AMIA, 30 años.
Por:
Hernán Cappiello
Jueves 18 de
Julio 2024
Algunas certezas y demasiadas dudas en el atentado que aún sigue impune
A30 años del atentado contra la AMIA, la Justicia avanzó hasta identificar a Irán y al grupo Hezbollah como los responsables del atentado. También identificó a ex jerarcas del gobierno iraní y a colaboradores del Hezbollah que decidieron y ejecutaron el ataque. En los últimos meses, sumó a ellos los nombres de cuatro empresarios libaneses afincados en la Triple Frontera, acusados de facilitar el desplazamiento del grupo operativo que hizo el ataque. Pidió la detención internacional de todos ellos. Además, estableció la mecánica del ataque, su organización desde la embajada iraní en Buenos Aires, cómo fue armada la Trafic usada en su ejecución y el uso de un conductor suicida para concretarlo. Pero la mayor deuda con los familiares de las víctimas es que aún la Argentina no pudo capturar y juzgar a los responsables del atentado.
Hubo tres juicios orales. En el primero se absolvió a todos los acusados y se denunció el inmenso encubrimiento del Estado durante el menemismo, que montó una operación para castigar a falsos culpables. Hubo un segundo juicio contra los investigadores del atentado, donde absolvieron a Carlos Menem, pero condenaron a sus exfuncionarios y al exjuez que investigó el caso. Y hubo un tercer juicio contra Carlos Telleldín, el exmecánico, último tenedor de la Trafic que fue usada como bomba. Fue acusado de entregarla a los terroristas pero, a pesar de que estuvo diez años preso, lo absolvieron tres veces. Su caso está apelado en la Corte Suprema.
La causa AMIA puso en evidencia la capacidad de la política para alterar la investigación judicial y manipular la búsqueda de la verdad. También permitió iluminar operaciones ilegales de los servicios de inteligencia para entorpecer en lugar de esclarecer y visibilizó alineamientos geopolíticos que cambiaron con la alternancia de los diferentes gobiernos.
Tanto es así que la ex presidenta Cristina Kirchner espera un juicio oral, acusada de encubrir a los responsables del ataque a la AMIA con la firma del Pacto con Irán. Además, según la Justicia, el fiscal Alberto Nisman fue asesinado por realizar su trabajo para esclarecer el atentado. Las pistas apuntan a una guerra de los servicios de inteligencia detrás de ese crimen.
La Trafic blanca
¿Qué se sabe?
El 18 de julio de 1994, a las 9.53, un vehículo Renault trafic, conducido por un conductor suicida, se aproximó a la sede de la AMIA en Pasteur 633 y detonó entre 300 y 400 kg de explosivos que llevaba en su interior. Esto provocó que colapsara la parte delantera del edificio, daños en 200 metros a la redonda, la muerte de 85 personas y heridas en al menos 151. El motor del vehículo fue hallado entre los escombros por brigadistas israelíes. El último tenedor del motor fue Carlos Telleldín, el exreducidor de autos y ahora abogado, absuelto dos veces en la causa. Telledín estuvo ya diez años preso. Su absolución está apelada en la Corte Suprema de Justicia.
¿Qué no se sabe?
Hay dudas sobre la Trafic que estalló en la AMIA. Se llegó a Telleldín desde el hallazgo del block de motor izquierdo. Telleldín tenía vínculos con Alejandro Monjo, quien el 4 de julio le vendió el vehículo siniestrado, que había pertenecido a la firma Mesin SRL y al que luego se le extrajo el motor en el taller de Alejandro Cotoras. Ese motor se montó en otra Trafic. La fiscalía señala que Telledín la vendió a los que la usaron para volar la AMIA, pero los jueces entendieron que no está probada su responsabilidad. Pero hay otra duda en la historia: la Trafic robada a Alejandro Sarapura donde se montó el motor hallado en la explosión sólo tenía puerta trasera. No venía con el portón corredizo en un costado y no coincide con la de la explosión. Por eso, se pensó en una tercera carrocería que Alberto Nisman no logró identificar.
