Un showman frente a la amenaza de la recesión
Por:
Carlos Pagni
Jueves 23 de
Mayo 2024
Milei pretende ser reconocido mundialmente como un profeta extravagante, mientras los inversores esperan respuestas y el sistema energético engendra su crisis
En la concentración de este miércoles en el Luna Park Javier Milei volvió a indicar el perfil con el que prefiere ser reconocido. No es el de un líder político. Tampoco el de un jefe de Estado. Milei disfruta cuando se lo reconoce como un profeta extravagante. La presentación de Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, su nueva obra editada por Planeta, se convirtió en parte de un show en el que cantó como astro de una banda.
El nuevo libro salió a la luz envuelto en una polémica por plagios. Inesperada coincidencia con el denostado Pedro Sánchez, acusado en España por copiar sin citar párrafos enteros de su tesis de doctorado. El trabajo que se presentó en el estadio de Corrientes y Bouchard es una compilación de textos muy variados. Allí conviven discursos como el de apertura de sesiones del Congreso, o el que pronunció en Davos, con una memoria de sus predilecciones doctrinarias. La segunda sección, a la que el autor otorga más relevancia, es para él una especie de legado teórico sobre macroeconomía, elaborado con fórmulas y gráficos.
El escritor es también un showman, acompañado por músicos celestiales, los hermanos Benegas Lynch, “Bertie” y Joaquín, y por un colega del mundo literario, Marcelo Duclos, coautor de Milei. La revolución que no vieron venir. Si detrás de esta fiesta se quieren detectar señales políticas, hay un ramillete de detalles: todos los carteles que rodeaban ayer el Luna Park exaltaban la figura de Karina Milei, apelada siempre como “El Jefe”. La organizadora del incipiente partido oficial es también una flamante tuitera. Se ve que ya tiene cosas que decir. Los insidiosos hacían circular una pregunta: “¿Viene “Nico” Posse? No habrá casta, pero sigue habiendo internas. Otro pormenor, menos decisivo pero curioso, fue el ingreso de una columna de fuerzas del cielo, no demasiado poblada, con Daniel Scioli a la cabeza. Un reencuentro del antiguo motonauta con otras celebridades de los ‘90, como Zulemita Menem o Yuyito González. Anarco-libertarios de todas las horas.
Más llamativo que el despliegue sobre el escenario fue lo que ocurría entre la muchedumbre. Miles de feligreses representando una coreografía con fervor pentecostal, abrazados a un tomo recién adquirido a 25.000 pesos, como a una Biblia laica. ¿Entenderían todos los postulados monetaristas, bastante herméticos, del gurú que lo redactó? Importa poco. La misa en latín era para la mayoría incomprensible. Pero cumplía igual su cometido. Emocionaba.
El montaje de este miércoles fue otra entrega de la maquinaria escenográfica de La Libertad Avanza. El propósito principal es destacar la excentricidad del Presidente. Esos rasgos que, sintetizados en el modo de despeinarse, recuerdan que se trata de alguien distinto, a quien es imposible identificar con los rasgos convencionales de un político. De eso se trata hoy el liderazgo: llamar la atención y desmarcarse de “la casta”. Esa es la razón por la cual no hay que ir a buscar en el nuevo libro nada parecido a un programa de gobierno. Esas páginas son el mensaje de un predicador de escala universal, más interesado en denunciar las miserias del presente y divulgar una doctrina redentora, que en comunicar las rutinas de un administrador.
El Milei que canta y escribe libros es el mismo que se autorretrató este martes delante de Antonio Laje, cuando el periodista le recordó que hay quienes lo critican por haber utilizado el avión oficial para una visita privada, como la que realizó a España. Dijo, utilizando una tercera persona de resonancias maradonianas, que quienes lo criticaban eran “liliputienses que no están acostumbrados a ver a una persona que es uno de los cinco líderes más importantes del mundo”. Enseguida corrigió y se recategorizó como “uno de los dos líderes más importantes del mundo”, altura desde la cual, al cabo de un par de frases, preguntó: “¿Usted se va a poner a discutir con una cucaracha?”. Una simpática licencia retórica que se concedió quien, un rato antes, había condenado al socialista Sánchez por descalificar a sus críticos con argumentos ad hominem. Minucias, trivialidades, que podrían ser refutadas con un dato inapelable: ayer Milei fue durante varias horas trending topic de la red X en España. Fin.
