Estados Unidos autorizó el trigo resistente a sequía creado por investigadores santafesinos
Jueves 29 de
Agosto 2024
La primera economía mundial avaló la producción y comercialización del trigo que desarrollaron investigadores del Conicet y la biotecnológica rosarina Bioceres
Estados Unidos se convirtió en el cuarto mercado que otorgó la autorización total para producir y comercializar el trigo transgénico tolerante a sequía desarrollado por investigadores santafesinos del Conicet y la biotecnológica rosarina Bioceres. Antes lo habían hecho Argentina, Brasil y Paraguay.
El trigo resistente a sequía fue desarrollado en la Argentina por la doctora Raquel Chan y su equipo del Conicet, junto a un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y Bioceres.
La autorización permitirá sembrarlo sin restricciones en ese país, uno de los mercados de trigo más importantes a nivel mundial. Se trata de una variedad del cultivo que incorpora la tecnología HB4, tolerante a la sequía y considerada única a nivel mundial.
En su resolución el organismo estadounidense determinó que esta variedad transgénica no presenta riesgos en relación con las semillas de trigo no modificadas que se utilizan como referencia. “Desde una perspectiva de riesgo de plagas, esta planta modificada puede cultivarse y reproducirse de manera segura en los Estados Unidos”, señaló el organismo.
“Es una novedad importantísima, dado que Estados Unidos es uno de los mayores productores mundiales de trigo, y la aprobación significa que se puede plantar de forma no regulada; lo que quiere decir que pasó todos los exámenes de seguridad ambiental y de seguridad para la alimentación humana y animal. Aunque la FDA ya lo había aprobado para el consumo en 2022, esto va a tener una implicancia enorme: no es lo mismo sembrar en sólo en Argentina y exportar, que poder sembrar las semillas directamente en Estados Unidos u otros países. La diferencia es abismal”, señaló Chan.
Al ser más tolerantes a la sequía las semillas transgénicas que incorporan la tecnología HB4® permiten minimizar las pérdidas de producción, mejorar la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés hídrico y dar mayor previsibilidad a los rindes por hectárea. La capacidad de estas semillas de trigo de ofrecer una mayor tolerancia a la sequía es brindada por la incorporación a su genoma de un gen modificado, tomado originalmente de la planta de girasol, denominado HaHB4 (por Helianthus annuus homeobox 4, nombre comercial HB4®).
Esta innovación tecnológica y productiva ya se aprobó en otros mercados importantes como Argentina, Brasil y Paraguay, que juntos representan más del 90 por ciento de la superficie cultivada con trigo en Sudamérica. Pero ahora, con la autorización para su cultivo en Estados Unidos, se abre una nueva etapa para su expansión en el mercado internacional.
El Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales (APHIS) evaluó al trigo HB4, un desarrollo transgénico que transfiere la tolerancia a sequía del girasol a otros cultivos, y tras un exhaustivo estudio determinó no presenta un riesgo en comparación con el trigo convencional. Esta decisión se basó en una revisión detallada que incluyó el análisis del fenotipo de este trigo genéticamente modificado, su posible impacto en el ambiente y sus características.
Aphis concluyó que el Trigo HB4 no representa en sí mismo ni contribuye con plagas vegetales y, por lo tanto, no está sujeto a la regulación descripta bajo el 7 CFR parte 340. "El Trigo HB4, así como cualquier progenie derivada de él, puede ser cultivado en Estados Unidos sin restricciones. Esta autorización también se aplica a cualquier cruza del Trigo HB4 con plantas no modificadas o con otras plantas modificadas que no estén sujetas a estas regulaciones", informó Bioceres.
Esto ocurre dos años después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el Trigo HB4 para consumo en junio de 2022.
Estados Unidos es el cuarto mercado que otorga la autorización total para producir y comercializar el trigo HB4. Este desarrollo biotecnológico de vanguardia mundial también se está sometiendo actualmente a pruebas de campo en Australia, otro de los grandes productores de trigo del planeta.
El HB4 ya fue aprobado para consumo humano y animal en otros siete países: Australia, Colombia, Indonesia, Nueva Zelanda, Nigeria, Sudáfrica y Tailandia. También se han presentado solicitudes en Bolivia, Filipinas, Uruguay y Vietnam (para consumo humano y animal, y cultivo).
En este sentido, Chan explicó que el proceso de investigación y desarrollo comenzó con una pregunta de ciencia pura y fundamental: “¿Cómo es que el girasol es más resiliente al estrés por déficit hídrico que la soja o el trigo?” La búsqueda de responder esa pregunta fue un impulso clave para al descubrimiento del gen HaHB4.
Los primeros ensayos para el desarrollo de transgénicos consistieron en introducir este gen en semillas de Arabidopsis thaliana, planta comúnmente utilizadas como modelo experimental a nivel de laboratorio, y obtuvieron los resultados esperado: las semillas que incorporaban el gen del girasol obtenían mayor tolerancia al estrés hídrico.
