El Papa llamó a una "purificación" de los "escándalos" de la iglesia y convocó a escuchar a las víctimas de abusos
Jueves 03 de
Agosto 2023
En la Jornada Mundial de Juventud, Francisco dijo: “No tenemos que evadir este tiempo porque nos da miedo y refugiarnos en formas y estilos del pasado”.
En el marco de la Jornada Mundial de Juventud realizada en Portugal, el Papa Francisco aseveró este miércoles que la Iglesia debe someterse a una "purificación humilde y constante" y convocó a escuchar a las víctimas, meses después de la publicación de un informe sobre abusos sexuales en el país europeo.
“La desilusión o la rabia que algunos alimentan en relación a la Iglesia, en algunos casos por nuestro mal testimonio y por los escándalos que han desfigurado su luz y que llaman a una purificación humilde, constante, partiendo del grito de dolor de las víctimas, que siempre han de ser acogidas y escuchadas”, solicitó Francisco a pocos minutos de comenzar su oratoria.
Momentos después, el Papa afirmó: “No es tiempo de detenerse, no es tiempo de rendirse ni de amarrar la barca a la tierra o mirar hacia atrás. No tenemos que evadir este tiempo porque nos da miedo y refugiarnos en formas y estilos del pasado. Pero para poder hacerlo, también tenemos que poder tomar decisiones”.
Estas declaraciones se realizaron en un servicio en Lisboa, la capital portuguesa, donde un informe de una comisión de hace seis meses confirmó que al menos 4.815 menores fueron abusados sexualmente por clérigos —en su mayoría sacerdotes— durante siete décadas.
Asimismo, el Papa se había reunido durante más de una hora este miércoles con 13 víctimas de abusos sexuales. Durante el encuentro, Francisco les pidió a las víctimas que contasen sus historias y finalmente les pidió perdón en nombre de la Iglesia portuguesa. También les manifestó su deseo de que la institución sea un “espacio seguro”.
La Jornada Mundial de la Juventud "es un signo de fe y unión en el que todos nos unimos por una causa", dijo Carlos Hernández, de 20 años. "Es muy emotivo". Pero para otros, el enorme escándalo de abusos sexuales por parte del clero en Portugal había ensombrecido el evento.
En la misa inaugural del martes, antes de la llegada del Papa, el australiano Andrew De Santos, de 35 años, expresó su esperanza en que la próxima generación sea capaz de superar los "errores" del pasado.
Cómo fue la Jornada Mundial de la Juventud
Francisco aterrizó en Lisboa ante un mar de jóvenes católicos llegados de todo el mundo para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra cada dos o tres años en una ciudad diferente. Es el cuarto evento de este tipo que Francisco preside desde que es Sumo Pontífice.
Francisco confesó en su discurso, leído en español, que la Iglesia "vive tiempos difíciles" y que "los países de antigua tradición cristiana, afectados por muchos cambios sociales y culturales, están cada vez más marcados por el secularismo, por la indiferencia hacia Dios y por un creciente distanciamiento de la práctica de la fe".
Además, en su primer discurso, ante el presidente Marcelo Rebelo de Sousa y diplomáticos en un centro cultural, Francisco dijo que el mundo está actualmente "navegando en medio de tormentas en el océano de la historia", incluyendo la tempestad de la guerra en Ucrania, e instó a Europa a encontrar la determinación para ayudar a poner fin a este y otros conflictos.
El Papa dijo que Europa debería desviar el dinero gastado en armamento y utilizarlo para impulsar la educación y financiar una legislación favorable a la familia, que ayude a invertir la caída de la natalidad, agravada por el costo prohibitivo de la vivienda para las parejas jóvenes.
También instó a Europa a afrontar el reto de "acoger, proteger, promover e integrar" a los inmigrantes, tanto por razones humanitarias como por la necesidad de aumentar la población. Por lo tanto, criticó "las muertes masivas en el mar y las cunas vacías".
Algunos portugueses criticaron el costo del acontecimiento en uno de los países más pobres de Europa Occidental, donde millones de personas luchan por llegar a fin de mes debido a los bajos salarios, la inflación y la crisis inmobiliaria.
El Papa, de 86 años, que realizaba su primer viaje desde la operación intestinal a la que fue sometido en junio y utiliza silla de ruedas y bastón, parecía en buena forma y dijo que esperaba regresar a Roma el domingo "rejuvenecido".
"Seguiremos agitando las cosas", prometió Francisco a los periodistas en el avión procedente de Roma, después de que se le recordó cuando instó a los jóvenes durante una anterior Jornada Mundial de la Juventud en Brasil a no ser complacientes, sino a hacer ruido e instigar el cambio.
