Suecia se prepara para las consecuencias de la caída de la propiedad
Viernes 16 de
Junio 2023
El gobierno de Suecia está listo para intervenir para detener las consecuencias de una crisis inmobiliaria si la caída de los precios provoca una crisis más amplia, un presagio potencial de problemas en toda Europa.
Las altas deudas, el aumento de las tasas de interés y una economía debilitada han producido un cóctel tóxico para las empresas inmobiliarias comerciales de Suecia, con varias recortadas a chatarra por parte de las agencias de calificación.
Los precios de la vivienda también han bajado alrededor de una quinta parte desde su pico de marzo de 2022, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que refleja el aumento de los costos hipotecarios.
El ministro de Mercados Financieros de Suecia, Niklas Wykman, dijo a Reuters que el estado tiene la influencia financiera para evitar que una caída del mercado inmobiliario atrape al país, uno de los más ricos de Europa, y a sus bancos.
"Hay una preparación para actuar", dijo.
"Si... ocurren más accidentes... o... se revelan nuevos riesgos... o surgen amenazas para el sistema financiero, entonces lo más importante desde una perspectiva de estabilidad es tener una amplia caja de herramientas... que el estado puede usar".
Las preocupaciones sobre el sector inmobiliario ya pesan sobre la moneda, mientras que los inversores se preguntan si Suecia es solo la primera ficha de dominó que cae en Europa.
Suecia y Alemania se encuentran entre los más afectados por una caída inmobiliaria cada vez mayor en el continente, según Eurostat.
A principios de esta semana, la OCDE advirtió sobre los "riesgos de estabilidad financiera" en Suecia, señalando los fuertes préstamos de los bancos a las empresas inmobiliarias y los propietarios de viviendas, la mayoría de los cuales tienen hipotecas de tasa variable que se mueven a la par con el aumento de las tasas de interés.
Aunque Wykman no describió cómo podría actuar su gobierno y enfatizó que los bancos eran "rentables y estables", sus comentarios subrayan la creciente preocupación en Estocolmo.
A principios de la década de 1990, el colapso de la burbuja inmobiliaria sueca desencadenó la nacionalización de dos bancos, el rescate de un tercero y la devaluación de la corona sueca, lo que sumió al país en una profunda recesión.
"Está claro que Suecia tiene una deuda pública baja y la capacidad de reaccionar si se desarrolla una crisis", dijo Wykman.
LUCHA
La propiedad es el eje de la economía sueca y representa el 80% de la deuda de los hogares. Agobiados por los préstamos hipotecarios, los suecos están dos veces más endeudados que los alemanes o los italianos.
Los inmuebles comerciales representan el 18% de los préstamos bancarios, según la OCDE, más del triple del nivel de España o Irlanda.
Los funcionarios suecos están preocupados de que los bancos puedan agravar los problemas de las empresas inmobiliarias al recortar el crédito, lo que desencadenaría ventas masivas que arrastrarían aún más al mercado.
Uno de los mayores propietarios de Suecia, SBB (SBBb.ST) , está en el centro de la espiral. Está luchando por salvar sus finanzas después de que recientemente su calificación crediticia fuera degradada a basura .
La empresa fue fundada por un expolítico socialdemócrata, Ilija Batljan, que acumuló enormes deudas al comprar propiedades públicas, incluidas viviendas sociales, oficinas gubernamentales, escuelas, hospitales, comisarías y una instalación militar.
Golpeada por los altísimos tipos de interés que obligaron a la empresa a cancelar su dividendo y descartar una emisión de acciones, SBB ahora está buscando un comprador para todo o parte de su negocio después de que Batljan se viera obligado a dimitir.
SBB tenía una deuda de 81.000 millones de coronas suecas (7.600 millones de dólares) en marzo, de la que alrededor del 15 % vencía en el plazo de un año.
La compañía dijo a Reuters que había tomado medidas para fortalecer su posición de liquidez, incluida la venta de una participación en una empresa de construcción.
Pero los problemas de SBB, a los que algunos analistas atribuyen en parte el hundimiento de la moneda sueca, están causando alarma en Estocolmo. Su propiedad de franjas de propiedad pública pone un signo de interrogación sobre la provisión de servicios gubernamentales.
Junto con la caída de los precios de las propiedades y el aumento de los costos de las hipotecas, la crisis también amenaza con una reacción violenta de los votantes contra un gobierno que ya está bajo presión por una ola creciente de violencia de pandillas .
El ministro de mercados financieros, Wykman, dijo que había mantenido conversaciones con bancos, empresas inmobiliarias e inversores sobre todo el mercado inmobiliario comercial.
Esta semana, los analistas de JP Morgan dijeron que los grandes bancos de Suecia, que tenían 1 billón de coronas suecas en exposición inmobiliaria, estaban "mal preparados" para las pérdidas.
Los cuatro principales bancos de Suecia restaron importancia a cualquier amenaza. Swedbank (SWEDa.ST) dijo a Reuters que había sido cuidadoso con los préstamos. Nordea de Finlandia (NDAFI.HE) dijo que sus préstamos eran fuertes y bien diversificados.
SEB (SEBa.ST) dijo que era "fuerte" y que su calidad crediticia era "robusta". Handelsbanken (SHBa.ST) se refirió a una presentación reciente, donde dijo que sus préstamos inmobiliarios eran conservadores y diversificados.
"Cuando se trata del lado de la propiedad comercial, claramente existen riesgos de contagio", dijo Wykman, sin señalar a las empresas individuales.
"Podría ser que una o más empresas vendan activos. Esto lleva a que otras empresas tengan que revaluar activos y eso, a su vez, puede significar que más empresas necesitan hacer cambios".
Con información de
Reuters
