El liberal alemán Karl-Heinz Paqué avala las medidas económicas de Milei, pero reprueba su costado "reaccionario"
Por:
Delfina Celichini
Miércoles 27 de
Noviembre 2024
Fue ministro de Finanzas del estado federal de Sajonia entre 2002 y 2006 por el Partido Liberal Democrático alemán; describe al presidente argentino como un hombre con "con dos caras"
El economista liberal Karl-Heinz Paqué, presidente de la fundación alemana Friedrich Naumann, se muestra optimista sobre el futuro de la Argentina. Resalta las reformas económicas impulsadas por el presidente Javier Milei, como la búsqueda de estabilidad fiscal, la apertura comercial y la independencia del Banco Central. No obstante, expresa preocupación por el costado “reaccionario” del mandatario, al que asocia con el auge de los populismos de derecha. Según el economista, el éxito de la gestión actual dependerá de si logra abandonar las posturas más radicales del anarcocapitalismo para adoptar un enfoque más pragmático.
Es por eso que Paqué celebra que el Presidente haya “abandonado” la dolarización de la economía. Para el economista, el principal desafío de la Argentina radica en combinar audacia reformista con sensatez política que lo lleve a revertir décadas de estancamiento y a liberar su potencial.
Paqué fue ministro de Finanzas del estado federal de Sajonia-Anhalt entre 2002 y 2006, en representación del Partido Liberal Democrático (FDP). Desde entonces, ha mantenido un papel activo en la política alemana.
Recibe a LA NACION en las oficinas porteñas de la organización. Visita el país antes de participar del congreso anual de Liberal International, la red global de partidos liberales, que se celebrará a fin de mes en Santiago de Chile.
La Fundación Friedrich Naumann, con sede en Alemania, se dedica a la promoción de la democracia, el liberalismo y los derechos humanos en todo el mundo.
-Bueno, creo que cuando miras a Milei ves dos caras. Es un rostro de Jano, si se quiere. Económicamente está haciendo algo que es absolutamente necesario. Este país necesita reformas profundas. Argentina comenzó con la inflación más alta del mundo, casi una hiperinflación. Tenía un enorme déficit presupuestario. Tenía un sector público demasiado grande. Tiene un mercado altamente regulado, como la vivienda, que ahora fue liberalizado e inmediatamente hubo un efecto sustancial en la oferta de viviendas. Tiene influencia gubernamental dondequiera que mire. Así que está muy, muy lejos de cómo nosotros, los liberales, consideramos un estado razonable. Apoyo el programa de Milei, y creo que puede funcionar. Es extremadamente difícil, es muy complicado, pero hemos visto ejemplos históricos de países donde esto ha funcionado.
-Mis ejemplos favoritos son Alemania en 1923, cuando tuvimos una hiperinflación y el canciller liberal, Gustav Stresemann, implementó una reforma monetaria y eso funcionó y abrió los mercados de capitales globales. Y el segundo, en los años 90 con Leszek Balcerowicz, el ministro de Finanzas de Polonia, quien permitió una inflación de ajuste y abrió la economía. Así que puede funcionar si la gente lo apoya y puedo decir que también si las personas están lo suficientemente cansadas con lo que sucedía antes. Y ese apoyo existe en Milei. Pero hay algo importante, que es la apertura de la economía hacia el mundo exterior. Todavía se tiene un tipo de cambio del peso artificialmente alto y la brecha se ha reducido entre la tasa de mercado y la tasa oficial, pero eso no es suficiente porque todavía hay controles de capital estrictos. Es importante eliminarlos en el mediano y largo plazo porque eso permitirá la integración de la economía argentina con la economía mundial y finalmente permitiría acabar con la fuga de capitales. El capital regresará si las cosas funcionan, y hay mucho capital argentino guardado en dólares fuera del país. Para los exportadores es extremadamente importante poder comprar a una tasa de cambio razonable bienes de inversión del extranjero, porque la inversión es la clave. Este país necesita una ola de inversiones en el sector público y particularmente en el sector privado. Ese es el desafío. Debo decir, como liberal, que lo que se ha hecho hasta ahora en materia económica es notable y apoyo eso.
