Crisis educativa: preocupa que menos de la mitad del país cuenta con datos fehacientes de sus estudiantes
Por:
Lucila Marin
Jueves 21 de
Noviembre 2024
Así lo reveló un informe del Observatorio Argentinos por la Educación; la información es clave para el seguimiento de las trayectorias de los alumnos y evitar casos de deserción escolar
Solo diez provincias cuentan con los datos de todos sus estudiantes en sus tres niveles obligatorios. Así lo reveló un informe del Observatorio Argentinos por la Educación en base a un relevamiento que la organización realiza desde hace cuatro años, a través de encuestas en línea a cada una de las provincias, sobre los avances en la consolidación de un sistema de información y gestión educativa.
Consolidar la información de cada uno de los alumnos en tiempo real es clave para poder hacer un mejor seguimiento de todas las trayectorias educativas. Contar con información nominal permite implementar sistemas de registro del presentismo y ausentismo estudiantil, desarrollar Sistemas de Alerta Temprana (SAT) que contribuyen a identificar y prevenir situaciones de riesgo de deserción escolar y diseñar intervenciones focalizadas y oportunas para el acompañamiento de aquellos que están en riesgo. A nivel nacional, estos datos permiten mejorar la focalización de programas educativos como generar evidencia para la toma de decisiones basada en información precisa y actualizada.
De las 21 jurisdicciones que participaron del relevamiento, Córdoba, Chubut, Mendoza, Santa Fe, La Pampa, Jujuy, La Rioja, ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos y San Luis, cuentan con datos de prácticamente todos sus estudiantes, es decir del 99 o 100% de la matrícula en los tres niveles educativos obligatorios. Mientras que Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Corrientes, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán no cuentan con esos datos. Solo Formosa, Neuquén y Tierra del Fuego no respondieron la encuesta que sustenta el informe “Sistemas nominales de información educativa en Argentina”, elaborado por Flavia Ferrari Inchauspe, Leyre Saénz Guillén y Víctor Volman.
Sin embargo, hay disparidades significativas entre provincias: Misiones y San Juan dijeron no tener datos de los alumnos del sector privado. Les sigue Chaco donde solo declararon tener los datos del 13% de los alumnos de escuelas primarias privadas y un 17% en el nivel secundario.
“Desde hace varios años, en el mundo y en la región se viene impulsando la nominalización de datos de los estudiantes en los registros de estadística educativa. Este tipo de registro permite identificar la historia y la trayectoria educativa de cada uno de los estudiantes, lo que incrementa las oportunidades de formular políticas y definir acciones más precisas en los niveles centrales y también en el nivel escolar”, explica Daniel Pinkasz, investigador de Flacso y de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
En los tres niveles, el sector estatal alcanza una proporción mayor de la matricula nominalizada que en el sector privado. En el caso del nivel inicial, el estatal alcanzo una matrícula nominalizada del 90%, mientras que el privado del 83%; para el nivel primario el estatal alcanza el 89% y el privado el 83% y en el secundario el estatal también es del 89%, mientras que el privado es del 80%.
El nivel superior no universitario presenta los niveles más bajos de nominalización, con un promedio ponderado de 41% en el sector estatal y 49% en el privado, siendo el único nivel educativo con mayor proporción de matrícula nominalizada en el sector privado que en el estatal.
El informe marca como un aspecto positivo que ha avanzado la consolidación de un sistema de información y gestión educativa con cobertura nacional: la Base Nacional Homologada (BNH), una web de datos de estudiantes que permite centralizar y estandarizar a nivel nacional la información. Esa base, administrada por la Secretaría de Educación de la Nación, incrementó su cobertura en 10 puntos en tres años: mientras que en 2021 contaba con datos del 74% de la matrículas de los tres niveles en todo el país, para 2023 alcanzó el 84%.
Es la principal herramienta para integrar los datos a nivel nacional –20 de las 21 jurisdicciones relevadas en este informe transfieren sus datos por este medio– y se alimenta del Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide) y de los sistemas propios de cada jurisdicción. El Sinide fue creado en 2012, mediante la Resolución N°1041/12, con el objetivo de registrar las trayectorias educativas de los alumnos de los niveles educativos obligatorios en ambos sectores y prevé la carga nominalizada de información en cada provincia en la base de datos única y homologada a nivel nacional (BNH).
“La información recabada por los sistemas de información (SIGED) puede constituir una fotografía dinámica y completa del sistema, abarcando desde el desempeño individual del alumno hasta el funcionamiento del aula. Al analizar estos datos y retroalimentar el sistema, dotamos a docentes y directivos de información relevante para mejorar las estrategias de aprendizaje”, indica Flavia Ferrari Inchauspe.
