Guerra en Medio Oriente: un respaldo férreo de Biden a Israel, pero con matices y altos riesgos en una región convulsionada
Por:
Rafael Mathus Ruiz
Miércoles 18 de
Octubre 2023
El presidente norteamericano matizó sensiblemente su férreo apoyo al gobierno de Netanyahu con advertencias y límites sobre su ofensiva contra Hamas en Gaza; pedido por los civiles en el enclave palestino
WASHINGTON.- Involucrado de lleno en la nueva guerra en Medio Oriente, el presidente norteamericano, Joe Biden, ofreció este miércoles un respaldo férreo a Israel en el conflicto con Hamas, en un discurso en Tel Aviv en el que reafirmó una vez más el inquebrantable apoyo de Washington al Estado judío, condenó al terrorismo, pidió proteger a los civiles, abogó por la paz y anunció el envío de ayuda humanitaria a los palestinos en la Franja de Gaza en medio de una ola de furia en la región por la contraofensiva israelí y el ataque a un hospital en Gaza donde murieron cientos de civiles.
“He venido a Israel con un solo mensaje, no están solos. No están solos”, arrancó Biden, flanqueado por banderas de Israel y de Estados Unidos. “Mientras Estados Unidos esté, y estaremos para siempre, no dejaremos que ustedes estén solos”, reforzó el mandatario.
En una región furiosa y enardecida, Biden blindó a Israel, principal aliado de Estados Unidos en la región, trazando un equilibrio delicado y complicadísimo con el martirio palestino para prevenir una escalada que, por momentos, parece irremediable. Biden matizó sensiblemente ese apoyo a Israel con advertencias y límites sobre su contraofensiva, pero la lectura de sus palabras podría terminar por inflamar aún más a Medio Oriente.
Biden, que siempre respaldó inequívocamente el derecho de Israel a defenderse, dejó dos anuncios: adelantó que pedirá al Congreso un paquete de asistencia militar “sin precedentes” para apuntalar las fuerzas israelíes, y a la vez dijo que se acordó con Israel la apertura de un corredor humanitario de Egipto a Gaza para la población civil y que Estados Unidos aportará 100 millones de dólares para respaldar a un millón de refugiados.
El discurso de Biden cerró una visita relámpago de menos de ocho horas a Israel –aterrizó a las 10.51 (hora local) en el aeropuerto Ben Gurión y las 18.15 ya estaba de regreso a su país a bordo del Air Force One– luego del ataque de Hamas el pasado 7 de octubre, que abrió otro capítulo violento y sangriento en Medio Oriente, al borde de un nuevo conflicto regional.
La visita de Biden quedó trastocada por la explosión en un hospital en Gaza que dejó al menos 500 muertos, según las autoridades palestinas, y desató acusaciones cruzadas entre Israel y Hamas sobre la responsabilidad de la tragedia. Debido a ese ataque, Jordania canceló una cumbre de Biden con líderes árabes, incluido el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas. Biden solo vio a Benjamin Netanyahu.
El recibimiento a Biden marcó los ánimos en la región: mientras en Tel Aviv se vieron cárteles gigantes con la imagen del jefe de la Casa Blanca que decían “Gracias, señor Presidente”, en ciudades de Jordania, Cisjordania, Egipto, el Líbano, Turquía o Marruecos se vieron protestas violentas y manifestaciones contra Israel y Estados Unidos.
Biden había llegado a Israel en la misión más difícil de toda su presidencia. El viaje original buscaba brindarle apoyo y solidaridad a Israel, pero a la vez evitar una escalada regional del conflicto diferenciando a Hamas del reclamo histórico de los palestinos y priorizando además la protección a los civiles en Gaza, bajo bombardeos y un “asedio total” de Israel, que cortó el agua, la luz y los medicamentos en la franja.
El ataque al hospital baptista Al-Ahli alteró el viaje y desató furiosas protestas que recorrieron el mundo, pero no cambió demasiado el discurso de la Casa Blanca, arraigado en el respaldo inquebrantable a Israel en este conflicto, aunque siempre recordando también que debe actuar como una democracia, y diferenciando al pueblo palestino de Hamas, una distinción por la que se acusa a Israel de omitir.