-La segunda cara no la apoyo en absoluto, que es la de un populista de derecha. Los liberales no apoyamos esto. Esta cara no es muy útil en todo este proceso porque está iniciando una especie de guerra cultural que es completamente inútil. No soy un conocedor de la sociedad argentina, pero todo lo que sé y he visto en visitas previas es que es una sociedad moderna y no hay perspectiva de retroceder en cambios sociales que se han dado a lo largo de décadas. Así que este aspecto conservador e incluso reaccionario de este programa no es en absoluto liberal. Por cierto, tampoco creo que sea libertario: es realmente populismo de derecha. Tengo la esperanza de que abandone esta faceta después de un tiempo. Pero también hay un tema filosófico-político. Nosotros, los liberales clásicos, queremos tener un Estado limitado, bien gestionado y eficiente, pero con funciones importantes. No es un Estado que solo provea seguridad sino que también proporcione un nivel decente de educación a la población, solo por nombrar un ejemplo. La perspectiva estrictamente libertaria o anarcocapitalista de que se puede privatizar todo no es cierta. Creo que una sociedad necesita estas funciones básicas que van más allá de la seguridad.
-En este momento del año se está negociando el presupuesto 2025 en el Congreso, pero el Gobierno se ha mostrado reticente a negociar con la oposición su aprobación. ¿Podría esto afectar la visión de los mercados y del FMI sobre la Argentina?
-Como exministro de finanzas de un Estado pequeño en Alemania, solo puedo decirte lo que significa no tener un presupuesto. Déjame decir algo cínico: lo mejor para un ministro de finanzas es no tener un presupuesto, porque puede hacer lo que llamamos presupuestación preliminar. Y entonces puedes imponer restricciones al gasto. Mientras no haya un presupuesto aprobado, puedes restringir tú mismo el gasto público, lo que, por supuesto, no es bueno para la economía, ni para un país. Es mejor tener un presupuesto aprobado.
-En estos tiempos se observan movimientos populistas de derecha básicamente en todas partes del mundo industrializado. Tienen diferentes formas dados los problemas locales, regionales y nacionales, pero son de derecha, básicamente. Y creo que, cuando miras Europa, es una respuesta negativa a la globalización. La globalización requiere ajustes, requiere una firme mirada hacia el futuro, urbana, una mirada liberal. Y mucha gente no comparte esta mirada. Como académico, diría que si observas un fenómeno con diferentes matices, pero más o menos lo mismo en todas partes entonces debe haber un sistema profundo detrás de ello. Y el sistema profundo es un poco de ansiedad frente al futuro. Pero como liberales tenemos que cumplir. Tenemos que hacer que la gente, por ejemplo, en las áreas rurales, que se siente dejada atrás, claramente participe en el proceso. Deben ver los beneficios por sí mismos. Y creo que todos los gobiernos de Occidente, particularmente en Europa, han sido muy malos en eso. Y también, los demócratas en Estados Unidos no han sido particularmente buenos en eso. No siempre se trata de ingresos. Algunos Estados que votaron por Donald Trump, como Kentucky y Ohio, no son pobres. La gente no es pobre, pero sienten que los tipos en Washington viven en un mundo diferente. Y hasta cierto punto, eso es cierto. Bueno, aquí, según mi conocimiento, el Gran Buenos Aires está dominado por la tradición peronista. Y el resto del país tiene un enorme potencial. Estas personas fuera de los centros urbanos están haciendo un trabajo arduo, pero no ven reflejado su esfuerzo en hechos concretos. Eso permitió que Milei se lanzara con su motosierra y que ese mensaje sea muy efectivo.
