La enfermedad que casi la mitad de los adultos no sabe que tiene y los riesgos de la “sal invisible”
Martes 17 de
Octubre 2023
La presencia excesiva de sodio en algunos alimentos es uno de los puntos determinantes en los elevados índices de hipertensión arterial en la población argentina
¿Sabías que todos los alimentos contienen sodio? Lo que varía es el porcentaje de concentración y si se encuentra debidamente informado en los productos industrializados. No es un tema menor ya que la llamada “sal invisible” está presente principalmente en los alimentos ultra procesados de consumo masivo y es uno de los puntos determinantes en los elevados índices de hipertensión arterial de la población argentina, según arrojó la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo en el año 2019.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que casi la mitad de los adultos con hipertensión no saben que la tienen.
Con la implementación de la ley de Etiquetado Frontal y el sello que indica “Exceso de Sodio”, se logró advertir a los consumidores de todos aquellos productos que tienen “sal invisible” entre sus compuestos, pero no alcanza. La Ley nacional 27.642 de Promoción de Alimentación Saludable –conocida como de Etiquetado Frontal– se sancionó el 26 de octubre de 2021 y el 23 de marzo de 2022 se publicó el decreto reglamentario 151/2022.
Desde su implementación, los sellos de advertencia comenzaron a alertar a la población acerca de todos aquellos nutrientes críticos contenidos en cada producto. En muchos casos, el exceso de sodio sorprendió en productos que antes eran considerados como “saludables”, como puede ser el caso de los snacks de frutos secos que tienen exceso de sodio. Otro caso que llamó la atención de muchos consumidores fue la harina leudante con sello de exceso de sodio.
En este sentido, los expertos consultados coinciden en que una de las formas eficaces de alertar a los consumidores sobre la presencia de “sal invisible” es con los sellos propuestos por la ley. Sin embargo, advierten que no hay que confiarse en los productos no industrializados (que no tienen la obligatoriedad de contener sellos de advertencia), ni en los alimentos que se entregan fraccionados como ocurre en el caso de fiambrerías, rotiserías o panaderías, entre muchos otros ejemplos.
“Todos los alimentos tienen sodio, aunque son los productos ultra procesados los que juegan un rol principal en relación al aporte de sodio”, introduce a LA NACION Natalia Presner, nutricionista de la división Nutrición del Hospital de Clínicas de la UBA.
“Es importante destacar que la sal se compone por sodio y cloro, y que es el sodio el que tiene efecto sobre la hipertensión arterial, un mineral que está contenido en todos los alimentos, incluso en frutas y verduras, aunque en estos casos el nivel de sodio es mucho más bajo que en un producto ultra procesado”.
“Todos los alimentos ultra procesados tienen elevado contenido de sodio porque este aditivo se utiliza además para conservar a los alimentos”, remarca.
¿Cómo mejorar la dieta para que sea baja en sodio? Con una alimentación “lo más natural posible, es decir, con una dieta que esté basada en alimentos frescos y con la menor cantidad de procesos industriales en su elaboración”, indica Presner.
“Hay que tener en cuenta un dato: es mejor comer verduras crudas que cocidas para que en ese proceso no pierdan el potasio, uno de los minerales que ayuda a contrarrestar los efectos negativos del sodio”, agrega.
En tanto, recomienda probar con la dieta baja en sodio conocida como DASH (por sus siglas, Dietary Approaches to Stop Hypertension) ya que tiene “alimentos con buena cantidad de potasio, magnesio y calcio, tres minerales que, de alguna manera, sirven para compensar el efecto negativo del sodio”, explica.
Estos tres minerales “guardianes” se encuentran principalmente en frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutas secas, semillas.
Presión arterial y consumo de “sal invisible”
“Sin duda en la Argentina consumimos sal en exceso, más del doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo a un reciente relevamiento del Ministerio de Salud de la Nación, existen aproximadamente 16 millones de Hipertensos en nuestro país”, detalla a LA NACION Mario Boskis, médico cardiólogo, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC) y Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis.