Ante la furia global, Biden y sus funcionarios se pararon al lado de Israel, achacando el ataque al hospital a una “explosión” y a un “cohete fallido” disparado desde Gaza.
Ese respaldo de Washington acarrea riesgos. El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, advirtió en la cadena CNN sobre la percepción creciente en el mundo árabe de una guerra entre Occidente y el mundo musulmán ante lo que muchos ven como un “respaldo férreo” a Israel, sin matices.
“La gente quiere escuchar una cosa y solo una cosa: una decisión de parar la guerra”, dijo.
En privado, Biden y su equipo buscaron atemperar la furia. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, que lleva varios días en gestiones diplomáticas en Medio Oriente, habló ayer con Abbas para expresar su pesar por las vidas civiles perdidas en la explosión en el hospital y “el continuo apoyo de Estados Unidos al pueblo palestino”.
Blinken enfatizó que Hamas no representan a los palestinos ni a sus aspiraciones legítimas, indicó el Departamento de Estado, un mensaje que repitió Biden en público.
Señales de respaldo
En su discurso, Biden buscó un equilibrio. Dejó varias señales de respaldo y muestras de solidaridad y empatía a Israel por el brutal ataque de Hamas, que dejó más de 1400 muertos y 199 rehenes en la Franja de Gaza. Dijo que fue el peor día para los judíos desde el Holocausto, que fue equivalente a “quince 11-S”, y habló del dolor, la furia y el espanto sembrado por el ataque. Prometió apoyo y armamento, y afirmó que “el mundo sabrá que Israel es más fuerte que nunca”. También le dijo a los israelíes que hará todo lo que esté en su poder para asegurar que el país vuelva “a ser un lugar seguro para el pueblo judío”.
Pero ante el saldo de víctimas civiles que dejó la contraofensiva israelí con bombardeos en Gaza –más de 3000, según las autoridades palestinas, con más de 10.000 heridos– y las críticas en todo el mundo al “asedio total” de Israel al enclave, Biden también advirtió a Israel que “no se deje consumir por la rabia” recordando los “errores” que cometió Estados Unidos luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
“El Estado de Israel nació para ser un espacio seguro para el pueblo judío del mundo. Así nació. Durante mucho tiempo se dijo que si Israel no existiera, tendríamos que inventarlo. Y aunque hoy no lo parezca, Israel debe volver a ser un espacio seguro para el pueblo judío. Y les prometo que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que así sea”, afirmó Biden.
“Pero les advierto que mientras sientan esa rabia, no se dejen consumir por ella. Después del 11 de Septiembre, en Estados Unidos sentíamos rabia. Y mientras buscábamos justicia y obteníamos justicia, también cometimos errores”, matizó.
Luego, Biden dejó su mensaje a los palestinos. “La gran mayoría de los palestinos no son Hamas. Hamas no representa al pueblo palestino”, dijo el presidente, que remarcó que el grupo terrorista usa a inocentes en Gaza como escudos humanos, colocando sus centros de mando, armas y túneles de comunicación en zonas residenciales. “El pueblo palestino también está sufriendo mucho”, reconoció, y lamento las víctimas palestinas inocentes.
“Estados Unidos defiende inequívocamente la protección de la vida civil durante el conflicto y lamento, realmente lamento, las familias que murieron o resultaron heridas en esta tragedia. La gente de Gaza necesita alimentos, agua, medicinas y refugio. Hoy le pedí al gabinete israelí que aceptara entregar asistencia humanitaria vital a los civiles en Gaza”, afirmó, y anunció la apertura de un corredor con Egipto.
Ya sobre el final, Biden le recordó a Israel que es una democracia y, como tal, debe cumplir las reglas de la guerra y respetar la dignidad de la vida porque eso, remarcó, es lo que separa a las democracias del terrorismo.
“Son un Estado judío, pero también son una democracia”, dijo Biden. “Al igual que Estados Unidos, no se vive según las reglas de los terroristas, se vive según el Estado de derecho. Cuando estalla un conflicto, uno vive según las reglas de la guerra. Lo que nos diferencia de los terroristas es que creemos en la dignidad fundamental de toda vida humana, israelí, palestina, árabe, judía, musulmana, cristiana, de todos. Puedes renunciar a lo que te hace ser quien eres. Si renuncias a eso, entonces los terroristas ganarán. Y nunca podremos dejarles ganar”, reforzó.
