Maduro no consigue convocar gente a sus actos y un micrófono abierto le jugó una muy mala pasada
Jueves 11 de
Julio 2024
La campaña oficialista busca imitar las marchas multitudinarias de la oposición, pero no siempre tiene éxito; difunden encuestas fake
BOGOTÁ.- Un micrófono abierto le jugó una muy mala pasada a Nicolás Maduro. El presidente y candidato chavista acudió ayer miércoles a San Cristóbal, capital de la fronteriza Táchira, para intentar mitigar el efecto de la multitudinaria marcha protagonizada por María Corina Machado en un bastión tradicionalmente opositor. Esa es una de las principales estrategias del chavismo: imitar los éxitos del tándem Machado-Edmundo González Urrutia y sobredimensionar sus raleadas concentraciones con trucos televisivos.
En un paseo previo junto al gobernador del Táchira, el polémico expolicía Freddy Bernal, y el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, el “hijo de Chávez” deslizó unas palabras de contrariedad: “Esto se ve feo… Poca gente”. Maduro adelantaba de esta forma lo que se comprobó minutos después en la marcha chavista, muy inferior a la opositora de hace días, pese a que el oficialismo llena los eventos de su candidato con empleados públicos, milicianos y miembros de sus estructuras comunales, a quienes desplaza con dinero público.
En otras concentraciones también se ha comprobado el reparto de dinero, como en la contramarcha montada la semana pasada en Caracas frente al tándem democrático. Un motociclista chavista reconoció que le pagaban 30 dólares y le llenaban el tanque de nafta por engrosar las filas bolivarianas.
La gran toma de San Cristóbal, como se había bautizado el acto, no lo fue. Pero tampoco otro de los grandes anuncios del líder revolucionario de esta semana. Maduro alardeó de la reguetonera Karol G, la “Bichota”, le había compuesto una canción para su campaña. El equipo de la cantante, un fenómeno de masas en esta parte de las Américas, desmintió ipso facto la aseveración presidencial.
Y fue precisamente el éxito de Machado en San Cristóbal, donde cientos de miles de personas corearon “¡Eres nuestra Bichota!”, lo que empujó a Maduro a bailar uno de los éxitos de la artista colombiana y a mentir a sus seguidores con una canción inexistente.
“La campaña oficialista intenta cualquier fórmula para contener el desangre de votos y recurre a la imitación de los gestos de campaña de sus contrincantes. Emular las expresiones de amor, simular baños de multitudes, reproducir en escenografías controladas lo que le ocurre a María Corina de manera espontánea son formas de este tanteo y ensayo de una campaña electoral chavista que ha diluido la fuerza de sus mensajes”, desvela para LA NACIÓN el sociólogo Gianni Finco.
A falta de 17 días para las trascendentales elecciones presidenciales venezolanas, ni las calles ni las encuestas sostienen el relato chavista de que son mayoría en el país. Los últimos sondeos hechos públicos por encuestadoras independientes estiran incluso la ventaja que mantiene el diplomático Edmundo González Urrutia desde que se confirmara su candidatura.
Según ORC Consultores, la intención de voto para el candidato democrático ha alcanzado el 58,4% de los apoyos, frente al 14,2% de los que se manifiestan a favor del continuismo revolucionario.
Hercon Consultores, por su parte, eleva la intención de voto para ambas partes, dada la irrelevancia estadística cosechada por las candidaturas colaboracionistas apoyadas por el régimen bolivariano: 68,4% cosecha “Edmundo para el todo mundo”, como le citan los jóvenes en redes sociales, frente al 27,3% del “conductor de victorias”, uno de los apodos favoritos de Maduro, que se repite constantemente en la propaganda revolucionaria.
El intento de posicionar encuestas fake en favor del presidente tampoco le ha funcionado a su campaña. La Coalición Informativa C-INFORMA ha identificado a seis encuestadoras sospechosas que promocionan la victoria de Maduro y participan de forma coordinada en una campaña de manipulación informativa. Desde la oposición temen que el gobierno use estas falsas encuestas para apoyar la “victoria” de Maduro si finalmente orquesta un fraude electoral, uno de los escenarios que se plantea la revolución para seguir en el poder tras 25 años en el Palacio de Miraflores.
El penúltimo traspié de la campaña oficialista le ha llegado desde el Partido Comunista de Venezuela, estrecho aliado durante décadas, hoy en la oposición. Sus responsables han advertido al país y a la comunidad internacional que el chavismo está preparando un “escenario de violencia” para justificar su segura derrota electoral.