“Esto sin duda inquieta ya que la hipertensión arterial es la primera causa de mortalidad prevenible y prematura a nivel global. En este sentido, una investigación realizada hace unos años en nuestro país confirma que el 38% de los fallecimientos anuales por causas cardiovasculares suceden en menores de 75 años, siendo la hipertensión la causa más importante”.
De acuerdo a las elevadas cifras, Boskis considera que “es prioridad la implementación de políticas públicas que ayuden a concientizar a la población acerca de “cómo prevenir y tratar este verdadero flagelo”.
En el registro RENATA 2 que se realizó hace pocos años en la Argentina, se encuentran datos similares a lo que ocurre en el resto del mundo: “Queda demostrado que un porcentaje significativo de pacientes no saben que tienen alta la presión y, a su vez, que solo el 25 por ciento de estos pacientes tiene realmente controlados sus valores”, especifica.
La sal “invisible” está presente en más del 80 por ciento de productos de consumo diario: “Hay que recordar que casi todos los alimentos llevan algún contenido de Sodio y que más del 80% del consumo de sal en nuestro país está ‘oculta’ en los alimentos procesados, entre los que se encuentran los embutidos, enlatados, productos de copetín, aceitunas, pizza, postres, salsa de soja y mostazas, entre otros, y son responsables de proporcionar a la dieta una elevada cantidad de sodio, el cual tiene un efecto directo sobre las arterias, generando su contracción y actuando con un mecanismo exactamente opuesto al de los medicamentos, que favorecen la vasodilatación”.
“Es crucial que se entienda que la hipertensión es una enfermedad crónica y que debe tratarse de por vida. Para ello, debemos trabajar junto a nuestros pacientes para que nos ayuden a controlarla, enseñándoles a cómo tomar una correcta determinación de la presión arterial en el domicilio y también enfatizar en la importancia de tomar los medicamentos de acuerdo a lo prescripto, sin saltearse dosis y con la consigna de consultar siempre en caso de duda”, agrega Boskis.
Los cambios con la ley de Etiquetado Frontal
“A partir de la implementación de la ley de Etiquetado Frontal hemos visto principalmente dos tipos de situaciones favorables –dice Andrea Graciano, nutricionista y coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA–. Por un lado, ahora hay información clara, veraz y precisa disponible y accesible para los consumidores que protege el derecho a la información a favor de una alimentación sana. Por otro lado, la implementación de la ley ha impulsado, al igual que en otros países que ya cuentan con este marco regulatorio, la reformulación de ciertos alimentos y la aparición de nuevos productos libres de sellos”.
En este sentido, la experta destaca algunas reformulaciones hechas en alimentos en el último tiempo por parte de las industrias alimentarias que, en busca de alternativas para poder ofrecer en el mercado productos que no contengan exceso en sodio, están evitando el agregado de este nutriente crítico.
Entre los ejemplos más comunes, Graciano identifica el caso de los snacks de frutos secos: “Antes era habitual que tuvieran agregados de sodio porque sirven para conservarlos, entre otras funciones, pero ahora, para evitar el sello de advertencia se toma la decisión de que a esos productos no se les añada sal. Entonces, a pesar de que la intención principal de la ley es la protección de derechos para consumidores, entre las consecuencias secundarias positivas ha logrado impulsar a que la industria produzca opciones más nutritivas y con menor cantidad de excesos en nutrientes críticos, en este caso exceso de sodio”.
Cuando consultamos sobre los productos que sorprendieron al consumidor con el sello de exceso de sodio, destaca a las galletitas de agua y a la harina leudante. “Encontrarnos con sellos de advertencia en la harina leudante llamó mucho la atención. Tanto es así que ahora hay algunas empresas que trabajan como proveedores de insumos para la industria alimentaria que ya ofrecen la opción de harinas leudantes bajas en sodio para evitar el sello de exceso con ese nutriente crítico”.
