Barrionuevo quiere vengarse de Massa y encontró en Milei el camino para el castigo
Por:
Roberto García
Jueves 12 de
Octubre 2023
Al sindicalista lo guía la venganza, más que otros intereses. Señalan que le gastronómico le prometió a Wado de Pedro: "Te voy a entregar el cadáver político de quien te cagó como candidato a Presidente".
Sea por sociales o política, el periodista debió recorrer en la semana la colmada embajada de España para celebrar lo que alguna vez fue el día de la raza y asistir a la Rural para apreciar un tráiler de un documento fílmico sobre Raúl Alfonsín en celebración por la democracia.
Se cruzó con políticos y empresarios en abundancia, los temas fueron semejantes: inquietud sobre el ganador en la primera vuelta del 22 de octubre; comentarios en torno a la terrible masacre en Medio Oriente; la influencia del gremialista Luis Barrionuevo sobre Javier Milei; la corrida del dólar y su efecto sobre la candidatura de Sergio Massa.
Primera visita: al mediodía, estaba divertida la embajadora española, poco acostumbrada a dar dos besos como en su tierra, mientras en uno de los salones un atrevido recordaba una joya diplomática. No delante de la anfitriona, claro. Según el cuento, un embajador anterior había concurrido a la Casa Rosada para entrevistarse con la Presidente. Lo demoraron en exceso, obligado a juntar orines, aunque la dama lo mereciera. Dos veces le advirtió una secretaria que aguardara, tolerante, hasta que la tercera vez escuchó una orden por una puerta entreabierta: “Decile de nuevo al gallego de mierda que me espere un poco más”. La secretaria, entonces, salió al encuentro del embajador, repitió la instrucción de su mandante con otras palabras, sutiles y educadas, requiriéndole un poco más de paciencia. Entonces, el diplomático replicó airado: “No, mire, avise que el gallego se va y lo que se queda es la mierda”.
Entretenía la anécdota más que las observaciones sobre el final electoral del 22, con mayoría opinando que Javier Milei ingresaba seguro al ballotage o, quizás, ganaba sin necesidad de segunda vuelta. Para muchos extranjeros persiste el enigma Milei, quien esta semana viaja por primera vez a Salta donde obtuvo 50% de los votos y, de paso, subir hasta la población andina de San Antonio de los Cobres —para él desconocida— y agradecer que lo beneficiaran con el 63% de apoyo en el último comicio. Milagros del interior.
También se comentó críticamente la ligereza con la cual Milei había expresado la conveniencia de refugiarse en el dólar, de abandonar los plazos fijos en pesos, casi de antipatrias de inmaduro hombre de Estado. Hubo quien contestó: “Puedo compartir opinión, pero esa protección del dólar la vienen realizando fondos y bancos hace tiempo, en ocasiones con información privilegiada. Me repugna ahora que se indignen porque Milei hace masiva esa recomendación que ellos practican hace tiempo. País hipócrita”. Mejor se evitan nombres.
En el recuerdo a Alfonsín hubo un doloroso repudio al brutal ataque de Hamas a Israel —expresado por Adrián Werthein, empresario de Direct TV, a su vez auspiciante del film— y elaboraciones diversas sobre el hecho: de la inimaginable ineptitud del Ejército israelí para permitir el ingreso de los terroristas a maléficos complots del propio Netanyahu para empoderarse cuando estaba en aprietos para gobernar. O, colgándole culpabilidad a palestinos radicalizados que por medio del ejercicio de una violencia atroz desean complicar eventuales tratados entre Israel y Arabia Saudita.
Dos incógnitas, sin embargo: los extremismos musulmanes son inspirados por lideres religiosos, al revés de sus enemigos, que son políticos aunque fervorosos devotos de una religión. Imposible esa convivencia. La otra duda: a pesar de antecedentes pasados, de sangrientos atentados, el terrorismo de Hamas solo actuó para quedarse con el macabro titular de los medios, con la siniestra propaganda invasora —lo mismo que finalmente ocurrió con el operativo contra las Torres Gemelas— o dispone de una segunda intención con organizaciones o estados afines para un objetivo superior. Por ahora, la escalada vendrá con la represalia judía.
