Un ataque repentino, con una cadena de causas detrás
Miércoles 29 de
Octubre 2014
Incidencia. En Argentina se producen entre 40.000 y 90.000 ACV por año. Cuando el evento no es fatal, puede carcomer las reservas físicas, anímicas y financieras del paciente, de su familia y de la comunidad.
Las arterias del cerebro, al igual que las del corazón y otras áreas del cuerpo, pueden enfermarse y causar trastornos severos. Una consecuencia es el ataque cerebral, que puede ser isquémico, también llamado “infarto cerebral” (ocasionado por la obstrucción de una arteria) o hemorrágico (provocado por la ruptura de una arteria).
La aparición súbita de síntomas causados por problemas circulatorios en el cerebro es conocida como accidente cerebrovascular o ataque cerebral.
En la Argentina hay entre 40.000 y 90.000 casos por año, esto significa que se producen varios ACV cada hora. Aproximadamente un tercio de estas personas mueren a causa de este problema.
En el mundo industrializado los ataques cerebrales constituyen la segunda causa de muerte, sólo superados por las enfermedades cardíacas. Los trastornos circulatorios del cerebro son la primera causa de discapacidad prolongada.
La mayor parte del daño cerebral se produce en las primeras horas posteriores al episodio. El ataque cerebral ocurre repentinamente y cuando no es fatal puede carcomer las reservas físicas, anímicas y financieras del paciente, de su familia y de la comunidad.
Un TIA, o ataque isquémico transitorio, es un “mini-ataque al cerebro” que ocurre cuando un coágulo sanguíneo tapa brevemente una arteria. Los síntomas de un TIA son señales de aviso de un ataque al cerebro, pero suelen durar sólo unos pocos minutos. Un 10 por ciento de los ataques cerebrales son precedidos por TIAs. Los TIAs son una fuerte señal de riesgo de un ataque cerebral.
La buena noticia sobre los ataques cerebrales es que son prevenibles en su gran mayoría. Pueden evitarse controlando los principales factores de riesgo:
– Hipertensión arterial.
– Tabaco.
– Diabetes.
– Colesterol elevado.
– Arritmias del corazón.
Sin dudas, la mejor y más barata prevención de los ataques cerebrales se logra con el adecuado tratamiento de la hipertensión arterial y de la diabetes, el abandono del cigarrillo, la normalización del colesterol en la sangre con dietas, ejercicio y, en casos extremos, medicación.
Conocer el grado de riesgo es la clave para la prevención. Si usted se hace chequeos médicos regularmente, puede conocer sus factores de riesgo. Hay algunos que se pueden cambiar y otros que no. Al saber cuáles lo afectan, usted puede concentrarse en los que puede modificar y reducir así la posibilidad de un ataque al cerebro.
Existe evidencia científica que apoya la eficacia de las Unidades Cerebrovasculares en la atención de los pacientes con infarto o hemorragia aguda de cerebro. Esta unidad es un grupo definido de camas, personal y protocolos que se utilizan para el cuidado agudo de los pacientes con un ACV, similar al concepto implementado hace años para el desarrollo de las unidades coronarias en la atención del paciente con infarto del corazón.
Rehabilitación
Una vez que ha pasado la crisis inmediata de un ataque cerebral y se ha estabilizado médicamente al paciente, es hora de considerar una terapia de rehabilitación. Debido a los efectos de su ataque al cerebro, la persona deberá cambiar o reaprender uno o varios aspectos de su vida diaria. La rehabilitación permite acelerar este proceso de recuperación o de adaptación a las secuelas.
El equipo de rehabilitación podría incluir: médicos especializados en rehabilitación, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, psicólogos y enfermeros.
Perfil
Sebastián Ameriso es jefe del Departamento de Neurología Vascular de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni).
La importancia de actuar con rapidez
Usted y su familia deberían saber reconocer las señales de aviso de un ataque al cerebro. Pueden tener algunas de esas señales, o todas. Tomen nota de la hora en que comenzaron los síntomas y llamen a un servicio de emergencias médicas de su área. Un ataque cerebral es una emergencia médica. Háganles caso a las señales de aviso, aunque se vayan. Es muy importante actuar a tiempo. Es indispensable que un médico especialista en emergencias dé tratamiento antes de tres horas de la aparición de los síntomas.
Señales de aviso de un ataque al cerebro
– Falta de sensibilidad o debilidad repentina en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
– Confusión repentina, problemas repentinos para hablar o entender.
– Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
–Problemas para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o de coordinación repentinos.
– Dolor de cabeza fuerte y repentino sin causa conocida.
– Mareo, vértigo, o pérdida de estabilidad, particularmente si se asocia con alguno de los otros síntomas arriba descriptos,
– Trastornos de la personalidad de aparición rápida (irritabilidad, impaciencia, indiferencia, etcétera) o trastornos mentales, tales como olvidos, alteraciones del juicio, entre otros.
El rápido reconocimiento de los síntomas por parte del paciente y su médico y la evaluación en centros con capacidad para brindar tratamiento de urgencia del ataque cerebral posibilitará un cambio substancial en el pronóstico de la enfermedad. El uso de la medicación denominada “alteplasa” dentro de las primeras cuatro horas y media del infarto cerebral aumenta en 50 por ciento las chances de una recuperación importante.
