Uruguay se prepara para el impacto de la inevitable devaluación poselectoral en Argentina
Jueves 19 de
Octubre 2023
Las propuestas económicas de los tres principales candidatos coinciden en una primera etapa de mayor caída del peso argentino.
Uruguay observa de cerca lo que sucede en Argentina, que atraviesa una crisis económica en medio de un clima electoral fuertemente polarizado; y los especialistas tanto del gobierno como del sector privado ya contemplan los diferentes escenarios que, a partir del 10 de diciembre, pueden tener lugar en el país vecinos a partir de las propuestas económicas y los esquemas cambiarios que impulsa cada uno de los tres principales candidatos. La conclusión inmediata es la misma: gane quien gane del otro lado del charco habrá más devaluación y esto impactará en la economía local.
Incertidumbre. Esa es la palabra con la que la mayoría de los analistas describen la situación argentina. Y no se refieren únicamente en términos electorales, a pocos días de que se lleve a cabo la primera vuelta electoral, sino también en términos económicos. Sobre todo, en términos económicos.
¿Cuáles son los posibles escenarios post electorales en Argentina?
Del otro lado del Río de la Plata, los tres principales candidatos proponen diferentes políticas económicas para sus eventuales presidencias. Javier Milei, quien inesperadamente obtuvo el primer lugar en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), insiste con una dolarización que implicará pasar de un tipo de cambio oficial de 365 pesos argentinos a oro de 890 pesos argentinos. No obstante, para los economistas, es general la idea de que la devaluación necesaria será mucho mayor.
Por otro lado, Patricia Bullrich evalúa una economía bimonetaria, con una etapa de transición que contemple un mercado cambiario desdoblado —un dólar comercial regulado para ciertas operaciones y la eliminación de cepos y trabas para otro tipo de dólar— antes de unificar el tipo de cambio. Esto, en principio, permitiría que la devaluación sea parcial y que el impacto inicial sea menor.
Mientras que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, si bien no ha planteado una propuesta concreta en materia cambiaria, es posible que, en una primera etapa, continúe con el esquema de múltiples tipos de dólar, que en realidad consisten en diferentes incentivos sobre el valor del dólar oficial. Sin embargo, el estado actual de la economía obliga a que, más temprano que tarde, se abandone esta estrategia para avanzar en la unificación del mercado cambiario. Es decir, inevitablemente habrá una devaluación del peso argentino.
En las redes, mientras tanto, incluso los seguidores de Milei —a quien postulan (¿postulaban?) como un mesías de la economía y quien sería capaz de reestablecer el equilibrio fiscal y monetario de forma casi milagrosa— comenzaron a “abrir el paracaídas”, advirtiendo que, gane quien gane el domingo —o en el eventual ballotage de noviembre—, los próximos dos años serán difíciles para el país vecino, y la depreciación del peso argentino estará incluida indefectiblemente, de la mano del ajuste económico que señalan como necesario para intentar equilibrar una economía en picada.
“El escenario económico argentino futuro es muy incierto en estos momentos. Se encuentra fuertemente ligado al resultado de las elecciones presidenciales. A pesar de que es difícil predecir con claridad qué sucederá en el largo plazo, en el corto plazo podemos esperar un mayor aumento del dólar, al menos del dólar blue”, señaló Deborah Eilender, investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
En diálogo con Ámbito, consideró que “además de tener en cuenta el aumento del dólar, hay que analizar qué sucede con la inflación, la cual ya alcanzó los tres dígitos hace varios meses y seguramente continúe la tendencia al alza, posiblemente aumentando su tasa de crecimiento”. Los guarismos actuales indican una inflación del 170% para este año. “Dependiendo de qué aumente más rápido, si el dólar o los precios, es lo que sucederá con el poder de compra de los uruguayos en Argentina”, añadió.
Las perspectivas inmediatas para Uruguay
La situación actual en el plano local ya es crítica: la brecha de precios con Argentina alcanzó un máximo histórico, superando el 180% (180,2%) según la última medición del Observatorio Económico de Salto de la Universidad Católica del Uruguay (UCU). Y esta cifra no llega a contemplar la fuerte suba del dólar blue que ocurrió durante los primeros días de octubre.
