El impactante dato sobre la salud mental que enciende la alerta tras la pandemia de Covid
Por:
Irene Hartmann
Viernes 09 de
Junio 2023
Lo dio la OPS en una conferencia de prensa de este viernes: por cada dólar invertido en el área, retornan cuatro al sistema de salud. Qué les pidieron a los países.
Así como el Covid dejó “notoriedad” y un mayor saber popular sobre los patógenos de las enfermedades infectocontagiosas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo este viernes un llamado de atención para que los gobiernos de la región pongan de relieve la salud mental, área que, aseguran, ya venía sosteniendo indicadores preocupantes desde antes de la pandemia, pero cuyas cifras empeoraron tras el Covid.
Fue en una conferencia en la que se enfocaron en diez acciones para ellos “prioritarias”, reunidas en un documento que titularon Nueva Agenda para la Salud Mental en las Américas (NASMA).
Los principales oradores del encuentro fueron Jarbas Barbosa, director de la OPS; Epsy Campbell Barr, presidenta de la comisión de Salud Mental y ex Vicepresidenta de Costa Rica; y Néstor Méndez, copresidente de esa comisión y Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El puñado de “destacables” de la presentación incluye cinco temas. Los dos primeros son pedidos a los gobiernos de la región. El tercero, un dato de color. El cuarto, cifras alarmantes sobre la salud mental en la población americana. El quinto, un dato impactante que daremos ahora mismo.
Y es que, dijeron en la conferencia, “invertir en salud mental produce grandes beneficios económicos”. Por cada dólar invertido, aseguraron, se obtienen otros 4 dólares que “vuelven” o más bien, "retornan" al mundo de la salud de los países.
Qué le pidió la OPS a los gobiernos
Los pedidos que hicieron se basan en algunas de las diez recomendaciones incluidas en la “agenda”. El primero es que los gobiernos eleven al 5% del presupuesto nacional de Salud los montos que hoy destinan puntualmente a salud mental, cuyo promedio regional ronda el 3%, informaron.
Como reportó Clarín, Argentina -hasta septiembre de 2022, al menos- destinaba cerca del 2,3% del presupuesto de Salud a la salud mental, aun cuando la ley que pretendió actualizar la dinámica del sector en 2010 estableció destinar el 10%.
El segundo tema importante fue un planteo que complementa lo anterior, y es que (dice el reporte), hay que aprovechar "oportunidades de financiamiento sostenible”. En concreto se refieren a impulsar mecanismos de apoyo que incluyan “multisectorialmente” al sector privado.
En la agenda NASMA hay simpáticos gráficos que ilustran esa mancomunión, lo que deja en claro que la OPS-OMS entiende que en el mundo pospandémico empobrecido (tema que enfatizaron en la reunión), la gestión meramente estatal puede terminar siendo una manta corta. Y, siguiendo la metáfora, las consecuencias de “pasar frío” en términos de salud mental impactan finalmente en todas las áreas de la vida de una nación, destacaron en varios momentos los interlocutores.
Detalles del reporte de salud mental de la OPS
Como se dijo arriba, la NASMA incluye 10 recomendaciones. Algunas de las no mencionadas son “elevar la salud mental a nivel nacional y supranacional” (básicamente, dar cobertura universal), “garantizar los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental” (por medio de nuevas leyes) y “promover y proteger la salud mental a lo largo de la vida” (esto es: enfocarse en infancia, adolescencia y vejez).
Además, recomiendan “mejorar y ampliar los servicios y la atención de salud mental a nivel comunitario” (es decir, impulsar la desmanicomialización), “fortalecer la prevención del suicidio”, “adoptar un enfoque transformador frente a las cuestiones de género”, “abordar el racismo y la discriminación racial como determinantes” y “mejorar los datos e investigaciones” ligados al tema.
Falta nombrar una, la número 2, que es “integrar la salud mental en todas las políticas". Sería una recomendación más de no ser porque, al cierre del capítulo, incluye una referencia a la Argentina como país ejemplar en esa materia.
Argentina, ¿un caso ejemplar?
Aun cuando la gestión local de Salud Mental recibió y recibe críticas frecuentes desde distintos sectores (principalmente, de los familiares de pacientes que padecen los defectos del sistema) las características de la ley de 2010 figuran en el reporte de la OPS como ejemplo a seguir para los pares de la región.
No es el único, ya que para cada recomendación se menciona, al pie, un caso latinoamericano que marque "el rumbo". Tal vez, una forma de bajar a la práctica cada uno de los temas. Tal vez, un gesto político del organismo.
