A qué temperatura puede sobrevivir el mosquito que transmite el dengue
Martes 02 de
Abril 2024
Existe un rango en el cual puede moverse y alimentarse (picar), pero el Aedes aegypti desarrolla estrategias para adaptarse a las variaciones térmicas
El dengue, la enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, marca récords en Argentina con 129 muertes y 180.529 casos en la actual temporada, según las cifras del último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación.
El país atraviesa el peor brote de dengue de su historia y, ante esa situación dramática, con la llegada de los días más frescos de otoño algunos se preguntan si apenas refresca, ¿se reduce la población de mosquitos que transmiten el dengue? La respuesta es no, debido a la propia dinámica del mosquito y los rangos de temperatura en que puede desarrollarse y sobrevivir.
La infección por dengue es causada por un virus que se transmite por las picaduras de hembras de mosquitos Aedes aegypti. Si bien debajo de los 15°C les cuesta moverse y alimentarse (picar), se trata de organismos biológicos que se mueven dentro de un rango de temperatura.
“Su objetivo principal, como todo organismo biológico, es sobrevivir y reproducirse, por eso va a desarrollar estrategias adaptativas para no morir”, según detalló a Infobae la bióloga Laura Harburguer investigadora del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (UNIDEF).
La investigadora señaló que las condiciones óptimas para el desarrollo del Aedes aegypti están entre los 23°C hasta los 28°C a 29°C, por debajo de los 15°C si bien no muere inmediatamente, su ciclo se hace mucho más lento.
“En general, períodos prolongados de temperaturas menores a 15 grados pueden hacer bajar la población del mosquito de manera significativa. Pero un día solo con temperaturas menores a 15°C no va a bajar la cantidad, pero sí se reduce con varias jornadas continuadas con temperaturas bajas. Además, hay que tener en cuenta que al ser un mosquito doméstico que permanece en las casas, en el exterior puede registrarse 15°C, pero en nuestro hogar estamos más calentitos, y puede llegar a sobrevivir un poco más porque se va a refugiar en el interior, con mejores condiciones”, agregó Harburguer.
El Aedes aegypti no sólo expandió su presencia más allá de las regiones centrales hacia el sur del país, también se adapta a las variaciones térmicas. A pesar de la disminución de ejemplares adultos en temperaturas por debajo de los 10°C o 15°C, sus huevos pueden sobrevivir en recipientes con agua hasta la aparición de condiciones más cálidas que les permita eclosionar y crecer.
Por eso eliminar los criaderos/reservorios de mosquitos durante todo el año es una medida de prevención fundamental. La bióloga e investigadora del Conicet explicó que las larvas de mosquito pueden sobrevivir, incluso, por debajo de los 15°C, esto se debe a que habitan en el agua, que suele tener una temperatura menor que el ambiente.
Con temperaturas de 15°C o 10°C las larvas sobreviven pero su ciclo de desarrollo se hace mucho más lento. “Si normalmente desde que nace la larva hasta llegar al adulto, tarda entre unos 7 a 10 días, cuando las temperaturas bajan significativamente puede llegar a tardar más del doble entre 20 días y hasta un mes en completar esa etapa de su desarrollo”, describió Harburguer.
Al respecto, Harburguer destacó que “cuanto más tiempo que tarde, hay más probabilidad de que esa larva muera, ya sea por frío, ya sea porque no encuentre alimento en el recipiente donde se encuentra, ya sea porque nosotros efectuemos las tareas adecuadas y demos vuelta a esos recipientes donde encontramos larvas. Entonces, al aumentar el tiempo de desarrollo, también aumenta la probabilidad de que esa larva muera y que en definitiva no tengamos el adulto circulando”, agregó la bióloga.
En ese mismo sentido, consultada por Infobae, María Sol De Majo, doctora en biología e investigadora en los factores asociados a la favorabilidad ambiental para el mosquito de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet, comentó a Infobae que “con temperaturas cálidas, el mosquito puede desarrollarse más rápido. Alrededor de los 15 grados es la temperatura limitante para la actividad de los mosquitos adultos”. La investigadora señaló que un aspecto clave es que la puesta de huevos por las hembras de mosquitos está relacionada con la temperatura que se registre.
“La dinámica de la actividad de la puesta de huevos del mosquito Aedes aegypti en la ciudad de Buenos Aires tiene una marcada estacionalidad asociada con la temperatura. La mayor actividad se registra en los meses de febrero y marzo, y luego comienza a descender hasta que deja de registrarse en el mes de junio, que es el momento en que bajan las temperaturas. En el invierno no se detecta actividad del mosquito adulto en CABA”, expresó De Majo.
