El exabogado de Donald Trump reconoció en el juicio que mintió por el exmandatario
Lunes 13 de
Mayo 2024
Michael Cohen declaró anteriormente que a pedido de su exjefe pagó de su bolsillo 130.000 dólares a Stormy Daniels para comprar su silencio por una relación sexual ocurrida en 2006
NUEVA YORK.- Michael Cohen, otrora fiel colaborador y exabogado del expresidente Donald Trump, reconoció haber mentido por su exjefe y haber ejercido intimidación, al rendir testimonio este lunes en el juicio en Nueva York contra el exmandatario por el pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio.
El exabogado del candidato republicano fue interrogado por la fiscalía sobre los pagos a Stormy Daniels, una exactriz de cine porno, que fueron disfrazados de gastos legales y que han sentado por primera vez en el banquillo a un expresidente estadounidense.
Después del interrogatorio de Daniels la semana pasada, Cohen es el testigo más importante de la fiscalía, que intenta demostrar que Trump falsificó registros contables para ocultar un pago a la exactriz en plena recta final de las elecciones de 2016.
En la audiencia de este lunes, la fiscal Susan Hoffinger preguntó a Cohen si alguna vez había mentido por Trump, o si había intimidado a la gente.
“Sí... Era lo que había que hacer para cumplir con la tarea”, respondió Cohen que de tanto en tanto se giraba para mirar a Trump, hundido impasible en su butaca.
Cohen había declarado anteriormente que, a pedido de su exjefe, pagó de su bolsillo 130.000 dólares a Daniels para comprar su silencio por una relación sexual ocurrida en 2006, y que el magnate siempre ha negado.
Cuando ya era presidente, Trump se los reembolsó fraccionados haciéndolos pasar como gastos legales, según la fiscalía.
El antiguo abogado, al que llamaban “pitbull” por el celo que demostraba para proteger a su jefe, ya se declaró culpable y fue condenado a tres años de cárcel -solo cumplió 13 meses y un año y medio en arresto domiciliario-, por mentir al Congreso y por delitos financieros y electorales.
En su testimonio, Cohen aseguró que cuando trabajó para Trump atendió tanto sus asuntos personales como los corporativos. Dijo que el magnate no tenía dirección de email por temor a dejar pruebas escritas que pudiesen ser usadas luego en su contra.
Cohen dijo que en una reunión celebrada en 2015 en la Torre Trump junto al líder republicano y David Pecker, entonces editor del National Enquirer, se habló del uso del tabloide para impulsar la candidatura y atacar a sus rivales.
Trump dijo a Pecker que avisara a Cohen si se enteraba de historias negativas que pudieran surgir, continuó el abogado. Los tres hombres acordaron que Pecker trataría de suprimir cualquier historia de ese tipo, agregó.
Asimismo, Cohen afirmó que cuando Trump se estaba preparando para anunciar su campaña presidencial, el líder republicano le dijo que habría “un montón de mujeres denunciando”.
También detalló cómo se ocupó de promover la publicación de artículos de prensa favorables a Trump y negativos para Hillary Clinton, su rival en las presidenciales de 2016.
Además, relató que pagó para evitar la publicación de informaciones perjudiciales para Trump, una práctica que la prensa anglosajona denomina “atrapar y matar” y que sería lo que ocurrió en el caso de Daniels y también en el de la exmodelo de Playboy Karen McDougal, con quien el magnate habría tenido una aventura.
”Me pidió que tomara el control de esto, que teníamos que impedir que saliera a la luz”, dijo desde el estrado.”Es suficiente con que lleguemos hasta la elección porque si gano ya no será relevante puesto que seré el presidente, y si pierdo ya no importará”, recordó Cohen que le dijo el entonces candidato republicano.
Cuando la estrella porno Stormy Daniels estaba contando una historia sobre un supuesto encuentro sexual con él en 2016 y que podría ser catastrófico para su campaña, Trump se puso celoso, aseguró Cohen.
”Me dijo: ‘Esto es un desastre, un desastre total. Las mujeres me van a odiar’”, testificó Cohen en el juicio en la corte penal del estado de Nueva York, en Manhattan. “‘Los hombres creen que es súper, pero esto va a ser un desastre para la campaña’”, agregó.