“Maduro se presenta hoy como un líder fuerte y al siguiente día baila torpemente sobre una tarima, dice que tiene el país en paz e inventa conspiraciones paramilitares, se promociona como un demócrata mientras detienen a activistas y cierra medios, insulta a Edmundo González por su edad y horas más tarde se acredita como el protector de los adultos mayores, desprecia a la diáspora venezolana y más adelante promete programas sociales para el retorno a Venezuela. Demasiados frentes abiertos”, sentencia Finco.
En un paseo previo junto al gobernador del Táchira, el polémico expolicía Freddy Bernal, y el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, el “hijo de Chávez” deslizó unas palabras de contrariedad: “Esto se ve feo… Poca gente”. Maduro adelantaba de esta forma lo que se comprobó minutos después en la marcha chavista, muy inferior a la opositora de hace días, pese a que el oficialismo llena los eventos de su candidato con empleados públicos, milicianos y miembros de sus estructuras comunales, a quienes desplaza con dinero público.
En otras concentraciones también se ha comprobado el reparto de dinero, como en la contramarcha montada la semana pasada en Caracas frente al tándem democrático. Un motociclista chavista reconoció que le pagaban 30 dólares y le llenaban el tanque de nafta por engrosar las filas bolivarianas.
La gran toma de San Cristóbal, como se había bautizado el acto, no lo fue. Pero tampoco otro de los grandes anuncios del líder revolucionario de esta semana. Maduro alardeó de la reguetonera Karol G, la “Bichota”, le había compuesto una canción para su campaña. El equipo de la cantante, un fenómeno de masas en esta parte de las Américas, desmintió ipso facto la aseveración presidencial.
Y fue precisamente el éxito de Machado en San Cristóbal, donde cientos de miles de personas corearon “¡Eres nuestra Bichota!”, lo que empujó a Maduro a bailar uno de los éxitos de la artista colombiana y a mentir a sus seguidores con una canción inexistente.
“La campaña oficialista intenta cualquier fórmula para contener el desangre de votos y recurre a la imitación de los gestos de campaña de sus contrincantes. Emular las expresiones de amor, simular baños de multitudes, reproducir en escenografías controladas lo que le ocurre a María Corina de manera espontánea son formas de este tanteo y ensayo de una campaña electoral chavista que ha diluido la fuerza de sus mensajes”, desvela para LA NACIÓN el sociólogo Gianni Finco.
A falta de 17 días para las trascendentales elecciones presidenciales venezolanas, ni las calles ni las encuestas sostienen el relato chavista de que son mayoría en el país. Los últimos sondeos hechos públicos por encuestadoras independientes estiran incluso la ventaja que mantiene el diplomático Edmundo González Urrutia desde que se confirmara su candidatura.
Según ORC Consultores, la intención de voto para el candidato democrático ha alcanzado el 58,4% de los apoyos, frente al 14,2% de los que se manifiestan a favor del continuismo revolucionario.
Hercon Consultores, por su parte, eleva la intención de voto para ambas partes, dada la irrelevancia estadística cosechada por las candidaturas colaboracionistas apoyadas por el régimen bolivariano: 68,4% cosecha “Edmundo para el todo mundo”, como le citan los jóvenes en redes sociales, frente al 27,3% del “conductor de victorias”, uno de los apodos favoritos de Maduro, que se repite constantemente en la propaganda revolucionaria.
El intento de posicionar encuestas fake en favor del presidente tampoco le ha funcionado a su campaña. La Coalición Informativa C-INFORMA ha identificado a seis encuestadoras sospechosas que promocionan la victoria de Maduro y participan de forma coordinada en una campaña de manipulación informativa. Desde la oposición temen que el gobierno use estas falsas encuestas para apoyar la “victoria” de Maduro si finalmente orquesta un fraude electoral, uno de los escenarios que se plantea la revolución para seguir en el poder tras 25 años en el Palacio de Miraflores.
El penúltimo traspié de la campaña oficialista le ha llegado desde el Partido Comunista de Venezuela, estrecho aliado durante décadas, hoy en la oposición. Sus responsables han advertido al país y a la comunidad internacional que el chavismo está preparando un “escenario de violencia” para justificar su segura derrota electoral.
“Maduro se presenta hoy como un líder fuerte y al siguiente día baila torpemente sobre una tarima, dice que tiene el país en paz e inventa conspiraciones paramilitares, se promociona como un demócrata mientras detienen a activistas y cierra medios, insulta a Edmundo González por su edad y horas más tarde se acredita como el protector de los adultos mayores, desprecia a la diáspora venezolana y más adelante promete programas sociales para el retorno a Venezuela. Demasiados frentes abiertos”, sentencia Finco.
Con información de
La Nación