Por el cambio climático, dengue todo el año
El Aedes aegypti es una de las especies de mosquitos más relevantes a nivel global, responsable de infectar cada año a más de 400 millones de personas en todo el mundo con virus como el dengue, la fiebre amarilla, la chikunguña y el Zika. Hasta hace pocos años, el Aedes aegypti se encontraba habitualmente en zonas tropicales y subtropicales.
Pero el cambio climático, al elevar la temperatura global, modificó la dinámica de reproducción del mosquito vector en dos aspectos clave: en primer lugar, la temporada de infecciones se extendió y ya no se reduce a los meses más cálidos, como ejemplo, el año pasado Argentina registró por primera vez casos en invierno en el norte del país.
En segundo lugar, el mosquito del dengue extendió su área de propagación y llegó a lugares inesperados de la Argente, donde nunca se habían notificado casos de la infección. Como señaló Infobae, en 2024 y, por primera vez, se notificaron casos autóctonos de dengue en Olavarría, Azul y Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, a más de 600 kilómetros al sur de la Capital. Además, esta semana se volvió a reportar otro caso autóctono en Tandil, como había sucedido el año pasado.
“Para que haya transmisión del virus del dengue es necesario que haya mosquitos Aedes aegypti en el lugar. También que esos mosquitos del lugar se infecten a partir de personas que traigan el virus desde otras zonas. Como el mosquito está ampliando su distribución hacia el sur, de alguna manera puede “anticipar” la posibilidad de que la circulación de dengue se extienda en los siguientes años”, explicó a Infobae la doctora Sylvia Fischer, investigadora del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) del Instituto de Ecología, Genética y Evolución, que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y al Conicet.
Medidas de prevención contra el dengue
Evitar áreas en donde haya mosquitos
Ponerse repelente y reaplicarlo según las indicaciones del envase
Colocar mosquiteros rígidos, ya sea de metal o plástico, en puertas y ventanas, asegurándose de que se encuentran intactos
Proteger la cuna o cochecito del bebé con redecillas protectoras para mosquitos cuando permanezca en exteriores
Vestirse con zapatos cerrados, sombreros y ropa clara, cubriendo tanto los brazos como las piernas
Eliminar fuentes de agua estancada vaciando, cubriendo o volteando recipientes que pudieran contenerla
El país atraviesa el peor brote de dengue de su historia y, ante esa situación dramática, con la llegada de los días más frescos de otoño algunos se preguntan si apenas refresca, ¿se reduce la población de mosquitos que transmiten el dengue? La respuesta es no, debido a la propia dinámica del mosquito y los rangos de temperatura en que puede desarrollarse y sobrevivir.
La infección por dengue es causada por un virus que se transmite por las picaduras de hembras de mosquitos Aedes aegypti. Si bien debajo de los 15°C les cuesta moverse y alimentarse (picar), se trata de organismos biológicos que se mueven dentro de un rango de temperatura.
“Su objetivo principal, como todo organismo biológico, es sobrevivir y reproducirse, por eso va a desarrollar estrategias adaptativas para no morir”, según detalló a Infobae la bióloga Laura Harburguer investigadora del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (UNIDEF).
La investigadora señaló que las condiciones óptimas para el desarrollo del Aedes aegypti están entre los 23°C hasta los 28°C a 29°C, por debajo de los 15°C si bien no muere inmediatamente, su ciclo se hace mucho más lento.
“En general, períodos prolongados de temperaturas menores a 15 grados pueden hacer bajar la población del mosquito de manera significativa. Pero un día solo con temperaturas menores a 15°C no va a bajar la cantidad, pero sí se reduce con varias jornadas continuadas con temperaturas bajas. Además, hay que tener en cuenta que al ser un mosquito doméstico que permanece en las casas, en el exterior puede registrarse 15°C, pero en nuestro hogar estamos más calentitos, y puede llegar a sobrevivir un poco más porque se va a refugiar en el interior, con mejores condiciones”, agregó Harburguer.
El Aedes aegypti no sólo expandió su presencia más allá de las regiones centrales hacia el sur del país, también se adapta a las variaciones térmicas. A pesar de la disminución de ejemplares adultos en temperaturas por debajo de los 10°C o 15°C, sus huevos pueden sobrevivir en recipientes con agua hasta la aparición de condiciones más cálidas que les permita eclosionar y crecer.