La tensión con el gobierno español se mantuvo a raíz de una presentación de Sánchez en el Congreso de los Diputados. Allí el primer ministro siguió sacando partido de la polémica con Milei, hostigando a Santiago Abascal, el líder de Vox. En plena campaña electoral por las elecciones europeas, el socialismo insiste en discutir con ese partido de ultraderecha, que obtuvo el año pasado apenas 12% de los votos y que, según todas las encuestas, está destinado a perder también en los comicios del próximo 6 de junio. Es el principal servicio que Milei prestó a Sánchez: poner en un primer plano a Vox y opacar al Partido Popular. Es la fuerza de Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Mariano Rajoy y José María Aznar. Los populares ganaron las elecciones nacionales del año pasado, y prometen imponerse de nuevo en las europeas. Son el verdadero problema de Sánchez, como se notó ayer con el demoledor discurso que le dedicó Feijóo en el parlamento. Allí le mostró la tapa de numerosos diarios que se referían a la corrupción oficial, de la que se habla a raíz de las acusaciones contra Begoña Gómez, la esposa de Sánchez, investigada, pero no imputada, por tráfico de influencias. “Esto no lo hizo Milei, esto lo hizo Usted solito”, le dijo Feijóo a Sánchez.
Al fraseo propio de esta controversia transatlántica ayer se incorporó otro elemento de discordia: la reafirmación propalestina del gobierno de España, que en el caso de la vicepresidenta Yolanda Díaz, adquiere una modulación mucho más extrema: la de sugerir la desaparición del Estado de Israel. Es la tesis que se cifra en el eslogan “Palestina será libre desde el río hasta el mar”. Las diferencias con el alineamiento de Milei van adquiriendo nuevas dimensiones. Todo converge hacia una situación muy novedosa: pocas veces el voto de los españoles en la Argentina tendrá tanto significado como en las elecciones que se celebrarán entre el 6 y el 9 del mes que viene.
Más allá de las descalificaciones, la crisis con el gobierno de España roza aspectos relevantes de la vida material. No sólo porque los grandes inversores de ese país en la Argentina se pronunciaron a favor de Sánchez. España ha sido siempre el principal puente con Europa, en especial para dos operaciones: el acuerdo comercial con el Mercosur y el ingreso de la Argentina a la OCDE. Además, España tiene una voz que puede influir, por su condición de país europeo, en el Fondo Monetario Internacional. Son aspectos del entredicho que, al parecer, tienen sin cuidado a Milei. Pero de los que desde hace 48 horas se está ocupando Diana Mondino, en conversación con algunos diplomáticos amigos del Viejo Mundo.
Estas inquietudes se inscriben en el marco general de un problema decisivo: la capacidad de la economía argentina para atraer inversiones que agilicen la salida de la recesión. Ayer el Indec consignó que el Estimador Mensual de Actividad Económica de marzo registró una caída de 8,4% respecto del mismo mes del año anterior.
Existe un consenso muy extendido de que va a ser difícil reanimar la inversión si no se despeja la gran incógnita de la gestión de Luis Caputo: ¿qué régimen monetario y cambiario pretende adoptar? Sin responder a esta pregunta es difícil, inclusive, suscribir un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional que incluya desembolsos adicionales. Hay especialistas que miran el horizonte con alguna inquietud. Por ejemplo, temen por la presión que ejercerán sobre las reservas del Banco Central las importaciones, que deberán ser pagadas en su totalidad a partir de julio. Es decir, a partir del mes en que las liquidaciones por exportaciones agropecuarias son menos caudalosas.
Hay que sumar que, hasta agosto, habrá que contar con las divisas necesarias para adquirir gas natural licuado, gasoil y fuel oil en el mercado internacional, sobre todo para un invierno que se anticipa muy crudo. Una demanda transitoria, debido a una feliz mutación que se registra ya este año: el nuevo gasoducto y la mayor producción de la cuenca neuquina han revertido la balanza del comercio de hidrocarburos. Según Daniel Gerold, que pronosticó muy temprano esta novedad, el saldo comercial energético entre enero y abril fue de 2414 millones de dólares, cuando en 2023 había sido de 239 millones, y en 2022 fue deficitario en 368 millones.