-Reducir la inflación de manera masiva es una condición necesaria, pero no una condición suficiente para combatir la pobreza. Necesitas un marco macroeconómico estable, y teóricamente esto es relativamente simple. ¿Qué necesitas? Necesitas un presupuesto equilibrado, predecible y sostenible. Este presupuesto equilibrado permite que el Banco Central, que debe ser completamente independiente, controle la oferta de dinero y no financie el déficit presupuestario con la oferta de dinero. Y cuando hayas hecho esto, estabilizas la situación macroeconómica, incluido el tipo de cambio, y eso te permite abrir la economía. Creo que la secuencia que utiliza Milei es correcta. Sin embargo, la apertura de la economía debe llegar pronto. No puedes esperar durante años porque, de lo contrario, los productores de buen vino tinto y carne no podrán vender sus productos en el mercado mundial ni comprar bienes de inversión. Esa es la clave de la estabilización macroeconómica. También tienes que liberalizar la economía, privatizar e introducir más eficiencia. Y muy importante, tienes que dar un nuevo comienzo en términos de emprendimiento, en términos de capacidad innovadora, que el país tiene el potencial, pero eso tiene que ser la base para el crecimiento futuro. La mejor lucha contra la pobreza es el crecimiento. El problema es, por supuesto, el periodo intermedio: puede que por un tiempo aumente la pobreza, como también aumentó en Polonia a principios de los 90 y en Alemania a mediados de los años 20. Probablemente esto es inevitable y es la parte realmente difícil de la transición. Pero una vez que superas eso, soy optimista.
-Económicamente, un poco más el optimismo. No estaba seguro de si realmente llevaría a cabo, honestamente, un progreso de estabilización cuando lo vi con la motosierra. Es un político que obviamente se toma su evangelio en serio. Es anarcocapitalista. No lo comparto, pero tampoco estoy seguro de hasta qué punto esto entrará en su política real. La dolarización es un maravilloso ejemplo. Prometió la dolarización, pero la abandonó relativamente fácil. Y esta es mi esperanza, que las tonterías de este programa se guarden tranquilamente y que nos quedemos con un programa de estabilización relativamente convencional. Creo que un país decente necesita un buen sistema público de educación, punto. De lo contrario, solo los ricos podrían enviar a sus hijos a la escuela. Mi esperanza es que Milei adopte una postura más pragmática sobre este tema. Pero eso es una esperanza, no lo sé, es un hombre impredecible.
-Con Trump tendremos otros problemas, pero también el problema de si realmente hace lo que predica. Tomemos su proteccionismo. Si se vuelve proteccionista, como ha afirmado, sería desastroso.
-Podría recomendarle a Milei que lea el libro proteccionista del asesor comercial de Trump Robert Lighthizer. No tiene nada que ver con el anarcocapitalismo, es exactamente lo contrario. Así que su supuesta simpatía proviene más del otro lado de la cara de Jano, la del tener un buen amigo populista de derecha. Como Vox en España, que se declara amigo de Trump. Las políticas que Trump quiere implementar en el ámbito internacional no serían de interés para Argentina. No creo que Trump tenga, en su proteccionismo, a Argentina como objetivo principal. Su blanco será China y, en parte, Europa. Pero indirectamente, la Argentina también se verá influida porque si ataca a China, los estadounidenses, por su fortaleza, podrían decirnos a nosotros los europeos y a los latinoamericanos: ‘No comercien con China. Están comerciando con nuestros enemigos’.
-En Europa, especialmente en círculos de izquierda, hay un prejuicio muy superficial sobre Milei. Lo ven como un “monstruo de derecha”. Es una visión limitada y poco informada. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, hay un enorme interés por la Argentina, algo que no se veía quizás desde la época de Perón. Esto es una oportunidad para el país. Alemania, por ejemplo, no ha mirado mucho a América latina ni tiene una política hacia la región. El acuerdo Mercosur-UE sigue bloqueado principalmente por Francia, y Alemania debería tomar un rol más activo. Argentina tiene recursos naturales únicos, como agua, sol y viento, y Alemania tiene la tecnología. Hay un gran potencial para la cooperación futura, impulsado por los eventos actuales en Argentina. Aunque, claro, con los riesgos que implica tener un líder excéntrico con retórica populista de derecha.