Si usted actúa rápido y recibe cuanto antes atención de emergencia, podría reducir la discapacidad causada por un ataque cerebral.
La aparición súbita de síntomas causados por problemas circulatorios en el cerebro es conocida como accidente cerebrovascular o ataque cerebral.
En la Argentina hay entre 40.000 y 90.000 casos por año, esto significa que se producen varios ACV cada hora. Aproximadamente un tercio de estas personas mueren a causa de este problema.
En el mundo industrializado los ataques cerebrales constituyen la segunda causa de muerte, sólo superados por las enfermedades cardíacas. Los trastornos circulatorios del cerebro son la primera causa de discapacidad prolongada.
La mayor parte del daño cerebral se produce en las primeras horas posteriores al episodio. El ataque cerebral ocurre repentinamente y cuando no es fatal puede carcomer las reservas físicas, anímicas y financieras del paciente, de su familia y de la comunidad.
Un TIA, o ataque isquémico transitorio, es un “mini-ataque al cerebro” que ocurre cuando un coágulo sanguíneo tapa brevemente una arteria. Los síntomas de un TIA son señales de aviso de un ataque al cerebro, pero suelen durar sólo unos pocos minutos. Un 10 por ciento de los ataques cerebrales son precedidos por TIAs. Los TIAs son una fuerte señal de riesgo de un ataque cerebral.
La buena noticia sobre los ataques cerebrales es que son prevenibles en su gran mayoría. Pueden evitarse controlando los principales factores de riesgo:
– Hipertensión arterial.
– Tabaco.
– Diabetes.
– Colesterol elevado.
– Arritmias del corazón.
Sin dudas, la mejor y más barata prevención de los ataques cerebrales se logra con el adecuado tratamiento de la hipertensión arterial y de la diabetes, el abandono del cigarrillo, la normalización del colesterol en la sangre con dietas, ejercicio y, en casos extremos, medicación.
Conocer el grado de riesgo es la clave para la prevención. Si usted se hace chequeos médicos regularmente, puede conocer sus factores de riesgo. Hay algunos que se pueden cambiar y otros que no. Al saber cuáles lo afectan, usted puede concentrarse en los que puede modificar y reducir así la posibilidad de un ataque al cerebro.
Existe evidencia científica que apoya la eficacia de las Unidades Cerebrovasculares en la atención de los pacientes con infarto o hemorragia aguda de cerebro. Esta unidad es un grupo definido de camas, personal y protocolos que se utilizan para el cuidado agudo de los pacientes con un ACV, similar al concepto implementado hace años para el desarrollo de las unidades coronarias en la atención del paciente con infarto del corazón.
Rehabilitación
Una vez que ha pasado la crisis inmediata de un ataque cerebral y se ha estabilizado médicamente al paciente, es hora de considerar una terapia de rehabilitación. Debido a los efectos de su ataque al cerebro, la persona deberá cambiar o reaprender uno o varios aspectos de su vida diaria. La rehabilitación permite acelerar este proceso de recuperación o de adaptación a las secuelas.
El equipo de rehabilitación podría incluir: médicos especializados en rehabilitación, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, psicólogos y enfermeros.
Perfil
Sebastián Ameriso es jefe del Departamento de Neurología Vascular de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (Fleni).
La importancia de actuar con rapidez
Usted y su familia deberían saber reconocer las señales de aviso de un ataque al cerebro. Pueden tener algunas de esas señales, o todas. Tomen nota de la hora en que comenzaron los síntomas y llamen a un servicio de emergencias médicas de su área. Un ataque cerebral es una emergencia médica. Háganles caso a las señales de aviso, aunque se vayan. Es muy importante actuar a tiempo. Es indispensable que un médico especialista en emergencias dé tratamiento antes de tres horas de la aparición de los síntomas.
Señales de aviso de un ataque al cerebro
– Falta de sensibilidad o debilidad repentina en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
– Confusión repentina, problemas repentinos para hablar o entender.
– Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
–Problemas para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o de coordinación repentinos.
– Dolor de cabeza fuerte y repentino sin causa conocida.
– Mareo, vértigo, o pérdida de estabilidad, particularmente si se asocia con alguno de los otros síntomas arriba descriptos,
– Trastornos de la personalidad de aparición rápida (irritabilidad, impaciencia, indiferencia, etcétera) o trastornos mentales, tales como olvidos, alteraciones del juicio, entre otros.
El rápido reconocimiento de los síntomas por parte del paciente y su médico y la evaluación en centros con capacidad para brindar tratamiento de urgencia del ataque cerebral posibilitará un cambio substancial en el pronóstico de la enfermedad. El uso de la medicación denominada “alteplasa” dentro de las primeras cuatro horas y media del infarto cerebral aumenta en 50 por ciento las chances de una recuperación importante.
Si usted actúa rápido y recibe cuanto antes atención de emergencia, podría reducir la discapacidad causada por un ataque cerebral.
Con información de
lavoz