Macri tiene Plan A y Plan B
Jueves 16 de
Noviembre 2023
Su apuesta por Javier Milei, esbozada durante la campaña electoral y corroborada velozmente tras el resultado de la primera vuelta presidencial, lo ha puesto de nuevo en el centro de la escena.
“Me querían jubilar y ahora vienen todos al pie”. Con una sonrisa que no quiere disimular, Mauricio Macri saborea este tiempo político en modo revancha y reivindicación.
Su apuesta por Javier Milei, esbozada durante la campaña electoral y corroborada velozmente tras el resultado de la primera vuelta presidencial, lo ha puesto de nuevo en el centro de la escena.
Tal es así, que ese pacto fue tomado como una suerte de intervención dentro de La Libertad Avanza, lo que generó alejamientos, desplazamientos, crisis y rupturas. Al igual que cierto alivio cerca del círculo áulico libertario: sin el “presidente Macri” (como le dice Milei) creen que se perdía inexorablemente el balotaje. Ni hablar de los escenarios ante un posible triunfo.
En abierta desmentida a la narrativa oficial de LLA de que apenas se trata de un respaldo electoral y de una ayuda desinteresada y patriótica en la fiscalización, Macri ya aportó donantes, economistas, operadores, ex funcionarios y favores mediáticos.
El ex mandatario está convencido de que sin ese andamiaje las chances de vencer este domingo 19 a Sergio Massa son escasas. Y resultan imprescindibles si una victoria deposita a Milei veinte días después en la Casa Rosada. “Están muy desarmados y hay que ayudar”, argumenta Macri.
Obviamente el Plan A macrista es que Milei venza y el PRO sume dirigencia propia en el gabinete y áreas sensibles con el padrinazgo del ex presidente. Incluso al frente del Ministerio de Economía, nada menos. Hay varios exponentes que hasta se autocandidatean, lo que suma incomodidad alrededor del candidato libertario.
De estas cuestiones charló, en sus oficinas del Hotel Libertador, Milei con Macri, el lunes 13 por la tarde. Amén de las rispideces entre sendos equipos en este proceso de mixtura, el ex presidente quería transmitirle su inquietud por la baja performance en el debate final del domingo 12.
Además aclararon un punto de discordia hasta ahora desconocido entre ellos. Días antes, y sin que fuera avisado Milei, Macri se había reunido en su casa de Acassuso con Victoria Villarruel, la vice en la fórmula de LLA.
Fuentes de ambos sectores revelaron esta cumbre secreta y desmintieron de manera tajante una presunta operación de prensa alentada en teoría por usinas oficialistas: que en el encuentro en el Libertador, Macri le habría pedido a Milei que se baje de su candidatura a sólo cinco días del balotaje.
Con pedido de reserva, confirmaron que Macri quería conocer personalmente a Villarruel. Le interesaba además consultarla sobre Milei, quiénes lo rodean y el equipo que quedó en pie.
El presidenciable libertario se enteró luego de esa cumbre, lo que le causó desagrado. Macri, en su visita al Libertador, y Villarruel trataron de apaciguar los ánimos encendidos del economista-candidato.
Allegados al ex presidente niegan que el Plan B de su jefe sea Villarruel. O el ensayo de regreso al poder en Boca, el club de sus amores. Sí admiten que ante la alternativa de una derrota, Macri intente erigirse en el líder de la oposición a Massa y el garante de una opción supuestamente republicana.
Allí aceptan que ese escenario puede resultar un tanto complicado. A las facturas internas que ya le vienen pasando en el extinguido JxC (que se multiplicarían en caso de un nuevo fracaso electoral de su flamante elegido), se suman las previsiones negativas en torno a una gestión gubernamental de Massa.
En el macrismo alientan el fantasma de una posible persecución judicial en su contra. Semejante especulación fue alimentada el último fin de semana ante un duro cruce en redes entre Macri y Gerardo Morales, que tienen viejas cuentas sin saldar.
