Autorizaron el aceite de cannabis fabricado en Jujuy para usarla en cualquier patología y hay polémica
Por:
Gabriela Origlia
Jueves 09 de
Noviembre 2023
Según la resolución de la Anmat, cualquier paciente que presente una receta podrá comprarla en farmacias; la Academia Nacional de Medicina desaconsejó el consumo en tratamientos para los que no hay “evidencias”
CÓRDOBA.– La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó la distribución y comercialización en todo el país del aceite de cannabis medicinal que fabrica la empresa pública jujeña Cannava. La resolución determina que cualquier paciente que tenga la receta médica para cualquier patología podrá acceder al CBD10. Sucede dos meses después de que la Academia Nacional de Medicina desaconsejara que los fármacos cannabinoides se usaran para tratamientos que no cuentan con “evidencias”.
La Anmat le otorgó a Cannava –que es presidida por Gastón Morales, hijo del gobernador local, y ya comercializa el producto en Jujuy– la “autorización sanitaria del producto vegetal a base de cannabis y sus derivados destinado al uso y aplicación en medicina humana”. Para comprarlo en cualquier farmacia del país, a donde llegará antes de fines de año, no hace falta estar autorizado por el Ministerio de Salud de la Nación a través del Reprocann, que es el registro que habilita a usuarios medicinales a tener, cultivar y transportar flores o plantas de cannabis.
El documento de la Academia Nacional de Medicina señala que la “prescripción de cannabinoides de grado medicinal deberá limitarse a los síndromes en los que se ha hallado evidencia de eficacia terapéutica, debiendo seleccionarse cuidadosamente los preparados según la composición y la forma farmacéutica apropiada en cada caso”.
El texto da cuenta también de que organismos regulatorios internacionales (EMA, FDA, NICE, Nasem) y fuentes internacionales integradas por grupos de investigadores independientes, como el Cochrane, solo hallaron “limitada utilidad” para el cannabis de grado farmacológico para el tratamiento “complementario de un escaso número de patologías, con la única excepción de algunos cuadros epilépticos severos de la infancia”.
Añade que este tipo de medicamentos “se suman” a los tratamientos preexistentes solo cuando un paciente no responde a los “recomendados” para estos trastornos, como por ejemplo náuseas y vómitos asociados con la quimioterapia del cáncer, dolor neuropático y espasticidad asociados con esclerosis múltiple, y la epilepsia refractaria severa de la infancia.
“Una medida extraordinaria”
El uso compasivo deberá ser considerado “una medida extraordinaria, cuidadosamente discutido en ámbitos ad-hoc y adoptado según normas legales vigentes, seleccionándose el compuesto a utilizar según la información científica vigente en el momento de la implementación”, define el documento.
En diálogo con LA NACION, El neurólogo Conrado Estol sostiene que el cannabidiol (cáñamo médico) tiene evidencia en epilepsia infantil (síndrome de Dravet y de Lennox Gastaut) y que hay “alguna evidencia de eficacia” para ansiedad, insomnio, dolor y la falta de hambre en pacientes con cáncer y VIH. “No queda duda que solo la deben indicar en clínicas de cannabis médicos que se dedican a esto”, añade Estol.
Recuerda que hace seis años invitó al Sanatorio Güemes al médico Walter Panis, que dirigía la Clínica de Cannabis del Massachusetts General Hospital: “Nunca asistió tanta gente a una conferencia en ese auditorio; hay interés. El problema es que debe ser indicada por expertos y no por médicos que no lo sean”.
Valeria Salech creó en 2016 la organización no gubernamental Mamá Cultiva, una red pionera de madres dedicadas al cultivo y la producción de cannabis para tratar enfermedades de sus hijos. “La planta sirve para todo tipo de patología”, considera, aunque aclara que no conoce la composición del producto jujeño autorizado por la Anmat.
La ONG publicó una Guía de acompañamiento para equipos de salud y en los cursos de formación interdisciplinaria que brindan participaron más de 300 integrantes de estos equipos de todo el país. Convencida de que el uso del cannabis debe ser un “asunto de salud pública”, define a esa guía como una “fuente confiable y concisa para quienes se acercan por primera vez a la temática y un puente a la construcción cotidiana de otro sistema de salud, que no estigmatice a personas usuarias, sino que las abrace y contenga”.
Producción
El jujeño es el primer aceite de cannabis de grado médico íntegramente producido en el país; los que existían hasta fines de 2021 eran elaborados con materia prima importada. Cannava también desarrolla con el Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (IIMT) de la Universidad Austral y el Conicet el primer estudio científico de cannabis medicinal nacional en el tratamiento del dolor asociado al cáncer.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti afirmó que el paso dado por la Anmat al autorizar el producto es “también salir de la hegemonía médica y pensar en un producto muy seguro que les genera bienestar a las personas. A veces, aunque no cure, aliviar también es un desafío e implica ver a la persona como sujeto de derechos”.
Agregó que el Estado nacional trabaja para conseguir las aprobaciones internacionales para poder asimismo comercializar el producto fuera del país. La funcionaria estuvo ayer en Jujuy con el gobernador Gerardo Morales y su par provincial, Gustavo Bouhid, quien sostuvo que pacientes de Jujuy “están recibiendo el tratamiento con aceite de cannabis medicinal y mejoraron mucho”.