“He venido a Israel con un solo mensaje, no están solos. No están solos”, arrancó Biden, flanqueado por banderas de Israel y de Estados Unidos. “Mientras Estados Unidos esté, y estaremos para siempre, no dejaremos que ustedes estén solos”, reforzó el mandatario.
En una región furiosa y enardecida, Biden blindó a Israel, principal aliado de Estados Unidos en la región, trazando un equilibrio delicado y complicadísimo con el martirio palestino para prevenir una escalada que, por momentos, parece irremediable. Biden matizó sensiblemente ese apoyo a Israel con advertencias y límites sobre su contraofensiva, pero la lectura de sus palabras podría terminar por inflamar aún más a Medio Oriente.
Biden, que siempre respaldó inequívocamente el derecho de Israel a defenderse, dejó dos anuncios: adelantó que pedirá al Congreso un paquete de asistencia militar “sin precedentes” para apuntalar las fuerzas israelíes, y a la vez dijo que se acordó con Israel la apertura de un corredor humanitario de Egipto a Gaza para la población civil y que Estados Unidos aportará 100 millones de dólares para respaldar a un millón de refugiados.
El discurso de Biden cerró una visita relámpago de menos de ocho horas a Israel –aterrizó a las 10.51 (hora local) en el aeropuerto Ben Gurión y las 18.15 ya estaba de regreso a su país a bordo del Air Force One– luego del ataque de Hamas el pasado 7 de octubre, que abrió otro capítulo violento y sangriento en Medio Oriente, al borde de un nuevo conflicto regional.
La visita de Biden quedó trastocada por la explosión en un hospital en Gaza que dejó al menos 500 muertos, según las autoridades palestinas, y desató acusaciones cruzadas entre Israel y Hamas sobre la responsabilidad de la tragedia. Debido a ese ataque, Jordania canceló una cumbre de Biden con líderes árabes, incluido el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas. Biden solo vio a Benjamin Netanyahu.
El recibimiento a Biden marcó los ánimos en la región: mientras en Tel Aviv se vieron cárteles gigantes con la imagen del jefe de la Casa Blanca que decían “Gracias, señor Presidente”, en ciudades de Jordania, Cisjordania, Egipto, el Líbano, Turquía o Marruecos se vieron protestas violentas y manifestaciones contra Israel y Estados Unidos.
Biden había llegado a Israel en la misión más difícil de toda su presidencia. El viaje original buscaba brindarle apoyo y solidaridad a Israel, pero a la vez evitar una escalada regional del conflicto diferenciando a Hamas del reclamo histórico de los palestinos y priorizando además la protección a los civiles en Gaza, bajo bombardeos y un “asedio total” de Israel, que cortó el agua, la luz y los medicamentos en la franja.
El ataque al hospital baptista Al-Ahli alteró el viaje y desató furiosas protestas que recorrieron el mundo, pero no cambió demasiado el discurso de la Casa Blanca, arraigado en el respaldo inquebrantable a Israel en este conflicto, aunque siempre recordando también que debe actuar como una democracia, y diferenciando al pueblo palestino de Hamas, una distinción por la que se acusa a Israel de omitir.
Ante la furia global, Biden y sus funcionarios se pararon al lado de Israel, achacando el ataque al hospital a una “explosión” y a un “cohete fallido” disparado desde Gaza.
Ese respaldo de Washington acarrea riesgos. El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, advirtió en la cadena CNN sobre la percepción creciente en el mundo árabe de una guerra entre Occidente y el mundo musulmán ante lo que muchos ven como un “respaldo férreo” a Israel, sin matices.
“La gente quiere escuchar una cosa y solo una cosa: una decisión de parar la guerra”, dijo.
En privado, Biden y su equipo buscaron atemperar la furia. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, que lleva varios días en gestiones diplomáticas en Medio Oriente, habló ayer con Abbas para expresar su pesar por las vidas civiles perdidas en la explosión en el hospital y “el continuo apoyo de Estados Unidos al pueblo palestino”.