El conductor que se inmoló
¿Qué se sabe?
El fiscal Alberto Nisman anunció en 2005 que el conductor del coche bomba que estalló contra la sede de la AMIA era el ciudadano libanés, militante activo del Hezbollah, Ibrahim Hussein Berro. Se lo identificó mediante trabajos de la SIDE, el FBI y la Fiscalía de Detroit, en los Estados Unidos. Hubo declaraciones de los hermanos de Berro. Nisman, difundió la foto. Anunció que se iba a hacer un estudio de ADN. Tras la muerte de Berro, hubo una ceremonia en su memoria en el Líbano donde participó el máximo líder de la organización Hezbolá, Hassan Narsrallah. Berro era un activo militante del Hezbollah, que tenía 21 años cuando se inmoló, su cadáver nunca fue recuperado.
¿Qué no se sabe?
En una declaración judicial bajo juramento, los hermanos de Berro negaron que Ibrahim haya estado en la Argentina, o que fuera el suicida. Aseguraron que murió en Líbano combatiendo contra tropas israelíes. Un estudio de ADN del FBI, que logró que uno de los hermanos se prestara a la prueba genética, determinó que los dos restos humanos de la AMIA no vinculados a las víctimas, que se encontraron dentro de una heladera, en el laboratorio de la Policía Federal, no se corresponden con Berro. Si bien sigue vigente la posibilidad de que la camioneta utilizada haya estado conducida por un suicida, se reducen las chances de que el conductor haya sido Berro.
¿Hubo conexión local?
¿Qué se sabe?
Con la absolución de Telleldín y de los expolicías bonaerenses a los que supuestamente les entregó la Trafic usada en el atentado, se desdibujó la idea de una conexión local. En cambio, se fortaleció la hipótesis de que hubo un grupo operativo extranjero que llegó al país coordinado por Salman Raouf Salman. En 2009, Nisman pidió su captura. Su hermano, Abdallah Salman, también está prófugo. Lo que la fiscalía da por probado es que Salman era un agente operativo en el exterior del Hezbollah libanés, que a la época de los atentados terroristas residía entre la Triple Frontera y Buenos Aires y que tenía vínculos estrechos, a través de su cuñada, con Mohsen Rabbani, el exagregado cultural de Irán. Rabbani está prófugo, con circular roja de Interpol. A Salman Raouf Salman, se le atribuye haber coordinado la llegada y la partida, las operaciones de logística y las demás actividades desplegadas por el grupo operativo encargado de ejecutar la fase final del atentado. Y su hermano fue uno de los encargados de introducir en el mercado los dólares falsos que provenían de agrupaciones terroristas.
¿Qué no se sabe?
Un informe de la inteligencia israelí, que el Mossad no reconoce oficialmente como propio y que no está en la causa AMIA, señala que el miembro operativo de la Jihad islámica que compró la camioneta Traffic es Amer Muhamad Akil, conocido también por su nombre completo Amer Muhamad Akil Reda. Se trata de un miembro operativo con más de 20 años de antigüedad en la Jihad Islámica. Este sujeto fue una pieza clave en la célula que cometió el atentado a la AMIA, estuvo en Buenos Aires y abandonó la ciudad cerca del atentado. Junto a él, participó de la compra Salman Raouf Salman. Ambos se presentaron ante Telleldin utilizando gorros y anteojos de sol para ocultar sus rostros. En el expediente de la justicia federal argentina está comprobado que Amer Muhamad Akil Reda y Salman Raouf Salman compraron la Trafic a Telleldín. Son indicios incluidos en la causa que el Mossad toma como prueba definitiva. En ese informe se menciona a otras cuatro personas que formaron parte del grupo operativo.
Imputados
¿Qué se sabe?
