Cuál es el vínculo entre los edulcorantes artificiales y un aumento del riesgo de diabetes y síndrome metabólico
Jueves 03 de
Agosto 2023
Investigadores españoles realizaron una revisión de estudios científicos y recopilaron las evidencias más recientes sobre el impacto de estas sustancias en el organismo. Qué recomendaron sobre su consumo
Los edulcorantes artificiales se usan como sustitutos del azúcar. Consisten en sustancias químicas sintetizadas que se usan en vez de la sacarosa (azúcar común o de mesa) para endulzar los alimentos y las bebidas.
En España, integrantes de dos importantes sociedades médicas publicaron una revisión de estudios sobre los edulcorantes artificiales (tanto nutritivos como no nutritivos) en la que se advierten sus “efectos negativos para el sistema cardiometabólico”.
El documento fue publicado en la revista Current Opinion in Cardiology y realizado por los doctores Francisco Gómez Delgado y Pablo Pérez Martínez, de la Sociedad Española de Arteriosclerosis y de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), y colaboradores.
En el trabajo se recopilan las evidencias más recientes y se analiza cómo el consumo de edulcorantes artificiales incide sobre el desarrollo de obesidad, los factores de riesgo cardiometabólicos como la hipertensión, los niveles de colesterol y triglicéridos, y la diabetes, e incluso en el desarrollo de eventos cardiovasculares.
Inicialmente, el consumo de edulcorantes artificiales se presentaba como una alternativa para la reducción del aporte de calorías en la dieta. Por eso, se había establecido como una opción ideal especialmente interesante en personas con sobrepeso y obesidad, tal y como apuntan los autores.
Sin embargo, el consumo de edulcorantes artificiales favorece “un incremento ponderal derivado de distintos mecanismos a nivel neuroendocrino relacionados con la saciedad y que se activan de forma anómala tras ser consumidos”, según explicaron los investigadores en el documento.
Los autores excluyen “el beneficio que estos edulcorantes pueden tener sobre el control del peso” y señalan que “no pueden ser una alternativa a otras medidas nutricionales más saludables como el consumo de productos de origen vegetal, la reducción del consumo de alimentos procesados y la realización de actividad física regular”.
También hay pruebas científicas que demuestran que el consumo de edulcorantes artificiales genera importantes disrupciones en el sistema endocrino, que dan lugar a un funcionamiento anómalo del metabolismo de las personas.
El trabajo constató que el consumo de edulcorantes artificiales incrementa entre un 18% y un 24% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 e incluso hasta un 44% de desarrollar síndrome metabólico, que es el nombre de un grupo de factores de riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y otros problemas de salud, como los niveles alterados de colesterol.
El consumo de edulcorantes artificiales provoca alteraciones en la regulación de los mecanismos de la sensación de saciedad además de alteraciones en la microbiota intestinal, y un incremento de la secreción de insulina. Todo eso genera el escenario perfecto para el desarrollo de diabetes.
“Existen pruebas suficientes que nos permiten establecer que el consumo de edulcorantes artificiales interfiere de forma negativa en nuestro metabolismo, en especial en el metabolismo de la glucosa, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2″, afirmó Gómez Delgado, principal autor del trabajo.
En tanto, el doctor Pérez-Martínez, consideró: “Necesitamos evidencias más sólidas para tomar un posicionamiento claro sobre el consumo de este tipo de edulcorantes y su efecto perjudicial para la salud. Mientras tanto, lo ideal sería limitar su consumo o incluso evitar añadir edulcorantes artificiales al café o las infusiones”.
Los autores instan a regular el consumo de edulcorantes en la dieta y apuntan que es necesaria una adaptación de la legislación vigente que permita minimizar su impacto sobre nuestra salud.
Para el doctor Silvio Schraier, vice-director del carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación H.A. Barceló y de la Sociedad Argentina de Nutrición, “la mayoría de los estudios sobre edulcorantes son sobre modelos animales con una microbiota diferente. Por lo cual, aún es necesario tener más evidencias sobre la asociación con diabetes en personas para corroborarlo. Pero hoy no hay dudas de que es recomendable reducir el consumo de edulcorantes extra y reconocer el sabor de las frutas”.
En mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva directriz sobre los edulcorantes sin azúcar. Desaconsejó su uso para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.
La recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que sugiere que el uso de edulcorantes no azúcar no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños.