El informe encontró, sin embargo, un patrón claro en el uso de la información. El acceso y la utilización se concentra principalmente en los niveles directivos y ministeriales, y no así en docentes y comunidades educativas cuando varios estudios citados en el documento marcan que cuando las escuelas y docentes reciben información útil, mejora tanto su compromiso con la carga de datos como el uso efectivo de estos para la toma de decisiones pedagógicas.
Consolidar la información de cada uno de los alumnos en tiempo real es clave para poder hacer un mejor seguimiento de todas las trayectorias educativas. Contar con información nominal permite implementar sistemas de registro del presentismo y ausentismo estudiantil, desarrollar Sistemas de Alerta Temprana (SAT) que contribuyen a identificar y prevenir situaciones de riesgo de deserción escolar y diseñar intervenciones focalizadas y oportunas para el acompañamiento de aquellos que están en riesgo. A nivel nacional, estos datos permiten mejorar la focalización de programas educativos como generar evidencia para la toma de decisiones basada en información precisa y actualizada.
De las 21 jurisdicciones que participaron del relevamiento, Córdoba, Chubut, Mendoza, Santa Fe, La Pampa, Jujuy, La Rioja, ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos y San Luis, cuentan con datos de prácticamente todos sus estudiantes, es decir del 99 o 100% de la matrícula en los tres niveles educativos obligatorios. Mientras que Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Corrientes, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán no cuentan con esos datos. Solo Formosa, Neuquén y Tierra del Fuego no respondieron la encuesta que sustenta el informe “Sistemas nominales de información educativa en Argentina”, elaborado por Flavia Ferrari Inchauspe, Leyre Saénz Guillén y Víctor Volman.
Sin embargo, hay disparidades significativas entre provincias: Misiones y San Juan dijeron no tener datos de los alumnos del sector privado. Les sigue Chaco donde solo declararon tener los datos del 13% de los alumnos de escuelas primarias privadas y un 17% en el nivel secundario.
“Desde hace varios años, en el mundo y en la región se viene impulsando la nominalización de datos de los estudiantes en los registros de estadística educativa. Este tipo de registro permite identificar la historia y la trayectoria educativa de cada uno de los estudiantes, lo que incrementa las oportunidades de formular políticas y definir acciones más precisas en los niveles centrales y también en el nivel escolar”, explica Daniel Pinkasz, investigador de Flacso y de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
En los tres niveles, el sector estatal alcanza una proporción mayor de la matricula nominalizada que en el sector privado. En el caso del nivel inicial, el estatal alcanzo una matrícula nominalizada del 90%, mientras que el privado del 83%; para el nivel primario el estatal alcanza el 89% y el privado el 83% y en el secundario el estatal también es del 89%, mientras que el privado es del 80%.
El nivel superior no universitario presenta los niveles más bajos de nominalización, con un promedio ponderado de 41% en el sector estatal y 49% en el privado, siendo el único nivel educativo con mayor proporción de matrícula nominalizada en el sector privado que en el estatal.
Un avance
El informe marca como un aspecto positivo que ha avanzado la consolidación de un sistema de información y gestión educativa con cobertura nacional: la Base Nacional Homologada (BNH), una web de datos de estudiantes que permite centralizar y estandarizar a nivel nacional la información. Esa base, administrada por la Secretaría de Educación de la Nación, incrementó su cobertura en 10 puntos en tres años: mientras que en 2021 contaba con datos del 74% de la matrículas de los tres niveles en todo el país, para 2023 alcanzó el 84%.
Es la principal herramienta para integrar los datos a nivel nacional –20 de las 21 jurisdicciones relevadas en este informe transfieren sus datos por este medio– y se alimenta del Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide) y de los sistemas propios de cada jurisdicción. El Sinide fue creado en 2012, mediante la Resolución N°1041/12, con el objetivo de registrar las trayectorias educativas de los alumnos de los niveles educativos obligatorios en ambos sectores y prevé la carga nominalizada de información en cada provincia en la base de datos única y homologada a nivel nacional (BNH).
“La información recabada por los sistemas de información (SIGED) puede constituir una fotografía dinámica y completa del sistema, abarcando desde el desempeño individual del alumno hasta el funcionamiento del aula. Al analizar estos datos y retroalimentar el sistema, dotamos a docentes y directivos de información relevante para mejorar las estrategias de aprendizaje”, indica Flavia Ferrari Inchauspe.
El informe encontró, sin embargo, un patrón claro en el uso de la información. El acceso y la utilización se concentra principalmente en los niveles directivos y ministeriales, y no así en docentes y comunidades educativas cuando varios estudios citados en el documento marcan que cuando las escuelas y docentes reciben información útil, mejora tanto su compromiso con la carga de datos como el uso efectivo de estos para la toma de decisiones pedagógicas.