Científicos alertan sobre la proliferación de las zonas muertas marinas
Andrew Altieri, autor principal de un estudio global y ecólogo del Stri, señaló a través de la web de ese organismo en Panamá que el estudio es “el primero en considerar más de una docena de efectos directos e indirectos del cambio climático en las zonas muertas, y sugiere que hemos subestimado su contribución al creciente problema”.
Las zonas muertas se forman en aguas donde el oxígeno se desploma a niveles bajos para que los peces, cangrejos y otros animales sobrevivan.
Las mayores zonas muertas en el Golfo de México y el Mar Báltico cubren más de 20.000 kilómetros cuadrados de fondo marino.
El número de zonas muertas crece de manera exponencial, y se duplica cada década desde los años 60. El principal responsable de ese fenómeno es la proliferación masiva de algas que extraen oxígeno del agua cuando respiran o se descomponen. Los brotes de algas se forman a partir de un exceso de escorrentía de nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo, muy utilizados como fertilizantes.
Las aguas cálidas tienen menos oxígeno, lo que permite que las zonas muertas se formen más fácilmente. Cuando las temperaturas aumentan, los animales marinos necesitan aún más oxígeno, pero cada vez el océano es menos capaz de proporcionarlo.
Según apuntó Keryn Gedan, coautora del estudio, el 94 por ciento de las zonas muertas marinas del mundo está en regiones donde se espera que la temperatura aumente dos grados centígrados a fines de siglo.
Luis Valdés, jefe de ciencias del océano de la Unesco, dijo que “los problemas ocasionados por los nutrientes, los nitratos y los fosfatos es un problema difícil de resolver, porque su origen es la tierra, no lo causan los barcos, y eso genera zonas sin oxígeno. Por eso, habría que atajar el problema de raíz. El desarrollo de la agricultura depende del ritmo de uso de fertilizantes que utilicemos, por lo cual la reducción de esta contaminación es muy complicada”.