Superagers y el secreto de la longevidad, claves para un envejecimiento saludable
Miércoles 04 de
Octubre 2023
Para 2050, la OMS proyecta que 426 millones de individuos superarán los 80 años. En un mundo donde traspasar esta brecha será una situación cada vez más cotidiana, cómo envejecer disfrutando de vitalidad y bienestar, según los expertos
Según la Organización Mundial de la Salud, “en 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más”, cifra que se traducirá en 1400 millones de individuos a lo largo y ancho del planeta. Incluso, para 2050 este grupo etario se habrá duplicado 2100 millones. Mientras que si se trata de mayores de 80 años, el máximo ente sanitario internacional asegura que, para esta última fecha, será de 426 millones. Ante este panorama, cuáles son los indicios que señalan que una persona envejece de forma sana.
“Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte”, afirma la OMS. Aunque aclara que “estos cambios no son lineales ni uniformes”.
Lo cierto es que la ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades, pero todas ellas dependen, en gran medida, de un factor: la salud. “Aunque algunas de las variaciones en la salud de las personas mayores se deben a la genética, los factores que más influyen tienen que ver con el entorno físico y social”, resaltan desde la OMS.
Al tiempo que destacan que “mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, mejora la capacidad física y mental y retrasa la dependencia de los cuidados”.
Muchos son los factores que influyen en el envejecimiento saludable de los denominados “superagers” o centenarios, resaltan los expertos. En ese sentido, la doctora María Clara Perret, médica investigadora especialista en Medicina Geriátrica del Hospital Alemán había señalado a Infobae que “con frecuencia, esta etapa se asocia con enfermedad y discapacidad. Sin embargo, se ha comprobado que pueden posponerse y reducirse si uno adopta un estilo de vida saludable y se compromete activamente con la vida”.
Incluso, en palabras del doctora Parul Goyal, geriatra de Vanderbilt Health en Nashville, “envejecer bien consta de tres componentes diferentes”, que son salud física, conexión emocional y apoyo mental; según indicó en diálogo con Huffington Post. Siendo que éstos se combinan en pos de brindar una vida gratificante, animada y saludable.
“De este modo surge un nuevo concepto de envejecimiento, donde se considera que el individuo es capaz de determinar, al menos en parte, su manera de envejecer”, resaltó Perret. Mientras que el doctor Rolando Salinas (MN 72241), jefe de Salud Mental del Hospital Alemán, profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Católica Argentina, le explicó a Infobae que el envejecimiento saludable implica no solo el aspecto físico y mental, sino también el social y la aceptación de las consecuencias naturales de la edad: “Mantenerse activo, con la ayuda del equilibrio en la dieta y la práctica de ejercicios, saber afrontar los cambios, como la jubilación o el grado necesario de dependencia de otras personas, y el cuidado de la salud que puede requerir más tiempo que el que era usual, son elementos significativos en esta etapa”.
En tanto, el médico clínico y gerontólogo Luis Cámera (MN 51995) explicó a Infobae que “el envejecimiento saludable es algo que todo el mundo quiere lograr, pero acá habría que diferenciar en dos puntos: el práctico y el epidemiológico. Porque es bastante difícil llegar con salud a la octava o novena década de vida. Se calcula que, aproximadamente, a los 45 o 50 años ya tenemos nuestra primera enfermedad, por lo tanto estar sano a los 70 y largos y 80 es bastante difícil. Seguro que ya tenemos enfermedades, pero lo importante es que estén bien tratadas y no me generen alteraciones en la capacidad funcional”.
Envejecimiento saludable: cuáles son los indicios del camino “centenario”
1. Desafíos cognitivos: de la paciencia al aprendizaje
La función cognitiva disminuye con la edad, al igual que la cantidad de proteínas en el cerebro. Es por este motivo que, a medida que una persona envejece, tiene una menor capacidad de “absorber nueva información”. Siendo que, en muchos casos, el denominado retiro o jubilación laboral genera un menor desafío cognitivo. En ese tono. la doctora Teresa Torralva, neuropsicóloga y presidente de Fundación INECO, había señalado a Infobae que “los juegos son un gran recurso para mantener en activa y desafiada a nuestra mente”.
