Estados Unidos denunció una campaña de desinformación rusa contra Ucrania en Latinoamérica
Martes 07 de
Noviembre 2023
Investigaciones de inteligencia expusieron que el Kremlin se vale de medios de comunicación locales para sembrar el sentimiento anti-estadounidense y anti-OTAN en la región
Estados Unidos denunció este martes una campaña de desinformación contra Ucrania en Latinoamérica, financiada por Rusia, cuyo objetivo principal es difundir propaganda y noticias falsas en medios de comunicación locales para debilitar el apoyo a Kiev en la guerra y sembrar sentimientos anti-estadounidenses y anti-OTAN.
“El objetivo final del Kremlin parece ser lavar su propaganda y desinformación a través de los medios de comunicación locales de una manera que parezca orgánica para el pueblo latinoamericano”, indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Los expertos estadounidenses vieron evidencias de esta “campaña de manipulación informativa” en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, donde equipos rusos envían el contenido especialmente creado a periodistas “cultivados”, para que éstos se encarguen de “su revisión, edición y, en última instancia, publicación en los medios de comunicación”.
Inclusive, se identificaron dos portales como los principales promotores de este material. Se trata de Pressenza, un sitio web en español establecido en Italia en 2009 pero registrado en Ecuador desde 2014, y El Ciudadano, cuya sede está en Chile.
“Todos ellos, creemos, son parte de este programa que está diseñado para explotar subrepticiamente la apertura de los medios y del sistema de información de América Latina”, dijo en diálogo con Infobae James Rubin, coordinador del Centro para la Participación Mundial.
Estas maniobras se realizan por medio de tres intermediarios rusos, señaladas por Washington como empresas de “influencia por encargo” que se encargan de “promover los intereses estratégicos de Moscú en la región”: la Agencia de Diseño Social (SDA por sus siglas en inglés), el Instituto para el Desarrollo de Internet y la compañía tecnológica Structura.
Tanto SDA y Structura se encuentran bajo sanciones de la Unión Europea desde julio, también por acusaciones de difusión de propaganda bélica alterada.
“Estos temas se alinean con la narrativa falsa de Rusia de que es un defensor contra la neocolonialización, cuando en realidad hace neocolonialismo y neoimperialismo”, continuó el escrito del Departamento de Estado.
La denuncia de este martes es la más reciente de Estados Unidos en sus intentos por contrarrestar la influencia de la propaganda del Kremlin en materia de política exterior.
Así, el pasado 20 de octubre, Washington publicó otra evaluación de inteligencia en la que aseguraba que Moscú utiliza espías, redes sociales y medios de comunicación estatales rusos para erosionar la fe pública en la integridad de las elecciones democráticas, en un momento en el que la región se enfrenta cada vez más a Gobiernos autoritarios y regímenes, como lo son la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, o la de Daniel Ortega en Nicaragua.
El estudio fue enviado a más de un centenar de gobiernos de América y de todo el mundo para alertar por estas prácticas.
“La desinformación es un problema bastante difícil con el que nos enfrentamos todo el tiempo, con nuevas acusaciones que se hacen y a las cuales tenemos que responder, y que, lamentablemente, pueden marcar una gran diferencia en el mundo”, concluyó Rubin.
“El objetivo final del Kremlin parece ser lavar su propaganda y desinformación a través de los medios de comunicación locales de una manera que parezca orgánica para el pueblo latinoamericano”, indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Los expertos estadounidenses vieron evidencias de esta “campaña de manipulación informativa” en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, donde equipos rusos envían el contenido especialmente creado a periodistas “cultivados”, para que éstos se encarguen de “su revisión, edición y, en última instancia, publicación en los medios de comunicación”.
Inclusive, se identificaron dos portales como los principales promotores de este material. Se trata de Pressenza, un sitio web en español establecido en Italia en 2009 pero registrado en Ecuador desde 2014, y El Ciudadano, cuya sede está en Chile.
“Todos ellos, creemos, son parte de este programa que está diseñado para explotar subrepticiamente la apertura de los medios y del sistema de información de América Latina”, dijo en diálogo con Infobae James Rubin, coordinador del Centro para la Participación Mundial.
Estas maniobras se realizan por medio de tres intermediarios rusos, señaladas por Washington como empresas de “influencia por encargo” que se encargan de “promover los intereses estratégicos de Moscú en la región”: la Agencia de Diseño Social (SDA por sus siglas en inglés), el Instituto para el Desarrollo de Internet y la compañía tecnológica Structura.
Tanto SDA y Structura se encuentran bajo sanciones de la Unión Europea desde julio, también por acusaciones de difusión de propaganda bélica alterada.
“Estos temas se alinean con la narrativa falsa de Rusia de que es un defensor contra la neocolonialización, cuando en realidad hace neocolonialismo y neoimperialismo”, continuó el escrito del Departamento de Estado.
La denuncia de este martes es la más reciente de Estados Unidos en sus intentos por contrarrestar la influencia de la propaganda del Kremlin en materia de política exterior.
Así, el pasado 20 de octubre, Washington publicó otra evaluación de inteligencia en la que aseguraba que Moscú utiliza espías, redes sociales y medios de comunicación estatales rusos para erosionar la fe pública en la integridad de las elecciones democráticas, en un momento en el que la región se enfrenta cada vez más a Gobiernos autoritarios y regímenes, como lo son la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, o la de Daniel Ortega en Nicaragua.
El estudio fue enviado a más de un centenar de gobiernos de América y de todo el mundo para alertar por estas prácticas.
“La desinformación es un problema bastante difícil con el que nos enfrentamos todo el tiempo, con nuevas acusaciones que se hacen y a las cuales tenemos que responder, y que, lamentablemente, pueden marcar una gran diferencia en el mundo”, concluyó Rubin.
Con información de
Infobae