Lo cierto es que la página dedicada a la Argentina incluye un texto confeccionado en base a información del Ministerio que conduce Carla Vizzotti.
El apartado se titula “Ejemplo de caso: El enfoque multisectorial de Argentina de la atención de salud mental a nivel comunitario”, y destaca los acuerdos e iniciativas impulsados en tándem con otros ministerios, durante el último año de la gestión.
Temas de salud mental prioritarios
Barbosa, director de la OPS, inició la reunión con algunos datos contundentes, intentando poner de relieve el eternamente ninguneado asunto de la salud mental. Según dijo, los datos recabados en el último tiempo “revelaron un aumento de problemas de salud mental como depresión y ansiedad”, algo que durante la pandemia fue especialmente duro, ya que “hubo interrupciones sin precedentes en muchos servicios de salud, incluyendo los de salud mental, justo cuando más se necesitaron”.
De hecho, ya “en 2018, a lo largo de 12 meses, el 20% de las personas de la región había experimentado algún trastorno de salud mental”.
Entre los temas que más minutos se llevaron estuvieron las tasas de suicidio de la región. No es para menos. “En las últimas dos décadas, la tasa mundial descendió, pero en las Américas, en el mismo período, aumentó 17%”, apuntó Barbosa.
Las inequidades, motor de la mala salud mental
Según el reporte de la OPS, “en la Región mueren casi 100.000 personas al año por suicidio”. Entre 2000 y 2019, la tasa regional de suicidios ajustada por edad aumentó 17%. Pasó de 7,3 a 9,0 por 100.000 habitantes.
Lejos estamos acá de Guyana, el país que lidera la lista americana, con una tasa de 40 suicidios por 100.000 habitantes; o de Uruguay, en el tercer puesto, con un alarmante 18,8.
No obstante, sobre 33 naciones, hay que remarcar que Argentina está entre los 10 primeros de la región. En concreto, en el noveno lugar, con una tasa de 8,1 suicidios sobre 100.000 habitantes.
¿A qué se deben estas duras cifras? Epsy Campbell Barr, directora del área, lo puso sobre la mesa: la discriminación y el racismo (pensando en las nuevas migraciones de la región) así como la violencia de género son algunos de los problemas en los que más acento hay que poner. Pero se suman las tremendas cifras de pobreza.
Barbosa lo dijo en varias oportunidades: si bien la pandemia y las muertes generaron gran incertidumbre en las poblaciones, las inequidades, en concreto la pobreza extrema, se sumó en estos años como una capa adicional. Otro problema social que genera preocupaciones y grandes sentimientos de incertidumbre.
PS
Fue en una conferencia en la que se enfocaron en diez acciones para ellos “prioritarias”, reunidas en un documento que titularon Nueva Agenda para la Salud Mental en las Américas (NASMA).
Los principales oradores del encuentro fueron Jarbas Barbosa, director de la OPS; Epsy Campbell Barr, presidenta de la comisión de Salud Mental y ex Vicepresidenta de Costa Rica; y Néstor Méndez, copresidente de esa comisión y Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El puñado de “destacables” de la presentación incluye cinco temas. Los dos primeros son pedidos a los gobiernos de la región. El tercero, un dato de color. El cuarto, cifras alarmantes sobre la salud mental en la población americana. El quinto, un dato impactante que daremos ahora mismo.
Y es que, dijeron en la conferencia, “invertir en salud mental produce grandes beneficios económicos”. Por cada dólar invertido, aseguraron, se obtienen otros 4 dólares que “vuelven” o más bien, "retornan" al mundo de la salud de los países.
Qué le pidió la OPS a los gobiernos
Los pedidos que hicieron se basan en algunas de las diez recomendaciones incluidas en la “agenda”. El primero es que los gobiernos eleven al 5% del presupuesto nacional de Salud los montos que hoy destinan puntualmente a salud mental, cuyo promedio regional ronda el 3%, informaron.
Como reportó Clarín, Argentina -hasta septiembre de 2022, al menos- destinaba cerca del 2,3% del presupuesto de Salud a la salud mental, aun cuando la ley que pretendió actualizar la dinámica del sector en 2010 estableció destinar el 10%.
El segundo tema importante fue un planteo que complementa lo anterior, y es que (dice el reporte), hay que aprovechar "oportunidades de financiamiento sostenible”. En concreto se refieren a impulsar mecanismos de apoyo que incluyan “multisectorialmente” al sector privado.