Es por eso que Paqué celebra que el Presidente haya “abandonado” la dolarización de la economía. Para el economista, el principal desafío de la Argentina radica en combinar audacia reformista con sensatez política que lo lleve a revertir décadas de estancamiento y a liberar su potencial.
Paqué fue ministro de Finanzas del estado federal de Sajonia-Anhalt entre 2002 y 2006, en representación del Partido Liberal Democrático (FDP). Desde entonces, ha mantenido un papel activo en la política alemana.
Recibe a LA NACION en las oficinas porteñas de la organización. Visita el país antes de participar del congreso anual de Liberal International, la red global de partidos liberales, que se celebrará a fin de mes en Santiago de Chile.
La Fundación Friedrich Naumann, con sede en Alemania, se dedica a la promoción de la democracia, el liberalismo y los derechos humanos en todo el mundo.
-¿Puede funcionar el modelo económico y político de Milei?
-Bueno, creo que cuando miras a Milei ves dos caras. Es un rostro de Jano, si se quiere. Económicamente está haciendo algo que es absolutamente necesario. Este país necesita reformas profundas. Argentina comenzó con la inflación más alta del mundo, casi una hiperinflación. Tenía un enorme déficit presupuestario. Tenía un sector público demasiado grande. Tiene un mercado altamente regulado, como la vivienda, que ahora fue liberalizado e inmediatamente hubo un efecto sustancial en la oferta de viviendas. Tiene influencia gubernamental dondequiera que mire. Así que está muy, muy lejos de cómo nosotros, los liberales, consideramos un estado razonable. Apoyo el programa de Milei, y creo que puede funcionar. Es extremadamente difícil, es muy complicado, pero hemos visto ejemplos históricos de países donde esto ha funcionado.
-¿Cómo cuáles?
-Mis ejemplos favoritos son Alemania en 1923, cuando tuvimos una hiperinflación y el canciller liberal, Gustav Stresemann, implementó una reforma monetaria y eso funcionó y abrió los mercados de capitales globales. Y el segundo, en los años 90 con Leszek Balcerowicz, el ministro de Finanzas de Polonia, quien permitió una inflación de ajuste y abrió la economía. Así que puede funcionar si la gente lo apoya y puedo decir que también si las personas están lo suficientemente cansadas con lo que sucedía antes. Y ese apoyo existe en Milei. Pero hay algo importante, que es la apertura de la economía hacia el mundo exterior. Todavía se tiene un tipo de cambio del peso artificialmente alto y la brecha se ha reducido entre la tasa de mercado y la tasa oficial, pero eso no es suficiente porque todavía hay controles de capital estrictos. Es importante eliminarlos en el mediano y largo plazo porque eso permitirá la integración de la economía argentina con la economía mundial y finalmente permitiría acabar con la fuga de capitales. El capital regresará si las cosas funcionan, y hay mucho capital argentino guardado en dólares fuera del país. Para los exportadores es extremadamente importante poder comprar a una tasa de cambio razonable bienes de inversión del extranjero, porque la inversión es la clave. Este país necesita una ola de inversiones en el sector público y particularmente en el sector privado. Ese es el desafío. Debo decir, como liberal, que lo que se ha hecho hasta ahora en materia económica es notable y apoyo eso.
-Sin embargo, usted habló de las dos caras de Janos...