El Papa introdujo numerosos cambios en la Iglesia desde su elección en 2013, e impulsó una serie de reformas que espera puedan dejar un legado duradero. Sin embargo, se enfrenta a un delicado equilibrio entre atraer a los creyentes más liberales y disgustar a los conservadores al dar un mayor protagonismo a las mujeres y hacer que la Iglesia sea más acogedora y menos crítica hacia la comunidad LGBT.
“La desilusión o la rabia que algunos alimentan en relación a la Iglesia, en algunos casos por nuestro mal testimonio y por los escándalos que han desfigurado su luz y que llaman a una purificación humilde, constante, partiendo del grito de dolor de las víctimas, que siempre han de ser acogidas y escuchadas”, solicitó Francisco a pocos minutos de comenzar su oratoria.
Momentos después, el Papa afirmó: “No es tiempo de detenerse, no es tiempo de rendirse ni de amarrar la barca a la tierra o mirar hacia atrás. No tenemos que evadir este tiempo porque nos da miedo y refugiarnos en formas y estilos del pasado. Pero para poder hacerlo, también tenemos que poder tomar decisiones”.
Estas declaraciones se realizaron en un servicio en Lisboa, la capital portuguesa, donde un informe de una comisión de hace seis meses confirmó que al menos 4.815 menores fueron abusados sexualmente por clérigos —en su mayoría sacerdotes— durante siete décadas.
Asimismo, el Papa se había reunido durante más de una hora este miércoles con 13 víctimas de abusos sexuales. Durante el encuentro, Francisco les pidió a las víctimas que contasen sus historias y finalmente les pidió perdón en nombre de la Iglesia portuguesa. También les manifestó su deseo de que la institución sea un “espacio seguro”.
La Jornada Mundial de la Juventud "es un signo de fe y unión en el que todos nos unimos por una causa", dijo Carlos Hernández, de 20 años. "Es muy emotivo". Pero para otros, el enorme escándalo de abusos sexuales por parte del clero en Portugal había ensombrecido el evento.
En la misa inaugural del martes, antes de la llegada del Papa, el australiano Andrew De Santos, de 35 años, expresó su esperanza en que la próxima generación sea capaz de superar los "errores" del pasado.
Cómo fue la Jornada Mundial de la Juventud
Francisco aterrizó en Lisboa ante un mar de jóvenes católicos llegados de todo el mundo para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra cada dos o tres años en una ciudad diferente. Es el cuarto evento de este tipo que Francisco preside desde que es Sumo Pontífice.
Francisco confesó en su discurso, leído en español, que la Iglesia "vive tiempos difíciles" y que "los países de antigua tradición cristiana, afectados por muchos cambios sociales y culturales, están cada vez más marcados por el secularismo, por la indiferencia hacia Dios y por un creciente distanciamiento de la práctica de la fe".
Además, en su primer discurso, ante el presidente Marcelo Rebelo de Sousa y diplomáticos en un centro cultural, Francisco dijo que el mundo está actualmente "navegando en medio de tormentas en el océano de la historia", incluyendo la tempestad de la guerra en Ucrania, e instó a Europa a encontrar la determinación para ayudar a poner fin a este y otros conflictos.
El Papa dijo que Europa debería desviar el dinero gastado en armamento y utilizarlo para impulsar la educación y financiar una legislación favorable a la familia, que ayude a invertir la caída de la natalidad, agravada por el costo prohibitivo de la vivienda para las parejas jóvenes.
También instó a Europa a afrontar el reto de "acoger, proteger, promover e integrar" a los inmigrantes, tanto por razones humanitarias como por la necesidad de aumentar la población. Por lo tanto, criticó "las muertes masivas en el mar y las cunas vacías".
Algunos portugueses criticaron el costo del acontecimiento en uno de los países más pobres de Europa Occidental, donde millones de personas luchan por llegar a fin de mes debido a los bajos salarios, la inflación y la crisis inmobiliaria.
El Papa, de 86 años, que realizaba su primer viaje desde la operación intestinal a la que fue sometido en junio y utiliza silla de ruedas y bastón, parecía en buena forma y dijo que esperaba regresar a Roma el domingo "rejuvenecido".
"Seguiremos agitando las cosas", prometió Francisco a los periodistas en el avión procedente de Roma, después de que se le recordó cuando instó a los jóvenes durante una anterior Jornada Mundial de la Juventud en Brasil a no ser complacientes, sino a hacer ruido e instigar el cambio.
El Papa introdujo numerosos cambios en la Iglesia desde su elección en 2013, e impulsó una serie de reformas que espera puedan dejar un legado duradero. Sin embargo, se enfrenta a un delicado equilibrio entre atraer a los creyentes más liberales y disgustar a los conservadores al dar un mayor protagonismo a las mujeres y hacer que la Iglesia sea más acogedora y menos crítica hacia la comunidad LGBT.
Con información de
Perfil