Además de los problemas macroeconómicos, el flujo de inversiones está determinado por dificultades sectoriales. Las principales siguen siendo las energéticas. La discusión entre el Poder Ejecutivo y los generadores de electricidad tiene derivaciones complicadas. Las autoridades han propuesto a esos productores liquidar la voluminosa acreencia con Cammesa entregando un bono que se pagaría en 2038 y que cotizaría en el mercado al 50% de su valor. El monto total es de 1200 millones de dólares. Varias productoras de hidrocarburos, igual que algunas grandes generadoras, rechazaron la propuesta. Una de las empresas más importantes del sector, Pampa Energía, del siempre componedor Marcelo Mindlin, anunció que estudia encarar medidas legales frente a lo que se considera un default. El principal argumento de estas compañías es que el mismo Estado adoptó otra conducta, mucho más apegada a las reglas institucionales, frente a sus compromisos con el sector financiero. Y también para pagar deudas energéticas, como las que se registraban con varias distribuidoras de gas receptoras de subsidios destinados a zonas frías.
El ejemplo de Cammesa sirve a la estrategia de algunos gobernadores muy astutos. Ya son varios los que sugirieron al Ministerio de Economía la necesidad de reestructurar sus deudas a raíz del recorte en los giros que recibían desde la administración central. Los colaboradores de Caputo bloquean esa vía, flexibilizando la dureza fiscal con las provincias. En el equipo de Milei van descubriendo de a poco que algunas encrucijadas en las que quedaron atrapadas gestiones anteriores son recurrentes. El avance federal sobre la caja del Tesoro es una de ellas.
Como siempre, ese vínculo económico está asociado al alineamiento político. Por eso quienes quieren encontrar problemas donde aún no han aparecido, se preguntan por los vencimientos financieros de la provincia de Buenos Aires. Pájaros de mal agüero. Ajeno a estos desvelos, Axel Kicillof relojea otras batallas. Este miércoles La Cámpora de San Isidro y de San Fernando emitieron comunicados reprochando a la conducción de Máximo Kirchner no haber asistido a la movilización convocada por el gobernador en Florencio Varela para el sábado pasado. Los promotores de esta rebelión son Marcos Cianni y su esposa Paula Guevara, clásicos ejemplares del esquema pingüino-pingüina, que militan a las órdenes del combativo Andrés “Cuervo” Larroque. La polémica partidaria, que el propio Kicillof mira con cautela, es enemiga de cualquier plan de austeridad presupuestaria. Otra razón para los malpensados que ponen la lupa sobre el cronograma financiero del Estado bonaerense.
Los enigmas de la macroeconomía vuelven más decisiva la aprobación de la denominada Ley Bases. Envalentonados porque conocen que Milei está obligado, sobre todo por el Fondo Monetario, a que esa norma se sancione, los senadores han minado la negociación con más y más pretensiones. Algunas están asociadas a demandas provinciales avaladas por los gobernadores. Otros son voceros de exigencias sectoriales, como las que tramitó la UIA, alarmada por el nuevo régimen de inversiones. Aquí resulta clave la dureza del radicalismo. Otros legisladores, sin más poder que el que provee la propia banca, reclaman en nombre de su interés particular. Son, en especial, los que no tienen posibilidad de hacerse reelegir.
Esta feria de demandas y satisfacciones que se abrió en la Cámara alta reenviará el texto a Diputados. Y con ese regreso reaparecen nuevas incógnitas. Entre ellas, el destino del régimen de impuestos internos para los cigarrillos, que una mayoría de la UCR, la Coalición Cívica y peronistas modificó, en detrimento de los intereses de Tabacalera Sarandí, de Pablo Otero, calificado por Milei como “El Señor del Tabaco”. El nuevo articulado fue votado en contra por la mayoría del Pro, conducida por Cristian Ritondo, el entrañable “Pucho”. Y por los diputados de La Libertad Avanza, que impidieron la sanción de un sistema que había sido propuesto, no una sino dos veces, por el propio Gobierno. ¿Se reabrirá ese debate? ¿O el empresario Otero apuesta a salvar su negocio gracias al veto de quien lo llamó “El Señor del Tabaco”, es decir, de Milei? Hace 15 días ocurrió una curiosa reunión en la Casa Rosada, de la que participaron “Pucho”, su acompañante permanente para este tipo de negociaciones, Diego Santilli, y dos figuras claves para la gestión parlamentaria: Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem. ¿Se habló de los intereses de Otero en ese encuentro? ¿O sólo se repasaron las exigencias de Ritondo y Santilli para obtener posiciones en las delegaciones de la Anses?
