Desarrollarán en la Argentina una leche para las personas con alergia a la proteína vacuna
Miércoles 26 de
Julio 2023
Se caracteriza por su parecido a la leche materna humana, tanto en tipo de proteínas como en lactosa, lo que le entrega un dulzor característico y agradable al gusto.
El Gobierno nacional invertirá 51 millones de pesos para que un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), Córdoba, desarrolle leche de burra como una alternativa de consumo alimentario para las personas alérgicas a la proteína de la leche vacuna, informó esa institución académica ubicada en el departamento de General San Martín.
El estudio del proyecto es impulsado por investigadores del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM con el objetivo de mejorar la salud en lactantes, niños y adultos mayores con alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV), se informó oficialmente.
”Nuestro principal objetivo es caracterizar y poner a punto un sistema de industrialización y enriquecimiento de leche de burra para consumo humano, generando como resultado dos productos: leche de burra 100% natural, pasteurizada y liofilizada y otra opción enriquecida con ácidos grasos naturales pasteurizada y liofilizada”, explicó el investigador y director de la iniciativa, Alejandro Lespinard que además especificó que el producto final “estará dirigido principalmente a lactantes con diagnóstico de APLV”.
“Tanto en fluido como en polvo, la leche será generada íntegramente en el país bajo sistemas sustentables de producción primaria rural y validados científicamente”, aseguró y afirma que “cada año en la Argentina nacen alrededor de 15 mil niños con APLV. La mayoría de los afectados padece la patología hasta los 18 meses como máximo, exceptuando un 15 por ciento de pacientes que permanece alérgico de por vida”.
Lespinard explicó que “actualmente el tratamiento estándar consiste en eliminar los productos lácteos de la dieta de la madre y del bebé para evitar la exposición a los alérgenos implicados o sustituirlos por fórmulas comerciales de baja palatabilidad, altísimo costo y muy discutible eficacia clínica”, por lo que se pretende “desarrollar una alternativa accesible para la población”.
En el equipo de trabajo, también participan profesionales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en articulación con la empresa privada CARD Solutions S.A.S.
Los beneficios de la leche de burra
Desde el punto de vista nutricional, el poder de la leche de burra reside en que es la leche más similar a la leche materna que podemos encontrar. Esto se debe, a diferencia de la leche de vaca, a que las burras son monogástricas, al igual que los humanos y, por lo tanto, su proceso de digestión y absorción de nutrientes es muy similar al nuestro.
La leche de burra contiene menos grasas y más nutrientes que la de vaca. Diversos estudios le atribuyen también propiedades cardioprotectoras gracias a su contenido en Omega 3.
Este Omega 3 que es similar al del aceite de pescado, permite que la leche de burra reduzca los niveles de colesterol y proteja la salud cardiovascular.
Otra característica a tener en cuenta es su alto contenido en lactoferrinas y lisozimas, dos enzimas esenciales para reforzar el sistema inmunológico que están presentes en esta leche con niveles superiores a la leche humana.
También es rica en vitaminas A, B, C, D y E, sobre todo en vitamina A (retinol), un potente antioxidante, así como en proteínas y minerales como el calcio, magnesio, potasio y fósforo.
El estudio del proyecto es impulsado por investigadores del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM con el objetivo de mejorar la salud en lactantes, niños y adultos mayores con alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV), se informó oficialmente.
”Nuestro principal objetivo es caracterizar y poner a punto un sistema de industrialización y enriquecimiento de leche de burra para consumo humano, generando como resultado dos productos: leche de burra 100% natural, pasteurizada y liofilizada y otra opción enriquecida con ácidos grasos naturales pasteurizada y liofilizada”, explicó el investigador y director de la iniciativa, Alejandro Lespinard que además especificó que el producto final “estará dirigido principalmente a lactantes con diagnóstico de APLV”.
“Tanto en fluido como en polvo, la leche será generada íntegramente en el país bajo sistemas sustentables de producción primaria rural y validados científicamente”, aseguró y afirma que “cada año en la Argentina nacen alrededor de 15 mil niños con APLV. La mayoría de los afectados padece la patología hasta los 18 meses como máximo, exceptuando un 15 por ciento de pacientes que permanece alérgico de por vida”.
Lespinard explicó que “actualmente el tratamiento estándar consiste en eliminar los productos lácteos de la dieta de la madre y del bebé para evitar la exposición a los alérgenos implicados o sustituirlos por fórmulas comerciales de baja palatabilidad, altísimo costo y muy discutible eficacia clínica”, por lo que se pretende “desarrollar una alternativa accesible para la población”.
En el equipo de trabajo, también participan profesionales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en articulación con la empresa privada CARD Solutions S.A.S.
Los beneficios de la leche de burra
Desde el punto de vista nutricional, el poder de la leche de burra reside en que es la leche más similar a la leche materna que podemos encontrar. Esto se debe, a diferencia de la leche de vaca, a que las burras son monogástricas, al igual que los humanos y, por lo tanto, su proceso de digestión y absorción de nutrientes es muy similar al nuestro.
La leche de burra contiene menos grasas y más nutrientes que la de vaca. Diversos estudios le atribuyen también propiedades cardioprotectoras gracias a su contenido en Omega 3.
Este Omega 3 que es similar al del aceite de pescado, permite que la leche de burra reduzca los niveles de colesterol y proteja la salud cardiovascular.
Otra característica a tener en cuenta es su alto contenido en lactoferrinas y lisozimas, dos enzimas esenciales para reforzar el sistema inmunológico que están presentes en esta leche con niveles superiores a la leche humana.
También es rica en vitaminas A, B, C, D y E, sobre todo en vitamina A (retinol), un potente antioxidante, así como en proteínas y minerales como el calcio, magnesio, potasio y fósforo.
Con información de
TN