“Dijo la verdad, es fea”. Cuando Bolsonaro insultó a la mujer de Macron y generó una crisis diplomática entre Brasil y Francia
Por:
Mariano Chaluleu
Miércoles 22 de
Mayo 2024
La crisis diplomática entre Argentina y España remite, por el bajo nivel del debate, al cruce que sostuvieron en 2019 el expresidente de Brasil y el presidente de Francia
La crisis diplomática entre Argentina y España crece. Y se trasladó, rápidamente, al campo personal, ante millones de espectadores incómodos. Como resultado, las relaciones entre ambas naciones entraron en una escalada imprevista: España retiró a su embajadora, María Jesús Alonso Jiménez, mientras que el gobierno de Pedro Sánchez analiza prohibirle la entrada a Javier Milei a su país en su próximo viaje, que sería en junio. Este enfrentamiento, que tiene ribetes insólitos, no es inédito. El caso remite directamente al duelo verbal que sostuvieron, cinco años atrás, en julio de 2019, otro presidente sudamericano con el líder de una potencia europea.
Todo se dio en el contexto de los incendios en el Amazonas, en 2019. La Francia de Emanuel Macron lideraba un esfuerzo internacional para ayudar a los países afectados con recursos económicos y logísticos. Incluso, el mandatario francés propuso incluir al cuidado del Amazonas en la agenda del G7. Además, se había proyectado la creación de un fondo de 22 millones de dólares para colaborar en la lucha contra el fuego. Esta iniciativa irritó a Jair Bolsonaro, el líder brasileño, y a su gabinete, que por distintos medios salieron a fustigar a Macron. En un giro tan inesperado como misógino, atacaron también a su mujer, Brigitte .
La rispidez entre los presidentes comenzó el 1 de enero de 2019, cuando Bolsonaro asumió el poder en Brasil y dio un discurso en el que muchos destacaron su “negacionismo” respecto al cambio climático. Su postura era diametralmente opuesta a la que sostenía Macron, que proyectaba su figura en el mundo como defensor del Acuerdo de París. La crisis del Amazonas solo destapó el conflicto.
En julio de 2019, el exmandatario brasileño canceló un encuentro con el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, y en cambio, fue a cortarse el pelo. Un video con imágenes de su visita a la peluquería se viralizó en Facebook. Desde el entorno de Bolsonaro confirmaron que había cancelado el encuentro molesto por una reunión que Le Drian había tenido con ONGs ambientalistas que eran críticas del gobierno brasileño.
La propuesta de crear un fondo de 22 millones de dólares fue la gota que terminó de rebalsar el vaso. Bolsonaro, entendió que con su idea de ayuda, Macron estaba tratando a Brasil como “a una colonia”.
“Brasil es como una virgen que todos los pervertidos de fuera desean”, dijo, ante periodistas, en julio de 2019, tras ser preguntado sobre la protección medioambiental de la Amazonía. Su jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni, opinó en la misma línea: “Agradecemos la oferta, pero tal vez esos recursos sean más útiles para reforestar a Europa”, dijo. Y luego agregó: “Macron no pudo prevenir un incendio en una iglesia que es considerada patrimonio de la humanidad y, ¿ahora quiere darnos lecciones?”, en referencia a las llamas que devastaron parte de la catedral de Notre Dame, en París.
Los ataques hacia Macron continuaron replicándose en el entorno del presidente ultraderechista. Su ministro de Educación, Abraham Weintraub, opinó que “Macron no está a la altura de este debate. Es solo un cretino oportunista que busca el apoyo del lobby agrícola francés”. Weintraub utilizó la palabra “Calhorda”, que significa una persona “sin valor, despreciable”. “Escogieron a un presidente sin carácter. Hay que atacar a ese cretino de Macron”, culminó el ministro.
Pero eso no fue todo. En agosto de 2019, Jair Bolsonaro elevó el asunto al máximo nivel personal. Avaló una burla difundida en Facebook en la que un seguidor suyo denigraba la apariencia física de Brigitte Macron, esposa del francés, dando a entender que éste estaba celoso del brasileño y de su mujer, 29 años más joven que Brigitte. Entre risas, Bolsonaro contestó “Nao humilha cara kkk (dejá de humillarlo, jaja)”.
