Bolivia detuvo a 17 sospechosos de la rebelión militar contra Luis Arce
Viernes 28 de
Junio 2024
La policía boliviana todavía busca a otros tres supuestos partícipes militares y civiles acusados de participar en la sublevación militar contra el presidente Luis Arce.
El gobierno de Bolivia informó el jueves sobre la detención de 17 personas, incluyendo militares y civiles, acusados de participar en un fallido intento de golpe de Estado denunciado por el presidente Luis Arce.
El miércoles por la tarde las calles de La Paz fueron testigo del despliegue de tanques y tropas por parte de Juan José Zuñiga, entonces comandante en jefe del Ejército, quien en condiciones sospechosas había amenazado con imponer "un nuevo gabinete". Después de un intento de forzar la entrada al Palacio Quemado, sede del gobierno boliviano y finalmente el militar fue reemplazado en su cargo y finalmente las tropas regresaron a los cuarteles.
A raíz del hecho contra el orden constitucional, que generó repudio internacional, la justicia ordenó la detención de 17 presuntos participantes. Quince de ellos fueron presentados con esposas y chalecos antibalas, y fueron custodiados por la policía.
Los detenidos en Bolivia
Entre los detenidos se encuentran el general Zúñiga y el vicealmirante Juan Arnez, excomandantes del Ejército y la Armada respectivamente, señalados como líderes del plan, quienes enfrentan cargos de hasta 20 años de cárcel por "terrorismo y alzamiento armado".
"Se ha logrado la aprehensión de un total de 17 personas por haber intentado consumar un golpe de Estado", declaró en conferencia de prensa el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. "Esto se habría planificado desde el mes de mayo pasado", agregó.
En el marco de la investigación, la policía intensificó la vigilancia del palacio presidencial este jueves mientras que persiste en la búsqueda de otros tres sospechosos.
El trasfondo del intento de golpe de estado en Bolivia
El excomandante del ejército, previo al complot, estaba enfrentando una posible destitución por sus declaraciones en contra del expresidente Evo Morales, a quien había amenazado con detener si se presentaba a las elecciones del 2025.
Morales, actualmente inhabilitado de ocupar cargos públicos, se convirtió en el rival de su sucesor Arce, a pesar de que ambos son referentes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido predominante. Esto ocurrió por el deseo del actual mandatario de presentarse a la reelección y que se enemistó con Morales a tal punto que lo acusó de bloquear su agenda de gobierno en el Congreso.
Durante el punto álgido de la tensión el miércoles, un tanque de guerra intentó derribar una puerta del palacio presidencial mientras Arce se reunía con su gabinete. Como saldo, doce civiles resultaron heridos el miércoles por disparos de balines efectuados por los militares sublevados, según un reporte oficial.
Según un video difundido por la presidencia, Arce confrontó personalmente al general Zúñiga cuando este ingresó por la misma puerta y le ordenó regresar a los cuarteles. Zúñiga se negó inicialmente pero minutos después abandonó el lugar, y sus tropas se retiraron después de más de tres horas, tras la jura por parte de Arce de una nueva cúpula militar.
Descontento y Crisis en Bolivia
Fortalecido por el apoyo internacional y de sus simpatizantes, el presidente de 60 años, Luis Arce, logró contener el intento golpista catalogado inicialmente como "movilizaciones militares irregulares", aunque aún le queda poco más de un año de mandato.
Pero, según Gustavo Flores-Macías de la Universidad Cornell de Estados Unidos, "que no haya tenido éxito el golpe no significa que se haya arreglado la situación en Bolivia, al contrario: esto fue un síntoma de un descontento muy importante que existe entre sectores amplios".
Bolivia, con un historial de golpes militares, enfrenta una crisis económica derivada de la caída de ingresos por gas, su principal fuente de divisas hasta 2023, debido a la falta de inversiones y exploración. Esta situación llevó a recortes en la importación de combustible y una escasez de dólares, desencadenando protestas de gremios como los comerciantes y transportistas de carga.
En medio de esta crisis, existe una pugna entre Arce y su mentor político Evo Morales, quien intentó buscar un cuarto mandato y ahora disputan la candidatura del Movimiento Al Socialismo para las elecciones de 2025. Aunque Morales fue inhabilitado por la corte constitucional, continúa desafiando a Arce y acusándolo de intentar bloquear su participación electoral.
"Arce parece estar mejor posicionado en esta crisis que Morales", opinó Carlos Cordero en diálogo con AFP, un analista de la Universidad Católica Boliviana. "Se ha mostrado como alguien capaz de restaurar la paz social confrontando directamente a los militares".
Una "opereta"
Antes de su arresto, el general Zúñiga sugirió que el intento de golpe fue instigado por Arce para aumentar su popularidad, una afirmación que el gobierno negó rotundamente. La ministra de la presidencia, María Nela Prada, calificó estas declaraciones como "absolutamente falsas e inconcebibles."
Por su parte, el ex presidente Jorge Quiroga describió la sublevación como una "opereta", destacando el grado de descomposición institucional después de 18 años bajo el gobierno del Movimiento Al Socialismo, mientras que Carlos Mesa la comparó con un "sainete" en sus redes sociales.
