Disputa por las naftas: el detrás de escena y cómo seguirán los precios
Por:
Matías Bonelli
Miércoles 21 de
Junio 2023
El ministro Massa había advertido que los valores no subirían más de 4,5% pero las petroleras finalmente impusieron alzas que promedian el 6%. La disputa de cara a lo que viene.
Las petroleras decidieron tirar de la cuerda y finalmente durante el fin de semana impusieron aumentos en sus precios que promediaron el 6%, aunque en algunos casos tocaron un techo de 8%.
Esto va en contra de lo que había establecido el propio ministro de Economía, Sergio Massa, quien había destacado que los combustibles no se deberían incrementar por encima de 4,5%. Esa pauta, evidentemente, no se cumplió.
En rigor, lo que hay entre las petroleras y el Gobierno es un acuerdo de palabra. No existen papeles firmados que marquen cómo deben ser las cosas -como ocurre con las alimenticias y el programa Precios Justos, por ejemplo-, por lo que todo queda librado a la buena predisposición de las partes.
Esa predisposición existió, pero evidentemente más a hablar, en el caso de las compañías, de la problemática sectorial en torno de los precios y sus conflictos con la inflación; y de la necesidad de imponer un techo a las subas para que no tuvieran luego impacto sobre la inflación, por parte de Energía.
Nada escrito, nada firmado, pero sí un intento de acuerdo tácito que no pudo ser. Ambas partes fueron por su lado; cada uno pidió lo suyo y todo terminó en poco. Lo cierto es que para Economía, al menos, el logro es poder mostrar que se da un incremento por debajo de la inflación mensual, más allá de que sus expectativas era un número algo inferior. Y las petroleras se llevaron un alza mayor a la que había fijado Massa, aunque por debajo del IPC.
Es decir: se tensó la cuerda y el resultado termina por no convencer a ninguno.
Economía fijó primero su propia meta en 4% hasta mediados de agosto, pero las compañías siempre fueron claras: "No nos alcanza", sostuvieron, y enseguida salieron a marcar que sus retoques no bajarían del 6%.
Massa salió rápido a intentar contener esa idea -o al menos a exponer fuerte su visión en contra a esos porcentajes- y dijo que se habilitaría hasta un 4,5%. Pero la decisión de las petroleras ya estaba tomada y así se tocó un techo de 8%.
De hecho, durante los últimos días circularon por los despachos de Energía directivos de todas las petroleras dejando en claro que el 4% de Massa no era suficiente. Se habló de un promedio de 6% -como finalmente terminó ocurriendo- pero otras fueron por más y hablaron de un 8%, de modo de ganarle a la inflación.
"No nos alcanza"
En las petroleras el argumento es el mismo a la hora de explicar ese "no nos alcanza". Apuntan que, incluso, con el 6% promedio de subas que acaban de aplicar quedarán por debajo del 7,8% de inflación de mayo. Incluso, también sostienen que las subas que se vienen dando, aunque son asiduas, no alcanzan al IPC.
En el acumulado de los primeros cinco meses de este año, los precios de las naftas y gasoil aumentaron un 23%, frente a una inflación del 54,8%.
El eje del equipo económico es el impacto que justamente tienen estos movimientos sobre el IPC. Los combustibles en sí no tienen un peso específico importante sobre la inflación (no suelen sumar más de 0,25 puntos), aunque sin dudas tiene luego un efecto derrame sobre otros rubros, como el logístico, que termina por afectar a segmentos como el alimenticio.
La secretaria de Energía, Flavia Royón, es una de las que más se opone a que los incrementos vayan por encima de 4%. Era su meta para esta nueva etapa que arrancó este fin de semana y finalizará a mediados de agosto -algo que finalmente no logró imponer-, y si le dieran a elegir repetiría esa pauta para el trimestre siguiente.
Royón, y el equipo económico en general, saben que el retraso de aumentos de combustibles será más difícil de manejar con el tiempo debido al avance inflacionario, aunque por el otro lado confían en que los próximos meses se desacelerará el IPC, con lo que tendrá otros argumentos en la mano.
De todas formas esas son especulaciones y previsiones y, al menos hoy, su postura es no moverse de ese 4%.
Lo que habrá que ver ahora es cómo queda la relación entre el Gobierno y las petroleras. Según las voces de las compañías, "nada debería cambiar" ya que "no estamos incumpliendo nada que se haya firmado".
"Entendemos la preocupación respecto del control de la inflación, pero la realidad es que estamos bastante por debajo de los índices oficiales. También tenemos que poner en la balanza nuestra rentabilidad, y apuntamos a que el panorama sea lo menos conflictivo posible en este sentido", sostienen las empresas.