En alianza con Bioceres, comenzaron a probar qué ocurría al incorporar el gen en cultivos de interés agronómico como soja, maíz, alfalfa, trigo y otros cultivos con el gen HaHB-4 , y obtuvieron en la mayoría de los casos, resultados exitosos, que se continuaron en nuevos estudios. Estudiar el comportamiento de estos cultivos a nivel laboratorio, en el invernadero y posteriormente en el campo fue una investigación de muchos años en la que participaron especialistas en distintas disciplinas como la biología molecular, la genética, la agronomía y la bioinformática. Cabe destacar el trabajo realizado por los doctores Patricia Miranda y su predecesor el Moisés Burachik (fallecido) para lograr este hito regulatorio.
“Hace veinte años, cuando esto comenzó, no me imaginaba que podíamos llegar a este punto. Se trata de un desarrollo que fue evolucionando, primero fue aceptado en Brasil, después en Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Paraguay, un montón de países. Ahora esperamos que otros desarrollos en los que trabajamos sigan el mismo camino: que terminen convirtiéndose en productos del mercado con impacto en los sectores productivos y en el desarrollo del país”, indicó la investigadora.
Por su parte, el director de Comunidad de Bioceres, Gabino Rebagliati, sostiene: “El acuerdo con el Conicet representa un hito fundamental en la historia de nuestra empresa. Este vínculo no solo ha sido crucial para el desarrollo y éxito de la tecnología HB4 desarrollada por Raquel Chan y su equipo junto a investigadores de la Universidad del Litoral, sino que también abre nuevas oportunidades para futuros proyectos. Esta relación público-privada es clave tanto para nuestro presente como para nuestro futuro y nos ha permitido alcanzar hoy un logro mundial significativo”.
Chan también destacó la importancia de desarrollar tecnologías propias e innovadoras desde el sistema científico en articulación con el sistema productivo. En este sentido, comentó que al ser Argentina un país agroexportador, cuya principal fuente de divisas proviene de productos agrícolas, desarrollos como la tecnología HB4 y las sucesivas aprobaciones para su cultivo y consumo en distintos países, pueden tener fuerte impacto en la economía nacional.
El trigo resistente a sequía fue desarrollado en la Argentina por la doctora Raquel Chan y su equipo del Conicet, junto a un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y Bioceres.
La autorización permitirá sembrarlo sin restricciones en ese país, uno de los mercados de trigo más importantes a nivel mundial. Se trata de una variedad del cultivo que incorpora la tecnología HB4, tolerante a la sequía y considerada única a nivel mundial.
En su resolución el organismo estadounidense determinó que esta variedad transgénica no presenta riesgos en relación con las semillas de trigo no modificadas que se utilizan como referencia. “Desde una perspectiva de riesgo de plagas, esta planta modificada puede cultivarse y reproducirse de manera segura en los Estados Unidos”, señaló el organismo.
“Es una novedad importantísima, dado que Estados Unidos es uno de los mayores productores mundiales de trigo, y la aprobación significa que se puede plantar de forma no regulada; lo que quiere decir que pasó todos los exámenes de seguridad ambiental y de seguridad para la alimentación humana y animal. Aunque la FDA ya lo había aprobado para el consumo en 2022, esto va a tener una implicancia enorme: no es lo mismo sembrar en sólo en Argentina y exportar, que poder sembrar las semillas directamente en Estados Unidos u otros países. La diferencia es abismal”, señaló Chan.
Al ser más tolerantes a la sequía las semillas transgénicas que incorporan la tecnología HB4® permiten minimizar las pérdidas de producción, mejorar la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés hídrico y dar mayor previsibilidad a los rindes por hectárea. La capacidad de estas semillas de trigo de ofrecer una mayor tolerancia a la sequía es brindada por la incorporación a su genoma de un gen modificado, tomado originalmente de la planta de girasol, denominado HaHB4 (por Helianthus annuus homeobox 4, nombre comercial HB4®).
Esta innovación tecnológica y productiva ya se aprobó en otros mercados importantes como Argentina, Brasil y Paraguay, que juntos representan más del 90 por ciento de la superficie cultivada con trigo en Sudamérica. Pero ahora, con la autorización para su cultivo en Estados Unidos, se abre una nueva etapa para su expansión en el mercado internacional.
De Santa Fe a Estados Unidos
La decisión representa el aval de la principal potencia global, que no sólo es el principal productor de granos del mundo sino también el país que tiene uno de los sistemas científico-tecnológico del planeta. Estados Unidos produce unas 45 millones de toneladas de trigo anuales.El Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales (APHIS) evaluó al trigo HB4, un desarrollo transgénico que transfiere la tolerancia a sequía del girasol a otros cultivos, y tras un exhaustivo estudio determinó no presenta un riesgo en comparación con el trigo convencional. Esta decisión se basó en una revisión detallada que incluyó el análisis del fenotipo de este trigo genéticamente modificado, su posible impacto en el ambiente y sus características.
