Cuáles son las nueve enfermedades que se parecen a la depresión y cómo identificarlas
Martes 12 de
Marzo 2024
Síntomas comunes, como cansancio, irritabilidad o problemas para dormir, pueden impulsar a diagnósticos equivocados, advierten los expertos. La importancia de la correcta caracterización de este trastorno psicológico
Tristeza, cansancio, y problemas para dormir suelen ser síntomas que hacen pensar en la depresión. Pero los especialistas dicen que muchas enfermedades imitan a este trastorno, y pueden producir errores en el diagnóstico.
Según un artículo publicado en la revista Current Psychiatry, entre el 26 y el 45% de los pacientes derivados a un especialista por “depresión” no cumplen con los criterios de diagnóstico de la enfermedad. Un análisis de 118 estudios encontró que los médicos clínicos identificaron correctamente la depresión en solo el 47% de los casos, y que a menudo la diagnostican en personas que no la padecen.
“El desafío para los médicos es que no hay una sola prueba definitiva para la depresión”, dijo el psiquiatra Jonathan E. Alpert, presidente del Council on Research de la Asociación Americana de Psiquiatría.
“No podemos enviar a alguien a hacerse un análisis de sangre o una resonancia magnética para llegar al diagnóstico de depresión”, afirmó el experto, quien también es presidente de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en el Centro Médico Montefiore y en la Facultad de Medicina Albert Einstein.
En cambio, para obtener un diagnóstico de depresión, las pautas exigen que los pacientes tengan al menos cinco de estos nueve síntomas específicos durante más de dos semanas:
Sentirse triste o tener un estado de ánimo decaído
Pérdida de interés o placer en las actividades que una vez disfrutabas
Cambios en el apetito/pérdida o aumento de peso no relacionados con la dieta
Problemas para dormir o dormir demasiado
Pérdida de energía o mayor fatiga
Aumento de la actividad física sin propósito (incapacidad para permanecer quieto, caminar de un lado a otro, mover las manos excesivamente) o habla y movimientos lentos (estos comportamientos deben ser lo suficientemente severos para que los demás los noten)
Sentirse inútil o culpable
Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones
Pensamientos de muerte o suicidio
El doctor Alpert explicó que los proveedores de atención médica también deben descartar otras enfermedades, especialmente en los adultos mayores. Si bien es cierto que las personas de más de 50 años pueden experimentar depresión, la mayoría experimentan la enfermedad por primera vez temprano en la vida. Además, los adultos mayores son más propensos a tener síntomas atípicos u otras enfermedades que pueden causar depresión o imitarla.
La licenciada en Psicología Cynthia Zaiatz (MN 60105 - MP 96892), jefa del servicio de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros, expresó a Infobae en una nota reciente que el médico diagnostica la depresión basándose en los síntomas.
“Para facilitar la distinción entre depresión y los cambios normales del estado de ánimo, los profesionales determinan si los indicios están causando una angustia significativa a la persona afectada o menoscaban de manera importante su capacidad para desenvolverse. La existencia de antecedentes personales o familiares de depresión ayuda a confirmar el diagnóstico”. Y agregó que la depresión mayor puede comenzar a cualquier edad, “sin embargo, en promedio el inicio es a los 30 años”.
“A menudo es difícil diagnosticar la depresión porque los síntomas pueden coincidir con enfermedades crónicas, demencia temprana, pérdida de la audición y la visión, y efectos secundarios de los medicamentos”, dijo la doctora Meredith Gillam, geriatra y directora médica de la Clínica de Geriatría de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. El mayor peligro de un diagnóstico incorrecto es que se podría tener una enfermedad grave —cáncer o demencia, por ejemplo— que se beneficiaría de un tratamiento lo más pronto posible. Las siguientes son algunas de las enfermedades más comunes que pueden imitar o causar la depresión.
1. Un trastorno de la tiroides
Los problemas de tiroides son un trastorno común que puede confundirse con la depresión, dijo el doctor Joseph Lai, médico general de Novant Health en Charlotte, Carolina del Norte.
