulta con el especialista.
La HS es una enfermedad poco conocida, escondida desde un punto de vista literal, ya que se oculta bajo la vestimenta y causa vergüenza. Por sus características no es agradable para nadie confesar públicamente que se tiene esta enfermedad. En las formas leves, los pacientes no sienten la necesidad de consultar en forma inmediata, esperando que el tiempo lo remedie; en las formas moderadas cuando acceden a la consulta, hay diagnósticos erróneos y por lo tanto tratamientos que en la mayor parte de los casos no son efectivos y así continúa pasando el tiempo.
Los pacientes con HS sufren una mala calidad de vida a causa del dolor y el estigma social asociado al olor y a manchas en la ropa que se pueden generar a raíz de la enfermedad. “La vida social de quien padece HS se acaba. Su vida en pareja es muy complicada y difícil de sostener, y el ausentismo laboral debido a recaídas, consultas médicas e internaciones, tiene un destino frecuente que es la pérdida del trabajo”, reveló Lavieri y concluyó, “la calidad de vida de los pacientes es nuestra meta como médicos en las enfermedades crónicas. Hoy se vislumbra una posibilidad: se abre un mundo nuevo de posibilidades terapéuticas y de esperanza”.
Fundamental la consulta
Aquellos pacientes que sospechan que pueden tener HS, es fundamental que consulten con un dermatólogo, que son quienes pueden diferenciar la HS de otras enfermedades de la piel. Médicos no especializados pueden confundir la HS con forúnculos comunes o acné severo, e incluso con una infección, según detallaron los expertos.
“La HS se oculta. Identifiquémosla y tomemos medidas al respecto”, afirmó Lavieri y agregó “un diagnóstico temprano permitirá un tratamiento adecuado y, por lo tanto, evitará que el paciente vea afectada su calidad de vida ya que la enfermedad no diagnosticada y por consiguiente no tratada, genera aislamiento, depresión, estigmatización, impacto en la vida sexual y pérdida laboral”.
Algunos casos de HS son progresivos y pueden aumentar su severidad -empeorar- con el tiempo. Por lo tanto, es fundamental el diagnóstico y el manejo temprano de la enfermedad.
¿Qué es la HS?
También mal llamada “acné inversa”, se trata de una enfermedad que suele manifestarse luego de la pubertad a través de lesiones dolorosas, entre ellas nódulos, abscesos, fistulas, cicatrices en las regiones con alta densidad de glándulas sudoríparas, es decir, por donde la piel transpira.
Las lesiones por lo general se presentan en áreas donde crece el vello como la ingle, las axilas o entre los glúteos. También en zonas donde una parte de la piel se roza con otra, como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres. Estas lesiones suelen progresar hasta formar abscesos, tractos sinuosos, fístulas y cicatrices. Los abscesos pueden romperse, drenando pus maloliente y en algunos casos se forman túneles que conectan las lesiones por debajo de la piel.
Los nódulos son lesiones sobreelevadas bajo la piel que pueden confundirse con forúnculos, se inflaman y duelen; los abscesos, que son protuberancias blandas, pueden romperse y drenar líquido o pus. A medida que los abscesos se curan, se producen cicatrices. Con el tiempo, se forman tractos sinuosos o estructuras símiles túneles, profundos en la piel, y provocan cicatrices a largo plazo. Este círculo vicioso se corresponde con la evolución crónica de la enfermedad.
Con información de
diarionorte