Blinken enfatizó que Hamas no representan a los palestinos ni a sus aspiraciones legítimas, indicó el Departamento de Estado, un mensaje que repitió Biden en público.
Señales de respaldo
En su discurso, Biden buscó un equilibrio. Dejó varias señales de respaldo y muestras de solidaridad y empatía a Israel por el brutal ataque de Hamas, que dejó más de 1400 muertos y 199 rehenes en la Franja de Gaza. Dijo que fue el peor día para los judíos desde el Holocausto, que fue equivalente a “quince 11-S”, y habló del dolor, la furia y el espanto sembrado por el ataque. Prometió apoyo y armamento, y afirmó que “el mundo sabrá que Israel es más fuerte que nunca”. También le dijo a los israelíes que hará todo lo que esté en su poder para asegurar que el país vuelva “a ser un lugar seguro para el pueblo judío”.
Pero ante el saldo de víctimas civiles que dejó la contraofensiva israelí con bombardeos en Gaza –más de 3000, según las autoridades palestinas, con más de 10.000 heridos– y las críticas en todo el mundo al “asedio total” de Israel al enclave, Biden también advirtió a Israel que “no se deje consumir por la rabia” recordando los “errores” que cometió Estados Unidos luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
“El Estado de Israel nació para ser un espacio seguro para el pueblo judío del mundo. Así nació. Durante mucho tiempo se dijo que si Israel no existiera, tendríamos que inventarlo. Y aunque hoy no lo parezca, Israel debe volver a ser un espacio seguro para el pueblo judío. Y les prometo que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurarnos de que así sea”, afirmó Biden.
“Pero les advierto que mientras sientan esa rabia, no se dejen consumir por ella. Después del 11 de Septiembre, en Estados Unidos sentíamos rabia. Y mientras buscábamos justicia y obteníamos justicia, también cometimos errores”, matizó.
Luego, Biden dejó su mensaje a los palestinos. “La gran mayoría de los palestinos no son Hamas. Hamas no representa al pueblo palestino”, dijo el presidente, que remarcó que el grupo terrorista usa a inocentes en Gaza como escudos humanos, colocando sus centros de mando, armas y túneles de comunicación en zonas residenciales. “El pueblo palestino también está sufriendo mucho”, reconoció, y lamento las víctimas palestinas inocentes.
“Estados Unidos defiende inequívocamente la protección de la vida civil durante el conflicto y lamento, realmente lamento, las familias que murieron o resultaron heridas en esta tragedia. La gente de Gaza necesita alimentos, agua, medicinas y refugio. Hoy le pedí al gabinete israelí que aceptara entregar asistencia humanitaria vital a los civiles en Gaza”, afirmó, y anunció la apertura de un corredor con Egipto.
Ya sobre el final, Biden le recordó a Israel que es una democracia y, como tal, debe cumplir las reglas de la guerra y respetar la dignidad de la vida porque eso, remarcó, es lo que separa a las democracias del terrorismo.
“Son un Estado judío, pero también son una democracia”, dijo Biden. “Al igual que Estados Unidos, no se vive según las reglas de los terroristas, se vive según el Estado de derecho. Cuando estalla un conflicto, uno vive según las reglas de la guerra. Lo que nos diferencia de los terroristas es que creemos en la dignidad fundamental de toda vida humana, israelí, palestina, árabe, judía, musulmana, cristiana, de todos. Puedes renunciar a lo que te hace ser quien eres. Si renuncias a eso, entonces los terroristas ganarán. Y nunca podremos dejarles ganar”, reforzó.
Comunicado de la Oficina del Primer Ministro de Israel
— Israel en Español (@IsraelinSpanish) October 18, 2023
A la luz del enorme y vital apoyo estadounidense en los esfuerzos de la guerra y a raíz de la solicitud del presidente de EEUU, Joe Biden, de asistencia humanitaria básica, el gabinete reducido ha resuelto por unanimidad:… pic.twitter.com/uR6CWxNUAC
I just announced $100 million for humanitarian assistance in Gaza and the West Bank.
— President Biden (@POTUS) October 18, 2023
This money will support over 1 million displaced and conflict-affected Palestinians.
And we will have mechanisms in place so this aid reaches those in need – not Hamas or terrorist groups.