-La segunda cara no la apoyo en absoluto, que es la de un populista de derecha. Los liberales no apoyamos esto. Esta cara no es muy útil en todo este proceso porque está iniciando una especie de guerra cultural que es completamente inútil. No soy un conocedor de la sociedad argentina, pero todo lo que sé y he visto en visitas previas es que es una sociedad moderna y no hay perspectiva de retroceder en cambios sociales que se han dado a lo largo de décadas. Así que este aspecto conservador e incluso reaccionario de este programa no es en absoluto liberal. Por cierto, tampoco creo que sea libertario: es realmente populismo de derecha. Tengo la esperanza de que abandone esta faceta después de un tiempo. Pero también hay un tema filosófico-político. Nosotros, los liberales clásicos, queremos tener un Estado limitado, bien gestionado y eficiente, pero con funciones importantes. No es un Estado que solo provea seguridad sino que también proporcione un nivel decente de educación a la población, solo por nombrar un ejemplo. La perspectiva estrictamente libertaria o anarcocapitalista de que se puede privatizar todo no es cierta. Creo que una sociedad necesita estas funciones básicas que van más allá de la seguridad.
-En este momento del año se está negociando el presupuesto 2025 en el Congreso, pero el Gobierno se ha mostrado reticente a negociar con la oposición su aprobación. ¿Podría esto afectar la visión de los mercados y del FMI sobre la Argentina?
-Como exministro de finanzas de un Estado pequeño en Alemania, solo puedo decirte lo que significa no tener un presupuesto. Déjame decir algo cínico: lo mejor para un ministro de finanzas es no tener un presupuesto, porque puede hacer lo que llamamos presupuestación preliminar. Y entonces puedes imponer restricciones al gasto. Mientras no haya un presupuesto aprobado, puedes restringir tú mismo el gasto público, lo que, por supuesto, no es bueno para la economía, ni para un país. Es mejor tener un presupuesto aprobado.
-¿Cree que este tipo de liderazgo es un síntoma o una respuesta a la crisis de los modelos políticos tradicionales?
-En estos tiempos se observan movimientos populistas de derecha básicamente en todas partes del mundo industrializado. Tienen diferentes formas dados los problemas locales, regionales y nacionales, pero son de derecha, básicamente. Y creo que, cuando miras Europa, es una respuesta negativa a la globalización. La globalización requiere ajustes, requiere una firme mirada hacia el futuro, urbana, una mirada liberal. Y mucha gente no comparte esta mirada. Como académico, diría que si observas un fenómeno con diferentes matices, pero más o menos lo mismo en todas partes entonces debe haber un sistema profundo detrás de ello. Y el sistema profundo es un poco de ansiedad frente al futuro. Pero como liberales tenemos que cumplir. Tenemos que hacer que la gente, por ejemplo, en las áreas rurales, que se siente dejada atrás, claramente participe en el proceso. Deben ver los beneficios por sí mismos. Y creo que todos los gobiernos de Occidente, particularmente en Europa, han sido muy malos en eso. Y también, los demócratas en Estados Unidos no han sido particularmente buenos en eso. No siempre se trata de ingresos. Algunos Estados que votaron por Donald Trump, como Kentucky y Ohio, no son pobres. La gente no es pobre, pero sienten que los tipos en Washington viven en un mundo diferente. Y hasta cierto punto, eso es cierto. Bueno, aquí, según mi conocimiento, el Gran Buenos Aires está dominado por la tradición peronista. Y el resto del país tiene un enorme potencial. Estas personas fuera de los centros urbanos están haciendo un trabajo arduo, pero no ven reflejado su esfuerzo en hechos concretos. Eso permitió que Milei se lanzara con su motosierra y que ese mensaje sea muy efectivo.
-En la Argentina hay un 52,9% de pobres, ¿es suficiente bajar la inflación para reducir la pobreza?