Ubicada en el centro de cuello, la glándula tiroides produce, libera y almacena hormonas tiroideas que se secretan en la sangre y luego se trasladan a todos los tejidos corporales. Regula funciones importantes del cuerpo, como la frecuencia cardíaca y el nivel de energía. El riesgo de un problema de tiroides aumenta a medida que se envejece.
Unas 750 millones de personas en el mundo tienen algún trastorno de tiroides, de las cuales un 60% lo desconoce, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Argentina, el hipotiroidismo se presenta en un 10 por ciento de la población, mientras que el hipertiroidismo es menos frecuente y se da en el 2 por ciento, según advirtieron desde la división de Endocrinología del Hospital de Clínicas, de Buenos Aires.
“La tiroides es uno de esos pequeños órganos que están involucrados en todo”, dijo Lai, y “si no funciona adecuadamente, definitivamente puede imitar la depresión”. Un problema de tiroides puede causar cansancio, sentimientos de tristeza e irritabilidad, síntomas que también se presentan en la depresión.
Sin embargo, el aumento de peso o la hinchazón, la intolerancia al frío y la fatiga extrema pueden indicar una tiroides poco activa en lugar de depresión, dijo Alpert. Alguien que está deprimido puede sentirse sin motivación o desinteresado en hacer las cosas, mientras que alguien con una tiroides poco activa puede sentir que simplemente no tiene energía, explicó.
Las glándulas paratiroideas hiperactivas, un trastorno distinto de la tiroides que crea niveles altos de calcio en la sangre, también pueden causar síntomas similares a la depresión. Si se sospecha tener un problema de tiroides, consultar al médico para realizar el chequeo correspondiente.
2. Diabetes
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la padecen más de 500 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en una de las enfermedades crónicas no infecciosas más prevalentes en el mundo.
La diabetes puede hacer sentirse cansado e irritable y contribuir a la pérdida de peso inexplicable, los cuales son posibles síntomas de la depresión.
Una pista de que la diabetes puede estar causando síntomas es si también se tiene sed excesiva o hambre, explicó Alpert. La micción frecuente es otro síntoma clásico de la diabetes, una simple prueba de glucosa en la sangre puede determinar si se padece la enfermedad.
3. Deficiencia de vitaminas
A veces, una deficiencia de nutrientes puede causar síntomas similares a la depresión. La vitamina D y B12 son dos nutrientes comunes que muchos adultos mayores carecen.
Alrededor del 35% de los adultos en Estados Unidos no obtienen suficiente vitamina D, según la Cleveland Clinic. Los síntomas de una deficiencia de vitaminas incluyen una falta de energía, dolor y debilidad que pueden parecerse a la depresión, dijo Lai. La manera más fácil de obtener más vitamina D es pasar tiempo al aire libre, porque el cuerpo convierte la luz del sol en este nutriente.
La vitamina B12 desempeña un papel importante en la función nerviosa, y una deficiencia de esta vitamina se asocia con la depresión, la demencia y la disminución de la función cognitiva.
Los adultos mayores corren un mayor riesgo de deficiencias vitamínicas, dijo Lai, por lo que siempre es importante verificar los niveles de nutrientes antes de hacer un diagnóstico de depresión. Si se tiene un déficit, el médico puede recomendar un suplemento.
4. Cáncer
Muchos síntomas atribuidos a la depresión —falta de apetito, pérdida de peso y cansancio, por ejemplo— también pueden ser señales iniciales de cáncer, señaló Alpert.
Además, las investigaciones más recientes muestran que muchos pacientes con cáncer experimentan depresión incluso antes de recibir un diagnóstico de cáncer, lo que lleva a los investigadores a considerar este trastorno como una posible señal temprana de que se está desarrollando una enfermedad en el cuerpo.
Por ejemplo, en un estudio sueco (en inglés) del 2016 que incluyó a 300.000 pacientes con cáncer y a más de 3 millones de pacientes sin la enfermedad, los investigadores descubrieron que los primeros tenían más probabilidades de ser diagnosticados con trastornos psiquiátricos en los 10 meses anteriores al diagnóstico de cáncer en comparación con las personas sin la patología.
El vínculo entre la depresión y el cáncer es particularmente fuerte en el cáncer de páncreas, dijo Alpert. Dos análisis de estudios han descubierto que entre el 33 y el 45% de los pacientes con esta patología oncológica informaron síntomas psiquiátricos antes de sus problemas médicos.