En agosto de este año, el Gobierno publicó el decreto de reglamentación de la Ley 27.669 para la producción de cannabis medicinal y cáñamo industrial, sancionada en mayo de 2022. De esta manera, entró en funcionamiento la agencia regulatoria encargada de otorgar licencias para la producción de derivados del cannabis; las mismas durarán cinco años hasta su renovación.
La Anmat le otorgó a Cannava –que es presidida por Gastón Morales, hijo del gobernador local, y ya comercializa el producto en Jujuy– la “autorización sanitaria del producto vegetal a base de cannabis y sus derivados destinado al uso y aplicación en medicina humana”. Para comprarlo en cualquier farmacia del país, a donde llegará antes de fines de año, no hace falta estar autorizado por el Ministerio de Salud de la Nación a través del Reprocann, que es el registro que habilita a usuarios medicinales a tener, cultivar y transportar flores o plantas de cannabis.
El documento de la Academia Nacional de Medicina señala que la “prescripción de cannabinoides de grado medicinal deberá limitarse a los síndromes en los que se ha hallado evidencia de eficacia terapéutica, debiendo seleccionarse cuidadosamente los preparados según la composición y la forma farmacéutica apropiada en cada caso”.
El texto da cuenta también de que organismos regulatorios internacionales (EMA, FDA, NICE, Nasem) y fuentes internacionales integradas por grupos de investigadores independientes, como el Cochrane, solo hallaron “limitada utilidad” para el cannabis de grado farmacológico para el tratamiento “complementario de un escaso número de patologías, con la única excepción de algunos cuadros epilépticos severos de la infancia”.
Añade que este tipo de medicamentos “se suman” a los tratamientos preexistentes solo cuando un paciente no responde a los “recomendados” para estos trastornos, como por ejemplo náuseas y vómitos asociados con la quimioterapia del cáncer, dolor neuropático y espasticidad asociados con esclerosis múltiple, y la epilepsia refractaria severa de la infancia.
“Una medida extraordinaria”
El uso compasivo deberá ser considerado “una medida extraordinaria, cuidadosamente discutido en ámbitos ad-hoc y adoptado según normas legales vigentes, seleccionándose el compuesto a utilizar según la información científica vigente en el momento de la implementación”, define el documento.
En diálogo con LA NACION, El neurólogo Conrado Estol sostiene que el cannabidiol (cáñamo médico) tiene evidencia en epilepsia infantil (síndrome de Dravet y de Lennox Gastaut) y que hay “alguna evidencia de eficacia” para ansiedad, insomnio, dolor y la falta de hambre en pacientes con cáncer y VIH. “No queda duda que solo la deben indicar en clínicas de cannabis médicos que se dedican a esto”, añade Estol.
Recuerda que hace seis años invitó al Sanatorio Güemes al médico Walter Panis, que dirigía la Clínica de Cannabis del Massachusetts General Hospital: “Nunca asistió tanta gente a una conferencia en ese auditorio; hay interés. El problema es que debe ser indicada por expertos y no por médicos que no lo sean”.
Valeria Salech creó en 2016 la organización no gubernamental Mamá Cultiva, una red pionera de madres dedicadas al cultivo y la producción de cannabis para tratar enfermedades de sus hijos. “La planta sirve para todo tipo de patología”, considera, aunque aclara que no conoce la composición del producto jujeño autorizado por la Anmat.
La ONG publicó una Guía de acompañamiento para equipos de salud y en los cursos de formación interdisciplinaria que brindan participaron más de 300 integrantes de estos equipos de todo el país. Convencida de que el uso del cannabis debe ser un “asunto de salud pública”, define a esa guía como una “fuente confiable y concisa para quienes se acercan por primera vez a la temática y un puente a la construcción cotidiana de otro sistema de salud, que no estigmatice a personas usuarias, sino que las abrace y contenga”.
Producción
El jujeño es el primer aceite de cannabis de grado médico íntegramente producido en el país; los que existían hasta fines de 2021 eran elaborados con materia prima importada. Cannava también desarrolla con el Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (IIMT) de la Universidad Austral y el Conicet el primer estudio científico de cannabis medicinal nacional en el tratamiento del dolor asociado al cáncer.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti afirmó que el paso dado por la Anmat al autorizar el producto es “también salir de la hegemonía médica y pensar en un producto muy seguro que les genera bienestar a las personas. A veces, aunque no cure, aliviar también es un desafío e implica ver a la persona como sujeto de derechos”.
Agregó que el Estado nacional trabaja para conseguir las aprobaciones internacionales para poder asimismo comercializar el producto fuera del país. La funcionaria estuvo ayer en Jujuy con el gobernador Gerardo Morales y su par provincial, Gustavo Bouhid, quien sostuvo que pacientes de Jujuy “están recibiendo el tratamiento con aceite de cannabis medicinal y mejoraron mucho”.
En agosto de este año, el Gobierno publicó el decreto de reglamentación de la Ley 27.669 para la producción de cannabis medicinal y cáñamo industrial, sancionada en mayo de 2022. De esta manera, entró en funcionamiento la agencia regulatoria encargada de otorgar licencias para la producción de derivados del cannabis; las mismas durarán cinco años hasta su renovación.