Golpe fallido en Bolivia: Evo Morales llamó a Luis Arce y lo cuestionó por el poder que le dio al general Zuñiga
Viernes 28 de
Junio 2024
El expresidente boliviano está enemistado con su sucesor y actual mandatario cuya gestión se vio sacudida por el intento de golpe de estado. La interna se desató de cara a las presidenciales de 2025 y profundiza la crisis política y económica que atraviesa el país andino.
En medio de las repercusiones por el golpe de estado fallido en Bolivia, el expresidente Evo Morales confirmó públicamente que recibió una llamada del presidente Luis Arce el miércoles pasado, justo en medio de la rebelión militar liderada por el ex comandante del Ejército, Juan José Zúñiga.
En una conferencia de prensa desde Cochabamba, uno de los focos de su poder político, Morales expresó su preocupación por el poder otorgado al ex jefe militar, recordando que Zúñiga ocupaba un bajo puesto en su curso militar cuando fue nombrado.
Sus declaraciones ocurrieron en medio de la investigación de la rebelión militar del pasado miércoles liderada por el excomandante del Ejército, quien con más de 200 efectivos y tanques militares se situó en la Plaza Murillo e ingresó al Palacio Quemado en un intento de golpe de estilo antiguo, según denunció el gobierno de Luis Arce. En una conferencia de prensa, el líder boliviano detalló la secuencia de los eventos, respondió preguntas, destacando una sorprendente referencia a Evo Morales, con quien enfrenta una interna feroz de cara a las elecciones del próximo año.
Qué dijo Evo Morales sobre el intento de golpe de estado
En ese contexto, Morales no solo pidió a las autoridades que denuncien penalmente a los responsables sino que deslizó que Arce lo había llamado por teléfono en medio de la jornada de tensión en La Paz, cuando los ciudadanos empezaron a percatarse de la presencia de tropas y tanques de guerra, una situación que fue repudiada ampliamente.
El ex mandatario y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido hegemónico de Bolivia, dijo que la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, inicialmente lo informó sobre la situación a las 14:40 mientras se encontraba en una hacienda. En su intervención, Morales también criticó la gestión de Arce, lo que exacerbó las tensiones dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
"El golpe ha empezado", relató Morales sobre la llamada recibida de la ministra, que lo pasó inmediatamente al presidente Arce. "Usted le ha dado tanto poder a Zúñiga sin respetar la antigüedad ni la institucionalidad", detalló Morales durante la conferencia, señalando directamente al presidente por la crisis que enfrentó el país.
Por otro lado, Arce admitió haber contactado a Morales durante la intentona golpista para advertirle sobre la amenaza inminente. En un mensaje que buscaba la unidad entre antiguos compañeros, Arce declaró: "Nosotros podemos tener diferencias, la principal es que nosotros creemos que el instrumento político es de las organizaciones sociales y no a una persona en particular". Sin embargo, la enemistad entre ambos líderes, evidenciada por las críticas públicas de Morales hacia la administración de Arce en numerosas oportunidades, sugiere una relación tensa en el seno del partido oficialista.
La situación se complicó aún más con la destitución de Zúñiga tras sus declaraciones polémicas contra Morales, lo que según Arce motivó el alzamiento militar. El gobierno de Arce negó rotundamente las acusaciones de autogolpe, atribuyendo la crisis a malentendidos y distorsiones por parte de la oposición y sectores afines a Morales.
"Aunque hablamos muy pocos segundos, fue necesario informarle sobre la situación y tomar precauciones", afirmó Arce, refiriéndose a su breve comunicación con Morales durante el incidente. Esta comunicación, aunque breve, demuestra la fragilidad política dentro del MAS, el partido dominante cuyas disputas internas impactan de lleno en la delicada estabilidad política que Bolivia sostuvo desde los incidentes de 2019.
Los motivos de la inestabilidad en Bolivia
La escalada antidemocrática de este miércoles en la capital boliviana ocurrió en un contexto de rumores persistentes sobre la posible destitución del general Zúñiga, quien fue nombrado por Arce para ocupar el máximo cargo militar en noviembre de 2022.
Estos rumores surgieron después de unas controvertidas declaraciones del comandante del Ejército, donde manifestó que detendría a Evo Morales si intentaba postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones de 2025, a pesar de una inhabilitación judicial.
"Legalmente está inhabilitado, ese señor no puede volver a ser más presidente de este país", afirmó Zúñiga en una entrevista reciente con un canal de televisión.
Días después, una vez consumado su intento de rebelión, en declaraciones televisivas Zuñiga pidió la liberación de los "presos políticos" en Bolivia, citando el caso de Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho, condenados por su rol en la destitución de Evo Morales de 2019 luego de que intentara postularse a una nueva reelección.
Las declaraciones del máximo jefe de las Fuerzas Armadas ahondaron aún más las tensiones políticas en Bolivia, que padece la inestabilidad generada por la interna dentro del oficialismo, protagonizada por el presidente Luis Arce y por Evo Morales, su antecesor y figura indiscutida del MAS.
La rivalidad entre ambos estalló cuando Morales anunció su intención de competir en las elecciones presidenciales de 2025, a pesar de estar inhabilitado por la justicia, realizando mitines políticos en localidades donde el MAS es dominante.
Arce, exministro de Economía de Morales y autor del "milagro boliviano", también tiene intenciones de competir por un segundo mandato, acusó a Morales de boicotear su gobierno y de confabular con la oposición para socavar su mandato.