Un día antes, Eduardo Bolsonaro, tercer hijo del expresidente brasileño y declarado admirador de Javier Milei, había escrito en redes sociales que “Macron es un idiota”.
“¿Qué puedo decirles? Es triste”
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, describió a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, como “extremadamente irrespetuoso”.
“¿Qué puedo decirles? Es triste. Es triste para él y para los brasileños. Creo que las mujeres brasileñas probablemente se avergüenzan de leer que su presidente ha hecho eso. Creo que los brasileños, un gran pueblo, están un poco avergonzados de este comportamiento. Como tengo gran amistad y respeto por el pueblo brasileño, espero que pronto tengan un presidente que esté preparado para el trabajo”, dijo Macron.
Las agresiones, sin embargo, todavía no cesaban. En septiembre de 2019, el ministro de economía de Bolsonaro, Pablo Guedes, dijo en un encuentro, ante 600 empresarios: “El presidente [Bolsonaro] dijo que la mujer de Macron es fea. Y dijo la verdad: es fea”. Sus palabras causaron tanto revuelo, más aún al afirmar en rueda prensa que Macron quería “intervenir el Amazonas porque hemos llamado fea a su mujer”, que su Ministerio tuvo que emitir un comunicado de prensa pidiendo disculpas.
“Macron bajó el nivel de la discusión y dejó a Bolsonaro en ridículo”
Gustavo Segré, analista internacional, reside en Brasil. “Tanto Bolsonaro como Milei tienen como virtud, y esta es mi opinión personal, mostrarse tal como son. A diferencia de otras personas, dicen exactamente lo que piensan, haya o no haya una cámara de televisión”, opina. “Pero eso en las relaciones internacionales no ayuda. En las relaciones internacionales, lo que no suma, resta. Es uno de los principios fundamentales. Tal vez Bolsonaro lo haya tomado como un chiste, pero él es el presidente de la República. Si lo hacemos nosotros, que somos personas normales, no pasa nada. Pero si lo hace el presidente, es distinto.”, agrega.
-¿Cree que el exabrupto impactó hacia adentro? ¿Cambió la manera en la que los brasileños, o una mayoría de ellos, calificó la gestión de Bolsonaro?
-No, y te digo por qué. No pesa mucho. En cuestiones vinculadas con afirmaciones de un presidente, sea Lula, Bolsonaro, Milei, CFK... siempre vas a tener aquellos que yo llamo los “disonantes cognitivos militantes”, que no importa lo que oigan, siempre van a decir “por lo menos fue sincero”, “dijo lo que pensaba”... Por otro lado, vas a tener los que dicen “es un animal, ¿cómo va a decir eso?”, que son los que ideológicamente están en la vereda de enfrente. En el medio estamos los que evaluamos el impacto que un dicho de esos puede tener, al margen de si está bien o mal dicho. Aquí, hubo una gran cantidad que dijo “qué bien Bolsonaro, El Mito”. La otra parte lo tildó de salvaje, sobre todo porque la cuestión de si ve vieja o no es un tema de ella. No tiene nada que ver con Bolsonaro y mucho menos con las relaciones internacionales. ¿Qué agregaba festejar una burla contra la Primera Dama francesa? Nada. Y como no agregaba nada, restó.
“Luego, el conflicto no escaló tanto, como sí lo hizo entre Sánchez y Milei. En aquel momento Macron bajó el nivel de la discusión y no lo siguió. Lo dejó en ridículo a Bolsonaro y no entró en el problema. Dejó que hablara una sola parte y quedó ahí, murió ahí”, agrega Segré.
El caso Trump: “¡Mirá esa cara!”
Durante las elecciones primarias de 2016 en los Estados Unidos, Donald Trump fue protagonista de una situación muy parecida cuando insultó a la pre-candidata Carly Fiorina. “¡Mira esa cara! ¿Crees que alguien la votaría? ¿Te imaginas que ese fuese el rostro de la próxima presidenta?”, lanzó el magnate.