Varios maldecían, ya en el terreno local, sobre la cercanía de Milei con el gastronómico Luis Barrionuevo, con una catilinaria conjunta de Patricia Bullrich y Sergio Massa: el economista pactó con la “casta”, se asocia con la “burocracia gremial”, reconfigura el pacto militar-sindical que alguna vez denuncio Alfonsín.
Interesó que un radical porteño observara: “Miren, Barrionuevo hoy está solo, pelea contra la CGT que está con Massa, contra el gobierno de los Fernández y contra Cambiemos. Lo guía la venganza, más que otros intereses. Como estaba vinculado a la novia de Milei, Fátima Florez (las encuestas aún no se han pronunciado si esa relación favorece o no al candidato), logró acercarse a la pareja y, además de contribuir para la organización partidaria, consumar su propósito mayor”. Intrigados, los testigos acosaron al interlocutor con diversas preguntas.
Respuestas: Barrionuevo quiere vengarse de Massa y se advierte por una guerra de operaciones múltiples, de acusaciones falsas y ciertas entre los dos. Del caso Insaurralde a una investigación del gremio en la provincia de Buenos Aires. Basta ver los medios de comunicación para enterarse. Al sindicalista —explicaba— lo domina un encono personal desde que el ministro de Economía bloqueó la candidatura de Wado de Pedro y se enfundó como aspirante de Cristina de Kirchner. Para Barrionuevo fue un daño personal, ya que promovía al elegido de la doctora y, al mismo tiempo, hasta entonces había querido a Massa como una suerte de hijo putativo.
Desde entonces, según expresaba el testigo del bien servido ágape de la Rural, buscó el desquite. Con Milei encontró la forma para el castigo. “Yo le prometí a Wado —sostuvo el infidente, hablando como Barrionuevo— que le entregaría el ‘fiambre’ el domingo 22 a la noche, el cadáver político de quien te cagó como candidato a Presidente. Y te voy a cumplir”. Más que a Milei, parece.
Se cruzó con políticos y empresarios en abundancia, los temas fueron semejantes: inquietud sobre el ganador en la primera vuelta del 22 de octubre; comentarios en torno a la terrible masacre en Medio Oriente; la influencia del gremialista Luis Barrionuevo sobre Javier Milei; la corrida del dólar y su efecto sobre la candidatura de Sergio Massa.
Primera visita: al mediodía, estaba divertida la embajadora española, poco acostumbrada a dar dos besos como en su tierra, mientras en uno de los salones un atrevido recordaba una joya diplomática. No delante de la anfitriona, claro. Según el cuento, un embajador anterior había concurrido a la Casa Rosada para entrevistarse con la Presidente. Lo demoraron en exceso, obligado a juntar orines, aunque la dama lo mereciera. Dos veces le advirtió una secretaria que aguardara, tolerante, hasta que la tercera vez escuchó una orden por una puerta entreabierta: “Decile de nuevo al gallego de mierda que me espere un poco más”. La secretaria, entonces, salió al encuentro del embajador, repitió la instrucción de su mandante con otras palabras, sutiles y educadas, requiriéndole un poco más de paciencia. Entonces, el diplomático replicó airado: “No, mire, avise que el gallego se va y lo que se queda es la mierda”.
Entretenía la anécdota más que las observaciones sobre el final electoral del 22, con mayoría opinando que Javier Milei ingresaba seguro al ballotage o, quizás, ganaba sin necesidad de segunda vuelta. Para muchos extranjeros persiste el enigma Milei, quien esta semana viaja por primera vez a Salta donde obtuvo 50% de los votos y, de paso, subir hasta la población andina de San Antonio de los Cobres —para él desconocida— y agradecer que lo beneficiaran con el 63% de apoyo en el último comicio. Milagros del interior.
