Daniel Noboa: las críticas del presidente de Ecuador a Milei, Bukele y otros líderes de la región
Martes 18 de
Junio 2024
El mandatario aseguró que se siente alineado con Lula da Silva y cuestionó a líderes de la izquierda y la derecha regional; contó que 12 sicarios quisieron matarlo tras su elección
QUITO.- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, criticó a varios líderes de América Latina, entre ellos al presidente argentino, Javier Milei, a quien consideró un “engreído” y al salvadoreño Nayib Bukele, a quien calificó de “arrogante”, mientras que expresó gran admiración por su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien se siente identificado, según afirmó en un extenso reportaje de la revista The New Yorker.
Tras la publicación del artículo este martes, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de Ecuador salió a aclarar los comentarios del presidente y aseguró que fueron “descontextualizados”.
En el artículo, un perfil del mandatario más joven de América Latina -con 36 años- escrito por el periodista Jon Lee Anderson, Noboa, que en el pasado se ha considerado a sí mismo como un político de centroizquierda, abordó la delicada situación que atraviesa Ecuador con el recrudecimiento de la violencia narco, las amenazas que atentan contra su vida y la polémica incursión en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas.
En una especie de análisis sobre el estado de la democracia en América Latina, Noboa se mostró consciente del desgaste que están sufriendo las instituciones y el aumento del apoyo de los votantes hacia líderes que se muestran fuertes, en un contexto de inseguridad latente: “Si se hiciera una encuesta ahora mismo, el hecho es que la mayoría de los latinoamericanos preferirían la dictadura a la democracia”, aseveró.
Asimismo, el jefe de Estado ecuatoriano dejó en claro su impresión sobre sus homólogos en la región, al tiempo que evitó se categorizado en algún sector del espectro ideológico al decir que “apoya tanto las políticas de seguridad de centroderecha como los programas de bienestar social de centroizquierda”.
No obstante, al ser consultado sobre su identificación en relación a algún líder de la región, Noboa sorprendió al mencionar Lula da Silva, a quien conoció hace quince años en una cumbre empresarial. “Fue inesperado: en Brasil y en el extranjero, Lula es desde hace mucho tiempo un emblema de la izquierda. (...) Lula lo había impresionado con su astucia política y su capacidad para impulsar una agenda”, indicó Anderson en su artículo.
Noboa no mostró el mismo entusiasmo al hablar del presidente chileno, Gabriel Boric, otro líder de la izquierda regional, que “parece estar bien”, dijo, pero que estaría paralizado por sus socios izquierdistas. “No es un problema que yo tenga”, indicó Noboa. Sobre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, Noboa opinó que es un “snob izquierdista” y que “es inteligente, pero no logra hacer nada” mientras da conferencias en lugar de entablar conversaciones.
El mandatario ecuatoriano fue tajante al referirse a los líderes de la derecha en la región, empezando por el presidente argentino, Javier Milei, quien asumió el pasado 10 de diciembre en una ceremonia en Buenos Aires a la que Noboa asistió.
“No sé por qué piensa que es tan genial. No ha logrado nada desde que asumió la presidencia. Parece muy engreído, lo cual, en realidad, es muy argentino”, lanzó el ecuatoriano.
Tampoco tuvo reparos al hablar de Nayib Bukele, quien acaba de asumir su segundo mandato al frente de El Salvador, en un evento en el que también se hizo presente Noboa.
Tanto El Salvador como Ecuador han sido víctimas de la violencia por el terror de las pandillas, en el primer caso, y por los enfrentamientos entre bandas narco y del crimen organizo, en el segundo. Por sus políticas de mano dura frente al crimen, ambos mandatarios han sido comparados dado que han puesto en marcha políticas similares de mano du. “Pero un colaborador cercano de Noboa me había advertido que su jefe reaccionó mal ante la comparación”, puntualizó el periodista.
Sobre su homólogo salvadoreño, Noboa afirmó que “el tipo es arrogante y sólo busca controlar el poder para sí mismo y hacer rica a su familia”.
“Había un puñado de familias que poseían todo en El Salvador, dijo, y ´ahora están los Bukeles´”, relató Anderson. “Observé que Bukele se había referido a sí mismo como ´el dictador más genial del mundo´. Noboa sonrío y dijo: ´Sí, en un país del tamaño de Guayas´, una provincia mediana de Ecuador”.
Noboa tomó distancia de las comparaciones de su plan de seguridad con el de Bukele, en donde coinciden la aplicación de estados de emergencia y la construcción de megacárceles. “Lo que hice fue enteramente democrático”, dijo Noboa. “Le pregunté al poder legislativo y al poder judicial cuando declaré mi guerra [contra el crimen organizado]. Tuve el respaldo de los tres poderes para hacerlo”. Bukele también tuvo ese aval, aunque esos poderes están bajo su control.