Asimismo, a medida que el cerebro envejece, pierde un rasgo de vital importancia: la neuroplasticidad. Es decir, la capacidad para trabajar en diferentes tareas al mejorar las conexiones neuronales y crear otras nuevas para adaptarse a nuevas. Siendo que la clave es la memoria de trabajo, la cual es un tipo de esfuerzo mental necesario para recordar un número de teléfono completo el tiempo suficiente para poder escribirlo, o traducir una oración de un idioma extranjero, por ejemplo.
“Tener actividad intelectual y juegos, compartir con otras personas y mantener la mayor posibilidad de tener contacto social, y sobre todo ejercicios específicos que hay que hacer a determinada edad, ayudan a que el enlentecimiento se ralentice y además de que vamos a mejorar, en caso que tengamos una pequeña discapacidad o una dificultad, con ejercicios específicos”, agregó en diálogo con Infobae Salinas.
2. Honestidad
Para los expertos, un aspecto esencial en el envejecimiento saludable es la honestidad hacia sí mismo. Y sobre este punto se expresó Robyn Golden, vicepresidente asociado de trabajo social y salud comunitaria del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, en diálogo con Huffington Post: “Muy a menudo, las personas no envejecen bien porque no son sinceras acerca de cuáles son sus necesidades”.
Según el experto, es esencial “dejar que la gente sepa cuando estás pasando por un momento difícil. Entonces, si eres alguien que puede compartir tus pensamientos y necesidades con tu familia y amigos, es una buena señal”. Siendo que “existe la falsa creencia de que la ansiedad o la depresión después de cierta edad son más ‘normales’”, reflexionó Golden y destacó: “La depresión se puede tratar a cualquier edad. Y creo parte de cómo envejecer bien estar abierto a poder decir: ‘Esto es lo que soy, esto es lo que necesito’”.
“Resolver adecuadamente las exigencias adaptativas de la edad resulta fundamental para el bienestar psicológico y permite prolongar el funcionamiento social en forma vital. La verdadera autonomía está en la capacidad de aceptar las etapas de la vida de un modo fluido y natural”, aseguró el doctor Salinas. Al tiempo que resaltó que “es conveniente prepararse para el paso de los años, saber delegar por ejemplo, es una clave que requiere comprender los cambios de paradigmas que traen los tiempos y aceptar que las nuevas generaciones aporten otros puntos de vista y formas de proceder. Las personas experimentadas por la edad que logran una mejor comunicación social son las que entienden mejor cómo integrar su experiencia a la actualidad sin confrontar”.
3. Red social
En numerosos estudios se destacó la importancia de contar con una red de contención social para alcanzar una longevidad saludable. “Desde ya la época de escritos de los romanos se sabe que la actividad social, el intercambio, el estar con otras personas nos ayuda psicológicamente y nos ayuda intelectualmente. Desde ese punto de vista son situaciones preventivas para un envejecimiento acelerado, esto me lo trata de ralentizar, de estirar, de comprimir porque debemos estar consciente que en algún momento vamos a envejecer, vamos a llegar una situación complicada y vamos a fallecer. Lo importante que eso sea lo más tardío posible y que se llegue a la situación relacionada cercana a la muerte con todavía un buen estado funcional, con las personas que estén activas con las personas que no estén dependientes”, agregó Cámera.
Al tiempo que a psicóloga Sol Buscio (MN 71610) destacó: “Somos seres sociales y necesitamos de un otro sí o sí para poder vivir y sobrevivir”. Por lo tanto, “es súper importante para una vida saludable pensar de qué personas nos rodeamos, qué características tienen, por qué me rodeo con ellos y qué vínculos son los que quiero construir. Esto es esencial porque podemos estar rodeados de muchas personas pero sentirnos solos”. “Quienes nos rodean nos vienen a aportar compañía y fortaleza: nos ayudan incluso al concepto que tenemos de nosotros mismos desde el punto de vista del autoestima. Contar con el apoyo de nuestro círculo y de nuestras personas es un refugio importante para atravesar un envejecimiento saludable y para que disminuya el deterioro cognitivo”, agregó.
“Pensamos que el cerebro es un músculo, así que si te sientas en una habitación con cuatro paredes todo el día y no hablas con nadie, casi estás viviendo en una residencia de ancianos... tu cerebro se va a volver loco porque está no recibir ningún estímulo”, explicó el doctor Lee Lindquist, jefe de geriatría de Northwestern Medicine en Chicago a Huffington Post. Al tiempo que Goyal destacó que “es importante reforzar sus conexiones sociales, ya sea con amigos, familiares, su grupo religioso o su comunidad”.
