El real se devalúa a un mínimo histórico en Brasil tras un anuncio de ajuste y reforma tributaria del gobierno de Lula
Jueves 28 de
Noviembre 2024
Haddad presentó un paquete fiscal que incluye un impuesto a los súper ricos y una modificación de ganancias y propuso recortes en el gasto, medidas que deberán ser aprobadas por el Congreso; el dólar alcanzó el umbral de los seis reales
BRASILIA.- El dólar se disparó en Brasil y dejó al real en un mínimo histórico, al alcanzar el valor de seis reales por divisa norteamericana, tras el anuncio de un paquete fiscal que incluye gravar a los súper ricos y eximir del impuesto a las ganancias a quienes perciban hasta 5000 reales mensuales, que provocó temores por el déficit presupuestario en el país.
En un mensaje dirigido a la nación, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, presentó “la mayor reforma del impuesto a las ganancias en nuestra historia” al elevar el umbral exento de impuestos a 5000 reales (842 dólares) mensuales, desde los 2824 reales (US$473) actuales, compensando la pérdida de ingresos con mayores impuestos para quienes ganen más de 50.000 reales (US$8380).
La ampliación de la exención tributaria cumple una promesa de campaña del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Según explicó, esta medida tendrá un impacto fiscal de 35.000 millones de reales (5890 millones de dólares), que será compensado por un aumento de impuestos a los sectores de mayores ingresos, bajo la premisa de que “quien gana más debe contribuir más”. Estas propuestas serán debatidas en el Congreso y entrarían en vigencia en 2026.
Los que ganan más de 600.000 reales (100.000 dólares) al año verían aumentar su tipo efectivo del impuesto sobre la renta, llegando al 10% para las personas que ganan más de un millón de reales (167.000 dólares) al año, según la propuesta. El tipo efectivo actual es del 4,2% para el 1% de los que más ganan y del 1,75% para el 0,01%, según datos del Gobierno.
Para cubrir el resto del golpe fiscal, el gobierno pondría fin a la exención del impuesto sobre la renta para los jubilados con enfermedades graves o que hayan sufrido accidentes y ganen más de 20.000 reales (2240 dólares) al mes, entre otras medidas.
Haddad también presentó los elementos clave de un esperado paquete de recortes de gastos, que se espera genere ahorros de 70.000 millones de reales (11.800 millones de dólares) en los próximos dos años, pero que se vio opacado por el anuncio de la reforma tributaria.
El ministro y excandidato presidencial defendió las medidas anunciadas afirmando que “consolidan el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal del país” y las calificó como una elección “corajuda pero acertada” para garantizar “un Brasil más fuerte, justo y equilibrado en el futuro”.
El plan incluye ajustes en el techo salarial del sueldo mínimo, revisiones de los beneficios y topes salariales para empleados públicos y jubilaciones militares. El objetivo central es garantizar el cumplimiento del “marco fiscal”, una norma que limita el crecimiento del gasto hasta 2026, cuando termina el mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El paquete fiscal, presentado con un mes de retraso respecto a lo planeado inicialmente, llega en un contexto de presión sobre los mercados. Los inversores han manifestado escepticismo sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus metas fiscales, lo que ha generado una continua depreciación del real frente al dólar.
Haddad enfrentó tensiones internas en el gobierno, donde prevaleció la decisión de cumplir con las promesas de campaña de Lula, incluso si ello conlleva desafíos adicionales para las metas fiscales.
Ante la cotización récord del jueves, Haddad trató de calmar al mercado enfatizando que las medidas serían fiscalmente neutrales y sólo entrarían en vigor en 2026 tras la aprobación legislativa.
Al ser interrogado sobre la introducción de la medida ahora, a pesar de que su aplicación sólo está prevista para 2026, Haddad dijo que la decisión era “finalizar todas las medidas este año” para dejar “claro nuestro proyecto”.
Pasadas las 11.20, la moneda brasileña cotizaba a 6,0009 reales. Dos horas después, había aumentado ligeramente, a 6,0029 reales.
Así, superó incluso el récord de 5,97 reales registrado durante el pico de la pandemia, en mayo de 2020.