5. Demencia
Las primeras señales de demencia incluyen el aislamiento social y la pérdida de interés en las actividades, los cuales son síntomas que pueden parecerse mucho a la depresión.
Según la organización benéfica Race Against Dementia, la enfermedad neurológica afecta el cerebro y provoca problemas de memoria, pensamiento y comportamiento. Al tratarse de una enfermedad progresiva empeora con el tiempo.
“Hay situaciones en las que se puede pensar que una persona tiene depresión porque dejó de ir a actividades como cenas con amigos, no hablaba mucho en conversaciones grupales o perdió interés en ver películas o hacer otras actividades que requieren concentración”, afirmó Gilliam. Con el tiempo, dijo, sería claro que la demencia era la causa a medida que los problemas de memoria de la persona se hacían más evidentes.
La manera más útil de distinguir entre las dos enfermedades es la pérdida de memoria que produce la demencia, dicen los expertos. Por lo general, las personas con depresión no se desorientarán ni se perderán en lugares familiares de la misma manera que las personas con esta enfermedad.
6. Enfermedad de Parkinson
Esta afección causa cambios químicos en el cerebro, como la pérdida de neuronas de dopamina, lo que provoca una pérdida de motivación, participación e interés, indicó Alpert. “Eso coincide mucho con lo que vemos en las personas con depresión”, afirmó.
A veces, la depresión y la apatía aparecen en los pacientes de Parkinson incluso antes de que los síntomas motores, como la rigidez y los temblores, se manifiesten, señaló.
La enfermedad de Parkinson generalmente se diagnostica a través de un examen neurológico. Los proveedores buscarán temblores, rigidez, lentitud de movimiento, problemas de equilibrio y pérdida de las expresiones faciales.
Las personas a las que se les diagnostica la enfermedad de Parkinson corren un alto riesgo de depresión, ya que los estudios demuestran que hasta la mitad de los pacientes con esta patología experimentarán algún tipo de depresión.
7. Anemia
Según la Clínica Mayo, la anemia es un problema que se produce cuando no se tienen suficientes glóbulos rojos sanos o hemoglobina para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Puede producir cansancio, debilidad y problemas para concentrarse, los cuales también son síntomas de la depresión.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el riesgo de anemia aumenta con la edad, y es especialmente prevalente en las personas mayores de 65 años. La deficiencia de hierro es la causa más común de anemia, pero también puede ser causada por sangrado en el tracto intestinal, un tumor maligno o una deficiencia de ácido fólico o de vitamina B12.
Además de debilidad y fatiga, la anemia puede causar manos y pies fríos, mareos y dificultad para respirar, los cuales son síntomas que no están asociados con la depresión. La anemia se puede detectar a través de un simple análisis de sangre.
8. Efectos secundarios de los medicamentos
Más de 200 medicamentos se han vinculado con sentimientos de tristeza, depresión y pensamientos suicidas. En realidad, según un estudio publicado en la revista JAMA, alrededor de un tercio de la población de Estados Unidos está tomando algún medicamento recetado que podría causar depresión o aumentar el riesgo de suicidio. Los más comunes incluyen esteroides, fármacos contra la ansiedad o para dormir, anticonvulsivos y analgésicos opioides.
Cuando alguien tiene síntomas de depresión, “siempre nos preguntamos si esto coincide con el comienzo de un nuevo medicamento”, dijo Alpert, y agregó que pueden pasar semanas o meses después de comenzar un nuevo medicamento para que surja un efecto secundario como la depresión.
Si se sospecha que un medicamento está causando un estado de ánimo decaído, es importante no dejar de tomarlo por propia cuenta se recomienda hablar con el médico. Si el medicamento es importante para la enfermedad, tal vez el médico quiera continuar con él y tratar la depresión con un antidepresivo.
9. Duelo prolongado
Es normal estar en duelo después de perder a un ser querido. Sin embargo, si se experimenta un duelo intenso que dificulta la rutina normal durante más de un año después de la pérdida, lo que se cree que es depresión puede ser un trastorno de duelo prolongado.