En la agenda NASMA hay simpáticos gráficos que ilustran esa mancomunión, lo que deja en claro que la OPS-OMS entiende que en el mundo pospandémico empobrecido (tema que enfatizaron en la reunión), la gestión meramente estatal puede terminar siendo una manta corta. Y, siguiendo la metáfora, las consecuencias de “pasar frío” en términos de salud mental impactan finalmente en todas las áreas de la vida de una nación, destacaron en varios momentos los interlocutores.
Detalles del reporte de salud mental de la OPS
Como se dijo arriba, la NASMA incluye 10 recomendaciones. Algunas de las no mencionadas son “elevar la salud mental a nivel nacional y supranacional” (básicamente, dar cobertura universal), “garantizar los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental” (por medio de nuevas leyes) y “promover y proteger la salud mental a lo largo de la vida” (esto es: enfocarse en infancia, adolescencia y vejez).
Además, recomiendan “mejorar y ampliar los servicios y la atención de salud mental a nivel comunitario” (es decir, impulsar la desmanicomialización), “fortalecer la prevención del suicidio”, “adoptar un enfoque transformador frente a las cuestiones de género”, “abordar el racismo y la discriminación racial como determinantes” y “mejorar los datos e investigaciones” ligados al tema.
Falta nombrar una, la número 2, que es “integrar la salud mental en todas las políticas". Sería una recomendación más de no ser porque, al cierre del capítulo, incluye una referencia a la Argentina como país ejemplar en esa materia.
Argentina, ¿un caso ejemplar?
Aun cuando la gestión local de Salud Mental recibió y recibe críticas frecuentes desde distintos sectores (principalmente, de los familiares de pacientes que padecen los defectos del sistema) las características de la ley de 2010 figuran en el reporte de la OPS como ejemplo a seguir para los pares de la región.
No es el único, ya que para cada recomendación se menciona, al pie, un caso latinoamericano que marque "el rumbo". Tal vez, una forma de bajar a la práctica cada uno de los temas. Tal vez, un gesto político del organismo.
Lo cierto es que la página dedicada a la Argentina incluye un texto confeccionado en base a información del Ministerio que conduce Carla Vizzotti.
El apartado se titula “Ejemplo de caso: El enfoque multisectorial de Argentina de la atención de salud mental a nivel comunitario”, y destaca los acuerdos e iniciativas impulsados en tándem con otros ministerios, durante el último año de la gestión.
Temas de salud mental prioritarios
Barbosa, director de la OPS, inició la reunión con algunos datos contundentes, intentando poner de relieve el eternamente ninguneado asunto de la salud mental. Según dijo, los datos recabados en el último tiempo “revelaron un aumento de problemas de salud mental como depresión y ansiedad”, algo que durante la pandemia fue especialmente duro, ya que “hubo interrupciones sin precedentes en muchos servicios de salud, incluyendo los de salud mental, justo cuando más se necesitaron”.
De hecho, ya “en 2018, a lo largo de 12 meses, el 20% de las personas de la región había experimentado algún trastorno de salud mental”.
Entre los temas que más minutos se llevaron estuvieron las tasas de suicidio de la región. No es para menos. “En las últimas dos décadas, la tasa mundial descendió, pero en las Américas, en el mismo período, aumentó 17%”, apuntó Barbosa.
Las inequidades, motor de la mala salud mental
Según el reporte de la OPS, “en la Región mueren casi 100.000 personas al año por suicidio”. Entre 2000 y 2019, la tasa regional de suicidios ajustada por edad aumentó 17%. Pasó de 7,3 a 9,0 por 100.000 habitantes.
Lejos estamos acá de Guyana, el país que lidera la lista americana, con una tasa de 40 suicidios por 100.000 habitantes; o de Uruguay, en el tercer puesto, con un alarmante 18,8.
No obstante, sobre 33 naciones, hay que remarcar que Argentina está entre los 10 primeros de la región. En concreto, en el noveno lugar, con una tasa de 8,1 suicidios sobre 100.000 habitantes.
¿A qué se deben estas duras cifras? Epsy Campbell Barr, directora del área, lo puso sobre la mesa: la discriminación y el racismo (pensando en las nuevas migraciones de la región) así como la violencia de género son algunos de los problemas en los que más acento hay que poner. Pero se suman las tremendas cifras de pobreza.
Barbosa lo dijo en varias oportunidades: si bien la pandemia y las muertes generaron gran incertidumbre en las poblaciones, las inequidades, en concreto la pobreza extrema, se sumó en estos años como una capa adicional. Otro problema social que genera preocupaciones y grandes sentimientos de incertidumbre.
PS
Con información de
Clarin