Tras la publicación del artículo este martes y el posterior revuelo, la secretaria de Comunicación de la Presidencia, Irene Vélez, desmintió la publicación de The New Yorker al asegurar que las declaraciones de Noboa habían sido sacadas de contexto.
“Las conversaciones que se dieron entre el presidente y el periodista fueron en un tono coloquial, absolutamente coloquial y privados, en ese sentido, cualquier cosa que haya dicho el presidente, especialmente sobre los presidentes, está descontextualizado”, indicó la funcionaria. “No representa en lo absoluto lo que el presidente piensa de sus homólogos”.
Vélez agregó que Noboa siempre se ha referido a Nayib Bukele como un líder eficiente en seguridad y un referente en la región, mientras que de Milei como un presidente que supo canalizar las demandas del pueblo argentino, según El Universo.
Intento de magnicidio
En momentos en los que Ecuador se encuentra en una guerra declarada contra los grupos considerados terroristas relacionados con la violencia narco, Noboa relató un episodio en el que doce sicarios intentaron asesinarlo.
El hecho ocurrió apenas Noboa fue electo presidente en la frontera norte con Colombia. Los sujetos, que “habrían sido enviados por narcotraficantes”, se enfrentaron en fuego cruzado con las fuerzas de seguridad de Ecuador, relató el presidente.
“Cuatro de los presuntos asesinos habían muerto en un tiroteo con las fuerzas de seguridad ecuatorianas. El resto estaba detenido, pero presumiblemente había otros por ahí. Ahora que era presidente, dijo con una risa triste, nunca volvería estar fuera de peligro”, recogió el artículo de The New Yorker.
Fue precisamente al hablar sobre la crisis de inseguridad de Ecuador cuando apuntó contra el gobierno de Estados Unidos, sin mencionar a su homólogo Joe Biden. El mandatario cuestionó las millonarias sumas que la administración entrega a Ucrania, Israel y Taiwán, cuando sólo envía a Quito “diez millones de dólares”.
“Estamos en una guerra y representamos el veinte por ciento de la crisis migratoria. Ayer tuve una reunión con la CIA y dije: ‘Por favor, ayuda. Centra todos tus esfuerzos en la frontera entre Ecuador y Colombia’”, indicó Noboa.
Sobre la incursión en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente y condenado por la justicia Jorge Glas, Noboa mencionó que las duras críticas internacionales que llegaron desde México, Nicaragua, Venezuela y Colombia, eran una forma de complot motivada por el correísmo.
“Necesitan mostrarme como un neonazi, porque les he estado quitando a sus votantes más moderados”, dijo. “Quieren ponerme en esa casilla porque es difícil pelear conmigo cuando estoy en el centro”.
Tras la publicación del artículo este martes, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de Ecuador salió a aclarar los comentarios del presidente y aseguró que fueron “descontextualizados”.
En el artículo, un perfil del mandatario más joven de América Latina -con 36 años- escrito por el periodista Jon Lee Anderson, Noboa, que en el pasado se ha considerado a sí mismo como un político de centroizquierda, abordó la delicada situación que atraviesa Ecuador con el recrudecimiento de la violencia narco, las amenazas que atentan contra su vida y la polémica incursión en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas.
En una especie de análisis sobre el estado de la democracia en América Latina, Noboa se mostró consciente del desgaste que están sufriendo las instituciones y el aumento del apoyo de los votantes hacia líderes que se muestran fuertes, en un contexto de inseguridad latente: “Si se hiciera una encuesta ahora mismo, el hecho es que la mayoría de los latinoamericanos preferirían la dictadura a la democracia”, aseveró.
Asimismo, el jefe de Estado ecuatoriano dejó en claro su impresión sobre sus homólogos en la región, al tiempo que evitó se categorizado en algún sector del espectro ideológico al decir que “apoya tanto las políticas de seguridad de centroderecha como los programas de bienestar social de centroizquierda”.
No obstante, al ser consultado sobre su identificación en relación a algún líder de la región, Noboa sorprendió al mencionar Lula da Silva, a quien conoció hace quince años en una cumbre empresarial. “Fue inesperado: en Brasil y en el extranjero, Lula es desde hace mucho tiempo un emblema de la izquierda. (...) Lula lo había impresionado con su astucia política y su capacidad para impulsar una agenda”, indicó Anderson en su artículo.
Noboa no mostró el mismo entusiasmo al hablar del presidente chileno, Gabriel Boric, otro líder de la izquierda regional, que “parece estar bien”, dijo, pero que estaría paralizado por sus socios izquierdistas. “No es un problema que yo tenga”, indicó Noboa. Sobre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, Noboa opinó que es un “snob izquierdista” y que “es inteligente, pero no logra hacer nada” mientras da conferencias en lugar de entablar conversaciones.