Aphis concluyó que el Trigo HB4 no representa en sí mismo ni contribuye con plagas vegetales y, por lo tanto, no está sujeto a la regulación descripta bajo el 7 CFR parte 340. "El Trigo HB4, así como cualquier progenie derivada de él, puede ser cultivado en Estados Unidos sin restricciones. Esta autorización también se aplica a cualquier cruza del Trigo HB4 con plantas no modificadas o con otras plantas modificadas que no estén sujetas a estas regulaciones", informó Bioceres.
Esto ocurre dos años después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el Trigo HB4 para consumo en junio de 2022.
Estados Unidos es el cuarto mercado que otorga la autorización total para producir y comercializar el trigo HB4. Este desarrollo biotecnológico de vanguardia mundial también se está sometiendo actualmente a pruebas de campo en Australia, otro de los grandes productores de trigo del planeta.
El HB4 ya fue aprobado para consumo humano y animal en otros siete países: Australia, Colombia, Indonesia, Nueva Zelanda, Nigeria, Sudáfrica y Tailandia. También se han presentado solicitudes en Bolivia, Filipinas, Uruguay y Vietnam (para consumo humano y animal, y cultivo).
La historia de una investigación
De acuerdo a información del Conicet, el proceso de investigación que llevó Chan y a su equipo al desarrollo de la tecnología HB4 tuvo un primer punto de inflexión en el descubrimiento de un gen del girasol que le confiere a esta planta mayor tolerancia al estrés por déficit hídrico.En este sentido, Chan explicó que el proceso de investigación y desarrollo comenzó con una pregunta de ciencia pura y fundamental: “¿Cómo es que el girasol es más resiliente al estrés por déficit hídrico que la soja o el trigo?” La búsqueda de responder esa pregunta fue un impulso clave para al descubrimiento del gen HaHB4.
Los primeros ensayos para el desarrollo de transgénicos consistieron en introducir este gen en semillas de Arabidopsis thaliana, planta comúnmente utilizadas como modelo experimental a nivel de laboratorio, y obtuvieron los resultados esperado: las semillas que incorporaban el gen del girasol obtenían mayor tolerancia al estrés hídrico.
En alianza con Bioceres, comenzaron a probar qué ocurría al incorporar el gen en cultivos de interés agronómico como soja, maíz, alfalfa, trigo y otros cultivos con el gen HaHB-4 , y obtuvieron en la mayoría de los casos, resultados exitosos, que se continuaron en nuevos estudios. Estudiar el comportamiento de estos cultivos a nivel laboratorio, en el invernadero y posteriormente en el campo fue una investigación de muchos años en la que participaron especialistas en distintas disciplinas como la biología molecular, la genética, la agronomía y la bioinformática. Cabe destacar el trabajo realizado por los doctores Patricia Miranda y su predecesor el Moisés Burachik (fallecido) para lograr este hito regulatorio.
“Hace veinte años, cuando esto comenzó, no me imaginaba que podíamos llegar a este punto. Se trata de un desarrollo que fue evolucionando, primero fue aceptado en Brasil, después en Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Paraguay, un montón de países. Ahora esperamos que otros desarrollos en los que trabajamos sigan el mismo camino: que terminen convirtiéndose en productos del mercado con impacto en los sectores productivos y en el desarrollo del país”, indicó la investigadora.
Alianza estratégica con Bioceres
Chan explicó que, en la actualidad, los fuertes golpes de calor junto con con la falta de agua generan estragos en los cultivos, por lo que es necesario generar nuevas tecnologías que se sumen a las que ya se desarrollaron. “Estamos trabajando en eso. Queremos generar tecnologías que puedan conferir a los cultivos resistencia a todas las adversidades climáticas. HB4 es la primera de nuestras tecnologías que sale a la luz con una empresa asociada, y espero que tengamos muchas más”, afirma.Por su parte, el director de Comunidad de Bioceres, Gabino Rebagliati, sostiene: “El acuerdo con el Conicet representa un hito fundamental en la historia de nuestra empresa. Este vínculo no solo ha sido crucial para el desarrollo y éxito de la tecnología HB4 desarrollada por Raquel Chan y su equipo junto a investigadores de la Universidad del Litoral, sino que también abre nuevas oportunidades para futuros proyectos. Esta relación público-privada es clave tanto para nuestro presente como para nuestro futuro y nos ha permitido alcanzar hoy un logro mundial significativo”.
Chan también destacó la importancia de desarrollar tecnologías propias e innovadoras desde el sistema científico en articulación con el sistema productivo. En este sentido, comentó que al ser Argentina un país agroexportador, cuya principal fuente de divisas proviene de productos agrícolas, desarrollos como la tecnología HB4 y las sucesivas aprobaciones para su cultivo y consumo en distintos países, pueden tener fuerte impacto en la economía nacional.
Con información de
La Capital