También se comentó críticamente la ligereza con la cual Milei había expresado la conveniencia de refugiarse en el dólar, de abandonar los plazos fijos en pesos, casi de antipatrias de inmaduro hombre de Estado. Hubo quien contestó: “Puedo compartir opinión, pero esa protección del dólar la vienen realizando fondos y bancos hace tiempo, en ocasiones con información privilegiada. Me repugna ahora que se indignen porque Milei hace masiva esa recomendación que ellos practican hace tiempo. País hipócrita”. Mejor se evitan nombres.
En el recuerdo a Alfonsín hubo un doloroso repudio al brutal ataque de Hamas a Israel —expresado por Adrián Werthein, empresario de Direct TV, a su vez auspiciante del film— y elaboraciones diversas sobre el hecho: de la inimaginable ineptitud del Ejército israelí para permitir el ingreso de los terroristas a maléficos complots del propio Netanyahu para empoderarse cuando estaba en aprietos para gobernar. O, colgándole culpabilidad a palestinos radicalizados que por medio del ejercicio de una violencia atroz desean complicar eventuales tratados entre Israel y Arabia Saudita.
Dos incógnitas, sin embargo: los extremismos musulmanes son inspirados por lideres religiosos, al revés de sus enemigos, que son políticos aunque fervorosos devotos de una religión. Imposible esa convivencia. La otra duda: a pesar de antecedentes pasados, de sangrientos atentados, el terrorismo de Hamas solo actuó para quedarse con el macabro titular de los medios, con la siniestra propaganda invasora —lo mismo que finalmente ocurrió con el operativo contra las Torres Gemelas— o dispone de una segunda intención con organizaciones o estados afines para un objetivo superior. Por ahora, la escalada vendrá con la represalia judía.
Varios maldecían, ya en el terreno local, sobre la cercanía de Milei con el gastronómico Luis Barrionuevo, con una catilinaria conjunta de Patricia Bullrich y Sergio Massa: el economista pactó con la “casta”, se asocia con la “burocracia gremial”, reconfigura el pacto militar-sindical que alguna vez denuncio Alfonsín.
Interesó que un radical porteño observara: “Miren, Barrionuevo hoy está solo, pelea contra la CGT que está con Massa, contra el gobierno de los Fernández y contra Cambiemos. Lo guía la venganza, más que otros intereses. Como estaba vinculado a la novia de Milei, Fátima Florez (las encuestas aún no se han pronunciado si esa relación favorece o no al candidato), logró acercarse a la pareja y, además de contribuir para la organización partidaria, consumar su propósito mayor”. Intrigados, los testigos acosaron al interlocutor con diversas preguntas.
Respuestas: Barrionuevo quiere vengarse de Massa y se advierte por una guerra de operaciones múltiples, de acusaciones falsas y ciertas entre los dos. Del caso Insaurralde a una investigación del gremio en la provincia de Buenos Aires. Basta ver los medios de comunicación para enterarse. Al sindicalista —explicaba— lo domina un encono personal desde que el ministro de Economía bloqueó la candidatura de Wado de Pedro y se enfundó como aspirante de Cristina de Kirchner. Para Barrionuevo fue un daño personal, ya que promovía al elegido de la doctora y, al mismo tiempo, hasta entonces había querido a Massa como una suerte de hijo putativo.
Desde entonces, según expresaba el testigo del bien servido ágape de la Rural, buscó el desquite. Con Milei encontró la forma para el castigo. “Yo le prometí a Wado —sostuvo el infidente, hablando como Barrionuevo— que le entregaría el ‘fiambre’ el domingo 22 a la noche, el cadáver político de quien te cagó como candidato a Presidente. Y te voy a cumplir”. Más que a Milei, parece.
Con información de
Perfil