-Reducir la inflación de manera masiva es una condición necesaria, pero no una condición suficiente para combatir la pobreza. Necesitas un marco macroeconómico estable, y teóricamente esto es relativamente simple. ¿Qué necesitas? Necesitas un presupuesto equilibrado, predecible y sostenible. Este presupuesto equilibrado permite que el Banco Central, que debe ser completamente independiente, controle la oferta de dinero y no financie el déficit presupuestario con la oferta de dinero. Y cuando hayas hecho esto, estabilizas la situación macroeconómica, incluido el tipo de cambio, y eso te permite abrir la economía. Creo que la secuencia que utiliza Milei es correcta. Sin embargo, la apertura de la economía debe llegar pronto. No puedes esperar durante años porque, de lo contrario, los productores de buen vino tinto y carne no podrán vender sus productos en el mercado mundial ni comprar bienes de inversión. Esa es la clave de la estabilización macroeconómica. También tienes que liberalizar la economía, privatizar e introducir más eficiencia. Y muy importante, tienes que dar un nuevo comienzo en términos de emprendimiento, en términos de capacidad innovadora, que el país tiene el potencial, pero eso tiene que ser la base para el crecimiento futuro. La mejor lucha contra la pobreza es el crecimiento. El problema es, por supuesto, el periodo intermedio: puede que por un tiempo aumente la pobreza, como también aumentó en Polonia a principios de los 90 y en Alemania a mediados de los años 20. Probablemente esto es inevitable y es la parte realmente difícil de la transición. Pero una vez que superas eso, soy optimista.
-Desde su punto de vista, después de un año de gobierno de Milei, ¿prima el optimismo o el pesimismo?
-Económicamente, un poco más el optimismo. No estaba seguro de si realmente llevaría a cabo, honestamente, un progreso de estabilización cuando lo vi con la motosierra. Es un político que obviamente se toma su evangelio en serio. Es anarcocapitalista. No lo comparto, pero tampoco estoy seguro de hasta qué punto esto entrará en su política real. La dolarización es un maravilloso ejemplo. Prometió la dolarización, pero la abandonó relativamente fácil. Y esta es mi esperanza, que las tonterías de este programa se guarden tranquilamente y que nos quedemos con un programa de estabilización relativamente convencional. Creo que un país decente necesita un buen sistema público de educación, punto. De lo contrario, solo los ricos podrían enviar a sus hijos a la escuela. Mi esperanza es que Milei adopte una postura más pragmática sobre este tema. Pero eso es una esperanza, no lo sé, es un hombre impredecible.
-¿Como Trump?
-Con Trump tendremos otros problemas, pero también el problema de si realmente hace lo que predica. Tomemos su proteccionismo. Si se vuelve proteccionista, como ha afirmado, sería desastroso.
-¿Qué impacto cree que tendrá la llegada de Trump al poder para los argentinos?
-Podría recomendarle a Milei que lea el libro proteccionista del asesor comercial de Trump Robert Lighthizer. No tiene nada que ver con el anarcocapitalismo, es exactamente lo contrario. Así que su supuesta simpatía proviene más del otro lado de la cara de Jano, la del tener un buen amigo populista de derecha. Como Vox en España, que se declara amigo de Trump. Las políticas que Trump quiere implementar en el ámbito internacional no serían de interés para Argentina. No creo que Trump tenga, en su proteccionismo, a Argentina como objetivo principal. Su blanco será China y, en parte, Europa. Pero indirectamente, la Argentina también se verá influida porque si ataca a China, los estadounidenses, por su fortaleza, podrían decirnos a nosotros los europeos y a los latinoamericanos: ‘No comercien con China. Están comerciando con nuestros enemigos’.
-En líneas generales, ¿cuál es la imagen de Milei en el extranjero?
-En Europa, especialmente en círculos de izquierda, hay un prejuicio muy superficial sobre Milei. Lo ven como un “monstruo de derecha”. Es una visión limitada y poco informada. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, hay un enorme interés por la Argentina, algo que no se veía quizás desde la época de Perón. Esto es una oportunidad para el país. Alemania, por ejemplo, no ha mirado mucho a América latina ni tiene una política hacia la región. El acuerdo Mercosur-UE sigue bloqueado principalmente por Francia, y Alemania debería tomar un rol más activo. Argentina tiene recursos naturales únicos, como agua, sol y viento, y Alemania tiene la tecnología. Hay un gran potencial para la cooperación futura, impulsado por los eventos actuales en Argentina. Aunque, claro, con los riesgos que implica tener un líder excéntrico con retórica populista de derecha.