“Las galletitas de agua también contienen exceso de sodio y es alarmante porque, en general, siempre fueron percibidas entre las opciones saludables –incluso para las infancias–. Hasta se suelen ofrecer todavía hoy en los momentos que una persona se siente descompuesta o mal de salud como parte de una alternativa de alimentación liviana y saludable. Esto demuestra que, la presencia del etiquetado frontal nos entrega una inmensa cantidad de información que desconocíamos y que era de vital importancia conocer”, agrega.
En su opinión, Boskis considera que la ley de Etiquetado Frontal sirvió para que “la gente esté más atenta a lo que consume”, aunque aclara que todavía no conoce datos específicos que demuestren que haya cambiado el consumo de sal de los argentinos desde su implementación.
A su vez, menciona que un relevamiento reciente, ciertos grupos de consumidores, como las mujeres de más de 30 años, han referido que están predispuestas a abandonar marcas habituales de consumo a causa de los sellos. “Eso es un muy buen comienzo”, analiza.
Consejos para prevenir la hipertensión arterial
“A pesar de los avances en el tratamiento de la presión arterial elevada, aún no sabemos con precisión por qué en más del 90 % de los casos, una persona normotensa, desarrolla hipertensión arterial. Sí sabemos que existen factores de riesgo que ayudan a desencadenarla en aquellos genéticamente predispuestos. Es por eso por lo que sin duda podemos retardar su aparición o tratarla más eficazmente si seguimos estos consejos”, indica Boskis.
Y enumera las siguientes recomendaciones:
- Realizar actividad física en forma regular, que no sea menor a 150 minutos por semana.
- Disminuir de peso en caso que estemos excedidos.
- Alimentarse correctamente con una dieta rica en frutas, vegetales, cereales integrales y carne roja magra, pollo sin la piel(preferentemente) y gran cantidad de pescado (si es de mar, mejor) Agregar legumbres, semillas, nueces y aceites vegetales como el de oliva y recordar limitar las grasas saturadas y los productos procesados o ultra procesados.
- Consumir una dieta baja en sal que no sea mayor a 5 gramos por día (lo que equivale a 2 gm de sodio
- Limitar la ingesta de alcohol. En el hombre no más de 2 tragos por día y la mujer uno
- Limitar el consumo de café
- No fumar ningún producto con tabaco
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que casi la mitad de los adultos con hipertensión no saben que la tienen.
Con la implementación de la ley de Etiquetado Frontal y el sello que indica “Exceso de Sodio”, se logró advertir a los consumidores de todos aquellos productos que tienen “sal invisible” entre sus compuestos, pero no alcanza. La Ley nacional 27.642 de Promoción de Alimentación Saludable –conocida como de Etiquetado Frontal– se sancionó el 26 de octubre de 2021 y el 23 de marzo de 2022 se publicó el decreto reglamentario 151/2022.
Desde su implementación, los sellos de advertencia comenzaron a alertar a la población acerca de todos aquellos nutrientes críticos contenidos en cada producto. En muchos casos, el exceso de sodio sorprendió en productos que antes eran considerados como “saludables”, como puede ser el caso de los snacks de frutos secos que tienen exceso de sodio. Otro caso que llamó la atención de muchos consumidores fue la harina leudante con sello de exceso de sodio.
En este sentido, los expertos consultados coinciden en que una de las formas eficaces de alertar a los consumidores sobre la presencia de “sal invisible” es con los sellos propuestos por la ley. Sin embargo, advierten que no hay que confiarse en los productos no industrializados (que no tienen la obligatoriedad de contener sellos de advertencia), ni en los alimentos que se entregan fraccionados como ocurre en el caso de fiambrerías, rotiserías o panaderías, entre muchos otros ejemplos.
“Todos los alimentos tienen sodio, aunque son los productos ultra procesados los que juegan un rol principal en relación al aporte de sodio”, introduce a LA NACION Natalia Presner, nutricionista de la división Nutrición del Hospital de Clínicas de la UBA.