Son misterios interesantes, sobre todo a partir de algunas denuncias infrecuentes. Por ejemplo: el diputado radical por Jujuy, Jorge Rizzotti, afirmó en declaraciones periodísticas realizadas en su provincia, que hubo legisladores que votaron “untados por Tabacalera Sarandí”. Una imputación de ese tipo merecería alguna respuesta, para empezar, de las dos colegas de Rizzotti, Danya Tavela y Mariela Coletta, únicas integrantes del bloque radical que votaron en disidencia con su partido. Tavela y Coletta, alineadas con Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau, hasta ahora guardan silencio.
A las negociaciones de la Ley Bases y al ajedrez financiero entre la Nación y las provincias, se agrega otro desafío para el gabinete de Milei: así como Cammesa se resiste a saldar al contado su deuda con los generadores, algunas distribuidoras de electricidad se resisten a pagar la mercadería que compraron a Cammesa. No es una resistencia política, sino que ya avanzó en el plano judicial. Un conjunto de cooperativas bonaerenses repudia la deuda que les exige la empresa administradora del mercado eléctrico. Si ese planteo se extendiera al resto de las compañías de distribución, Cammesa estaría ante el colapso definitivo. Para el mes de marzo ese pasivo era de 650.000 millones de pesos.
El drama de esta demanda es que ya llegó a la Corte. Y lo hizo antes que el juez Ariel Lijo, en quien el Gobierno confía para estos percances. Con la postulación de Lijo, Milei no sólo ha desatado una ola de censura sino que, además, se inoculó la interna del alto tribunal. Allí el clima se ha vuelto irrespirable, sobre todo para Ricardo Lorenzetti. La mayoría de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda dispuso una reestructuración administrativa que comenzó por el área penal.
La secretaría específica, que dirigía Fernando Arnedo, un abogado ligado a Lorenzetti, quedó bajo el mando de Diego Seitún, un jurista seleccionado por el trío mayoritario. Arnedo quedó al frente de una Secretaría Penal Especial, que se encargará de dictaminar sobre competencias, causas de lesa humanidad y cuestiones de carácter formal. Entre los colaboradores de Arnedo estará Magalí Mazzuca, ahijada de Lorenzetti y exesposa del juez Lijo.
Lorenzetti dictaminó una disidencia enfurecida, en un texto que merecería un obiter dictum del estilo: “Se le salió la cadena”. Se trata de una línea argumental que condensa las razones por las cuales los otros tres colegas deberían ser sometidos a juicio político. La principal queja de Lorenzetti es que, como es obvio, la remodelación acotará muchísimo el eventual poder del penalista Lijo. Habrá que leer qué dice Lorenzetti si a Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda se les ocurriera avanzar sobre el área ambiental de la Corte, que es la predilecta del expresidente del cuerpo. Para aliviar una tensión que por momentos resulta insoportable, un empleado del tribunal bromeó: “Que Lijo llegue pronto, así por lo menos a Ricardo lo traiciona otro”.
La llegada de Lijo presenta, sin embargo, algún inconveniente. Ayer, por ejemplo, las autoridades de la Legislatura de Córdoba emitieron una recomendación a los senadores de la provincia para que se nieguen a votar propuestas en las que no figuren mujeres. Es posible que ese criterio se difunda. Lijo pretende reemplazar a Elena Highton de Nolasco.
En el camino, la postulación de Lijo recibe adhesiones que sean, acaso, contraproducentes. Por ejemplo, después de obtener el aval del binguero Daniel Angelici y del controvertido Rodolfo Canicoba Corral, consiguió el del abogado Matías Morla, que ganó notoriedad cuando la familia de Diego Maradona lo llevó a tribunales acusándolo de haber manipulado al crack en sus últimos días, con el fin de quedarse con sus bienes de manera fraudulenta. Para Morla, antiguo defensor del “Gordo” Valor, la llegada de Lijo a la Corte es un salto de calidad. Todo depende del lugar desde el que se mira.
