Junto a Biden, Lula dijo que la democracia está “cada vez más en peligro” y alertó: "Está pasando en la Argentina"
Por:
Rafael Mathus Ruiz
Miércoles 20 de
Septiembre 2023
El presidente brasileño se reunió con su par estadounidense en Nueva York y aludió al proceso electoral argentino, sin dar nombres
Sentado al lado del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, Luiz Inácio Lula da Silva dijo que la democracia está cada vez más en peligro por el avance de la ultraderecha y mencionó a la Argentina como uno de los ejemplos en el mundo, una crítica velada al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien ya ha dicho abiertamente que cortará las relaciones con el Planalto si llega a la presidencia porque no hace “tratos con comunistas”.
“Creo que este es un momento histórico que debería servir como modelo”, dijo Lula, apenas Biden le cedió la palabra, antes de una reunión bilateral con sus principales colaboradores en Nueva York. “Cuando miramos la geopolítica en el mundo, percibimos que las oportunidades son cada vez más estrechas y la democracia está cada vez más en peligro porque la negación de la política ha hecho que sectores de extrema derecha ocupen espacio en todo el mundo. Esto ya pasó en Brasil, y ahora empezó en la Argentina y está pasando en muchos otros países”, advirtió el mandatario brasileño.
Biden lo escuchaba atentamente sentado a su lado, siguiendo sus palabras a través de la traducción simultánea. Lula elogió el enfoque de la política económica de Biden y sus elogios a los trabajadores y su defensa de los sindicatos, un punto en el que, al igual que en la lucha contra el cambio climático, tienen visiones comunes. Ambos líderes presentaron lanzaron luego una iniciativa para fortalecer los derechos laborales, un acuerdo que permitió dejar en un segundo plano las fuertes diferencias actuales entre la Casa Blanca y el Planalto sobre temas como la guerra en Ucrania, o la política norteamericana hacia Cuba.
“Creo que es más que solo otra bilateral más”, cerró Lula sus palabras. “Es una relación de fe que estamos construyendo aquí y una nueva era para la relación entre Estados Unidos y Brasil entre socios, una relación soberana, pero de interés común en beneficio de los trabajadores de su país y del mío”, concluyó.
“No podría estar más de acuerdo con usted”, le respondió Biden, quien aprovechó para defender la filosofía central que guía su política económica: “Se trata de poder mirar a tus hijos a los ojos y decirles, ‘querido, todo va a estar bien’, y que sea en serio. Todos merecen la misma oportunidad. Y es por eso que lo hemos intentado desde una perspectiva diferente, señor presidente, desde el medio hacia afuera y desde abajo hacia arriba, no desde arriba hacia abajo, porque cuando a la clase media le va bien, a todos le va bien”, afirmó.
Las advertencias de Lula por el avance de la extrema derecha son habituales desde su enfrentamiento en Brasil a Jair Bolsonaro, quien le brindó su respaldo explícito a Milei en un video publicado en sus redes sociales antes de las primarias presidenciales en la Argentina. Ahora por primera vez al lado de Biden hizo una mención explícita a la Argentina. Lula se reunió y se sacó una fotografía con el ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo, Sergio Massa, durante una visita del tigrense a Brasilia, una señal de respaldo en medio de la campaña.
El principal motivo de su reunión con Biden fue el lanzamiento de un programa para reforzar los derechos laborales, una iniciativa que le permitió a ambos gobiernos ocultar en público sus profundas diferencias –la postura de Lula sobre Ucrania, cercana a Rusia, ha generado una profunda frustración en la Casa Blanca– y reencauzar la relación bilateral en el carril de las visiones comunes, como la defensa de la democracia, o, como se vio este miércoles, los derechos de los trabajadores.
Biden y Lula han criticado, con matices, a la política económica neoliberal, en particular a la llamada “teoría del derrame”. Este martes, durante su discurso ante la Asamblea General, Lula dijo que “el neoliberalismo ha empeorado la desigualdad económica y política que aqueja a las democracias actuales. Su legado es una masa de gente desheredada y excluida”. Y agregó: “Entre sus escombros surgen aventureros de extrema derecha que niegan la política y venden soluciones tan fáciles como equivocadas”.
No es la primera vez que Lula juega en la política argentina. En 2003, luego de la elección presidencial en la cual Carlos Menem y Néstor Kirchner pasaron a la segunda vuelta, Lula recibió a Kirchner en el Planalto, un encuentro que significó un fuerte espaldarazo internacional para el entonces gobernador de Santa Cruz. El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner le brindaron además su abierto respaldo a Lula cuando estuvo en la cárcel, y el Gobierno tuvo una relación tirante y distante con la administración de Bolsonaro.
La declaración conjunta que difundieron ambos gobiernos dejó por escrito algunos de los puntos comunes sobre el rol de los trabajadores en la economía moderna. “Los trabajadores construyeron nuestros países, desde nuestra infraestructura más básica y servicios críticos, pasando por la educación de nuestros jóvenes y el cuidado de nuestros mayores, hasta nuestras tecnologías más avanzadas”, dice el comunicado difundido por ambos gobiernos.“
“Los trabajadores y sus sindicatos han luchado por protecciones en el lugar de trabajo, justicia en la economía y democracia en nuestras sociedades; están en el corazón de las economías dinámicas y del mundo saludable y sostenible que buscamos construir para nuestros hijos”, continúa, y agrega: “Ante los complejos desafíos globales, desde el cambio climático hasta los crecientes niveles de pobreza y la desigualdad económica, debemos poner a los trabajadores en el centro de nuestras soluciones políticas. Debemos apoyar a los trabajadores y empoderarlos para impulsar la innovación que necesitamos con urgencia para asegurar nuestro futuro.”