4. Alimentación y actividad física
“Desde la época de los romanos se sabe que había que comer con moderaciones. Es antiquísimo el término que surge del ‘mente sana en cuerpo sano’. Por lo tanto las dietas saludables, que hay muchísimas como la mediterránea y la DASH, son sumamente útiles en la idea de longevidad”, explicó a Infobae Cámera.
Al tiempo que resaltó que “un buen manejo de ejercicios específicos para este grupo etario, como por ejemplo caminar, y poder tener hábitos de vida saludables con respecto a la dieta, favorece en un 70% el enlentecimiento del envejecimiento. Y, en algunos casos, personas con una discretisima dificultad pueden mejorar. Son mucho más útiles estos ejercicios y las dietas que los fármacos que los médicos podemos llegar a dar”.
En ese tono, Goyal destacó la importancia de llevar “una dieta saludable rica en frutas y verduras” y con alimentaciones como las expresadas por Cámera, siendo que la dieta DASH es “baja en sodio, que se recomienda para personas que tienen presión arterial alta”. Mientras que Lindquist añadió: “Quiero que la gente siga moviéndose, haciendo ejercicio. Si no se ha movido durante mucho tiempo o ha estado sentado durante mucho tiempo, a veces es útil pedir a sus médicos una orden de fisioterapia para ayudarle con su marcha y equilibrio”.
“La dieta de la longevidad incluye 2 a 4 ciclos al año de ayuno de 5 días, imitando una dieta similar a lo probado en pacientes con Alzheimer en este estudio. Comer durante 12 horas al día y ayunar durante otras 12 horas. Es importante llevar una dieta vegetariana, con pescado, rica en legumbres, cereales enteros, verduras, nueces y semillas. El pescado debe ser bajo en mercurio y comerse entre dos y tres veces por semana”, había señalado a Infobae el profesor Valter Longo, de la Universidad de California del Sur, conocido mundialmente como el “sabio de la longevidad”. “Comer pocas pero suficientes proteínas hasta los 65 a 70 años. Esto es, 0,8 por kilo de peso corporal por día. Y aumentar la ingesta de proteínas en un 20 por ciento después de los 70 años”.
5. Disfrute
“Desde mi experiencia personal, puedo recordar que conocí a dos mujeres, una de 105 y la otra de 108 años, quienes compartían una serie de características comunes. Eran muy lúcidas, con mucha información, con recuerdos que contaban al detalle, se mantenían activas físicamente, tenían una visión positiva de la vida, les gustaba aprender algo nuevo todos los días, les gustaba mucho la actividad social, y particularmente a la de 105 años le encantaba hacer reuniones en su casa y me contaba que cocinaba y hasta baldeaba el patio”, había indicado a Infobae el neurólogo y director médico de Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), Alejandro Andersson.
En ese sentido se expresó Lindquist: “Me encantan las personas que realizan actividades y disfrutan de la vida, y lo hacen de una manera que les brinda disfrute”. “Si haces cosas que disfrutas, probablemente no te aburrirás, y el aburrimiento puede ser una señal de alerta a medida que envejeces”, dijo Golden y agregó: “Sentir que el día es muy, muy largo no es una buena señal”.
El investigador y periodista estadounidense Dan Buettner y autor del best seller “El secreto de las zonas azules”, señaló que las personas enfocan sus días en servir a su propósito en lugar de perseguir objetivos a corto plazo o intentar hacerlo todo. En Costa Rica lo llaman “plan de vida” mientras que en Okinawa se conoce como “ikigai”. Ambos términos significan vivir en función de tu propio sentido personal, y los habitantes de las zonas azules encuentran formas de integrar su propósito a lo largo de cada una de las actividades del día. “Las personas en las zonas azules realmente trabaja para vivir, y en muchas sociedades productivas realmente vivimos para trabajar, y tu estrés no va a mejorar mucho a menos que puedas cambiar esta dinámica”, remarcó el doctor Robert Agnello, profesor de Medicina familiar en la Universidad de Campbell.
6. Control médico
“Los factores para tener una vida con un margen de actividad buena, aunque se tenga alguna enfermedad, corresponden a tener un muy buen manejo de esas enfermedades a través de consultas médicas y de cambios de estilo de vida que hagan que sean más fáciles de poder manejar, probablemente y también con la menor cantidad de fármacos que se pueda llegar a tomar. Probablemente, ese el núcleo más importante en el tratamiento de estas personas para sostener su buena calidad de vida”, dijo Cámera.