Más inquietante fue el aval que le otorgó a Lijo la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. Sobre todo, si se tiene en cuenta la dureza con que la misma DAIA protestó en la Justicia cuando el juez al que ahora promueve concedió la personería a un partido nazi. Cuando se escriba la historia, va a ser inexplicable.
El nuevo libro salió a la luz envuelto en una polémica por plagios. Inesperada coincidencia con el denostado Pedro Sánchez, acusado en España por copiar sin citar párrafos enteros de su tesis de doctorado. El trabajo que se presentó en el estadio de Corrientes y Bouchard es una compilación de textos muy variados. Allí conviven discursos como el de apertura de sesiones del Congreso, o el que pronunció en Davos, con una memoria de sus predilecciones doctrinarias. La segunda sección, a la que el autor otorga más relevancia, es para él una especie de legado teórico sobre macroeconomía, elaborado con fórmulas y gráficos.
El escritor es también un showman, acompañado por músicos celestiales, los hermanos Benegas Lynch, “Bertie” y Joaquín, y por un colega del mundo literario, Marcelo Duclos, coautor de Milei. La revolución que no vieron venir. Si detrás de esta fiesta se quieren detectar señales políticas, hay un ramillete de detalles: todos los carteles que rodeaban ayer el Luna Park exaltaban la figura de Karina Milei, apelada siempre como “El Jefe”. La organizadora del incipiente partido oficial es también una flamante tuitera. Se ve que ya tiene cosas que decir. Los insidiosos hacían circular una pregunta: “¿Viene “Nico” Posse? No habrá casta, pero sigue habiendo internas. Otro pormenor, menos decisivo pero curioso, fue el ingreso de una columna de fuerzas del cielo, no demasiado poblada, con Daniel Scioli a la cabeza. Un reencuentro del antiguo motonauta con otras celebridades de los ‘90, como Zulemita Menem o Yuyito González. Anarco-libertarios de todas las horas.
Más llamativo que el despliegue sobre el escenario fue lo que ocurría entre la muchedumbre. Miles de feligreses representando una coreografía con fervor pentecostal, abrazados a un tomo recién adquirido a 25.000 pesos, como a una Biblia laica. ¿Entenderían todos los postulados monetaristas, bastante herméticos, del gurú que lo redactó? Importa poco. La misa en latín era para la mayoría incomprensible. Pero cumplía igual su cometido. Emocionaba.
El montaje de este miércoles fue otra entrega de la maquinaria escenográfica de La Libertad Avanza. El propósito principal es destacar la excentricidad del Presidente. Esos rasgos que, sintetizados en el modo de despeinarse, recuerdan que se trata de alguien distinto, a quien es imposible identificar con los rasgos convencionales de un político. De eso se trata hoy el liderazgo: llamar la atención y desmarcarse de “la casta”. Esa es la razón por la cual no hay que ir a buscar en el nuevo libro nada parecido a un programa de gobierno. Esas páginas son el mensaje de un predicador de escala universal, más interesado en denunciar las miserias del presente y divulgar una doctrina redentora, que en comunicar las rutinas de un administrador.
El Milei que canta y escribe libros es el mismo que se autorretrató este martes delante de Antonio Laje, cuando el periodista le recordó que hay quienes lo critican por haber utilizado el avión oficial para una visita privada, como la que realizó a España. Dijo, utilizando una tercera persona de resonancias maradonianas, que quienes lo criticaban eran “liliputienses que no están acostumbrados a ver a una persona que es uno de los cinco líderes más importantes del mundo”. Enseguida corrigió y se recategorizó como “uno de los dos líderes más importantes del mundo”, altura desde la cual, al cabo de un par de frases, preguntó: “¿Usted se va a poner a discutir con una cucaracha?”. Una simpática licencia retórica que se concedió quien, un rato antes, había condenado al socialista Sánchez por descalificar a sus críticos con argumentos ad hominem. Minucias, trivialidades, que podrían ser refutadas con un dato inapelable: ayer Milei fue durante varias horas trending topic de la red X en España. Fin.