Las consecuencias de la diferencia cambiaria se observan en el éxodo uruguayo ya habitual, en el desvío del consumo interno, la caída de las ventas de los comercios del litoral y el perjuicio en la recaudación fiscal de todo el país. Por lo que una mayor devaluación en Argentina tendría un impacto directo —como lo tiene ahora— en la economía local.
“Esperamos que un escenario de mayor devaluación en Argentina profundice los efectos que ya se han observado sobre el consumo y el turismo”, señaló a Ámbito Florencia Zufiría, economista del área de Servicio de Análisis y Proyecciones Económicas de CPA Ferrere. Para la analista, “si el tipo de cambio continúa en aumento y se amplía aún más la brecha de precios, es esperable que continúe aumentando el consumo que los uruguayos realizan en la vecina orilla”.
Una “fuga de consumo” que afecta directamente “los niveles de actividad, de empleo (principalmente en los departamentos del litoral), la recaudación y el nivel de ventas reales del sector de comercio y servicios, por ejemplo”, explicó.
La actividad turística, con la cercanía de la temporada de verano y la importancia que tiene el visitante argentino para el balance receptivo en Uruguay, también es un punto de preocupación, ya que la situación en Argentina podría generar “un mayor deterioro de la actividad turística”. En ese sentido, Zufiría indicó que “se espera que el saldo neto de turismo se ubique en niveles negativos por primera vez en la historia a fines de 2023, dado que el gasto que realizan los uruguayos en el exterior supera al gasto que realizan los turistas que ingresan a Uruguay, lo que podría profundizarse en el caso de mayor devaluación”.
Las lecturas sobre qué podrá pasar en el corto plazo en la economía uruguaya en relación con el devenir del país vecino son concretas: “Independientemente de los candidatos, esperamos que la situación en Argentina continúe en deterioro el año próximo. Aunque difieren en las posibles medidas a implementar, no hay una salida inmediata de la situación actual, por lo que en la medida que continúe empeorando, los efectos sobre Uruguay se van a seguir sintiendo”, consideró la economista de CPA Ferrere.
Por su parte, para Eilender, “una mayor devaluación real podría continuar perjudicando” al país en términos comerciales, laborales y fiscales, pero cree igualmente “que el grueso del efecto ya se ha dado”.
Mientras tanto, la conclusión de los analistas coincide: “En términos generales, gane quien gane, lo central es que la economía argentina se estabilice y comience a crecer, para así reducir el impacto negativo que genera en la economía uruguaya”, explicó Nicolás Cichevski, economista y gerente de la práctica de Análisis Económico de CPA Ferrere, para quien será esencial “reducir el déficit fiscal primario (hoy en 3% del PIB) y delinear un plan económico consistente y creíble” .
Incertidumbre. Esa es la palabra con la que la mayoría de los analistas describen la situación argentina. Y no se refieren únicamente en términos electorales, a pocos días de que se lleve a cabo la primera vuelta electoral, sino también en términos económicos. Sobre todo, en términos económicos.
¿Cuáles son los posibles escenarios post electorales en Argentina?
Del otro lado del Río de la Plata, los tres principales candidatos proponen diferentes políticas económicas para sus eventuales presidencias. Javier Milei, quien inesperadamente obtuvo el primer lugar en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), insiste con una dolarización que implicará pasar de un tipo de cambio oficial de 365 pesos argentinos a oro de 890 pesos argentinos. No obstante, para los economistas, es general la idea de que la devaluación necesaria será mucho mayor.
Por otro lado, Patricia Bullrich evalúa una economía bimonetaria, con una etapa de transición que contemple un mercado cambiario desdoblado —un dólar comercial regulado para ciertas operaciones y la eliminación de cepos y trabas para otro tipo de dólar— antes de unificar el tipo de cambio. Esto, en principio, permitiría que la devaluación sea parcial y que el impacto inicial sea menor.
Mientras que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, si bien no ha planteado una propuesta concreta en materia cambiaria, es posible que, en una primera etapa, continúe con el esquema de múltiples tipos de dólar, que en realidad consisten en diferentes incentivos sobre el valor del dólar oficial. Sin embargo, el estado actual de la economía obliga a que, más temprano que tarde, se abandone esta estrategia para avanzar en la unificación del mercado cambiario. Es decir, inevitablemente habrá una devaluación del peso argentino.