Asimismo, Lindquist afirmó: “Muchas veces terminamos tomando demasiados medicamentos para lo que realmente necesitamos. Tu cuerpo siempre está cambiando, es posible que no necesite [ciertos] medicamentos”. “Por lo tanto, es imperativo que hable con su médico [o] un geriatra... específicamente para determinar qué medicamentos son innecesarios o pueden ser peligrosos a medida que envejece”, agregó en diálogo con Huffington Post.
7. Positivismo y proyección a futuro
“La otra cosa que siempre le digo a la gente es que planifiquen con anticipación porque, por mucho que todos queramos envejecer hasta los cientos de años, sanos y felices, hay muchas posibilidades de que suceda algo que requiera ser hospitalizado o que Podría necesitar más apoyo en su hogar”, dijo Lindquist. Al tiempo que aclaró que “no se trata de planificar el final de la vida, que es como un hospicio, o [planificar] que vas a morir en seis meses; se trata de planificar para los 20 años antes de que necesites ayuda”.
El doctor Joseph Maroon, en tanto, quien ocupa el cargo de subjefe en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico Universitario de Pittsburgh en Estados Unidos, y un experto en medicina deportiva, nutrición y competidor en triatlones Ironman, resaltó que “nuestras elecciones tienen la capacidad de fortalecer o dañar a ese proceso biológico y esto, en última instancia, incide en nuestra vida útil”. “El tener un proyecto de vida más allá del tiempo jubilatorio es muy importante. Tener un propósito es de capital importancia”, agregó Cámera.
“Como sociedad, en los últimos 200 años hemos mejorado drásticamente nuestra expectativa de vida a través de una fuente más estable de alimentos y el acceso a las vacunas, los medicamentos antiinfecciosos y otros tratamientos médicos de avanzada. Como resultado, muchas personas en el mundo vivirán hasta pasados los 70 años y principios de los 80 gozando de buena salud”, agregó el experto.
En ese sentido, un estudio de Harvard identificó que mantener relaciones saludables y positivas es esencial para una vida larga y feliz. El análisis es considerado la investigación más prolongada en la historia sobre la felicidad, ya que comenzó en 1983. “El hallazgo más consistente que hemos aprendido a lo largo de 85 años de estudio es que las relaciones positivas son tan poderosas que nos mantienen más felices, más saludables y -como si fuera poco- nos ayudan a vivir más tiempo”, señalaron los investigadores.
“Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte”, afirma la OMS. Aunque aclara que “estos cambios no son lineales ni uniformes”.
Lo cierto es que la ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades, pero todas ellas dependen, en gran medida, de un factor: la salud. “Aunque algunas de las variaciones en la salud de las personas mayores se deben a la genética, los factores que más influyen tienen que ver con el entorno físico y social”, resaltan desde la OMS.
Al tiempo que destacan que “mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, mejora la capacidad física y mental y retrasa la dependencia de los cuidados”.
Muchos son los factores que influyen en el envejecimiento saludable de los denominados “superagers” o centenarios, resaltan los expertos. En ese sentido, la doctora María Clara Perret, médica investigadora especialista en Medicina Geriátrica del Hospital Alemán había señalado a Infobae que “con frecuencia, esta etapa se asocia con enfermedad y discapacidad. Sin embargo, se ha comprobado que pueden posponerse y reducirse si uno adopta un estilo de vida saludable y se compromete activamente con la vida”.
Incluso, en palabras del doctora Parul Goyal, geriatra de Vanderbilt Health en Nashville, “envejecer bien consta de tres componentes diferentes”, que son salud física, conexión emocional y apoyo mental; según indicó en diálogo con Huffington Post. Siendo que éstos se combinan en pos de brindar una vida gratificante, animada y saludable.
“De este modo surge un nuevo concepto de envejecimiento, donde se considera que el individuo es capaz de determinar, al menos en parte, su manera de envejecer”, resaltó Perret. Mientras que el doctor Rolando Salinas (MN 72241), jefe de Salud Mental del Hospital Alemán, profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Católica Argentina, le explicó a Infobae que el envejecimiento saludable implica no solo el aspecto físico y mental, sino también el social y la aceptación de las consecuencias naturales de la edad: “Mantenerse activo, con la ayuda del equilibrio en la dieta y la práctica de ejercicios, saber afrontar los cambios, como la jubilación o el grado necesario de dependencia de otras personas, y el cuidado de la salud que puede requerir más tiempo que el que era usual, son elementos significativos en esta etapa”.