“Creo que este es un momento histórico que debería servir como modelo”, dijo Lula, apenas Biden le cedió la palabra, antes de una reunión bilateral con sus principales colaboradores en Nueva York. “Cuando miramos la geopolítica en el mundo, percibimos que las oportunidades son cada vez más estrechas y la democracia está cada vez más en peligro porque la negación de la política ha hecho que sectores de extrema derecha ocupen espacio en todo el mundo. Esto ya pasó en Brasil, y ahora empezó en la Argentina y está pasando en muchos otros países”, advirtió el mandatario brasileño.
Biden lo escuchaba atentamente sentado a su lado, siguiendo sus palabras a través de la traducción simultánea. Lula elogió el enfoque de la política económica de Biden y sus elogios a los trabajadores y su defensa de los sindicatos, un punto en el que, al igual que en la lucha contra el cambio climático, tienen visiones comunes. Ambos líderes presentaron lanzaron luego una iniciativa para fortalecer los derechos laborales, un acuerdo que permitió dejar en un segundo plano las fuertes diferencias actuales entre la Casa Blanca y el Planalto sobre temas como la guerra en Ucrania, o la política norteamericana hacia Cuba.
“Creo que es más que solo otra bilateral más”, cerró Lula sus palabras. “Es una relación de fe que estamos construyendo aquí y una nueva era para la relación entre Estados Unidos y Brasil entre socios, una relación soberana, pero de interés común en beneficio de los trabajadores de su país y del mío”, concluyó.
“No podría estar más de acuerdo con usted”, le respondió Biden, quien aprovechó para defender la filosofía central que guía su política económica: “Se trata de poder mirar a tus hijos a los ojos y decirles, ‘querido, todo va a estar bien’, y que sea en serio. Todos merecen la misma oportunidad. Y es por eso que lo hemos intentado desde una perspectiva diferente, señor presidente, desde el medio hacia afuera y desde abajo hacia arriba, no desde arriba hacia abajo, porque cuando a la clase media le va bien, a todos le va bien”, afirmó.
Las advertencias de Lula por el avance de la extrema derecha son habituales desde su enfrentamiento en Brasil a Jair Bolsonaro, quien le brindó su respaldo explícito a Milei en un video publicado en sus redes sociales antes de las primarias presidenciales en la Argentina. Ahora por primera vez al lado de Biden hizo una mención explícita a la Argentina. Lula se reunió y se sacó una fotografía con el ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo, Sergio Massa, durante una visita del tigrense a Brasilia, una señal de respaldo en medio de la campaña.
El principal motivo de su reunión con Biden fue el lanzamiento de un programa para reforzar los derechos laborales, una iniciativa que le permitió a ambos gobiernos ocultar en público sus profundas diferencias –la postura de Lula sobre Ucrania, cercana a Rusia, ha generado una profunda frustración en la Casa Blanca– y reencauzar la relación bilateral en el carril de las visiones comunes, como la defensa de la democracia, o, como se vio este miércoles, los derechos de los trabajadores.
Biden y Lula han criticado, con matices, a la política económica neoliberal, en particular a la llamada “teoría del derrame”. Este martes, durante su discurso ante la Asamblea General, Lula dijo que “el neoliberalismo ha empeorado la desigualdad económica y política que aqueja a las democracias actuales. Su legado es una masa de gente desheredada y excluida”. Y agregó: “Entre sus escombros surgen aventureros de extrema derecha que niegan la política y venden soluciones tan fáciles como equivocadas”.
No es la primera vez que Lula juega en la política argentina. En 2003, luego de la elección presidencial en la cual Carlos Menem y Néstor Kirchner pasaron a la segunda vuelta, Lula recibió a Kirchner en el Planalto, un encuentro que significó un fuerte espaldarazo internacional para el entonces gobernador de Santa Cruz. El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner le brindaron además su abierto respaldo a Lula cuando estuvo en la cárcel, y el Gobierno tuvo una relación tirante y distante con la administración de Bolsonaro.
La declaración conjunta que difundieron ambos gobiernos dejó por escrito algunos de los puntos comunes sobre el rol de los trabajadores en la economía moderna. “Los trabajadores construyeron nuestros países, desde nuestra infraestructura más básica y servicios críticos, pasando por la educación de nuestros jóvenes y el cuidado de nuestros mayores, hasta nuestras tecnologías más avanzadas”, dice el comunicado difundido por ambos gobiernos.“
“Los trabajadores y sus sindicatos han luchado por protecciones en el lugar de trabajo, justicia en la economía y democracia en nuestras sociedades; están en el corazón de las economías dinámicas y del mundo saludable y sostenible que buscamos construir para nuestros hijos”, continúa, y agrega: “Ante los complejos desafíos globales, desde el cambio climático hasta los crecientes niveles de pobreza y la desigualdad económica, debemos poner a los trabajadores en el centro de nuestras soluciones políticas. Debemos apoyar a los trabajadores y empoderarlos para impulsar la innovación que necesitamos con urgencia para asegurar nuestro futuro.”