"Es crucial evaluar el nivel de descontento dentro de las Fuerzas Armadas", advirtió Flores-Macías. "Pero, en este momento, el gobierno de Arce enfrenta una fase crítica de debilidad", cerró
El miércoles por la tarde las calles de La Paz fueron testigo del despliegue de tanques y tropas por parte de Juan José Zuñiga, entonces comandante en jefe del Ejército, quien en condiciones sospechosas había amenazado con imponer "un nuevo gabinete". Después de un intento de forzar la entrada al Palacio Quemado, sede del gobierno boliviano y finalmente el militar fue reemplazado en su cargo y finalmente las tropas regresaron a los cuarteles.
A raíz del hecho contra el orden constitucional, que generó repudio internacional, la justicia ordenó la detención de 17 presuntos participantes. Quince de ellos fueron presentados con esposas y chalecos antibalas, y fueron custodiados por la policía.
Los detenidos en Bolivia
Entre los detenidos se encuentran el general Zúñiga y el vicealmirante Juan Arnez, excomandantes del Ejército y la Armada respectivamente, señalados como líderes del plan, quienes enfrentan cargos de hasta 20 años de cárcel por "terrorismo y alzamiento armado".
"Se ha logrado la aprehensión de un total de 17 personas por haber intentado consumar un golpe de Estado", declaró en conferencia de prensa el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. "Esto se habría planificado desde el mes de mayo pasado", agregó.
En el marco de la investigación, la policía intensificó la vigilancia del palacio presidencial este jueves mientras que persiste en la búsqueda de otros tres sospechosos.
El trasfondo del intento de golpe de estado en Bolivia
El excomandante del ejército, previo al complot, estaba enfrentando una posible destitución por sus declaraciones en contra del expresidente Evo Morales, a quien había amenazado con detener si se presentaba a las elecciones del 2025.
Morales, actualmente inhabilitado de ocupar cargos públicos, se convirtió en el rival de su sucesor Arce, a pesar de que ambos son referentes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido predominante. Esto ocurrió por el deseo del actual mandatario de presentarse a la reelección y que se enemistó con Morales a tal punto que lo acusó de bloquear su agenda de gobierno en el Congreso.
Durante el punto álgido de la tensión el miércoles, un tanque de guerra intentó derribar una puerta del palacio presidencial mientras Arce se reunía con su gabinete. Como saldo, doce civiles resultaron heridos el miércoles por disparos de balines efectuados por los militares sublevados, según un reporte oficial.
Según un video difundido por la presidencia, Arce confrontó personalmente al general Zúñiga cuando este ingresó por la misma puerta y le ordenó regresar a los cuarteles. Zúñiga se negó inicialmente pero minutos después abandonó el lugar, y sus tropas se retiraron después de más de tres horas, tras la jura por parte de Arce de una nueva cúpula militar.
Descontento y Crisis en Bolivia
Fortalecido por el apoyo internacional y de sus simpatizantes, el presidente de 60 años, Luis Arce, logró contener el intento golpista catalogado inicialmente como "movilizaciones militares irregulares", aunque aún le queda poco más de un año de mandato.
Pero, según Gustavo Flores-Macías de la Universidad Cornell de Estados Unidos, "que no haya tenido éxito el golpe no significa que se haya arreglado la situación en Bolivia, al contrario: esto fue un síntoma de un descontento muy importante que existe entre sectores amplios".
Bolivia, con un historial de golpes militares, enfrenta una crisis económica derivada de la caída de ingresos por gas, su principal fuente de divisas hasta 2023, debido a la falta de inversiones y exploración. Esta situación llevó a recortes en la importación de combustible y una escasez de dólares, desencadenando protestas de gremios como los comerciantes y transportistas de carga.
En medio de esta crisis, existe una pugna entre Arce y su mentor político Evo Morales, quien intentó buscar un cuarto mandato y ahora disputan la candidatura del Movimiento Al Socialismo para las elecciones de 2025. Aunque Morales fue inhabilitado por la corte constitucional, continúa desafiando a Arce y acusándolo de intentar bloquear su participación electoral.
"Arce parece estar mejor posicionado en esta crisis que Morales", opinó Carlos Cordero en diálogo con AFP, un analista de la Universidad Católica Boliviana. "Se ha mostrado como alguien capaz de restaurar la paz social confrontando directamente a los militares".
Una "opereta"
Antes de su arresto, el general Zúñiga sugirió que el intento de golpe fue instigado por Arce para aumentar su popularidad, una afirmación que el gobierno negó rotundamente. La ministra de la presidencia, María Nela Prada, calificó estas declaraciones como "absolutamente falsas e inconcebibles."
Por su parte, el ex presidente Jorge Quiroga describió la sublevación como una "opereta", destacando el grado de descomposición institucional después de 18 años bajo el gobierno del Movimiento Al Socialismo, mientras que Carlos Mesa la comparó con un "sainete" en sus redes sociales.
"Es crucial evaluar el nivel de descontento dentro de las Fuerzas Armadas", advirtió Flores-Macías. "Pero, en este momento, el gobierno de Arce enfrenta una fase crítica de debilidad", cerró
Con información de
Perfil