El área económica, en tanto, también interpreta que no hay ningún tipo de ruptura de pacto ya que no hay nada firmado ni acordado. Pero tampoco se puede esconder que el hecho de que se haya superado la marca de la que había hablado Massa no resulta gracioso
Esto va en contra de lo que había establecido el propio ministro de Economía, Sergio Massa, quien había destacado que los combustibles no se deberían incrementar por encima de 4,5%. Esa pauta, evidentemente, no se cumplió.
En rigor, lo que hay entre las petroleras y el Gobierno es un acuerdo de palabra. No existen papeles firmados que marquen cómo deben ser las cosas -como ocurre con las alimenticias y el programa Precios Justos, por ejemplo-, por lo que todo queda librado a la buena predisposición de las partes.
Esa predisposición existió, pero evidentemente más a hablar, en el caso de las compañías, de la problemática sectorial en torno de los precios y sus conflictos con la inflación; y de la necesidad de imponer un techo a las subas para que no tuvieran luego impacto sobre la inflación, por parte de Energía.
Nada escrito, nada firmado, pero sí un intento de acuerdo tácito que no pudo ser. Ambas partes fueron por su lado; cada uno pidió lo suyo y todo terminó en poco. Lo cierto es que para Economía, al menos, el logro es poder mostrar que se da un incremento por debajo de la inflación mensual, más allá de que sus expectativas era un número algo inferior. Y las petroleras se llevaron un alza mayor a la que había fijado Massa, aunque por debajo del IPC.
Es decir: se tensó la cuerda y el resultado termina por no convencer a ninguno.
Economía fijó primero su propia meta en 4% hasta mediados de agosto, pero las compañías siempre fueron claras: "No nos alcanza", sostuvieron, y enseguida salieron a marcar que sus retoques no bajarían del 6%.
Massa salió rápido a intentar contener esa idea -o al menos a exponer fuerte su visión en contra a esos porcentajes- y dijo que se habilitaría hasta un 4,5%. Pero la decisión de las petroleras ya estaba tomada y así se tocó un techo de 8%.
De hecho, durante los últimos días circularon por los despachos de Energía directivos de todas las petroleras dejando en claro que el 4% de Massa no era suficiente. Se habló de un promedio de 6% -como finalmente terminó ocurriendo- pero otras fueron por más y hablaron de un 8%, de modo de ganarle a la inflación.
"No nos alcanza"
En las petroleras el argumento es el mismo a la hora de explicar ese "no nos alcanza". Apuntan que, incluso, con el 6% promedio de subas que acaban de aplicar quedarán por debajo del 7,8% de inflación de mayo. Incluso, también sostienen que las subas que se vienen dando, aunque son asiduas, no alcanzan al IPC.
En el acumulado de los primeros cinco meses de este año, los precios de las naftas y gasoil aumentaron un 23%, frente a una inflación del 54,8%.
El eje del equipo económico es el impacto que justamente tienen estos movimientos sobre el IPC. Los combustibles en sí no tienen un peso específico importante sobre la inflación (no suelen sumar más de 0,25 puntos), aunque sin dudas tiene luego un efecto derrame sobre otros rubros, como el logístico, que termina por afectar a segmentos como el alimenticio.
La secretaria de Energía, Flavia Royón, es una de las que más se opone a que los incrementos vayan por encima de 4%. Era su meta para esta nueva etapa que arrancó este fin de semana y finalizará a mediados de agosto -algo que finalmente no logró imponer-, y si le dieran a elegir repetiría esa pauta para el trimestre siguiente.
Royón, y el equipo económico en general, saben que el retraso de aumentos de combustibles será más difícil de manejar con el tiempo debido al avance inflacionario, aunque por el otro lado confían en que los próximos meses se desacelerará el IPC, con lo que tendrá otros argumentos en la mano.
De todas formas esas son especulaciones y previsiones y, al menos hoy, su postura es no moverse de ese 4%.
Lo que habrá que ver ahora es cómo queda la relación entre el Gobierno y las petroleras. Según las voces de las compañías, "nada debería cambiar" ya que "no estamos incumpliendo nada que se haya firmado".
"Entendemos la preocupación respecto del control de la inflación, pero la realidad es que estamos bastante por debajo de los índices oficiales. También tenemos que poner en la balanza nuestra rentabilidad, y apuntamos a que el panorama sea lo menos conflictivo posible en este sentido", sostienen las empresas.
El área económica, en tanto, también interpreta que no hay ningún tipo de ruptura de pacto ya que no hay nada firmado ni acordado. Pero tampoco se puede esconder que el hecho de que se haya superado la marca de la que había hablado Massa no resulta gracioso