En tanto, el médico clínico y gerontólogo Luis Cámera (MN 51995) explicó a Infobae que “el envejecimiento saludable es algo que todo el mundo quiere lograr, pero acá habría que diferenciar en dos puntos: el práctico y el epidemiológico. Porque es bastante difícil llegar con salud a la octava o novena década de vida. Se calcula que, aproximadamente, a los 45 o 50 años ya tenemos nuestra primera enfermedad, por lo tanto estar sano a los 70 y largos y 80 es bastante difícil. Seguro que ya tenemos enfermedades, pero lo importante es que estén bien tratadas y no me generen alteraciones en la capacidad funcional”.
Envejecimiento saludable: cuáles son los indicios del camino “centenario”
1. Desafíos cognitivos: de la paciencia al aprendizaje
La función cognitiva disminuye con la edad, al igual que la cantidad de proteínas en el cerebro. Es por este motivo que, a medida que una persona envejece, tiene una menor capacidad de “absorber nueva información”. Siendo que, en muchos casos, el denominado retiro o jubilación laboral genera un menor desafío cognitivo. En ese tono. la doctora Teresa Torralva, neuropsicóloga y presidente de Fundación INECO, había señalado a Infobae que “los juegos son un gran recurso para mantener en activa y desafiada a nuestra mente”.
Asimismo, a medida que el cerebro envejece, pierde un rasgo de vital importancia: la neuroplasticidad. Es decir, la capacidad para trabajar en diferentes tareas al mejorar las conexiones neuronales y crear otras nuevas para adaptarse a nuevas. Siendo que la clave es la memoria de trabajo, la cual es un tipo de esfuerzo mental necesario para recordar un número de teléfono completo el tiempo suficiente para poder escribirlo, o traducir una oración de un idioma extranjero, por ejemplo.
“Tener actividad intelectual y juegos, compartir con otras personas y mantener la mayor posibilidad de tener contacto social, y sobre todo ejercicios específicos que hay que hacer a determinada edad, ayudan a que el enlentecimiento se ralentice y además de que vamos a mejorar, en caso que tengamos una pequeña discapacidad o una dificultad, con ejercicios específicos”, agregó en diálogo con Infobae Salinas.
2. Honestidad
Para los expertos, un aspecto esencial en el envejecimiento saludable es la honestidad hacia sí mismo. Y sobre este punto se expresó Robyn Golden, vicepresidente asociado de trabajo social y salud comunitaria del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, en diálogo con Huffington Post: “Muy a menudo, las personas no envejecen bien porque no son sinceras acerca de cuáles son sus necesidades”.
Según el experto, es esencial “dejar que la gente sepa cuando estás pasando por un momento difícil. Entonces, si eres alguien que puede compartir tus pensamientos y necesidades con tu familia y amigos, es una buena señal”. Siendo que “existe la falsa creencia de que la ansiedad o la depresión después de cierta edad son más ‘normales’”, reflexionó Golden y destacó: “La depresión se puede tratar a cualquier edad. Y creo parte de cómo envejecer bien estar abierto a poder decir: ‘Esto es lo que soy, esto es lo que necesito’”.
“Resolver adecuadamente las exigencias adaptativas de la edad resulta fundamental para el bienestar psicológico y permite prolongar el funcionamiento social en forma vital. La verdadera autonomía está en la capacidad de aceptar las etapas de la vida de un modo fluido y natural”, aseguró el doctor Salinas. Al tiempo que resaltó que “es conveniente prepararse para el paso de los años, saber delegar por ejemplo, es una clave que requiere comprender los cambios de paradigmas que traen los tiempos y aceptar que las nuevas generaciones aporten otros puntos de vista y formas de proceder. Las personas experimentadas por la edad que logran una mejor comunicación social son las que entienden mejor cómo integrar su experiencia a la actualidad sin confrontar”.