La tensión con el gobierno español se mantuvo a raíz de una presentación de Sánchez en el Congreso de los Diputados. Allí el primer ministro siguió sacando partido de la polémica con Milei, hostigando a Santiago Abascal, el líder de Vox. En plena campaña electoral por las elecciones europeas, el socialismo insiste en discutir con ese partido de ultraderecha, que obtuvo el año pasado apenas 12% de los votos y que, según todas las encuestas, está destinado a perder también en los comicios del próximo 6 de junio. Es el principal servicio que Milei prestó a Sánchez: poner en un primer plano a Vox y opacar al Partido Popular. Es la fuerza de Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Mariano Rajoy y José María Aznar. Los populares ganaron las elecciones nacionales del año pasado, y prometen imponerse de nuevo en las europeas. Son el verdadero problema de Sánchez, como se notó ayer con el demoledor discurso que le dedicó Feijóo en el parlamento. Allí le mostró la tapa de numerosos diarios que se referían a la corrupción oficial, de la que se habla a raíz de las acusaciones contra Begoña Gómez, la esposa de Sánchez, investigada, pero no imputada, por tráfico de influencias. “Esto no lo hizo Milei, esto lo hizo Usted solito”, le dijo Feijóo a Sánchez.
Al fraseo propio de esta controversia transatlántica ayer se incorporó otro elemento de discordia: la reafirmación propalestina del gobierno de España, que en el caso de la vicepresidenta Yolanda Díaz, adquiere una modulación mucho más extrema: la de sugerir la desaparición del Estado de Israel. Es la tesis que se cifra en el eslogan “Palestina será libre desde el río hasta el mar”. Las diferencias con el alineamiento de Milei van adquiriendo nuevas dimensiones. Todo converge hacia una situación muy novedosa: pocas veces el voto de los españoles en la Argentina tendrá tanto significado como en las elecciones que se celebrarán entre el 6 y el 9 del mes que viene.
Más allá de las descalificaciones, la crisis con el gobierno de España roza aspectos relevantes de la vida material. No sólo porque los grandes inversores de ese país en la Argentina se pronunciaron a favor de Sánchez. España ha sido siempre el principal puente con Europa, en especial para dos operaciones: el acuerdo comercial con el Mercosur y el ingreso de la Argentina a la OCDE. Además, España tiene una voz que puede influir, por su condición de país europeo, en el Fondo Monetario Internacional. Son aspectos del entredicho que, al parecer, tienen sin cuidado a Milei. Pero de los que desde hace 48 horas se está ocupando Diana Mondino, en conversación con algunos diplomáticos amigos del Viejo Mundo.
Estas inquietudes se inscriben en el marco general de un problema decisivo: la capacidad de la economía argentina para atraer inversiones que agilicen la salida de la recesión. Ayer el Indec consignó que el Estimador Mensual de Actividad Económica de marzo registró una caída de 8,4% respecto del mismo mes del año anterior.
Existe un consenso muy extendido de que va a ser difícil reanimar la inversión si no se despeja la gran incógnita de la gestión de Luis Caputo: ¿qué régimen monetario y cambiario pretende adoptar? Sin responder a esta pregunta es difícil, inclusive, suscribir un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional que incluya desembolsos adicionales. Hay especialistas que miran el horizonte con alguna inquietud. Por ejemplo, temen por la presión que ejercerán sobre las reservas del Banco Central las importaciones, que deberán ser pagadas en su totalidad a partir de julio. Es decir, a partir del mes en que las liquidaciones por exportaciones agropecuarias son menos caudalosas.
Hay que sumar que, hasta agosto, habrá que contar con las divisas necesarias para adquirir gas natural licuado, gasoil y fuel oil en el mercado internacional, sobre todo para un invierno que se anticipa muy crudo. Una demanda transitoria, debido a una feliz mutación que se registra ya este año: el nuevo gasoducto y la mayor producción de la cuenca neuquina han revertido la balanza del comercio de hidrocarburos. Según Daniel Gerold, que pronosticó muy temprano esta novedad, el saldo comercial energético entre enero y abril fue de 2414 millones de dólares, cuando en 2023 había sido de 239 millones, y en 2022 fue deficitario en 368 millones.
