Apertura del Sínodo: frente al desafío del ala ultraconservadora, el Papa pidió evitar “batallas ideológicas” y llamó a ser una Iglesia “abierta a todos”
Por:
Elisabetta Piqué
Miércoles 04 de
Octubre 2023
En una misa solemne junto a los nuevos cardenales, también recordó que la asamblea no es un parlamento polarizado, sino que el protagonista de este gran evento eclesial es el Espíritu Santo
Consciente de las tensiones, los miedos y las resistencias, en la misa solemne de apertura de la XVI Asamblea General del Sínodo de Obispos, el papa Francisco hizo hoy un fuerte llamado a sus participantes –por primera vez, también mujeres y laicos- a no caer en “cálculos políticos, estrategias humanas o batallas ideológicas”, a evitar “un espíritu de división y conflicto” y a ser una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”.
En una misa junto a los nuevos cardenales –entre ellos, dos argentinos de su confianza, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) y el arzobispo de Córdoba, el jesuita Ángel Rossi (ambos cordobeses y miembros del sínodo)-, y los demás participantes a la asamblea, en un sermón denso, claro y fuerte, el papa Francisco también recordó que el sínodo “no es un parlamento polarizado”, sino que el protagonista de este gran evento eclesial es el Espíritu Santo.
“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas -que si el sínodo dará este permiso o el otro, si abrirá esta puerta o la otra-, esto no sirve”, advirtió.
“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. El Sínodo, queridos hermanas y hermanos, no es un parlamento. El protagonista es el Espíritu Santo. No. No estamos aquí para hacer parlamento, sino para caminar juntos con la mirada de Jesús”, agregó, ante unos 25.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Le respondió, así, al ala ultraconservadora que en los últimos días filtró unas cartas que le habían escrito cinco cardenales para plantearle cinco “dubia” (“dudas”) sobre cuestiones de doctrina y moral que temen que cambien. Entre ellas, la bendición a parejas homosexuales, práctica ya en uso por algunos sacerdotes en Alemania aunque prohibida en 2021 por el DDF, pero en la que podría haber una apertura caso por caso, según una respuesta del Papa.
En una jornada de sol radiante, el papa Francisco, también consciente del temor de los más conservadores a que el sínodo destruya a la Iglesia, se aleje de la verdad y sea cooptado por grupos que buscan determinados objetivos, aclaró que tampoco se trata de eso. De hecho, habló de la necesidad de ser una Iglesia “que no deja que el mundo le dicte su agenda”.
“Esta es la sabiduría espiritual de la Iglesia, resumida con serenidad por san Juan XXIII: ‘Ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico’”, explicó, citando el discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, del 11 octubre 1962. “La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor”, añadió.
Citando un discurso de su predecesor, Benedicto XVI, subrayó que la principal tarea del Sínodo es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”. “Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa”, subrayó.
También recordó la importancia de ser una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”, como dijo recientemente en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. “Que la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos impida caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”, pidió.
En el día de San Francisco de Asís, patrono de Italia y el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios”, del que tomó el nombre, Francisco recordó esta fiesta. Y volvió a insistir en la necesidad de que no haya polarización ni batallas en el sínodo que se abre hoy, que se extenderá hasta el 29 de octubre y que tendrá una segunda etapa en octubre de 2024.
“Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad”, recordó. “¡Hagamos lo mismo también nosotros!”, exhortó.
“Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión. El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo, Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría”, concluyó.
En una misa junto a los nuevos cardenales –entre ellos, dos argentinos de su confianza, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) y el arzobispo de Córdoba, el jesuita Ángel Rossi (ambos cordobeses y miembros del sínodo)-, y los demás participantes a la asamblea, en un sermón denso, claro y fuerte, el papa Francisco también recordó que el sínodo “no es un parlamento polarizado”, sino que el protagonista de este gran evento eclesial es el Espíritu Santo.
“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas -que si el sínodo dará este permiso o el otro, si abrirá esta puerta o la otra-, esto no sirve”, advirtió.
“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. El Sínodo, queridos hermanas y hermanos, no es un parlamento. El protagonista es el Espíritu Santo. No. No estamos aquí para hacer parlamento, sino para caminar juntos con la mirada de Jesús”, agregó, ante unos 25.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Le respondió, así, al ala ultraconservadora que en los últimos días filtró unas cartas que le habían escrito cinco cardenales para plantearle cinco “dubia” (“dudas”) sobre cuestiones de doctrina y moral que temen que cambien. Entre ellas, la bendición a parejas homosexuales, práctica ya en uso por algunos sacerdotes en Alemania aunque prohibida en 2021 por el DDF, pero en la que podría haber una apertura caso por caso, según una respuesta del Papa.
En una jornada de sol radiante, el papa Francisco, también consciente del temor de los más conservadores a que el sínodo destruya a la Iglesia, se aleje de la verdad y sea cooptado por grupos que buscan determinados objetivos, aclaró que tampoco se trata de eso. De hecho, habló de la necesidad de ser una Iglesia “que no deja que el mundo le dicte su agenda”.
“Esta es la sabiduría espiritual de la Iglesia, resumida con serenidad por san Juan XXIII: ‘Ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico’”, explicó, citando el discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, del 11 octubre 1962. “La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor”, añadió.
Citando un discurso de su predecesor, Benedicto XVI, subrayó que la principal tarea del Sínodo es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”. “Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa”, subrayó.
También recordó la importancia de ser una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”, como dijo recientemente en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. “Que la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos impida caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”, pidió.
En el día de San Francisco de Asís, patrono de Italia y el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios”, del que tomó el nombre, Francisco recordó esta fiesta. Y volvió a insistir en la necesidad de que no haya polarización ni batallas en el sínodo que se abre hoy, que se extenderá hasta el 29 de octubre y que tendrá una segunda etapa en octubre de 2024.
“Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad”, recordó. “¡Hagamos lo mismo también nosotros!”, exhortó.
“Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión. El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo, Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría”, concluyó.
En el dia de San Francisco, misa de @Pontifex_es con los nuevos cardenales y el colegio cardenalicio y de apertura del @Synod_va pic.twitter.com/5GxfZdfUXh
— Elisabetta Piqué (@bettapique) October 4, 2023