En las redes, mientras tanto, incluso los seguidores de Milei —a quien postulan (¿postulaban?) como un mesías de la economía y quien sería capaz de reestablecer el equilibrio fiscal y monetario de forma casi milagrosa— comenzaron a “abrir el paracaídas”, advirtiendo que, gane quien gane el domingo —o en el eventual ballotage de noviembre—, los próximos dos años serán difíciles para el país vecino, y la depreciación del peso argentino estará incluida indefectiblemente, de la mano del ajuste económico que señalan como necesario para intentar equilibrar una economía en picada.
“El escenario económico argentino futuro es muy incierto en estos momentos. Se encuentra fuertemente ligado al resultado de las elecciones presidenciales. A pesar de que es difícil predecir con claridad qué sucederá en el largo plazo, en el corto plazo podemos esperar un mayor aumento del dólar, al menos del dólar blue”, señaló Deborah Eilender, investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
En diálogo con Ámbito, consideró que “además de tener en cuenta el aumento del dólar, hay que analizar qué sucede con la inflación, la cual ya alcanzó los tres dígitos hace varios meses y seguramente continúe la tendencia al alza, posiblemente aumentando su tasa de crecimiento”. Los guarismos actuales indican una inflación del 170% para este año. “Dependiendo de qué aumente más rápido, si el dólar o los precios, es lo que sucederá con el poder de compra de los uruguayos en Argentina”, añadió.
Las perspectivas inmediatas para Uruguay
La situación actual en el plano local ya es crítica: la brecha de precios con Argentina alcanzó un máximo histórico, superando el 180% (180,2%) según la última medición del Observatorio Económico de Salto de la Universidad Católica del Uruguay (UCU). Y esta cifra no llega a contemplar la fuerte suba del dólar blue que ocurrió durante los primeros días de octubre.
Las consecuencias de la diferencia cambiaria se observan en el éxodo uruguayo ya habitual, en el desvío del consumo interno, la caída de las ventas de los comercios del litoral y el perjuicio en la recaudación fiscal de todo el país. Por lo que una mayor devaluación en Argentina tendría un impacto directo —como lo tiene ahora— en la economía local.
“Esperamos que un escenario de mayor devaluación en Argentina profundice los efectos que ya se han observado sobre el consumo y el turismo”, señaló a Ámbito Florencia Zufiría, economista del área de Servicio de Análisis y Proyecciones Económicas de CPA Ferrere. Para la analista, “si el tipo de cambio continúa en aumento y se amplía aún más la brecha de precios, es esperable que continúe aumentando el consumo que los uruguayos realizan en la vecina orilla”.
Una “fuga de consumo” que afecta directamente “los niveles de actividad, de empleo (principalmente en los departamentos del litoral), la recaudación y el nivel de ventas reales del sector de comercio y servicios, por ejemplo”, explicó.
La actividad turística, con la cercanía de la temporada de verano y la importancia que tiene el visitante argentino para el balance receptivo en Uruguay, también es un punto de preocupación, ya que la situación en Argentina podría generar “un mayor deterioro de la actividad turística”. En ese sentido, Zufiría indicó que “se espera que el saldo neto de turismo se ubique en niveles negativos por primera vez en la historia a fines de 2023, dado que el gasto que realizan los uruguayos en el exterior supera al gasto que realizan los turistas que ingresan a Uruguay, lo que podría profundizarse en el caso de mayor devaluación”.
Las lecturas sobre qué podrá pasar en el corto plazo en la economía uruguaya en relación con el devenir del país vecino son concretas: “Independientemente de los candidatos, esperamos que la situación en Argentina continúe en deterioro el año próximo. Aunque difieren en las posibles medidas a implementar, no hay una salida inmediata de la situación actual, por lo que en la medida que continúe empeorando, los efectos sobre Uruguay se van a seguir sintiendo”, consideró la economista de CPA Ferrere.
Por su parte, para Eilender, “una mayor devaluación real podría continuar perjudicando” al país en términos comerciales, laborales y fiscales, pero cree igualmente “que el grueso del efecto ya se ha dado”.
Mientras tanto, la conclusión de los analistas coincide: “En términos generales, gane quien gane, lo central es que la economía argentina se estabilice y comience a crecer, para así reducir el impacto negativo que genera en la economía uruguaya”, explicó Nicolás Cichevski, economista y gerente de la práctica de Análisis Económico de CPA Ferrere, para quien será esencial “reducir el déficit fiscal primario (hoy en 3% del PIB) y delinear un plan económico consistente y creíble” .
Con información de
Ámbito