El mandatario ecuatoriano fue tajante al referirse a los líderes de la derecha en la región, empezando por el presidente argentino, Javier Milei, quien asumió el pasado 10 de diciembre en una ceremonia en Buenos Aires a la que Noboa asistió.
“No sé por qué piensa que es tan genial. No ha logrado nada desde que asumió la presidencia. Parece muy engreído, lo cual, en realidad, es muy argentino”, lanzó el ecuatoriano.
Tampoco tuvo reparos al hablar de Nayib Bukele, quien acaba de asumir su segundo mandato al frente de El Salvador, en un evento en el que también se hizo presente Noboa.
Tanto El Salvador como Ecuador han sido víctimas de la violencia por el terror de las pandillas, en el primer caso, y por los enfrentamientos entre bandas narco y del crimen organizo, en el segundo. Por sus políticas de mano dura frente al crimen, ambos mandatarios han sido comparados dado que han puesto en marcha políticas similares de mano du. “Pero un colaborador cercano de Noboa me había advertido que su jefe reaccionó mal ante la comparación”, puntualizó el periodista.
Sobre su homólogo salvadoreño, Noboa afirmó que “el tipo es arrogante y sólo busca controlar el poder para sí mismo y hacer rica a su familia”.
“Había un puñado de familias que poseían todo en El Salvador, dijo, y ´ahora están los Bukeles´”, relató Anderson. “Observé que Bukele se había referido a sí mismo como ´el dictador más genial del mundo´. Noboa sonrío y dijo: ´Sí, en un país del tamaño de Guayas´, una provincia mediana de Ecuador”.
Noboa tomó distancia de las comparaciones de su plan de seguridad con el de Bukele, en donde coinciden la aplicación de estados de emergencia y la construcción de megacárceles. “Lo que hice fue enteramente democrático”, dijo Noboa. “Le pregunté al poder legislativo y al poder judicial cuando declaré mi guerra [contra el crimen organizado]. Tuve el respaldo de los tres poderes para hacerlo”. Bukele también tuvo ese aval, aunque esos poderes están bajo su control.
Tras la publicación del artículo este martes y el posterior revuelo, la secretaria de Comunicación de la Presidencia, Irene Vélez, desmintió la publicación de The New Yorker al asegurar que las declaraciones de Noboa habían sido sacadas de contexto.
“Las conversaciones que se dieron entre el presidente y el periodista fueron en un tono coloquial, absolutamente coloquial y privados, en ese sentido, cualquier cosa que haya dicho el presidente, especialmente sobre los presidentes, está descontextualizado”, indicó la funcionaria. “No representa en lo absoluto lo que el presidente piensa de sus homólogos”.
Vélez agregó que Noboa siempre se ha referido a Nayib Bukele como un líder eficiente en seguridad y un referente en la región, mientras que de Milei como un presidente que supo canalizar las demandas del pueblo argentino, según El Universo.
Intento de magnicidio
En momentos en los que Ecuador se encuentra en una guerra declarada contra los grupos considerados terroristas relacionados con la violencia narco, Noboa relató un episodio en el que doce sicarios intentaron asesinarlo.
El hecho ocurrió apenas Noboa fue electo presidente en la frontera norte con Colombia. Los sujetos, que “habrían sido enviados por narcotraficantes”, se enfrentaron en fuego cruzado con las fuerzas de seguridad de Ecuador, relató el presidente.
“Cuatro de los presuntos asesinos habían muerto en un tiroteo con las fuerzas de seguridad ecuatorianas. El resto estaba detenido, pero presumiblemente había otros por ahí. Ahora que era presidente, dijo con una risa triste, nunca volvería estar fuera de peligro”, recogió el artículo de The New Yorker.
Fue precisamente al hablar sobre la crisis de inseguridad de Ecuador cuando apuntó contra el gobierno de Estados Unidos, sin mencionar a su homólogo Joe Biden. El mandatario cuestionó las millonarias sumas que la administración entrega a Ucrania, Israel y Taiwán, cuando sólo envía a Quito “diez millones de dólares”.
“Estamos en una guerra y representamos el veinte por ciento de la crisis migratoria. Ayer tuve una reunión con la CIA y dije: ‘Por favor, ayuda. Centra todos tus esfuerzos en la frontera entre Ecuador y Colombia’”, indicó Noboa.
Sobre la incursión en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente y condenado por la justicia Jorge Glas, Noboa mencionó que las duras críticas internacionales que llegaron desde México, Nicaragua, Venezuela y Colombia, eran una forma de complot motivada por el correísmo.
“Necesitan mostrarme como un neonazi, porque les he estado quitando a sus votantes más moderados”, dijo. “Quieren ponerme en esa casilla porque es difícil pelear conmigo cuando estoy en el centro”.
Con información de
La Nación