Hallazgo médico: por qué algunas personas no desarrollan síntomas de Covid-19
Por:
Aara’L Yarber
Miércoles 19 de
Julio 2023
Los científicos descubrieron una versión muy común de un gen inmunitario que parece ayudar a ciertos pacientes a eliminar el virus más rápidamente
WASHINGTON.- Los científicos acaban de descubrir una versión de un gen en particular que podría explicar por qué algunas personas que dan positivo de coronavirus nunca generan ningún síntoma de Covid-19. Según los investigadores, el hallazgo abre nuevos caminos para el desarrollo de vacunas y mejores tratamientos.
De acuerdo con los nuevos estudios, un promedio de al menos el 20% de las personas que se contagian el virus SARS-CoV-2 son asintomáticas. Los investigadores dicen que el sistema inmunitario de esas personas respondería más rápido para luchar contra el virus, antes de que aparezcan los síntomas y las potenciales complicaciones para la salud.
“Estudiar la resistencia al virus básicamente nos permite entender cómo eliminar la infección”, dice Samira Asgari, profesora adjunta de genética y ciencias genómicas de la Escuela de Medicina Icahn, Mount Sinai, que no participó del nuevo estudio.
Razones
Para desentrañar por qué algunas personas logran frenar la aparición de los síntomas, los investigadores estudiaron los genes antígenos leucocitarios humanos (HLA, por su sigla en inglés), cruciales para la capacidad de nuestro organismo de reconocer y defenderse de los agentes patógenos. Esos combatientes genéticos son “la región más importante del genoma desde el punto de vista médico”, dice Jill Hollenbach, profesora de neurología y epidemiología de la Universidad de California en San Francisco y una de las directoras del nuevo estudio.
Para el estudio, que fue publicado hoy en la revista científica Nature, Hollenbach y su equipo tomaron muestras de 29.947 donantes voluntarios de médula ósea, un grupo del que ya contaban con abundante datos genéticos. Les pidieron a los voluntarios que registraran diariamente en su celular el avance de la infección y la evolución de los síntomas, como congestión nasal y mocos, dolor de garganta, fiebre o escalofríos. A los participantes también se les pidió que registraran si se habían hecho un hisopado de coronavirus cada semana, y una vez por mes que registraran si habían tenido que ser hospitalizados.
Durante el periodo de nueve meses que duró el estudio, 1428 participantes no vacunados informaron haber dado positivo por coronavirus en algún hisopado, y 136 de ellos habían cursado la enfermedad sin síntomas. Entre los asintomáticos, el 20% era portador de una variante de HLA muy común, llamada HLA-B*15:01. Las personas que tienen dos ejemplares de esa variante —una por cada uno de sus padres— resultaron ser más de ocho veces más propensos a no tener síntomas que quienes tenían otras variantes de HLA.
Los investigadores también utilizaron los datos de los voluntarios para entender si los factores no genéticos afectaron las probabilidades de los voluntarios de tener una infección asintomática.
“Hay miles de cosas que nos hacen más o menos propensos a tener una enfermedad grave, como las comorbilidades, el peso, la edad o el sexo”, dice Hollenbach. “Pero en este caso, ninguno de esos factores parece tener incidencia, sobre todo en ser asintomático, que parece ser algo impulsado básicamente por los genes.”
Células T e inmunidad preexistente
Para comprender mejor el papel de la genética en los casos asintomáticos, los investigadores analizaron muestras de personas portadoras de la variante HLA-B*15:01 que habían sido recolectadas antes de la pandemia, y descubrieron que esas personas tenían células inmunitarias llamadas “células T”, que reaccionaban a las proteínas compartidas por el SARS-CoV-2 y otros coronavirus estacionales. La coincidencia sugiere que los portadores de células T que se habían expuesto a los virus de la gripe estacional pueden haber desarrollado una inmunidad preexistente al Covid.
Aunque los resultados pueden explicar por qué ocurren algunas infecciones asintomáticas, el estudio se limitó a los datos genéticos que ya existían de trabajos anteriores. Además, el grupo de estudio fue bastante homogéneo, ya que todos los participantes se autoidentificaron como blancos y el 81% se autoidentificó como mujer.
“En términos de diversidad, no podemos extender estos resultados a todos los grupos poblacionales, porque los informes epidemiológicos señalan que la incidencia de los síntomas de Covid varían según los grupos”, apunta Asgari.
A pesar de sus limitaciones, el trabajo es un paso fundamental para comprender por qué hay casos asintomáticos, lo que a su vez puede repercutir en la planificación de políticas de salud pública, el diseño de vacunas y el desarrollo de nuevos tratamientos, señalan los investigadores.