La Justicia da por probado que el responsable del atentado a la AMIA es la organización Hezbollah, incluida por el Poder Ejecutivo en el Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento. También da por probado que fue ejecutado bajo las directivas y con financiamiento de quienes por entonces integraban el gobierno de Irán. El ataque se decidió el 14 de agosto de 1993 en una sesión del Comité de Asuntos Especiales (“Comité Omure Viaje”), y a instancias de la Oficina de Seguridad e Inteligencia iraní. Un grupo de funcionarios de alto nivel de Irán mantuvo una reunión en la ciudad de Mashhad con Mohsen Rabbani y Ahmad Reza Asgahri (integrantes de la legación diplomática del país iraní en Buenos Aires) en la que se ordenó el ataque por intermedio de Hezbollah.
¿Qué no se sabe?
Se supone que los iraníes prófugos están en Irán, que no los va a entregar. Y que los libaneses prófugos se encuentran en Beirut. Se desconoce dónde está Aghmad Reza Asghari y se supone que Salman Raouf Salman, el coordinador local del atentado, se encuentra en el Líbano. En cuanto a los últimos cuatro libaneses con pedido de captura, se desconoce si Mouzannar, un acaudalado comerciante de Ciudad del Este, actualmente en Beirut, se presentará a la Justicia en la Argentina, como intentó hacerlo el último año y si su connacional Omairi, que está en Brasil, va a ser juzgado allí, acusado de colaborar en la entrega de documentos a Salman Raouf. El ministerio de Justicia de Brasil aún no judicializó su situación, a pesar de los pedidos de la Argentina para que el juicio se realice en ese país.
¿Por qué la Argentina fue elegida como blanco?
¿Qué se sabe?
La elección de la Argentina se debió a que hace dos años se había producido el ataque a la embajada de Israel, sin consecuencias para sus autores. Ese ataque y el de la AMIA se cree que estuvieron motivados en la decisión unilateral del gobierno argentino de Carlos Menem de rescindir tres contratos de provisión de material y tecnología nuclear acordados con Irán. Otra posible razón para el ataque es el hecho de que la mayor población de la comunidad judía en América Latina se encuentra en Buenos Aires.
¿Qué no se sabe?
Se desconoce el rol de los diplomáticos iraníes en la Argentina y exactamente qué tipo de apoyo prestaron al grupo operativo que ejecutó el ataque. Se desconoce también si la SIDE conocía los planes del grupo terrorista. Abona esta idea el hecho de que los teléfonos de la embajada de Irán estaban intervenidos al momento del atentado. La Justicia ahondó en otras pistas, como aquella que señalaba a Siria, pero las descartó.
Hubo tres juicios orales. En el primero se absolvió a todos los acusados y se denunció el inmenso encubrimiento del Estado durante el menemismo, que montó una operación para castigar a falsos culpables. Hubo un segundo juicio contra los investigadores del atentado, donde absolvieron a Carlos Menem, pero condenaron a sus exfuncionarios y al exjuez que investigó el caso. Y hubo un tercer juicio contra Carlos Telleldín, el exmecánico, último tenedor de la Trafic que fue usada como bomba. Fue acusado de entregarla a los terroristas pero, a pesar de que estuvo diez años preso, lo absolvieron tres veces. Su caso está apelado en la Corte Suprema.
La causa AMIA puso en evidencia la capacidad de la política para alterar la investigación judicial y manipular la búsqueda de la verdad. También permitió iluminar operaciones ilegales de los servicios de inteligencia para entorpecer en lugar de esclarecer y visibilizó alineamientos geopolíticos que cambiaron con la alternancia de los diferentes gobiernos.
Tanto es así que la ex presidenta Cristina Kirchner espera un juicio oral, acusada de encubrir a los responsables del ataque a la AMIA con la firma del Pacto con Irán. Además, según la Justicia, el fiscal Alberto Nisman fue asesinado por realizar su trabajo para esclarecer el atentado. Las pistas apuntan a una guerra de los servicios de inteligencia detrás de ese crimen.
La Trafic blanca
¿Qué se sabe?