También los resultados de la revisión de la OMS sugirieron que puede haber posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
“La sustitución de azúcares libres por edulcorantes no ayuda a controlar el peso a largo plazo. Las personas deben considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados”, dijo Francesco Branca, Director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
“Los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional. Las personas deberían reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud”, agregó.
En España, integrantes de dos importantes sociedades médicas publicaron una revisión de estudios sobre los edulcorantes artificiales (tanto nutritivos como no nutritivos) en la que se advierten sus “efectos negativos para el sistema cardiometabólico”.
El documento fue publicado en la revista Current Opinion in Cardiology y realizado por los doctores Francisco Gómez Delgado y Pablo Pérez Martínez, de la Sociedad Española de Arteriosclerosis y de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), y colaboradores.
En el trabajo se recopilan las evidencias más recientes y se analiza cómo el consumo de edulcorantes artificiales incide sobre el desarrollo de obesidad, los factores de riesgo cardiometabólicos como la hipertensión, los niveles de colesterol y triglicéridos, y la diabetes, e incluso en el desarrollo de eventos cardiovasculares.
Inicialmente, el consumo de edulcorantes artificiales se presentaba como una alternativa para la reducción del aporte de calorías en la dieta. Por eso, se había establecido como una opción ideal especialmente interesante en personas con sobrepeso y obesidad, tal y como apuntan los autores.
Sin embargo, el consumo de edulcorantes artificiales favorece “un incremento ponderal derivado de distintos mecanismos a nivel neuroendocrino relacionados con la saciedad y que se activan de forma anómala tras ser consumidos”, según explicaron los investigadores en el documento.
Los autores excluyen “el beneficio que estos edulcorantes pueden tener sobre el control del peso” y señalan que “no pueden ser una alternativa a otras medidas nutricionales más saludables como el consumo de productos de origen vegetal, la reducción del consumo de alimentos procesados y la realización de actividad física regular”.
También hay pruebas científicas que demuestran que el consumo de edulcorantes artificiales genera importantes disrupciones en el sistema endocrino, que dan lugar a un funcionamiento anómalo del metabolismo de las personas.
El trabajo constató que el consumo de edulcorantes artificiales incrementa entre un 18% y un 24% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 e incluso hasta un 44% de desarrollar síndrome metabólico, que es el nombre de un grupo de factores de riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y otros problemas de salud, como los niveles alterados de colesterol.
El consumo de edulcorantes artificiales provoca alteraciones en la regulación de los mecanismos de la sensación de saciedad además de alteraciones en la microbiota intestinal, y un incremento de la secreción de insulina. Todo eso genera el escenario perfecto para el desarrollo de diabetes.
“Existen pruebas suficientes que nos permiten establecer que el consumo de edulcorantes artificiales interfiere de forma negativa en nuestro metabolismo, en especial en el metabolismo de la glucosa, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2″, afirmó Gómez Delgado, principal autor del trabajo.
En tanto, el doctor Pérez-Martínez, consideró: “Necesitamos evidencias más sólidas para tomar un posicionamiento claro sobre el consumo de este tipo de edulcorantes y su efecto perjudicial para la salud. Mientras tanto, lo ideal sería limitar su consumo o incluso evitar añadir edulcorantes artificiales al café o las infusiones”.
Los autores instan a regular el consumo de edulcorantes en la dieta y apuntan que es necesaria una adaptación de la legislación vigente que permita minimizar su impacto sobre nuestra salud.
Para el doctor Silvio Schraier, vice-director del carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación H.A. Barceló y de la Sociedad Argentina de Nutrición, “la mayoría de los estudios sobre edulcorantes son sobre modelos animales con una microbiota diferente. Por lo cual, aún es necesario tener más evidencias sobre la asociación con diabetes en personas para corroborarlo. Pero hoy no hay dudas de que es recomendable reducir el consumo de edulcorantes extra y reconocer el sabor de las frutas”.
En mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva directriz sobre los edulcorantes sin azúcar. Desaconsejó su uso para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.
La recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que sugiere que el uso de edulcorantes no azúcar no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños.
También los resultados de la revisión de la OMS sugirieron que puede haber posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
“La sustitución de azúcares libres por edulcorantes no ayuda a controlar el peso a largo plazo. Las personas deben considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados”, dijo Francesco Branca, Director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
“Los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional. Las personas deberían reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud”, agregó.
Con información de
Infobae