Por eso eliminar los criaderos/reservorios de mosquitos durante todo el año es una medida de prevención fundamental. La bióloga e investigadora del Conicet explicó que las larvas de mosquito pueden sobrevivir, incluso, por debajo de los 15°C, esto se debe a que habitan en el agua, que suele tener una temperatura menor que el ambiente.
Con temperaturas de 15°C o 10°C las larvas sobreviven pero su ciclo de desarrollo se hace mucho más lento. “Si normalmente desde que nace la larva hasta llegar al adulto, tarda entre unos 7 a 10 días, cuando las temperaturas bajan significativamente puede llegar a tardar más del doble entre 20 días y hasta un mes en completar esa etapa de su desarrollo”, describió Harburguer.
Al respecto, Harburguer destacó que “cuanto más tiempo que tarde, hay más probabilidad de que esa larva muera, ya sea por frío, ya sea porque no encuentre alimento en el recipiente donde se encuentra, ya sea porque nosotros efectuemos las tareas adecuadas y demos vuelta a esos recipientes donde encontramos larvas. Entonces, al aumentar el tiempo de desarrollo, también aumenta la probabilidad de que esa larva muera y que en definitiva no tengamos el adulto circulando”, agregó la bióloga.
En ese mismo sentido, consultada por Infobae, María Sol De Majo, doctora en biología e investigadora en los factores asociados a la favorabilidad ambiental para el mosquito de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet, comentó a Infobae que “con temperaturas cálidas, el mosquito puede desarrollarse más rápido. Alrededor de los 15 grados es la temperatura limitante para la actividad de los mosquitos adultos”. La investigadora señaló que un aspecto clave es que la puesta de huevos por las hembras de mosquitos está relacionada con la temperatura que se registre.
“La dinámica de la actividad de la puesta de huevos del mosquito Aedes aegypti en la ciudad de Buenos Aires tiene una marcada estacionalidad asociada con la temperatura. La mayor actividad se registra en los meses de febrero y marzo, y luego comienza a descender hasta que deja de registrarse en el mes de junio, que es el momento en que bajan las temperaturas. En el invierno no se detecta actividad del mosquito adulto en CABA”, expresó De Majo.
Por el cambio climático, dengue todo el año
El Aedes aegypti es una de las especies de mosquitos más relevantes a nivel global, responsable de infectar cada año a más de 400 millones de personas en todo el mundo con virus como el dengue, la fiebre amarilla, la chikunguña y el Zika. Hasta hace pocos años, el Aedes aegypti se encontraba habitualmente en zonas tropicales y subtropicales.
Pero el cambio climático, al elevar la temperatura global, modificó la dinámica de reproducción del mosquito vector en dos aspectos clave: en primer lugar, la temporada de infecciones se extendió y ya no se reduce a los meses más cálidos, como ejemplo, el año pasado Argentina registró por primera vez casos en invierno en el norte del país.
En segundo lugar, el mosquito del dengue extendió su área de propagación y llegó a lugares inesperados de la Argente, donde nunca se habían notificado casos de la infección. Como señaló Infobae, en 2024 y, por primera vez, se notificaron casos autóctonos de dengue en Olavarría, Azul y Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, a más de 600 kilómetros al sur de la Capital. Además, esta semana se volvió a reportar otro caso autóctono en Tandil, como había sucedido el año pasado.
“Para que haya transmisión del virus del dengue es necesario que haya mosquitos Aedes aegypti en el lugar. También que esos mosquitos del lugar se infecten a partir de personas que traigan el virus desde otras zonas. Como el mosquito está ampliando su distribución hacia el sur, de alguna manera puede “anticipar” la posibilidad de que la circulación de dengue se extienda en los siguientes años”, explicó a Infobae la doctora Sylvia Fischer, investigadora del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) del Instituto de Ecología, Genética y Evolución, que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y al Conicet.
Medidas de prevención contra el dengue
Evitar áreas en donde haya mosquitos
Ponerse repelente y reaplicarlo según las indicaciones del envase
Colocar mosquiteros rígidos, ya sea de metal o plástico, en puertas y ventanas, asegurándose de que se encuentran intactos
Proteger la cuna o cochecito del bebé con redecillas protectoras para mosquitos cuando permanezca en exteriores
Vestirse con zapatos cerrados, sombreros y ropa clara, cubriendo tanto los brazos como las piernas
Eliminar fuentes de agua estancada vaciando, cubriendo o volteando recipientes que pudieran contenerla
Con información de
Infobae