El 18 de julio de 1994, a las 9.53, un vehículo Renault trafic, conducido por un conductor suicida, se aproximó a la sede de la AMIA en Pasteur 633 y detonó entre 300 y 400 kg de explosivos que llevaba en su interior. Esto provocó que colapsara la parte delantera del edificio, daños en 200 metros a la redonda, la muerte de 85 personas y heridas en al menos 151. El motor del vehículo fue hallado entre los escombros por brigadistas israelíes. El último tenedor del motor fue Carlos Telleldín, el exreducidor de autos y ahora abogado, absuelto dos veces en la causa. Telledín estuvo ya diez años preso. Su absolución está apelada en la Corte Suprema de Justicia.
¿Qué no se sabe?
Hay dudas sobre la Trafic que estalló en la AMIA. Se llegó a Telleldín desde el hallazgo del block de motor izquierdo. Telleldín tenía vínculos con Alejandro Monjo, quien el 4 de julio le vendió el vehículo siniestrado, que había pertenecido a la firma Mesin SRL y al que luego se le extrajo el motor en el taller de Alejandro Cotoras. Ese motor se montó en otra Trafic. La fiscalía señala que Telledín la vendió a los que la usaron para volar la AMIA, pero los jueces entendieron que no está probada su responsabilidad. Pero hay otra duda en la historia: la Trafic robada a Alejandro Sarapura donde se montó el motor hallado en la explosión sólo tenía puerta trasera. No venía con el portón corredizo en un costado y no coincide con la de la explosión. Por eso, se pensó en una tercera carrocería que Alberto Nisman no logró identificar.
El conductor que se inmoló
¿Qué se sabe?
El fiscal Alberto Nisman anunció en 2005 que el conductor del coche bomba que estalló contra la sede de la AMIA era el ciudadano libanés, militante activo del Hezbollah, Ibrahim Hussein Berro. Se lo identificó mediante trabajos de la SIDE, el FBI y la Fiscalía de Detroit, en los Estados Unidos. Hubo declaraciones de los hermanos de Berro. Nisman, difundió la foto. Anunció que se iba a hacer un estudio de ADN. Tras la muerte de Berro, hubo una ceremonia en su memoria en el Líbano donde participó el máximo líder de la organización Hezbolá, Hassan Narsrallah. Berro era un activo militante del Hezbollah, que tenía 21 años cuando se inmoló, su cadáver nunca fue recuperado.
¿Qué no se sabe?
En una declaración judicial bajo juramento, los hermanos de Berro negaron que Ibrahim haya estado en la Argentina, o que fuera el suicida. Aseguraron que murió en Líbano combatiendo contra tropas israelíes. Un estudio de ADN del FBI, que logró que uno de los hermanos se prestara a la prueba genética, determinó que los dos restos humanos de la AMIA no vinculados a las víctimas, que se encontraron dentro de una heladera, en el laboratorio de la Policía Federal, no se corresponden con Berro. Si bien sigue vigente la posibilidad de que la camioneta utilizada haya estado conducida por un suicida, se reducen las chances de que el conductor haya sido Berro.
¿Hubo conexión local?
¿Qué se sabe?
Con la absolución de Telleldín y de los expolicías bonaerenses a los que supuestamente les entregó la Trafic usada en el atentado, se desdibujó la idea de una conexión local. En cambio, se fortaleció la hipótesis de que hubo un grupo operativo extranjero que llegó al país coordinado por Salman Raouf Salman. En 2009, Nisman pidió su captura. Su hermano, Abdallah Salman, también está prófugo. Lo que la fiscalía da por probado es que Salman era un agente operativo en el exterior del Hezbollah libanés, que a la época de los atentados terroristas residía entre la Triple Frontera y Buenos Aires y que tenía vínculos estrechos, a través de su cuñada, con Mohsen Rabbani, el exagregado cultural de Irán. Rabbani está prófugo, con circular roja de Interpol. A Salman Raouf Salman, se le atribuye haber coordinado la llegada y la partida, las operaciones de logística y las demás actividades desplegadas por el grupo operativo encargado de ejecutar la fase final del atentado. Y su hermano fue uno de los encargados de introducir en el mercado los dólares falsos que provenían de agrupaciones terroristas.