A esto suma que Bolivia enfrenta una crisis económica y política que provocó un aumento en las protestas y bloqueos de carreteras en todo el país en las últimas semanas. La situación fue alimentada por la escasez de combustibles y dólares, así como por el incremento en los precios de los alimentos.
En una conferencia de prensa desde Cochabamba, uno de los focos de su poder político, Morales expresó su preocupación por el poder otorgado al ex jefe militar, recordando que Zúñiga ocupaba un bajo puesto en su curso militar cuando fue nombrado.
Sus declaraciones ocurrieron en medio de la investigación de la rebelión militar del pasado miércoles liderada por el excomandante del Ejército, quien con más de 200 efectivos y tanques militares se situó en la Plaza Murillo e ingresó al Palacio Quemado en un intento de golpe de estilo antiguo, según denunció el gobierno de Luis Arce. En una conferencia de prensa, el líder boliviano detalló la secuencia de los eventos, respondió preguntas, destacando una sorprendente referencia a Evo Morales, con quien enfrenta una interna feroz de cara a las elecciones del próximo año.
Qué dijo Evo Morales sobre el intento de golpe de estado
En ese contexto, Morales no solo pidió a las autoridades que denuncien penalmente a los responsables sino que deslizó que Arce lo había llamado por teléfono en medio de la jornada de tensión en La Paz, cuando los ciudadanos empezaron a percatarse de la presencia de tropas y tanques de guerra, una situación que fue repudiada ampliamente.
El ex mandatario y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido hegemónico de Bolivia, dijo que la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, inicialmente lo informó sobre la situación a las 14:40 mientras se encontraba en una hacienda. En su intervención, Morales también criticó la gestión de Arce, lo que exacerbó las tensiones dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
"El golpe ha empezado", relató Morales sobre la llamada recibida de la ministra, que lo pasó inmediatamente al presidente Arce. "Usted le ha dado tanto poder a Zúñiga sin respetar la antigüedad ni la institucionalidad", detalló Morales durante la conferencia, señalando directamente al presidente por la crisis que enfrentó el país.
Por otro lado, Arce admitió haber contactado a Morales durante la intentona golpista para advertirle sobre la amenaza inminente. En un mensaje que buscaba la unidad entre antiguos compañeros, Arce declaró: "Nosotros podemos tener diferencias, la principal es que nosotros creemos que el instrumento político es de las organizaciones sociales y no a una persona en particular". Sin embargo, la enemistad entre ambos líderes, evidenciada por las críticas públicas de Morales hacia la administración de Arce en numerosas oportunidades, sugiere una relación tensa en el seno del partido oficialista.
La situación se complicó aún más con la destitución de Zúñiga tras sus declaraciones polémicas contra Morales, lo que según Arce motivó el alzamiento militar. El gobierno de Arce negó rotundamente las acusaciones de autogolpe, atribuyendo la crisis a malentendidos y distorsiones por parte de la oposición y sectores afines a Morales.
"Aunque hablamos muy pocos segundos, fue necesario informarle sobre la situación y tomar precauciones", afirmó Arce, refiriéndose a su breve comunicación con Morales durante el incidente. Esta comunicación, aunque breve, demuestra la fragilidad política dentro del MAS, el partido dominante cuyas disputas internas impactan de lleno en la delicada estabilidad política que Bolivia sostuvo desde los incidentes de 2019.
Los motivos de la inestabilidad en Bolivia
La escalada antidemocrática de este miércoles en la capital boliviana ocurrió en un contexto de rumores persistentes sobre la posible destitución del general Zúñiga, quien fue nombrado por Arce para ocupar el máximo cargo militar en noviembre de 2022.
Estos rumores surgieron después de unas controvertidas declaraciones del comandante del Ejército, donde manifestó que detendría a Evo Morales si intentaba postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones de 2025, a pesar de una inhabilitación judicial.
"Legalmente está inhabilitado, ese señor no puede volver a ser más presidente de este país", afirmó Zúñiga en una entrevista reciente con un canal de televisión.
Días después, una vez consumado su intento de rebelión, en declaraciones televisivas Zuñiga pidió la liberación de los "presos políticos" en Bolivia, citando el caso de Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho, condenados por su rol en la destitución de Evo Morales de 2019 luego de que intentara postularse a una nueva reelección.
Las declaraciones del máximo jefe de las Fuerzas Armadas ahondaron aún más las tensiones políticas en Bolivia, que padece la inestabilidad generada por la interna dentro del oficialismo, protagonizada por el presidente Luis Arce y por Evo Morales, su antecesor y figura indiscutida del MAS.
La rivalidad entre ambos estalló cuando Morales anunció su intención de competir en las elecciones presidenciales de 2025, a pesar de estar inhabilitado por la justicia, realizando mitines políticos en localidades donde el MAS es dominante.
Arce, exministro de Economía de Morales y autor del "milagro boliviano", también tiene intenciones de competir por un segundo mandato, acusó a Morales de boicotear su gobierno y de confabular con la oposición para socavar su mandato.
A esto suma que Bolivia enfrenta una crisis económica y política que provocó un aumento en las protestas y bloqueos de carreteras en todo el país en las últimas semanas. La situación fue alimentada por la escasez de combustibles y dólares, así como por el incremento en los precios de los alimentos.
Con información de
Perfil