Poco después retuitearía dos imágenes juntas: una de su mujer, Melania Trump, exmodelo, y una en la que Heidi Cruz, la pareja de Ted Cruz, su principal rival en las primarias salía poco favorecida. “No hace falta ni contar nada más. ¡Las imágenes valen más que mil palabras!”, disparó Trump. Y Cruz, que no se quedó callado, le contestó: “cobarde misógino”.
Todo se dio en el contexto de los incendios en el Amazonas, en 2019. La Francia de Emanuel Macron lideraba un esfuerzo internacional para ayudar a los países afectados con recursos económicos y logísticos. Incluso, el mandatario francés propuso incluir al cuidado del Amazonas en la agenda del G7. Además, se había proyectado la creación de un fondo de 22 millones de dólares para colaborar en la lucha contra el fuego. Esta iniciativa irritó a Jair Bolsonaro, el líder brasileño, y a su gabinete, que por distintos medios salieron a fustigar a Macron. En un giro tan inesperado como misógino, atacaron también a su mujer, Brigitte .
La rispidez entre los presidentes comenzó el 1 de enero de 2019, cuando Bolsonaro asumió el poder en Brasil y dio un discurso en el que muchos destacaron su “negacionismo” respecto al cambio climático. Su postura era diametralmente opuesta a la que sostenía Macron, que proyectaba su figura en el mundo como defensor del Acuerdo de París. La crisis del Amazonas solo destapó el conflicto.
En julio de 2019, el exmandatario brasileño canceló un encuentro con el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, y en cambio, fue a cortarse el pelo. Un video con imágenes de su visita a la peluquería se viralizó en Facebook. Desde el entorno de Bolsonaro confirmaron que había cancelado el encuentro molesto por una reunión que Le Drian había tenido con ONGs ambientalistas que eran críticas del gobierno brasileño.
La propuesta de crear un fondo de 22 millones de dólares fue la gota que terminó de rebalsar el vaso. Bolsonaro, entendió que con su idea de ayuda, Macron estaba tratando a Brasil como “a una colonia”.
“Brasil es como una virgen que todos los pervertidos de fuera desean”, dijo, ante periodistas, en julio de 2019, tras ser preguntado sobre la protección medioambiental de la Amazonía. Su jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni, opinó en la misma línea: “Agradecemos la oferta, pero tal vez esos recursos sean más útiles para reforestar a Europa”, dijo. Y luego agregó: “Macron no pudo prevenir un incendio en una iglesia que es considerada patrimonio de la humanidad y, ¿ahora quiere darnos lecciones?”, en referencia a las llamas que devastaron parte de la catedral de Notre Dame, en París.
Los ataques hacia Macron continuaron replicándose en el entorno del presidente ultraderechista. Su ministro de Educación, Abraham Weintraub, opinó que “Macron no está a la altura de este debate. Es solo un cretino oportunista que busca el apoyo del lobby agrícola francés”. Weintraub utilizó la palabra “Calhorda”, que significa una persona “sin valor, despreciable”. “Escogieron a un presidente sin carácter. Hay que atacar a ese cretino de Macron”, culminó el ministro.
Pero eso no fue todo. En agosto de 2019, Jair Bolsonaro elevó el asunto al máximo nivel personal. Avaló una burla difundida en Facebook en la que un seguidor suyo denigraba la apariencia física de Brigitte Macron, esposa del francés, dando a entender que éste estaba celoso del brasileño y de su mujer, 29 años más joven que Brigitte. Entre risas, Bolsonaro contestó “Nao humilha cara kkk (dejá de humillarlo, jaja)”.
Un día antes, Eduardo Bolsonaro, tercer hijo del expresidente brasileño y declarado admirador de Javier Milei, había escrito en redes sociales que “Macron es un idiota”.
“¿Qué puedo decirles? Es triste”
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, describió a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, como “extremadamente irrespetuoso”.