Además, el dólar futuro para diciembre llegó a cotizar a 6,002 reales y, a las 10.35 horas, cotizaba con alza del 0,49%, a 5,99 reales.
El Ibovespa -principal índice bursátil del país- estaba en baja al inicio de la sesión y cayó, poco después de las 11, el 1,10%, hasta los 126.270 puntos.
Los bancos, con participación relevante en la Bolsa de San Pablo, caían en bloque, una hora después de la apertura de los mercados. El Itaú se desvalorizó un 1,95%, mientras que los papeles de Bradesco cayeron un 1,43%.
“El gobierno comenzó su mandato aumentando el gasto y aprobando una regla fiscal insuficiente para estabilizar la deuda. Los agentes económicos se dieron cuenta de que esto no es sostenible y podría llevar a una crisis de deuda, inflación y recesión”, advirtió el economista Marcos Mendes, del Insper.
“Se esperaba que hubiera una reducción del gasto y aparecieron nuevos gastos”, dijo dice Charo Alves, analista de Valor Investimentos. Según él, la falta de claridad al detallar de dónde saldrá el monto para compensar la exención del impuesto a las ganancias impacta en el tipo de cambio.
En un informe, el economista jefe de Warren Investimentos Felipe Salto afirmó que “el cambio en el impuesto a la renta [ganancias] es preocupante, porque podría representar una pérdida de ingresos”. Salto dice que, a pesar de que el anuncio indica un ahorro estimado de 70.000 millones de reales, el monto puede volverse inviable por la propuesta de exención, siendo insuficiente para lograr la sostenibilidad del ratio deuda/PBI.
A pesar de estas tensiones, Brasil muestra indicadores sólidos en empleo, consumo y producción industrial. El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento del 3% para el PBI brasileño en 2024, por encima del promedio de 2,1% estimado para América Latina y el Caribe.
El gobierno mantiene su meta de déficit primario cero para este año, con un margen de tolerancia de 0,25 puntos porcentuales del PIB. Para cumplir este objetivo, se anunció recientemente un congelamiento de gastos por 860 millones de dólares.
En un mensaje dirigido a la nación, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, presentó “la mayor reforma del impuesto a las ganancias en nuestra historia” al elevar el umbral exento de impuestos a 5000 reales (842 dólares) mensuales, desde los 2824 reales (US$473) actuales, compensando la pérdida de ingresos con mayores impuestos para quienes ganen más de 50.000 reales (US$8380).
La ampliación de la exención tributaria cumple una promesa de campaña del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Según explicó, esta medida tendrá un impacto fiscal de 35.000 millones de reales (5890 millones de dólares), que será compensado por un aumento de impuestos a los sectores de mayores ingresos, bajo la premisa de que “quien gana más debe contribuir más”. Estas propuestas serán debatidas en el Congreso y entrarían en vigencia en 2026.
Los que ganan más de 600.000 reales (100.000 dólares) al año verían aumentar su tipo efectivo del impuesto sobre la renta, llegando al 10% para las personas que ganan más de un millón de reales (167.000 dólares) al año, según la propuesta. El tipo efectivo actual es del 4,2% para el 1% de los que más ganan y del 1,75% para el 0,01%, según datos del Gobierno.
Para cubrir el resto del golpe fiscal, el gobierno pondría fin a la exención del impuesto sobre la renta para los jubilados con enfermedades graves o que hayan sufrido accidentes y ganen más de 20.000 reales (2240 dólares) al mes, entre otras medidas.
Haddad también presentó los elementos clave de un esperado paquete de recortes de gastos, que se espera genere ahorros de 70.000 millones de reales (11.800 millones de dólares) en los próximos dos años, pero que se vio opacado por el anuncio de la reforma tributaria.
El ministro y excandidato presidencial defendió las medidas anunciadas afirmando que “consolidan el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal del país” y las calificó como una elección “corajuda pero acertada” para garantizar “un Brasil más fuerte, justo y equilibrado en el futuro”.