Este es un diagnóstico psiquiátrico relativamente nuevo que se caracteriza por un anhelo constante de alguien que ha muerto y la dificultad por aceptar la realidad de la pérdida. Aunque el duelo prolongado puede parecer depresión, dijo Alpert, hay psicoterapias específicas basadas en la evidencia que pueden abordarlo y ayudar a sentirse mejor.
Según un artículo publicado en la revista Current Psychiatry, entre el 26 y el 45% de los pacientes derivados a un especialista por “depresión” no cumplen con los criterios de diagnóstico de la enfermedad. Un análisis de 118 estudios encontró que los médicos clínicos identificaron correctamente la depresión en solo el 47% de los casos, y que a menudo la diagnostican en personas que no la padecen.
“El desafío para los médicos es que no hay una sola prueba definitiva para la depresión”, dijo el psiquiatra Jonathan E. Alpert, presidente del Council on Research de la Asociación Americana de Psiquiatría.
“No podemos enviar a alguien a hacerse un análisis de sangre o una resonancia magnética para llegar al diagnóstico de depresión”, afirmó el experto, quien también es presidente de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en el Centro Médico Montefiore y en la Facultad de Medicina Albert Einstein.
En cambio, para obtener un diagnóstico de depresión, las pautas exigen que los pacientes tengan al menos cinco de estos nueve síntomas específicos durante más de dos semanas:
Sentirse triste o tener un estado de ánimo decaído
Pérdida de interés o placer en las actividades que una vez disfrutabas
Cambios en el apetito/pérdida o aumento de peso no relacionados con la dieta
Problemas para dormir o dormir demasiado
Pérdida de energía o mayor fatiga
Aumento de la actividad física sin propósito (incapacidad para permanecer quieto, caminar de un lado a otro, mover las manos excesivamente) o habla y movimientos lentos (estos comportamientos deben ser lo suficientemente severos para que los demás los noten)
Sentirse inútil o culpable
Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones
Pensamientos de muerte o suicidio
El doctor Alpert explicó que los proveedores de atención médica también deben descartar otras enfermedades, especialmente en los adultos mayores. Si bien es cierto que las personas de más de 50 años pueden experimentar depresión, la mayoría experimentan la enfermedad por primera vez temprano en la vida. Además, los adultos mayores son más propensos a tener síntomas atípicos u otras enfermedades que pueden causar depresión o imitarla.
La licenciada en Psicología Cynthia Zaiatz (MN 60105 - MP 96892), jefa del servicio de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros, expresó a Infobae en una nota reciente que el médico diagnostica la depresión basándose en los síntomas.
“Para facilitar la distinción entre depresión y los cambios normales del estado de ánimo, los profesionales determinan si los indicios están causando una angustia significativa a la persona afectada o menoscaban de manera importante su capacidad para desenvolverse. La existencia de antecedentes personales o familiares de depresión ayuda a confirmar el diagnóstico”. Y agregó que la depresión mayor puede comenzar a cualquier edad, “sin embargo, en promedio el inicio es a los 30 años”.
“A menudo es difícil diagnosticar la depresión porque los síntomas pueden coincidir con enfermedades crónicas, demencia temprana, pérdida de la audición y la visión, y efectos secundarios de los medicamentos”, dijo la doctora Meredith Gillam, geriatra y directora médica de la Clínica de Geriatría de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. El mayor peligro de un diagnóstico incorrecto es que se podría tener una enfermedad grave —cáncer o demencia, por ejemplo— que se beneficiaría de un tratamiento lo más pronto posible. Las siguientes son algunas de las enfermedades más comunes que pueden imitar o causar la depresión.
1. Un trastorno de la tiroides
Los problemas de tiroides son un trastorno común que puede confundirse con la depresión, dijo el doctor Joseph Lai, médico general de Novant Health en Charlotte, Carolina del Norte.
Ubicada en el centro de cuello, la glándula tiroides produce, libera y almacena hormonas tiroideas que se secretan en la sangre y luego se trasladan a todos los tejidos corporales. Regula funciones importantes del cuerpo, como la frecuencia cardíaca y el nivel de energía. El riesgo de un problema de tiroides aumenta a medida que se envejece.