“¿Qué puedo decirles? Es triste. Es triste para él y para los brasileños. Creo que las mujeres brasileñas probablemente se avergüenzan de leer que su presidente ha hecho eso. Creo que los brasileños, un gran pueblo, están un poco avergonzados de este comportamiento. Como tengo gran amistad y respeto por el pueblo brasileño, espero que pronto tengan un presidente que esté preparado para el trabajo”, dijo Macron.
Las agresiones, sin embargo, todavía no cesaban. En septiembre de 2019, el ministro de economía de Bolsonaro, Pablo Guedes, dijo en un encuentro, ante 600 empresarios: “El presidente [Bolsonaro] dijo que la mujer de Macron es fea. Y dijo la verdad: es fea”. Sus palabras causaron tanto revuelo, más aún al afirmar en rueda prensa que Macron quería “intervenir el Amazonas porque hemos llamado fea a su mujer”, que su Ministerio tuvo que emitir un comunicado de prensa pidiendo disculpas.
“Macron bajó el nivel de la discusión y dejó a Bolsonaro en ridículo”
Gustavo Segré, analista internacional, reside en Brasil. “Tanto Bolsonaro como Milei tienen como virtud, y esta es mi opinión personal, mostrarse tal como son. A diferencia de otras personas, dicen exactamente lo que piensan, haya o no haya una cámara de televisión”, opina. “Pero eso en las relaciones internacionales no ayuda. En las relaciones internacionales, lo que no suma, resta. Es uno de los principios fundamentales. Tal vez Bolsonaro lo haya tomado como un chiste, pero él es el presidente de la República. Si lo hacemos nosotros, que somos personas normales, no pasa nada. Pero si lo hace el presidente, es distinto.”, agrega.
-¿Cree que el exabrupto impactó hacia adentro? ¿Cambió la manera en la que los brasileños, o una mayoría de ellos, calificó la gestión de Bolsonaro?
-No, y te digo por qué. No pesa mucho. En cuestiones vinculadas con afirmaciones de un presidente, sea Lula, Bolsonaro, Milei, CFK... siempre vas a tener aquellos que yo llamo los “disonantes cognitivos militantes”, que no importa lo que oigan, siempre van a decir “por lo menos fue sincero”, “dijo lo que pensaba”... Por otro lado, vas a tener los que dicen “es un animal, ¿cómo va a decir eso?”, que son los que ideológicamente están en la vereda de enfrente. En el medio estamos los que evaluamos el impacto que un dicho de esos puede tener, al margen de si está bien o mal dicho. Aquí, hubo una gran cantidad que dijo “qué bien Bolsonaro, El Mito”. La otra parte lo tildó de salvaje, sobre todo porque la cuestión de si ve vieja o no es un tema de ella. No tiene nada que ver con Bolsonaro y mucho menos con las relaciones internacionales. ¿Qué agregaba festejar una burla contra la Primera Dama francesa? Nada. Y como no agregaba nada, restó.
“Luego, el conflicto no escaló tanto, como sí lo hizo entre Sánchez y Milei. En aquel momento Macron bajó el nivel de la discusión y no lo siguió. Lo dejó en ridículo a Bolsonaro y no entró en el problema. Dejó que hablara una sola parte y quedó ahí, murió ahí”, agrega Segré.
El caso Trump: “¡Mirá esa cara!”
Durante las elecciones primarias de 2016 en los Estados Unidos, Donald Trump fue protagonista de una situación muy parecida cuando insultó a la pre-candidata Carly Fiorina. “¡Mira esa cara! ¿Crees que alguien la votaría? ¿Te imaginas que ese fuese el rostro de la próxima presidenta?”, lanzó el magnate.
Poco después retuitearía dos imágenes juntas: una de su mujer, Melania Trump, exmodelo, y una en la que Heidi Cruz, la pareja de Ted Cruz, su principal rival en las primarias salía poco favorecida. “No hace falta ni contar nada más. ¡Las imágenes valen más que mil palabras!”, disparó Trump. Y Cruz, que no se quedó callado, le contestó: “cobarde misógino”.