¿Qué no se sabe?
Un informe de la inteligencia israelí, que el Mossad no reconoce oficialmente como propio y que no está en la causa AMIA, señala que el miembro operativo de la Jihad islámica que compró la camioneta Traffic es Amer Muhamad Akil, conocido también por su nombre completo Amer Muhamad Akil Reda. Se trata de un miembro operativo con más de 20 años de antigüedad en la Jihad Islámica. Este sujeto fue una pieza clave en la célula que cometió el atentado a la AMIA, estuvo en Buenos Aires y abandonó la ciudad cerca del atentado. Junto a él, participó de la compra Salman Raouf Salman. Ambos se presentaron ante Telleldin utilizando gorros y anteojos de sol para ocultar sus rostros. En el expediente de la justicia federal argentina está comprobado que Amer Muhamad Akil Reda y Salman Raouf Salman compraron la Trafic a Telleldín. Son indicios incluidos en la causa que el Mossad toma como prueba definitiva. En ese informe se menciona a otras cuatro personas que formaron parte del grupo operativo.
Imputados
¿Qué se sabe?
La Justicia da por probado que el responsable del atentado a la AMIA es la organización Hezbollah, incluida por el Poder Ejecutivo en el Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento. También da por probado que fue ejecutado bajo las directivas y con financiamiento de quienes por entonces integraban el gobierno de Irán. El ataque se decidió el 14 de agosto de 1993 en una sesión del Comité de Asuntos Especiales (“Comité Omure Viaje”), y a instancias de la Oficina de Seguridad e Inteligencia iraní. Un grupo de funcionarios de alto nivel de Irán mantuvo una reunión en la ciudad de Mashhad con Mohsen Rabbani y Ahmad Reza Asgahri (integrantes de la legación diplomática del país iraní en Buenos Aires) en la que se ordenó el ataque por intermedio de Hezbollah.
¿Qué no se sabe?
Se supone que los iraníes prófugos están en Irán, que no los va a entregar. Y que los libaneses prófugos se encuentran en Beirut. Se desconoce dónde está Aghmad Reza Asghari y se supone que Salman Raouf Salman, el coordinador local del atentado, se encuentra en el Líbano. En cuanto a los últimos cuatro libaneses con pedido de captura, se desconoce si Mouzannar, un acaudalado comerciante de Ciudad del Este, actualmente en Beirut, se presentará a la Justicia en la Argentina, como intentó hacerlo el último año y si su connacional Omairi, que está en Brasil, va a ser juzgado allí, acusado de colaborar en la entrega de documentos a Salman Raouf. El ministerio de Justicia de Brasil aún no judicializó su situación, a pesar de los pedidos de la Argentina para que el juicio se realice en ese país.
¿Por qué la Argentina fue elegida como blanco?
¿Qué se sabe?
La elección de la Argentina se debió a que hace dos años se había producido el ataque a la embajada de Israel, sin consecuencias para sus autores. Ese ataque y el de la AMIA se cree que estuvieron motivados en la decisión unilateral del gobierno argentino de Carlos Menem de rescindir tres contratos de provisión de material y tecnología nuclear acordados con Irán. Otra posible razón para el ataque es el hecho de que la mayor población de la comunidad judía en América Latina se encuentra en Buenos Aires.
¿Qué no se sabe?
Se desconoce el rol de los diplomáticos iraníes en la Argentina y exactamente qué tipo de apoyo prestaron al grupo operativo que ejecutó el ataque. Se desconoce también si la SIDE conocía los planes del grupo terrorista. Abona esta idea el hecho de que los teléfonos de la embajada de Irán estaban intervenidos al momento del atentado. La Justicia ahondó en otras pistas, como aquella que señalaba a Siria, pero las descartó.