Unas 750 millones de personas en el mundo tienen algún trastorno de tiroides, de las cuales un 60% lo desconoce, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Argentina, el hipotiroidismo se presenta en un 10 por ciento de la población, mientras que el hipertiroidismo es menos frecuente y se da en el 2 por ciento, según advirtieron desde la división de Endocrinología del Hospital de Clínicas, de Buenos Aires.
“La tiroides es uno de esos pequeños órganos que están involucrados en todo”, dijo Lai, y “si no funciona adecuadamente, definitivamente puede imitar la depresión”. Un problema de tiroides puede causar cansancio, sentimientos de tristeza e irritabilidad, síntomas que también se presentan en la depresión.
Sin embargo, el aumento de peso o la hinchazón, la intolerancia al frío y la fatiga extrema pueden indicar una tiroides poco activa en lugar de depresión, dijo Alpert. Alguien que está deprimido puede sentirse sin motivación o desinteresado en hacer las cosas, mientras que alguien con una tiroides poco activa puede sentir que simplemente no tiene energía, explicó.
Las glándulas paratiroideas hiperactivas, un trastorno distinto de la tiroides que crea niveles altos de calcio en la sangre, también pueden causar síntomas similares a la depresión. Si se sospecha tener un problema de tiroides, consultar al médico para realizar el chequeo correspondiente.
2. Diabetes
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la padecen más de 500 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en una de las enfermedades crónicas no infecciosas más prevalentes en el mundo.
La diabetes puede hacer sentirse cansado e irritable y contribuir a la pérdida de peso inexplicable, los cuales son posibles síntomas de la depresión.
Una pista de que la diabetes puede estar causando síntomas es si también se tiene sed excesiva o hambre, explicó Alpert. La micción frecuente es otro síntoma clásico de la diabetes, una simple prueba de glucosa en la sangre puede determinar si se padece la enfermedad.
3. Deficiencia de vitaminas
A veces, una deficiencia de nutrientes puede causar síntomas similares a la depresión. La vitamina D y B12 son dos nutrientes comunes que muchos adultos mayores carecen.
Alrededor del 35% de los adultos en Estados Unidos no obtienen suficiente vitamina D, según la Cleveland Clinic. Los síntomas de una deficiencia de vitaminas incluyen una falta de energía, dolor y debilidad que pueden parecerse a la depresión, dijo Lai. La manera más fácil de obtener más vitamina D es pasar tiempo al aire libre, porque el cuerpo convierte la luz del sol en este nutriente.
La vitamina B12 desempeña un papel importante en la función nerviosa, y una deficiencia de esta vitamina se asocia con la depresión, la demencia y la disminución de la función cognitiva.
Los adultos mayores corren un mayor riesgo de deficiencias vitamínicas, dijo Lai, por lo que siempre es importante verificar los niveles de nutrientes antes de hacer un diagnóstico de depresión. Si se tiene un déficit, el médico puede recomendar un suplemento.
4. Cáncer
Muchos síntomas atribuidos a la depresión —falta de apetito, pérdida de peso y cansancio, por ejemplo— también pueden ser señales iniciales de cáncer, señaló Alpert.
Además, las investigaciones más recientes muestran que muchos pacientes con cáncer experimentan depresión incluso antes de recibir un diagnóstico de cáncer, lo que lleva a los investigadores a considerar este trastorno como una posible señal temprana de que se está desarrollando una enfermedad en el cuerpo.
Por ejemplo, en un estudio sueco (en inglés) del 2016 que incluyó a 300.000 pacientes con cáncer y a más de 3 millones de pacientes sin la enfermedad, los investigadores descubrieron que los primeros tenían más probabilidades de ser diagnosticados con trastornos psiquiátricos en los 10 meses anteriores al diagnóstico de cáncer en comparación con las personas sin la patología.
El vínculo entre la depresión y el cáncer es particularmente fuerte en el cáncer de páncreas, dijo Alpert. Dos análisis de estudios han descubierto que entre el 33 y el 45% de los pacientes con esta patología oncológica informaron síntomas psiquiátricos antes de sus problemas médicos.
5. Demencia
Las primeras señales de demencia incluyen el aislamiento social y la pérdida de interés en las actividades, los cuales son síntomas que pueden parecerse mucho a la depresión.