Macri chicaneó allí al presidente de la UCR con que él y su coterránea jujeña y enemiga Milagro Sala coincidirían en votar a Massa. Morales, indignado, entre otras cosas le descerrajó que tanto Cristina como Macri deberían estar presos en un país normal.
Acaso eso también esté en juego este domingo.
Su apuesta por Javier Milei, esbozada durante la campaña electoral y corroborada velozmente tras el resultado de la primera vuelta presidencial, lo ha puesto de nuevo en el centro de la escena.
Tal es así, que ese pacto fue tomado como una suerte de intervención dentro de La Libertad Avanza, lo que generó alejamientos, desplazamientos, crisis y rupturas. Al igual que cierto alivio cerca del círculo áulico libertario: sin el “presidente Macri” (como le dice Milei) creen que se perdía inexorablemente el balotaje. Ni hablar de los escenarios ante un posible triunfo.
En abierta desmentida a la narrativa oficial de LLA de que apenas se trata de un respaldo electoral y de una ayuda desinteresada y patriótica en la fiscalización, Macri ya aportó donantes, economistas, operadores, ex funcionarios y favores mediáticos.
El ex mandatario está convencido de que sin ese andamiaje las chances de vencer este domingo 19 a Sergio Massa son escasas. Y resultan imprescindibles si una victoria deposita a Milei veinte días después en la Casa Rosada. “Están muy desarmados y hay que ayudar”, argumenta Macri.
Obviamente el Plan A macrista es que Milei venza y el PRO sume dirigencia propia en el gabinete y áreas sensibles con el padrinazgo del ex presidente. Incluso al frente del Ministerio de Economía, nada menos. Hay varios exponentes que hasta se autocandidatean, lo que suma incomodidad alrededor del candidato libertario.
De estas cuestiones charló, en sus oficinas del Hotel Libertador, Milei con Macri, el lunes 13 por la tarde. Amén de las rispideces entre sendos equipos en este proceso de mixtura, el ex presidente quería transmitirle su inquietud por la baja performance en el debate final del domingo 12.
Además aclararon un punto de discordia hasta ahora desconocido entre ellos. Días antes, y sin que fuera avisado Milei, Macri se había reunido en su casa de Acassuso con Victoria Villarruel, la vice en la fórmula de LLA.
Fuentes de ambos sectores revelaron esta cumbre secreta y desmintieron de manera tajante una presunta operación de prensa alentada en teoría por usinas oficialistas: que en el encuentro en el Libertador, Macri le habría pedido a Milei que se baje de su candidatura a sólo cinco días del balotaje.
Con pedido de reserva, confirmaron que Macri quería conocer personalmente a Villarruel. Le interesaba además consultarla sobre Milei, quiénes lo rodean y el equipo que quedó en pie.
El presidenciable libertario se enteró luego de esa cumbre, lo que le causó desagrado. Macri, en su visita al Libertador, y Villarruel trataron de apaciguar los ánimos encendidos del economista-candidato.
Allegados al ex presidente niegan que el Plan B de su jefe sea Villarruel. O el ensayo de regreso al poder en Boca, el club de sus amores. Sí admiten que ante la alternativa de una derrota, Macri intente erigirse en el líder de la oposición a Massa y el garante de una opción supuestamente republicana.
Allí aceptan que ese escenario puede resultar un tanto complicado. A las facturas internas que ya le vienen pasando en el extinguido JxC (que se multiplicarían en caso de un nuevo fracaso electoral de su flamante elegido), se suman las previsiones negativas en torno a una gestión gubernamental de Massa.
En el macrismo alientan el fantasma de una posible persecución judicial en su contra. Semejante especulación fue alimentada el último fin de semana ante un duro cruce en redes entre Macri y Gerardo Morales, que tienen viejas cuentas sin saldar.
Macri chicaneó allí al presidente de la UCR con que él y su coterránea jujeña y enemiga Milagro Sala coincidirían en votar a Massa. Morales, indignado, entre otras cosas le descerrajó que tanto Cristina como Macri deberían estar presos en un país normal.
Acaso eso también esté en juego este domingo.
Con información de
Noticias Argentinas