Lula: "Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde habrá un baño de sangre; cuando pierdes, te vas"
Miércoles 24 de
Julio 2024
El presidente brasileño eleva el tono y remarca que Maduro tiene que respetar el proceso electoral en Venezuela. La respuesta del mandatario caribeño.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, confesó que se asustó cuando escuchó a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, decir que podría haber un "baño de sangre" y "una guerra civil" en Venezuela si pierde las elecciones del próximo domingo 28 de julio. La mayoría de sondeos apuntan a una victoria del opositor Edmundo González.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre. Maduro tiene que aprender, cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”, dijo Lula en una entrevista con agencias de noticias internacionales.
Las palabras de Lula tuvieron rápida respuesta de Maduro, quien dijo que la advertencia sobre que habrá un "baño de sangre" en la nación caribeña si pierde las elecciones presidenciales fue una "reflexión" y añadió que si alguien se asustó por esta declaración que "se tome una manzanilla".
"Yo no dije mentiras, sólo hice una reflexión. El que se asustó que se tome una manzanilla porque este pueblo de Venezuela está curado de espanto y sabe lo que estoy diciendo. En Venezuela, va a triunfar la paz, el poder popular, la unión cívico-militar-policial perfecta, aquí no viene un Javier Milei", expresó el mandatario en un acto de campaña transmitido por el canal estatal VTV.
En unas declaraciones más duras de lo habitual, el mandatario brasileño prácticamente lanzó una reprimenda pública contra el líder venezolano. “Ya le dije a Maduro dos veces, y Maduro lo sabe, que la única manera de que Venezuela vuelva a la normalidad es tener un proceso electoral que sea respetado por todo el mundo. Si Maduro quiere contribuir a resolver la vuelta del crecimiento económico en Venezuela, el regreso de las personas que salieron de Venezuela y establecer un Estado de crecimiento económico, tiene que respetar el proceso democrático”, añadió.
El presidente brasileño también confirmó que, además de los dos observadores que enviará la Justicia electoral de Brasil, también viajará a Venezuela para seguir la jornada electoral su excanciller y actual asesor de Asuntos Internacionales, Celso Amorim. Las palabras de Lula suben un peldaño su postura sobre los comicios en Venezuela, hasta ahora tratados de manera más cauta, con discretas gestiones diplomáticas y pocas declaraciones en público. La semana pasada, Lula hizo una rápida referencia al país caribeño, igual que a Argentina o Nicaragua, para decir que Brasil no debe interferir en los asuntos internos de cada país: “Que elijan al presidente que quieran”.
Edmundo González ha mostrado su gratitud por el mensaje del mandatario brasileño a través de las redes sociales. “Agradecemos las palabras del presidente de Brasil en respaldo a un proceso electoral pacífico y ampliamente respetado en Venezuela”, escribió en X. Respecto a Venezuela, Lula ha defendido en todo momento lo pactado en los llamados Acuerdos de Barbados, con plena participación de la oposición y con unos resultados reconocidos por las dos partes. Cuando las autoridades venezolanas vetaron la candidatura de Carina Yoris, la candidata designada por María Corina Machado, a su vez inhabilitada por la Justicia, Lula lo calificó de “grave” y dijo que no había explicación jurídica ni política para prohibir que un adversario sea candidato.
Desde que asumió el poder en enero de 2023, Lula se ha esforzado en tender una mano a Maduro para sacarlo de su aislamiento político internacional, pero cada movimiento en dirección autoritaria o amenazas como la del “baño de sangre” socavan la estrategia brasileña de mediación. La última vez que coincidieron personalmente, en una cumbre de la Celac el pasado mes de marzo, Lula insistió en la necesidad de un proceso electoral con garantías. En junio, Lula y Maduro hablaron por teléfono y el brasileño subrayó la importancia de contar con una importante presencia de observadores internacionales. Hace unos días, Amorim, principal interlocutor entre Brasilia y Caracas, decía en una entrevista que seguía la campaña en Venezuela con una mezcla de “preocupación y confianza”, y lamentó, sobre todo, la ausencia de los observadores de la UE.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre. Maduro tiene que aprender, cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”, dijo Lula en una entrevista con agencias de noticias internacionales.
Las palabras de Lula tuvieron rápida respuesta de Maduro, quien dijo que la advertencia sobre que habrá un "baño de sangre" en la nación caribeña si pierde las elecciones presidenciales fue una "reflexión" y añadió que si alguien se asustó por esta declaración que "se tome una manzanilla".
"Yo no dije mentiras, sólo hice una reflexión. El que se asustó que se tome una manzanilla porque este pueblo de Venezuela está curado de espanto y sabe lo que estoy diciendo. En Venezuela, va a triunfar la paz, el poder popular, la unión cívico-militar-policial perfecta, aquí no viene un Javier Milei", expresó el mandatario en un acto de campaña transmitido por el canal estatal VTV.
En unas declaraciones más duras de lo habitual, el mandatario brasileño prácticamente lanzó una reprimenda pública contra el líder venezolano. “Ya le dije a Maduro dos veces, y Maduro lo sabe, que la única manera de que Venezuela vuelva a la normalidad es tener un proceso electoral que sea respetado por todo el mundo. Si Maduro quiere contribuir a resolver la vuelta del crecimiento económico en Venezuela, el regreso de las personas que salieron de Venezuela y establecer un Estado de crecimiento económico, tiene que respetar el proceso democrático”, añadió.
El presidente brasileño también confirmó que, además de los dos observadores que enviará la Justicia electoral de Brasil, también viajará a Venezuela para seguir la jornada electoral su excanciller y actual asesor de Asuntos Internacionales, Celso Amorim. Las palabras de Lula suben un peldaño su postura sobre los comicios en Venezuela, hasta ahora tratados de manera más cauta, con discretas gestiones diplomáticas y pocas declaraciones en público. La semana pasada, Lula hizo una rápida referencia al país caribeño, igual que a Argentina o Nicaragua, para decir que Brasil no debe interferir en los asuntos internos de cada país: “Que elijan al presidente que quieran”.
Edmundo González ha mostrado su gratitud por el mensaje del mandatario brasileño a través de las redes sociales. “Agradecemos las palabras del presidente de Brasil en respaldo a un proceso electoral pacífico y ampliamente respetado en Venezuela”, escribió en X. Respecto a Venezuela, Lula ha defendido en todo momento lo pactado en los llamados Acuerdos de Barbados, con plena participación de la oposición y con unos resultados reconocidos por las dos partes. Cuando las autoridades venezolanas vetaron la candidatura de Carina Yoris, la candidata designada por María Corina Machado, a su vez inhabilitada por la Justicia, Lula lo calificó de “grave” y dijo que no había explicación jurídica ni política para prohibir que un adversario sea candidato.
Desde que asumió el poder en enero de 2023, Lula se ha esforzado en tender una mano a Maduro para sacarlo de su aislamiento político internacional, pero cada movimiento en dirección autoritaria o amenazas como la del “baño de sangre” socavan la estrategia brasileña de mediación. La última vez que coincidieron personalmente, en una cumbre de la Celac el pasado mes de marzo, Lula insistió en la necesidad de un proceso electoral con garantías. En junio, Lula y Maduro hablaron por teléfono y el brasileño subrayó la importancia de contar con una importante presencia de observadores internacionales. Hace unos días, Amorim, principal interlocutor entre Brasilia y Caracas, decía en una entrevista que seguía la campaña en Venezuela con una mezcla de “preocupación y confianza”, y lamentó, sobre todo, la ausencia de los observadores de la UE.
Con información de
La Capital