Según la organización benéfica Race Against Dementia, la enfermedad neurológica afecta el cerebro y provoca problemas de memoria, pensamiento y comportamiento. Al tratarse de una enfermedad progresiva empeora con el tiempo.
“Hay situaciones en las que se puede pensar que una persona tiene depresión porque dejó de ir a actividades como cenas con amigos, no hablaba mucho en conversaciones grupales o perdió interés en ver películas o hacer otras actividades que requieren concentración”, afirmó Gilliam. Con el tiempo, dijo, sería claro que la demencia era la causa a medida que los problemas de memoria de la persona se hacían más evidentes.
La manera más útil de distinguir entre las dos enfermedades es la pérdida de memoria que produce la demencia, dicen los expertos. Por lo general, las personas con depresión no se desorientarán ni se perderán en lugares familiares de la misma manera que las personas con esta enfermedad.
6. Enfermedad de Parkinson
Esta afección causa cambios químicos en el cerebro, como la pérdida de neuronas de dopamina, lo que provoca una pérdida de motivación, participación e interés, indicó Alpert. “Eso coincide mucho con lo que vemos en las personas con depresión”, afirmó.
A veces, la depresión y la apatía aparecen en los pacientes de Parkinson incluso antes de que los síntomas motores, como la rigidez y los temblores, se manifiesten, señaló.
La enfermedad de Parkinson generalmente se diagnostica a través de un examen neurológico. Los proveedores buscarán temblores, rigidez, lentitud de movimiento, problemas de equilibrio y pérdida de las expresiones faciales.
Las personas a las que se les diagnostica la enfermedad de Parkinson corren un alto riesgo de depresión, ya que los estudios demuestran que hasta la mitad de los pacientes con esta patología experimentarán algún tipo de depresión.
7. Anemia
Según la Clínica Mayo, la anemia es un problema que se produce cuando no se tienen suficientes glóbulos rojos sanos o hemoglobina para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Puede producir cansancio, debilidad y problemas para concentrarse, los cuales también son síntomas de la depresión.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el riesgo de anemia aumenta con la edad, y es especialmente prevalente en las personas mayores de 65 años. La deficiencia de hierro es la causa más común de anemia, pero también puede ser causada por sangrado en el tracto intestinal, un tumor maligno o una deficiencia de ácido fólico o de vitamina B12.
Además de debilidad y fatiga, la anemia puede causar manos y pies fríos, mareos y dificultad para respirar, los cuales son síntomas que no están asociados con la depresión. La anemia se puede detectar a través de un simple análisis de sangre.
8. Efectos secundarios de los medicamentos
Más de 200 medicamentos se han vinculado con sentimientos de tristeza, depresión y pensamientos suicidas. En realidad, según un estudio publicado en la revista JAMA, alrededor de un tercio de la población de Estados Unidos está tomando algún medicamento recetado que podría causar depresión o aumentar el riesgo de suicidio. Los más comunes incluyen esteroides, fármacos contra la ansiedad o para dormir, anticonvulsivos y analgésicos opioides.
Cuando alguien tiene síntomas de depresión, “siempre nos preguntamos si esto coincide con el comienzo de un nuevo medicamento”, dijo Alpert, y agregó que pueden pasar semanas o meses después de comenzar un nuevo medicamento para que surja un efecto secundario como la depresión.
Si se sospecha que un medicamento está causando un estado de ánimo decaído, es importante no dejar de tomarlo por propia cuenta se recomienda hablar con el médico. Si el medicamento es importante para la enfermedad, tal vez el médico quiera continuar con él y tratar la depresión con un antidepresivo.
9. Duelo prolongado
Es normal estar en duelo después de perder a un ser querido. Sin embargo, si se experimenta un duelo intenso que dificulta la rutina normal durante más de un año después de la pérdida, lo que se cree que es depresión puede ser un trastorno de duelo prolongado.
Este es un diagnóstico psiquiátrico relativamente nuevo que se caracteriza por un anhelo constante de alguien que ha muerto y la dificultad por aceptar la realidad de la pérdida. Aunque el duelo prolongado puede parecer depresión, dijo Alpert, hay psicoterapias específicas basadas en la evidencia que pueden abordarlo y ayudar a sentirse mejor.
Con información de
Infobae