Además de los problemas macroeconómicos, el flujo de inversiones está determinado por dificultades sectoriales. Las principales siguen siendo las energéticas. La discusión entre el Poder Ejecutivo y los generadores de electricidad tiene derivaciones complicadas. Las autoridades han propuesto a esos productores liquidar la voluminosa acreencia con Cammesa entregando un bono que se pagaría en 2038 y que cotizaría en el mercado al 50% de su valor. El monto total es de 1200 millones de dólares. Varias productoras de hidrocarburos, igual que algunas grandes generadoras, rechazaron la propuesta. Una de las empresas más importantes del sector, Pampa Energía, del siempre componedor Marcelo Mindlin, anunció que estudia encarar medidas legales frente a lo que se considera un default. El principal argumento de estas compañías es que el mismo Estado adoptó otra conducta, mucho más apegada a las reglas institucionales, frente a sus compromisos con el sector financiero. Y también para pagar deudas energéticas, como las que se registraban con varias distribuidoras de gas receptoras de subsidios destinados a zonas frías.
El ejemplo de Cammesa sirve a la estrategia de algunos gobernadores muy astutos. Ya son varios los que sugirieron al Ministerio de Economía la necesidad de reestructurar sus deudas a raíz del recorte en los giros que recibían desde la administración central. Los colaboradores de Caputo bloquean esa vía, flexibilizando la dureza fiscal con las provincias. En el equipo de Milei van descubriendo de a poco que algunas encrucijadas en las que quedaron atrapadas gestiones anteriores son recurrentes. El avance federal sobre la caja del Tesoro es una de ellas.
Como siempre, ese vínculo económico está asociado al alineamiento político. Por eso quienes quieren encontrar problemas donde aún no han aparecido, se preguntan por los vencimientos financieros de la provincia de Buenos Aires. Pájaros de mal agüero. Ajeno a estos desvelos, Axel Kicillof relojea otras batallas. Este miércoles La Cámpora de San Isidro y de San Fernando emitieron comunicados reprochando a la conducción de Máximo Kirchner no haber asistido a la movilización convocada por el gobernador en Florencio Varela para el sábado pasado. Los promotores de esta rebelión son Marcos Cianni y su esposa Paula Guevara, clásicos ejemplares del esquema pingüino-pingüina, que militan a las órdenes del combativo Andrés “Cuervo” Larroque. La polémica partidaria, que el propio Kicillof mira con cautela, es enemiga de cualquier plan de austeridad presupuestaria. Otra razón para los malpensados que ponen la lupa sobre el cronograma financiero del Estado bonaerense.
Los enigmas de la macroeconomía vuelven más decisiva la aprobación de la denominada Ley Bases. Envalentonados porque conocen que Milei está obligado, sobre todo por el Fondo Monetario, a que esa norma se sancione, los senadores han minado la negociación con más y más pretensiones. Algunas están asociadas a demandas provinciales avaladas por los gobernadores. Otros son voceros de exigencias sectoriales, como las que tramitó la UIA, alarmada por el nuevo régimen de inversiones. Aquí resulta clave la dureza del radicalismo. Otros legisladores, sin más poder que el que provee la propia banca, reclaman en nombre de su interés particular. Son, en especial, los que no tienen posibilidad de hacerse reelegir.
Esta feria de demandas y satisfacciones que se abrió en la Cámara alta reenviará el texto a Diputados. Y con ese regreso reaparecen nuevas incógnitas. Entre ellas, el destino del régimen de impuestos internos para los cigarrillos, que una mayoría de la UCR, la Coalición Cívica y peronistas modificó, en detrimento de los intereses de Tabacalera Sarandí, de Pablo Otero, calificado por Milei como “El Señor del Tabaco”. El nuevo articulado fue votado en contra por la mayoría del Pro, conducida por Cristian Ritondo, el entrañable “Pucho”. Y por los diputados de La Libertad Avanza, que impidieron la sanción de un sistema que había sido propuesto, no una sino dos veces, por el propio Gobierno. ¿Se reabrirá ese debate? ¿O el empresario Otero apuesta a salvar su negocio gracias al veto de quien lo llamó “El Señor del Tabaco”, es decir, de Milei? Hace 15 días ocurrió una curiosa reunión en la Casa Rosada, de la que participaron “Pucho”, su acompañante permanente para este tipo de negociaciones, Diego Santilli, y dos figuras claves para la gestión parlamentaria: Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem. ¿Se habló de los intereses de Otero en ese encuentro? ¿O sólo se repasaron las exigencias de Ritondo y Santilli para obtener posiciones en las delegaciones de la Anses?