“Es importante destacar que la sal se compone por sodio y cloro, y que es el sodio el que tiene efecto sobre la hipertensión arterial, un mineral que está contenido en todos los alimentos, incluso en frutas y verduras, aunque en estos casos el nivel de sodio es mucho más bajo que en un producto ultra procesado”.
“Todos los alimentos ultra procesados tienen elevado contenido de sodio porque este aditivo se utiliza además para conservar a los alimentos”, remarca.
¿Cómo mejorar la dieta para que sea baja en sodio? Con una alimentación “lo más natural posible, es decir, con una dieta que esté basada en alimentos frescos y con la menor cantidad de procesos industriales en su elaboración”, indica Presner.
“Hay que tener en cuenta un dato: es mejor comer verduras crudas que cocidas para que en ese proceso no pierdan el potasio, uno de los minerales que ayuda a contrarrestar los efectos negativos del sodio”, agrega.
En tanto, recomienda probar con la dieta baja en sodio conocida como DASH (por sus siglas, Dietary Approaches to Stop Hypertension) ya que tiene “alimentos con buena cantidad de potasio, magnesio y calcio, tres minerales que, de alguna manera, sirven para compensar el efecto negativo del sodio”, explica.
Estos tres minerales “guardianes” se encuentran principalmente en frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutas secas, semillas.
Presión arterial y consumo de “sal invisible”
“Sin duda en la Argentina consumimos sal en exceso, más del doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo a un reciente relevamiento del Ministerio de Salud de la Nación, existen aproximadamente 16 millones de Hipertensos en nuestro país”, detalla a LA NACION Mario Boskis, médico cardiólogo, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC) y Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis.
“Esto sin duda inquieta ya que la hipertensión arterial es la primera causa de mortalidad prevenible y prematura a nivel global. En este sentido, una investigación realizada hace unos años en nuestro país confirma que el 38% de los fallecimientos anuales por causas cardiovasculares suceden en menores de 75 años, siendo la hipertensión la causa más importante”.
De acuerdo a las elevadas cifras, Boskis considera que “es prioridad la implementación de políticas públicas que ayuden a concientizar a la población acerca de “cómo prevenir y tratar este verdadero flagelo”.
En el registro RENATA 2 que se realizó hace pocos años en la Argentina, se encuentran datos similares a lo que ocurre en el resto del mundo: “Queda demostrado que un porcentaje significativo de pacientes no saben que tienen alta la presión y, a su vez, que solo el 25 por ciento de estos pacientes tiene realmente controlados sus valores”, especifica.
La sal “invisible” está presente en más del 80 por ciento de productos de consumo diario: “Hay que recordar que casi todos los alimentos llevan algún contenido de Sodio y que más del 80% del consumo de sal en nuestro país está ‘oculta’ en los alimentos procesados, entre los que se encuentran los embutidos, enlatados, productos de copetín, aceitunas, pizza, postres, salsa de soja y mostazas, entre otros, y son responsables de proporcionar a la dieta una elevada cantidad de sodio, el cual tiene un efecto directo sobre las arterias, generando su contracción y actuando con un mecanismo exactamente opuesto al de los medicamentos, que favorecen la vasodilatación”.
“Es crucial que se entienda que la hipertensión es una enfermedad crónica y que debe tratarse de por vida. Para ello, debemos trabajar junto a nuestros pacientes para que nos ayuden a controlarla, enseñándoles a cómo tomar una correcta determinación de la presión arterial en el domicilio y también enfatizar en la importancia de tomar los medicamentos de acuerdo a lo prescripto, sin saltearse dosis y con la consigna de consultar siempre en caso de duda”, agrega Boskis.