“Ya todos hemos aprendido que prevenir el contagio de Covid es más difícil de lo que pensábamos”, apunta Hollenbach. “Si pudiéramos diseñar una vacuna que tal vez no impida que nos infectemos, sino que pueda manejar la infección para que no cause ningún síntoma, personalmente me pondría muy contenta.”
De acuerdo con los nuevos estudios, un promedio de al menos el 20% de las personas que se contagian el virus SARS-CoV-2 son asintomáticas. Los investigadores dicen que el sistema inmunitario de esas personas respondería más rápido para luchar contra el virus, antes de que aparezcan los síntomas y las potenciales complicaciones para la salud.
“Estudiar la resistencia al virus básicamente nos permite entender cómo eliminar la infección”, dice Samira Asgari, profesora adjunta de genética y ciencias genómicas de la Escuela de Medicina Icahn, Mount Sinai, que no participó del nuevo estudio.
Razones
Para desentrañar por qué algunas personas logran frenar la aparición de los síntomas, los investigadores estudiaron los genes antígenos leucocitarios humanos (HLA, por su sigla en inglés), cruciales para la capacidad de nuestro organismo de reconocer y defenderse de los agentes patógenos. Esos combatientes genéticos son “la región más importante del genoma desde el punto de vista médico”, dice Jill Hollenbach, profesora de neurología y epidemiología de la Universidad de California en San Francisco y una de las directoras del nuevo estudio.
Para el estudio, que fue publicado hoy en la revista científica Nature, Hollenbach y su equipo tomaron muestras de 29.947 donantes voluntarios de médula ósea, un grupo del que ya contaban con abundante datos genéticos. Les pidieron a los voluntarios que registraran diariamente en su celular el avance de la infección y la evolución de los síntomas, como congestión nasal y mocos, dolor de garganta, fiebre o escalofríos. A los participantes también se les pidió que registraran si se habían hecho un hisopado de coronavirus cada semana, y una vez por mes que registraran si habían tenido que ser hospitalizados.
Durante el periodo de nueve meses que duró el estudio, 1428 participantes no vacunados informaron haber dado positivo por coronavirus en algún hisopado, y 136 de ellos habían cursado la enfermedad sin síntomas. Entre los asintomáticos, el 20% era portador de una variante de HLA muy común, llamada HLA-B*15:01. Las personas que tienen dos ejemplares de esa variante —una por cada uno de sus padres— resultaron ser más de ocho veces más propensos a no tener síntomas que quienes tenían otras variantes de HLA.
Los investigadores también utilizaron los datos de los voluntarios para entender si los factores no genéticos afectaron las probabilidades de los voluntarios de tener una infección asintomática.
“Hay miles de cosas que nos hacen más o menos propensos a tener una enfermedad grave, como las comorbilidades, el peso, la edad o el sexo”, dice Hollenbach. “Pero en este caso, ninguno de esos factores parece tener incidencia, sobre todo en ser asintomático, que parece ser algo impulsado básicamente por los genes.”
Células T e inmunidad preexistente
Para comprender mejor el papel de la genética en los casos asintomáticos, los investigadores analizaron muestras de personas portadoras de la variante HLA-B*15:01 que habían sido recolectadas antes de la pandemia, y descubrieron que esas personas tenían células inmunitarias llamadas “células T”, que reaccionaban a las proteínas compartidas por el SARS-CoV-2 y otros coronavirus estacionales. La coincidencia sugiere que los portadores de células T que se habían expuesto a los virus de la gripe estacional pueden haber desarrollado una inmunidad preexistente al Covid.
Aunque los resultados pueden explicar por qué ocurren algunas infecciones asintomáticas, el estudio se limitó a los datos genéticos que ya existían de trabajos anteriores. Además, el grupo de estudio fue bastante homogéneo, ya que todos los participantes se autoidentificaron como blancos y el 81% se autoidentificó como mujer.
“En términos de diversidad, no podemos extender estos resultados a todos los grupos poblacionales, porque los informes epidemiológicos señalan que la incidencia de los síntomas de Covid varían según los grupos”, apunta Asgari.
A pesar de sus limitaciones, el trabajo es un paso fundamental para comprender por qué hay casos asintomáticos, lo que a su vez puede repercutir en la planificación de políticas de salud pública, el diseño de vacunas y el desarrollo de nuevos tratamientos, señalan los investigadores.
“Ya todos hemos aprendido que prevenir el contagio de Covid es más difícil de lo que pensábamos”, apunta Hollenbach. “Si pudiéramos diseñar una vacuna que tal vez no impida que nos infectemos, sino que pueda manejar la infección para que no cause ningún síntoma, personalmente me pondría muy contenta.”