Son misterios interesantes, sobre todo a partir de algunas denuncias infrecuentes. Por ejemplo: el diputado radical por Jujuy, Jorge Rizzotti, afirmó en declaraciones periodísticas realizadas en su provincia, que hubo legisladores que votaron “untados por Tabacalera Sarandí”. Una imputación de ese tipo merecería alguna respuesta, para empezar, de las dos colegas de Rizzotti, Danya Tavela y Mariela Coletta, únicas integrantes del bloque radical que votaron en disidencia con su partido. Tavela y Coletta, alineadas con Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau, hasta ahora guardan silencio.
A las negociaciones de la Ley Bases y al ajedrez financiero entre la Nación y las provincias, se agrega otro desafío para el gabinete de Milei: así como Cammesa se resiste a saldar al contado su deuda con los generadores, algunas distribuidoras de electricidad se resisten a pagar la mercadería que compraron a Cammesa. No es una resistencia política, sino que ya avanzó en el plano judicial. Un conjunto de cooperativas bonaerenses repudia la deuda que les exige la empresa administradora del mercado eléctrico. Si ese planteo se extendiera al resto de las compañías de distribución, Cammesa estaría ante el colapso definitivo. Para el mes de marzo ese pasivo era de 650.000 millones de pesos.
El drama de esta demanda es que ya llegó a la Corte. Y lo hizo antes que el juez Ariel Lijo, en quien el Gobierno confía para estos percances. Con la postulación de Lijo, Milei no sólo ha desatado una ola de censura sino que, además, se inoculó la interna del alto tribunal. Allí el clima se ha vuelto irrespirable, sobre todo para Ricardo Lorenzetti. La mayoría de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda dispuso una reestructuración administrativa que comenzó por el área penal.
La secretaría específica, que dirigía Fernando Arnedo, un abogado ligado a Lorenzetti, quedó bajo el mando de Diego Seitún, un jurista seleccionado por el trío mayoritario. Arnedo quedó al frente de una Secretaría Penal Especial, que se encargará de dictaminar sobre competencias, causas de lesa humanidad y cuestiones de carácter formal. Entre los colaboradores de Arnedo estará Magalí Mazzuca, ahijada de Lorenzetti y exesposa del juez Lijo.
Lorenzetti dictaminó una disidencia enfurecida, en un texto que merecería un obiter dictum del estilo: “Se le salió la cadena”. Se trata de una línea argumental que condensa las razones por las cuales los otros tres colegas deberían ser sometidos a juicio político. La principal queja de Lorenzetti es que, como es obvio, la remodelación acotará muchísimo el eventual poder del penalista Lijo. Habrá que leer qué dice Lorenzetti si a Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda se les ocurriera avanzar sobre el área ambiental de la Corte, que es la predilecta del expresidente del cuerpo. Para aliviar una tensión que por momentos resulta insoportable, un empleado del tribunal bromeó: “Que Lijo llegue pronto, así por lo menos a Ricardo lo traiciona otro”.
La llegada de Lijo presenta, sin embargo, algún inconveniente. Ayer, por ejemplo, las autoridades de la Legislatura de Córdoba emitieron una recomendación a los senadores de la provincia para que se nieguen a votar propuestas en las que no figuren mujeres. Es posible que ese criterio se difunda. Lijo pretende reemplazar a Elena Highton de Nolasco.
En el camino, la postulación de Lijo recibe adhesiones que sean, acaso, contraproducentes. Por ejemplo, después de obtener el aval del binguero Daniel Angelici y del controvertido Rodolfo Canicoba Corral, consiguió el del abogado Matías Morla, que ganó notoriedad cuando la familia de Diego Maradona lo llevó a tribunales acusándolo de haber manipulado al crack en sus últimos días, con el fin de quedarse con sus bienes de manera fraudulenta. Para Morla, antiguo defensor del “Gordo” Valor, la llegada de Lijo a la Corte es un salto de calidad. Todo depende del lugar desde el que se mira.
Más inquietante fue el aval que le otorgó a Lijo la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. Sobre todo, si se tiene en cuenta la dureza con que la misma DAIA protestó en la Justicia cuando el juez al que ahora promueve concedió la personería a un partido nazi. Cuando se escriba la historia, va a ser inexplicable.