Biden evita la pasarela principal y es el único líder que entra por un camino alternativo a la cumbre del G20 en Río de Janeiro
Lunes 18 de
Noviembre 2024
Los líderes del G20 se reúnen en Río para abordar una agenda marcada por tensiones globales, conflictos en Gaza y Ucrania, y desafíos en la gobernanza económica
RIO DE JANEIRO.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó el lunes al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, donde participó de la reunión de los líderes del G20, con problemas para desplazarse.
Mientras los líderes del G20 hacían su entrada al Museo siguiendo un recorrido ceremonial que incluía caminar sobre una alfombra roja, seguido de una rampa que los llevaba hasta la entrada principal, donde eran recibidos con un saludo oficial por el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, optó por un camino alternativo, debido a dificultades para caminar.
En lugar de seguir la ruta principal, Biden se desplazó por un costado, aparentemente un trayecto más corto y menos exigente físicamente.
Aunque evitó la rampa y la alfombra roja, llegó al mismo punto de recepción, donde fue recibido calurosamente por Lula. La decisión destacó las posibles consideraciones de movilidad del mandatario estadounidense en medio de los exigentes protocolos de este tipo de cumbres internacionales.
La cumbre del G20 en Río de Janeiro, que se lleva a cabo del 18 al 20 de noviembre, reúne a los líderes de las principales economías del mundo, incluyendo Estados Unidos, China, Brasil, Alemania, Japón, India y la Unión Europea, entre otros. También participan representantes de países invitados y organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas.
En su discurso de apertura, Biden llamó a los líderes del G20 en Río de Janeiro a apoyar la soberanía de Ucrania, un día después de autorizar a Kiev a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos militares rusos.
“Estados Unidos apoya firmemente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Todos en esta mesa, en mi opinión, deberían hacer lo mismo”, dijo Biden en presencia del canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Mientras Biden llega a la cumbre como un mandatario saliente con apenas dos meses restantes en la Casa Blanca, el presidente de China, Xi Jinping, será una figura central en una cumbre marcada por tensiones geopolíticas debido a las guerras en Gaza y Ucrania, así como por la anticipada vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que podría impactar en las discusiones y los acuerdos que se logren durante la cumbre.
Funcionarios brasileños reconocieron que su agenda para el G20, centrada en el desarrollo sostenible, gravar a los más ricos y combatir la pobreza y el hambre, podría perder impulso rápidamente cuando Donald Trump comience a dictar nuevas prioridades globales desde la Casa Blanca.
El esfuerzo de Brasil por reformar la gobernanza global, incluyendo las instituciones financieras multilaterales, también podría enfrentar obstáculos bajo Trump, según señalaron funcionarios brasileños.
Biden, quien visitó la selva amazónica antes de llegar a Río, tiene previsto anunciar un compromiso para reponer el fondo de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, destinado a los países más pobres del mundo, además de lanzar una asociación bilateral de energía limpia con Brasil, según informó un alto funcionario estadounidense.
Por su parte, se espera que Xi promocione la iniciativa de la Franja y la Ruta de China mientras reafirma su ascenso económico. Hasta ahora, Brasil ha declinado unirse a esta iniciativa global de infraestructura, aunque las expectativas son altas para otras asociaciones industriales cuando Xi finalice su visita al país con una reunión de estado en Brasilia el miércoles.
Las conversaciones comerciales durante el G20 estarán marcadas por la preocupación de una posible escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ya que Trump planea imponer aranceles a las importaciones de China y otras naciones.
El ímpetu de Trump por recortar impuestos también dificultará los esfuerzos de Brasil por discutir la tributación de los superricos, un tema prioritario para Lula da Silva, quien lo incluyó en la agenda del G20.
El nuevo aliado de Trump en América Latina, el libertario presidente argentino Javier Milei, ya ha trazado una línea roja en este tema. Negociadores argentinos se negaron a aprobar la inclusión del asunto en el comunicado conjunto de la cumbre, según informaron diplomáticos.
Mientras los líderes del G20 hacían su entrada al Museo siguiendo un recorrido ceremonial que incluía caminar sobre una alfombra roja, seguido de una rampa que los llevaba hasta la entrada principal, donde eran recibidos con un saludo oficial por el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, optó por un camino alternativo, debido a dificultades para caminar.
En lugar de seguir la ruta principal, Biden se desplazó por un costado, aparentemente un trayecto más corto y menos exigente físicamente.
Aunque evitó la rampa y la alfombra roja, llegó al mismo punto de recepción, donde fue recibido calurosamente por Lula. La decisión destacó las posibles consideraciones de movilidad del mandatario estadounidense en medio de los exigentes protocolos de este tipo de cumbres internacionales.
La cumbre del G20 en Río de Janeiro, que se lleva a cabo del 18 al 20 de noviembre, reúne a los líderes de las principales economías del mundo, incluyendo Estados Unidos, China, Brasil, Alemania, Japón, India y la Unión Europea, entre otros. También participan representantes de países invitados y organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas.
En su discurso de apertura, Biden llamó a los líderes del G20 en Río de Janeiro a apoyar la soberanía de Ucrania, un día después de autorizar a Kiev a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos militares rusos.
“Estados Unidos apoya firmemente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Todos en esta mesa, en mi opinión, deberían hacer lo mismo”, dijo Biden en presencia del canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Mientras Biden llega a la cumbre como un mandatario saliente con apenas dos meses restantes en la Casa Blanca, el presidente de China, Xi Jinping, será una figura central en una cumbre marcada por tensiones geopolíticas debido a las guerras en Gaza y Ucrania, así como por la anticipada vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que podría impactar en las discusiones y los acuerdos que se logren durante la cumbre.
Funcionarios brasileños reconocieron que su agenda para el G20, centrada en el desarrollo sostenible, gravar a los más ricos y combatir la pobreza y el hambre, podría perder impulso rápidamente cuando Donald Trump comience a dictar nuevas prioridades globales desde la Casa Blanca.
El esfuerzo de Brasil por reformar la gobernanza global, incluyendo las instituciones financieras multilaterales, también podría enfrentar obstáculos bajo Trump, según señalaron funcionarios brasileños.
Biden, quien visitó la selva amazónica antes de llegar a Río, tiene previsto anunciar un compromiso para reponer el fondo de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, destinado a los países más pobres del mundo, además de lanzar una asociación bilateral de energía limpia con Brasil, según informó un alto funcionario estadounidense.
Por su parte, se espera que Xi promocione la iniciativa de la Franja y la Ruta de China mientras reafirma su ascenso económico. Hasta ahora, Brasil ha declinado unirse a esta iniciativa global de infraestructura, aunque las expectativas son altas para otras asociaciones industriales cuando Xi finalice su visita al país con una reunión de estado en Brasilia el miércoles.
Las conversaciones comerciales durante el G20 estarán marcadas por la preocupación de una posible escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ya que Trump planea imponer aranceles a las importaciones de China y otras naciones.
El ímpetu de Trump por recortar impuestos también dificultará los esfuerzos de Brasil por discutir la tributación de los superricos, un tema prioritario para Lula da Silva, quien lo incluyó en la agenda del G20.
El nuevo aliado de Trump en América Latina, el libertario presidente argentino Javier Milei, ya ha trazado una línea roja en este tema. Negociadores argentinos se negaron a aprobar la inclusión del asunto en el comunicado conjunto de la cumbre, según informaron diplomáticos.
Con información de
La Nación