3. Red social
En numerosos estudios se destacó la importancia de contar con una red de contención social para alcanzar una longevidad saludable. “Desde ya la época de escritos de los romanos se sabe que la actividad social, el intercambio, el estar con otras personas nos ayuda psicológicamente y nos ayuda intelectualmente. Desde ese punto de vista son situaciones preventivas para un envejecimiento acelerado, esto me lo trata de ralentizar, de estirar, de comprimir porque debemos estar consciente que en algún momento vamos a envejecer, vamos a llegar una situación complicada y vamos a fallecer. Lo importante que eso sea lo más tardío posible y que se llegue a la situación relacionada cercana a la muerte con todavía un buen estado funcional, con las personas que estén activas con las personas que no estén dependientes”, agregó Cámera.
Al tiempo que a psicóloga Sol Buscio (MN 71610) destacó: “Somos seres sociales y necesitamos de un otro sí o sí para poder vivir y sobrevivir”. Por lo tanto, “es súper importante para una vida saludable pensar de qué personas nos rodeamos, qué características tienen, por qué me rodeo con ellos y qué vínculos son los que quiero construir. Esto es esencial porque podemos estar rodeados de muchas personas pero sentirnos solos”. “Quienes nos rodean nos vienen a aportar compañía y fortaleza: nos ayudan incluso al concepto que tenemos de nosotros mismos desde el punto de vista del autoestima. Contar con el apoyo de nuestro círculo y de nuestras personas es un refugio importante para atravesar un envejecimiento saludable y para que disminuya el deterioro cognitivo”, agregó.
“Pensamos que el cerebro es un músculo, así que si te sientas en una habitación con cuatro paredes todo el día y no hablas con nadie, casi estás viviendo en una residencia de ancianos... tu cerebro se va a volver loco porque está no recibir ningún estímulo”, explicó el doctor Lee Lindquist, jefe de geriatría de Northwestern Medicine en Chicago a Huffington Post. Al tiempo que Goyal destacó que “es importante reforzar sus conexiones sociales, ya sea con amigos, familiares, su grupo religioso o su comunidad”.
4. Alimentación y actividad física
“Desde la época de los romanos se sabe que había que comer con moderaciones. Es antiquísimo el término que surge del ‘mente sana en cuerpo sano’. Por lo tanto las dietas saludables, que hay muchísimas como la mediterránea y la DASH, son sumamente útiles en la idea de longevidad”, explicó a Infobae Cámera.
Al tiempo que resaltó que “un buen manejo de ejercicios específicos para este grupo etario, como por ejemplo caminar, y poder tener hábitos de vida saludables con respecto a la dieta, favorece en un 70% el enlentecimiento del envejecimiento. Y, en algunos casos, personas con una discretisima dificultad pueden mejorar. Son mucho más útiles estos ejercicios y las dietas que los fármacos que los médicos podemos llegar a dar”.
En ese tono, Goyal destacó la importancia de llevar “una dieta saludable rica en frutas y verduras” y con alimentaciones como las expresadas por Cámera, siendo que la dieta DASH es “baja en sodio, que se recomienda para personas que tienen presión arterial alta”. Mientras que Lindquist añadió: “Quiero que la gente siga moviéndose, haciendo ejercicio. Si no se ha movido durante mucho tiempo o ha estado sentado durante mucho tiempo, a veces es útil pedir a sus médicos una orden de fisioterapia para ayudarle con su marcha y equilibrio”.
“La dieta de la longevidad incluye 2 a 4 ciclos al año de ayuno de 5 días, imitando una dieta similar a lo probado en pacientes con Alzheimer en este estudio. Comer durante 12 horas al día y ayunar durante otras 12 horas. Es importante llevar una dieta vegetariana, con pescado, rica en legumbres, cereales enteros, verduras, nueces y semillas. El pescado debe ser bajo en mercurio y comerse entre dos y tres veces por semana”, había señalado a Infobae el profesor Valter Longo, de la Universidad de California del Sur, conocido mundialmente como el “sabio de la longevidad”. “Comer pocas pero suficientes proteínas hasta los 65 a 70 años. Esto es, 0,8 por kilo de peso corporal por día. Y aumentar la ingesta de proteínas en un 20 por ciento después de los 70 años”.
5. Disfrute
“Desde mi experiencia personal, puedo recordar que conocí a dos mujeres, una de 105 y la otra de 108 años, quienes compartían una serie de características comunes. Eran muy lúcidas, con mucha información, con recuerdos que contaban al detalle, se mantenían activas físicamente, tenían una visión positiva de la vida, les gustaba aprender algo nuevo todos los días, les gustaba mucho la actividad social, y particularmente a la de 105 años le encantaba hacer reuniones en su casa y me contaba que cocinaba y hasta baldeaba el patio”, había indicado a Infobae el neurólogo y director médico de Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), Alejandro Andersson.