Cohen, el testigo estrella de la acusación, dijo que se enteró de que Daniels estaba vendiendo su historia en un momento crítico para la candidatura de Trump a la Casa Blanca, tras la publicación de una grabación de audio del programa de televisión “Access Hollywood” en la que Trump se jactaba de agarrar a las mujeres de los genitales.
La grabación obligó a la campaña a intentar contener los daños a pocas semanas de la elección.
“Respaldado por documentos”
La semana pasada, Daniels contó con todo lujo de detalles la supuesta aventura de una noche con el magnate durante un torneo de golf para ricos: desde su pijama, sus calzoncillos y la posición sexual así como que no llevaba preservativo.
Detalles que la defensa consideró irrelevantes para el caso y por los que intentó que el juez Juan Merchan anulara el juicio en dos ocasiones, sin éxito.
A lo largo de tres semanas, el jurado que sellará la suerte del magnate en plena campaña electoral ha escuchado de los numerosos testigos que han pasado por el estrado que Cohen era un personaje difícil, que intimidaba y engatusaba a los demás para salirse con la suya.
Para los abogados de la defensa se trata de un mentiroso patológico y un criminal convicto.
”Todo lo que dice está respaldado por documentos”, dijo una fuente cercana a Cohen.
Trump demandó a Cohen y lo llamó “rata” y éste a su vez demandó a su antiguo jefe y e indicó que era un “capo de la mafia”.
Los fiscales reconocieron el viernes que no tienen control sobre Cohen, después de que el juez les pidió que le dijeran que dejara de hablar mal de su exjefe, su enemigo jurado tras su paso por la cárcel y de quien se ha burlado a lo largo del juicio.
Trump, que repitió de nuevo a su llegada al tribunal que es víctima de una “caza de brujas” y de “interferencia electoral”, arremetió el sábado en un mitin en la vecina Nueva Jersey contra el juez, al que tildó de “conflictivo”, y contra el fiscal del tribunal de Manhattan que lo ha sentado en el banquillo, Alvin Bragg, al que calificó de “demócrata radical”.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de intentar revertir los resultados de la elección de 2020 y de llevarse documentos clasificados al dejar la Casa Blanca en 2021, aunque este juicio ha sido pospuesto indefinidamente.
El exabogado del candidato republicano fue interrogado por la fiscalía sobre los pagos a Stormy Daniels, una exactriz de cine porno, que fueron disfrazados de gastos legales y que han sentado por primera vez en el banquillo a un expresidente estadounidense.
Después del interrogatorio de Daniels la semana pasada, Cohen es el testigo más importante de la fiscalía, que intenta demostrar que Trump falsificó registros contables para ocultar un pago a la exactriz en plena recta final de las elecciones de 2016.
En la audiencia de este lunes, la fiscal Susan Hoffinger preguntó a Cohen si alguna vez había mentido por Trump, o si había intimidado a la gente.
“Sí... Era lo que había que hacer para cumplir con la tarea”, respondió Cohen que de tanto en tanto se giraba para mirar a Trump, hundido impasible en su butaca.
Cohen había declarado anteriormente que, a pedido de su exjefe, pagó de su bolsillo 130.000 dólares a Daniels para comprar su silencio por una relación sexual ocurrida en 2006, y que el magnate siempre ha negado.
Cuando ya era presidente, Trump se los reembolsó fraccionados haciéndolos pasar como gastos legales, según la fiscalía.
El antiguo abogado, al que llamaban “pitbull” por el celo que demostraba para proteger a su jefe, ya se declaró culpable y fue condenado a tres años de cárcel -solo cumplió 13 meses y un año y medio en arresto domiciliario-, por mentir al Congreso y por delitos financieros y electorales.
En su testimonio, Cohen aseguró que cuando trabajó para Trump atendió tanto sus asuntos personales como los corporativos. Dijo que el magnate no tenía dirección de email por temor a dejar pruebas escritas que pudiesen ser usadas luego en su contra.