Los cambios con la ley de Etiquetado Frontal
“A partir de la implementación de la ley de Etiquetado Frontal hemos visto principalmente dos tipos de situaciones favorables –dice Andrea Graciano, nutricionista y coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA–. Por un lado, ahora hay información clara, veraz y precisa disponible y accesible para los consumidores que protege el derecho a la información a favor de una alimentación sana. Por otro lado, la implementación de la ley ha impulsado, al igual que en otros países que ya cuentan con este marco regulatorio, la reformulación de ciertos alimentos y la aparición de nuevos productos libres de sellos”.
En este sentido, la experta destaca algunas reformulaciones hechas en alimentos en el último tiempo por parte de las industrias alimentarias que, en busca de alternativas para poder ofrecer en el mercado productos que no contengan exceso en sodio, están evitando el agregado de este nutriente crítico.
Entre los ejemplos más comunes, Graciano identifica el caso de los snacks de frutos secos: “Antes era habitual que tuvieran agregados de sodio porque sirven para conservarlos, entre otras funciones, pero ahora, para evitar el sello de advertencia se toma la decisión de que a esos productos no se les añada sal. Entonces, a pesar de que la intención principal de la ley es la protección de derechos para consumidores, entre las consecuencias secundarias positivas ha logrado impulsar a que la industria produzca opciones más nutritivas y con menor cantidad de excesos en nutrientes críticos, en este caso exceso de sodio”.
Cuando consultamos sobre los productos que sorprendieron al consumidor con el sello de exceso de sodio, destaca a las galletitas de agua y a la harina leudante. “Encontrarnos con sellos de advertencia en la harina leudante llamó mucho la atención. Tanto es así que ahora hay algunas empresas que trabajan como proveedores de insumos para la industria alimentaria que ya ofrecen la opción de harinas leudantes bajas en sodio para evitar el sello de exceso con ese nutriente crítico”.
“Las galletitas de agua también contienen exceso de sodio y es alarmante porque, en general, siempre fueron percibidas entre las opciones saludables –incluso para las infancias–. Hasta se suelen ofrecer todavía hoy en los momentos que una persona se siente descompuesta o mal de salud como parte de una alternativa de alimentación liviana y saludable. Esto demuestra que, la presencia del etiquetado frontal nos entrega una inmensa cantidad de información que desconocíamos y que era de vital importancia conocer”, agrega.
En su opinión, Boskis considera que la ley de Etiquetado Frontal sirvió para que “la gente esté más atenta a lo que consume”, aunque aclara que todavía no conoce datos específicos que demuestren que haya cambiado el consumo de sal de los argentinos desde su implementación.
A su vez, menciona que un relevamiento reciente, ciertos grupos de consumidores, como las mujeres de más de 30 años, han referido que están predispuestas a abandonar marcas habituales de consumo a causa de los sellos. “Eso es un muy buen comienzo”, analiza.
Consejos para prevenir la hipertensión arterial
“A pesar de los avances en el tratamiento de la presión arterial elevada, aún no sabemos con precisión por qué en más del 90 % de los casos, una persona normotensa, desarrolla hipertensión arterial. Sí sabemos que existen factores de riesgo que ayudan a desencadenarla en aquellos genéticamente predispuestos. Es por eso por lo que sin duda podemos retardar su aparición o tratarla más eficazmente si seguimos estos consejos”, indica Boskis.
Y enumera las siguientes recomendaciones:
- Realizar actividad física en forma regular, que no sea menor a 150 minutos por semana.
- Disminuir de peso en caso que estemos excedidos.
- Alimentarse correctamente con una dieta rica en frutas, vegetales, cereales integrales y carne roja magra, pollo sin la piel(preferentemente) y gran cantidad de pescado (si es de mar, mejor) Agregar legumbres, semillas, nueces y aceites vegetales como el de oliva y recordar limitar las grasas saturadas y los productos procesados o ultra procesados.
- Consumir una dieta baja en sal que no sea mayor a 5 gramos por día (lo que equivale a 2 gm de sodio
- Limitar la ingesta de alcohol. En el hombre no más de 2 tragos por día y la mujer uno
- Limitar el consumo de café
- No fumar ningún producto con tabaco
Con información de
La Nación