En ese sentido se expresó Lindquist: “Me encantan las personas que realizan actividades y disfrutan de la vida, y lo hacen de una manera que les brinda disfrute”. “Si haces cosas que disfrutas, probablemente no te aburrirás, y el aburrimiento puede ser una señal de alerta a medida que envejeces”, dijo Golden y agregó: “Sentir que el día es muy, muy largo no es una buena señal”.
El investigador y periodista estadounidense Dan Buettner y autor del best seller “El secreto de las zonas azules”, señaló que las personas enfocan sus días en servir a su propósito en lugar de perseguir objetivos a corto plazo o intentar hacerlo todo. En Costa Rica lo llaman “plan de vida” mientras que en Okinawa se conoce como “ikigai”. Ambos términos significan vivir en función de tu propio sentido personal, y los habitantes de las zonas azules encuentran formas de integrar su propósito a lo largo de cada una de las actividades del día. “Las personas en las zonas azules realmente trabaja para vivir, y en muchas sociedades productivas realmente vivimos para trabajar, y tu estrés no va a mejorar mucho a menos que puedas cambiar esta dinámica”, remarcó el doctor Robert Agnello, profesor de Medicina familiar en la Universidad de Campbell.
6. Control médico
“Los factores para tener una vida con un margen de actividad buena, aunque se tenga alguna enfermedad, corresponden a tener un muy buen manejo de esas enfermedades a través de consultas médicas y de cambios de estilo de vida que hagan que sean más fáciles de poder manejar, probablemente y también con la menor cantidad de fármacos que se pueda llegar a tomar. Probablemente, ese el núcleo más importante en el tratamiento de estas personas para sostener su buena calidad de vida”, dijo Cámera.
Asimismo, Lindquist afirmó: “Muchas veces terminamos tomando demasiados medicamentos para lo que realmente necesitamos. Tu cuerpo siempre está cambiando, es posible que no necesite [ciertos] medicamentos”. “Por lo tanto, es imperativo que hable con su médico [o] un geriatra... específicamente para determinar qué medicamentos son innecesarios o pueden ser peligrosos a medida que envejece”, agregó en diálogo con Huffington Post.
7. Positivismo y proyección a futuro
“La otra cosa que siempre le digo a la gente es que planifiquen con anticipación porque, por mucho que todos queramos envejecer hasta los cientos de años, sanos y felices, hay muchas posibilidades de que suceda algo que requiera ser hospitalizado o que Podría necesitar más apoyo en su hogar”, dijo Lindquist. Al tiempo que aclaró que “no se trata de planificar el final de la vida, que es como un hospicio, o [planificar] que vas a morir en seis meses; se trata de planificar para los 20 años antes de que necesites ayuda”.
El doctor Joseph Maroon, en tanto, quien ocupa el cargo de subjefe en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico Universitario de Pittsburgh en Estados Unidos, y un experto en medicina deportiva, nutrición y competidor en triatlones Ironman, resaltó que “nuestras elecciones tienen la capacidad de fortalecer o dañar a ese proceso biológico y esto, en última instancia, incide en nuestra vida útil”. “El tener un proyecto de vida más allá del tiempo jubilatorio es muy importante. Tener un propósito es de capital importancia”, agregó Cámera.
“Como sociedad, en los últimos 200 años hemos mejorado drásticamente nuestra expectativa de vida a través de una fuente más estable de alimentos y el acceso a las vacunas, los medicamentos antiinfecciosos y otros tratamientos médicos de avanzada. Como resultado, muchas personas en el mundo vivirán hasta pasados los 70 años y principios de los 80 gozando de buena salud”, agregó el experto.
En ese sentido, un estudio de Harvard identificó que mantener relaciones saludables y positivas es esencial para una vida larga y feliz. El análisis es considerado la investigación más prolongada en la historia sobre la felicidad, ya que comenzó en 1983. “El hallazgo más consistente que hemos aprendido a lo largo de 85 años de estudio es que las relaciones positivas son tan poderosas que nos mantienen más felices, más saludables y -como si fuera poco- nos ayudan a vivir más tiempo”, señalaron los investigadores.
Con información de
Infobae