El tono amenazante de Gabriel Boric, un punto de inflexión en el carácter presidencial
Martes 18 de
Junio 2024
El mandatario chileno fue tajante para expresarse sobre la cuestión de los paneles solares argentinos en territorio chileno, un cambio de actitud que despertó elogios en la política del país vecino
Ya sea por un carácter más conciliador o una personalidad que explota la empatía en determinados contextos, Gabriel Boric no acostumbra a mostrar un perfil contestario o de choque más cercano a su época de dirigente estudiantil. El Boric de hoy es un adulto joven que ha debido adoptar un papel de acuerdo con su investidura y que, en determinadas ocasiones, puede responder con firmeza para entregar alguna señal política.
Sin embargo, el tono que utilizó para referirse a la tensa situación generada a raíz de la instalación de paneles solares argentinos –pertenecientes a una base militar trasandina– en territorio chileno en la zona sur del país, sorprendió a seguidores, opositores y a todo Chile. En Francia, en el contexto de su gira por Europa, el mandatario golpeó la mesa y lanzó, de forma enfática, la siguiente advertencia: “Deben retirar esos paneles solares a la brevedad o lo vamos a hacer nosotros”.
Boric ha utilizado dureza en casos específicos. Lo hizo, por ejemplo, con Venezuela cuando “exigió” colaboración al gobierno venezolano para esclarecer la investigación del homicidio del militar Ronald Ojeda. También lo ha hecho para abordar las críticas de la oposición en alguna aparición pública en la que ha sufrido cierta beligerancia. “Quedan más en ridículo ustedes que yo”, les dijo a unos opositores que lo fustigaron a través del apodo con el que lo llaman sus detractores: “Merluzo”.
Asimismo, es recordada su intervención cuando criticó a la FIFA por dejar a su país fuera de las sedes del Mundial 2030: “Con el nombre de Chile no se juega”.
Desde la cancillería chilena, la versión que más tomó fuerza para explicar el tono que utilizó Boric fue que el gobierno de Javier Milei afirmó que recién removerían los paneles durante el verano. “Chile es quien decide la fecha, no Argentina”, señalaron desde la repartición.
Con todo, la intervención de Boric cosechó elogios en al arco político local, pese a la versión –de pasillo– del gobierno argentino que apuntaba a que el presidente de izquierda buscaba réditos internos apelando a la protección de la soberanía y que, en cierto modo, había exagerado con el tono.
“Me parece correcta la decisión del presidente de la república de exigir que se remuevan estos paneles que están construidos en territorio nacional, siendo de propiedad argentina”, dijo la diputada de Renovación Nacional e integrante de la Comisión de Defensa, Camila Flores, una de las voces más críticas del actual gobierno.
Para Rodrigo Espinoza, cientista político de la Universidad Diego Portales, la respuesta de Boric marca un “punto de inflexión”.
“Es inesperada la reacción del presidente Boric, más todavía considerando que las declaraciones del canciller chileno, Alberto van Klaveren, habían sido bastante más moderadas. Por lo tanto, la subida de tono del presidente establece un punto de inflexión, particularmente porque las voces tanto del canciller como del presidente suelen ir alineadas y la política exterior de Chile siempre suele ser de mucho diálogo, pero acá lo que estamos viendo es un presidente que trata de marcar los puntos, y sobre todo, a un gobierno que es de una línea ideológica completamente distinta al del gobierno de Chile”, señaló el académico. “En la cuenta pública ante el Congreso ya se lo vio en un tono más confrontativo, al menos en lo referido a política doméstica”, añadió.
Por su parte, Luis Felipe Vergara, analista político, lo atribuyó más a una cuestión institucional. “En su estilo él ha sido bastante claro en temas internacionales ya que cuando sale a hablar, lo hace también de manera clara y categórica sin alguna estrategia política detrás. Así que más que establecer normas o criterios comunes respecto a la altura internacional de nuestro país, no lo tomaría como una estrategia”, comentó.
En todo caso, y según la más reciente edición de la encuesta Plaza Pública de Cadem, la aprobación del desempeño del gobierno llegó al 34% y mantuvo una tendencia al alza en las últimas mediciones del estudio.
Sin embargo, el tono que utilizó para referirse a la tensa situación generada a raíz de la instalación de paneles solares argentinos –pertenecientes a una base militar trasandina– en territorio chileno en la zona sur del país, sorprendió a seguidores, opositores y a todo Chile. En Francia, en el contexto de su gira por Europa, el mandatario golpeó la mesa y lanzó, de forma enfática, la siguiente advertencia: “Deben retirar esos paneles solares a la brevedad o lo vamos a hacer nosotros”.
Boric ha utilizado dureza en casos específicos. Lo hizo, por ejemplo, con Venezuela cuando “exigió” colaboración al gobierno venezolano para esclarecer la investigación del homicidio del militar Ronald Ojeda. También lo ha hecho para abordar las críticas de la oposición en alguna aparición pública en la que ha sufrido cierta beligerancia. “Quedan más en ridículo ustedes que yo”, les dijo a unos opositores que lo fustigaron a través del apodo con el que lo llaman sus detractores: “Merluzo”.
Asimismo, es recordada su intervención cuando criticó a la FIFA por dejar a su país fuera de las sedes del Mundial 2030: “Con el nombre de Chile no se juega”.
Desde la cancillería chilena, la versión que más tomó fuerza para explicar el tono que utilizó Boric fue que el gobierno de Javier Milei afirmó que recién removerían los paneles durante el verano. “Chile es quien decide la fecha, no Argentina”, señalaron desde la repartición.
Con todo, la intervención de Boric cosechó elogios en al arco político local, pese a la versión –de pasillo– del gobierno argentino que apuntaba a que el presidente de izquierda buscaba réditos internos apelando a la protección de la soberanía y que, en cierto modo, había exagerado con el tono.
“Me parece correcta la decisión del presidente de la república de exigir que se remuevan estos paneles que están construidos en territorio nacional, siendo de propiedad argentina”, dijo la diputada de Renovación Nacional e integrante de la Comisión de Defensa, Camila Flores, una de las voces más críticas del actual gobierno.
Para Rodrigo Espinoza, cientista político de la Universidad Diego Portales, la respuesta de Boric marca un “punto de inflexión”.
“Es inesperada la reacción del presidente Boric, más todavía considerando que las declaraciones del canciller chileno, Alberto van Klaveren, habían sido bastante más moderadas. Por lo tanto, la subida de tono del presidente establece un punto de inflexión, particularmente porque las voces tanto del canciller como del presidente suelen ir alineadas y la política exterior de Chile siempre suele ser de mucho diálogo, pero acá lo que estamos viendo es un presidente que trata de marcar los puntos, y sobre todo, a un gobierno que es de una línea ideológica completamente distinta al del gobierno de Chile”, señaló el académico. “En la cuenta pública ante el Congreso ya se lo vio en un tono más confrontativo, al menos en lo referido a política doméstica”, añadió.
Por su parte, Luis Felipe Vergara, analista político, lo atribuyó más a una cuestión institucional. “En su estilo él ha sido bastante claro en temas internacionales ya que cuando sale a hablar, lo hace también de manera clara y categórica sin alguna estrategia política detrás. Así que más que establecer normas o criterios comunes respecto a la altura internacional de nuestro país, no lo tomaría como una estrategia”, comentó.
En todo caso, y según la más reciente edición de la encuesta Plaza Pública de Cadem, la aprobación del desempeño del gobierno llegó al 34% y mantuvo una tendencia al alza en las últimas mediciones del estudio.
Con información de
La Nación