El plan incluye ajustes en el techo salarial del sueldo mínimo, revisiones de los beneficios y topes salariales para empleados públicos y jubilaciones militares. El objetivo central es garantizar el cumplimiento del “marco fiscal”, una norma que limita el crecimiento del gasto hasta 2026, cuando termina el mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El paquete fiscal, presentado con un mes de retraso respecto a lo planeado inicialmente, llega en un contexto de presión sobre los mercados. Los inversores han manifestado escepticismo sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus metas fiscales, lo que ha generado una continua depreciación del real frente al dólar.
Haddad enfrentó tensiones internas en el gobierno, donde prevaleció la decisión de cumplir con las promesas de campaña de Lula, incluso si ello conlleva desafíos adicionales para las metas fiscales.
Ante la cotización récord del jueves, Haddad trató de calmar al mercado enfatizando que las medidas serían fiscalmente neutrales y sólo entrarían en vigor en 2026 tras la aprobación legislativa.
Al ser interrogado sobre la introducción de la medida ahora, a pesar de que su aplicación sólo está prevista para 2026, Haddad dijo que la decisión era “finalizar todas las medidas este año” para dejar “claro nuestro proyecto”.
La reacción de los mercados
Tras el anuncio, el dólar comercial alcanzó su valor más alto en términos nominales desde la implementación del Plan Real. Después de cerrar el miércoles en 5,91 reales -una apreciación de 1,81%-, este jueves abrió con un nuevo incremento, hasta llegar alcanzar los seis reales por dólar. Además, los tipos de swap aumentaron más de 20 puntos básicos y el índice bursátil de referencia del país cayó al nivel más bajo desde agosto.Pasadas las 11.20, la moneda brasileña cotizaba a 6,0009 reales. Dos horas después, había aumentado ligeramente, a 6,0029 reales.
Así, superó incluso el récord de 5,97 reales registrado durante el pico de la pandemia, en mayo de 2020.
Además, el dólar futuro para diciembre llegó a cotizar a 6,002 reales y, a las 10.35 horas, cotizaba con alza del 0,49%, a 5,99 reales.
El Ibovespa -principal índice bursátil del país- estaba en baja al inicio de la sesión y cayó, poco después de las 11, el 1,10%, hasta los 126.270 puntos.
Los bancos, con participación relevante en la Bolsa de San Pablo, caían en bloque, una hora después de la apertura de los mercados. El Itaú se desvalorizó un 1,95%, mientras que los papeles de Bradesco cayeron un 1,43%.
Preocupación
Según analistas, las medidas anunciadas por Haddad buscan reforzar la confianza en la sostenibilidad fiscal del país y estabilizar el crecimiento de la deuda pública, pero tendrá un impacto fiscal que erosionará parte de la reducción del gasto prevista en las otras medidas.“El gobierno comenzó su mandato aumentando el gasto y aprobando una regla fiscal insuficiente para estabilizar la deuda. Los agentes económicos se dieron cuenta de que esto no es sostenible y podría llevar a una crisis de deuda, inflación y recesión”, advirtió el economista Marcos Mendes, del Insper.
“Se esperaba que hubiera una reducción del gasto y aparecieron nuevos gastos”, dijo dice Charo Alves, analista de Valor Investimentos. Según él, la falta de claridad al detallar de dónde saldrá el monto para compensar la exención del impuesto a las ganancias impacta en el tipo de cambio.
En un informe, el economista jefe de Warren Investimentos Felipe Salto afirmó que “el cambio en el impuesto a la renta [ganancias] es preocupante, porque podría representar una pérdida de ingresos”. Salto dice que, a pesar de que el anuncio indica un ahorro estimado de 70.000 millones de reales, el monto puede volverse inviable por la propuesta de exención, siendo insuficiente para lograr la sostenibilidad del ratio deuda/PBI.
A pesar de estas tensiones, Brasil muestra indicadores sólidos en empleo, consumo y producción industrial. El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento del 3% para el PBI brasileño en 2024, por encima del promedio de 2,1% estimado para América Latina y el Caribe.
El gobierno mantiene su meta de déficit primario cero para este año, con un margen de tolerancia de 0,25 puntos porcentuales del PIB. Para cumplir este objetivo, se anunció recientemente un congelamiento de gastos por 860 millones de dólares.
Con información de
La Nación