Cohen dijo que en una reunión celebrada en 2015 en la Torre Trump junto al líder republicano y David Pecker, entonces editor del National Enquirer, se habló del uso del tabloide para impulsar la candidatura y atacar a sus rivales.
Trump dijo a Pecker que avisara a Cohen si se enteraba de historias negativas que pudieran surgir, continuó el abogado. Los tres hombres acordaron que Pecker trataría de suprimir cualquier historia de ese tipo, agregó.
Asimismo, Cohen afirmó que cuando Trump se estaba preparando para anunciar su campaña presidencial, el líder republicano le dijo que habría “un montón de mujeres denunciando”.
También detalló cómo se ocupó de promover la publicación de artículos de prensa favorables a Trump y negativos para Hillary Clinton, su rival en las presidenciales de 2016.
Además, relató que pagó para evitar la publicación de informaciones perjudiciales para Trump, una práctica que la prensa anglosajona denomina “atrapar y matar” y que sería lo que ocurrió en el caso de Daniels y también en el de la exmodelo de Playboy Karen McDougal, con quien el magnate habría tenido una aventura.
”Me pidió que tomara el control de esto, que teníamos que impedir que saliera a la luz”, dijo desde el estrado.”Es suficiente con que lleguemos hasta la elección porque si gano ya no será relevante puesto que seré el presidente, y si pierdo ya no importará”, recordó Cohen que le dijo el entonces candidato republicano.
Cuando la estrella porno Stormy Daniels estaba contando una historia sobre un supuesto encuentro sexual con él en 2016 y que podría ser catastrófico para su campaña, Trump se puso celoso, aseguró Cohen.
”Me dijo: ‘Esto es un desastre, un desastre total. Las mujeres me van a odiar’”, testificó Cohen en el juicio en la corte penal del estado de Nueva York, en Manhattan. “‘Los hombres creen que es súper, pero esto va a ser un desastre para la campaña’”, agregó.
Cohen, el testigo estrella de la acusación, dijo que se enteró de que Daniels estaba vendiendo su historia en un momento crítico para la candidatura de Trump a la Casa Blanca, tras la publicación de una grabación de audio del programa de televisión “Access Hollywood” en la que Trump se jactaba de agarrar a las mujeres de los genitales.
La grabación obligó a la campaña a intentar contener los daños a pocas semanas de la elección.
“Respaldado por documentos”
La semana pasada, Daniels contó con todo lujo de detalles la supuesta aventura de una noche con el magnate durante un torneo de golf para ricos: desde su pijama, sus calzoncillos y la posición sexual así como que no llevaba preservativo.
Detalles que la defensa consideró irrelevantes para el caso y por los que intentó que el juez Juan Merchan anulara el juicio en dos ocasiones, sin éxito.
A lo largo de tres semanas, el jurado que sellará la suerte del magnate en plena campaña electoral ha escuchado de los numerosos testigos que han pasado por el estrado que Cohen era un personaje difícil, que intimidaba y engatusaba a los demás para salirse con la suya.
Para los abogados de la defensa se trata de un mentiroso patológico y un criminal convicto.
”Todo lo que dice está respaldado por documentos”, dijo una fuente cercana a Cohen.
Trump demandó a Cohen y lo llamó “rata” y éste a su vez demandó a su antiguo jefe y e indicó que era un “capo de la mafia”.
Los fiscales reconocieron el viernes que no tienen control sobre Cohen, después de que el juez les pidió que le dijeran que dejara de hablar mal de su exjefe, su enemigo jurado tras su paso por la cárcel y de quien se ha burlado a lo largo del juicio.
Trump, que repitió de nuevo a su llegada al tribunal que es víctima de una “caza de brujas” y de “interferencia electoral”, arremetió el sábado en un mitin en la vecina Nueva Jersey contra el juez, al que tildó de “conflictivo”, y contra el fiscal del tribunal de Manhattan que lo ha sentado en el banquillo, Alvin Bragg, al que calificó de “demócrata radical”.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de intentar revertir los resultados de la elección de 2020 y de llevarse documentos clasificados al dejar la Casa Blanca en 2021, aunque este juicio ha sido pospuesto indefinidamente.
Con información de
La Nación