La historia de la joven colombiana que vive sin estómago: "Es posible".
Martes 16 de
Mayo 2023
A los 16 años debieron extirparle el órgano entero tras detectarle pólipos y tumores. Tres años después, conformó una comunidad en redes sociales y un grupo de apoyo para acompañar a quienes atraviesen por situaciones similares.
¿Es posible vivir sin estómago? La respuesta es que sí y la joven colombiana de 19 años María Camila Gómez es la prueba viviente de que se puede seguir viviendo sin este órgano que la gran mayoría de las personas considera imprescindible.
Tras haber atravesado por una gastrectomía total a sus 16 años, lo que se traduce en la extirpación de todo su estómago, Camila, bajo el usuario @sin.estomago, se dedica en Instagram a relatar su experiencia, enviar mensajes positivos y demostrar que la vida no se acaba luego de dicho procedimiento.
"Aprendiendo a vivir sin estómago desde el 2019", es la descripción que eligió para su perfil, dado que fue el 1 de agosto de 2019 el día en el que su vida la sorprendió con un giro rotundo. Según relató la joven en diálogo con PERFIL, todo comenzó con un fuerte dolor de estómago en el que detectaron la presencia de líquido en su cavidad abdominal.
"Los doctores decían que lo más probable es que fuera un apendicitis que se había convertido en peritonitis, pero cuando me operaron se dieron cuenta de que no era ninguna de las dos, sino que había sangre en toda la cavidad abdominal. Limpiaron todo y dijeron que había que hacer más estudios porque no tenían una respuesta", relató.
Dos días después de la primera cirugía, con una endoscopia, una colonoscopia y varias pruebas de por medio, los profesionales ya pudieron darle un diagnóstico a la joven: Dos tumores en el estómago y pólipos tanto en el estómago como en el colon.
Menos de un mes después, el 27 de agosto, los médicos le comunicaron tanto a Camila como a su familia que lo más recomendable era realizar una gastrectomía total, uniendo el esófago y el intestino, esa misma semana. "¿Cómo que iba a quedarme sin estómago?", se preguntó en aquel momento, el cual describió como "un día muy duro".
De todas formas, la joven reconoció en diálogo con este medio que la rapidez de la noticia y la operación fue un factor que la ayudó ya que no tuvo "ni tiempo de pensarlo". "No me dio tiempo de sobre pensarlo ni pensar en qué podía pasar", sostuvo.
"Yo el día anterior estaba relajada, como si nada, como si me fueran a sacar una muela, estaba súper tranquila. No lo sobre pensé, no me dio miedo más que el miedo de la cirugía, pero yo estaba normal", aseguró.
En lo que respecta al posoperatorio, la joven recordó que "el primer día salió con mucho dolor" y ya al segundo día comenzó a consumir líquidos aunque en una cantidad muy reducida. "Me llenaba con cuatro onzas (poco más de 110 ml.) de líquido. Era súper raro", recordó.
Tres días después de la cirugía, la joven ya había iniciado una dieta a base de comidas licuadas y a los 15 días de la operación, luego de un control, realizó su primera comida sólida: una hamburguesa. "Pude comer pero no una porción normal, apenas 1/4 sin pan, pero pude comerla", remarcó.
"En ese momento yo toleraba todas las comidas aunque en porciones muy pequeñas. Con el tiempo empecé a comer normal, pero después de un año empezaron todos los problemas de intolerancia", explicó Camila e indicó que determinados alimentos, como los lácteos y el azúcar, le producían síntomas como nauseas, mareos e inflamación.
Ante el temor de que los malestares físicos de la joven fueran producidos por un nuevo tumor, la misma se sometió una seguidilla de exámenes médicos que le confirmaron que el único inconveniente se encontraba en la dieta que estaba llevando.
"Desafortunadamente, nunca tuve una guía exacta de médicos o nutricionistas que me dijeran comé esto o evitá esto. Solo me dijeron que no podía comer grandes cantidades y que usara suplementos, pero el resto normal. Con el tiempo me di cuenta que no podía ser así", manifestó.
Desde entonces, la joven comenzó a escuchar a su cuerpo e implementó cambios en su alimentación para mejorar su calidad de vida. Actualmente, Camila lleva una vida normal y utiliza las redes sociales para acompañar a quienes deben atravesar por la misma situación que ella vivió. "Vengo a demostrar que es posible vivir sin estómago", expresó.
Sin estómago, un espacio de contención
En el plano anímico, Camila destacó el papel fundamental que tuvo todo su entorno, tanto amigos como familiares, para ayudarla a transitar el proceso, dándole palabras de aliento y ofreciéndole un espacio para expresar lo que sentía. "Lo más importante es sentir que hay alguien que te escucha y que te entiende desde su perspectiva", sostuvo.
"Las personas no saben exactamente lo que uno vive pero igual hay alguien que escucha, que está dispuesto a ayudar y, principalmente, a acompañar", remarcó la joven e insistió en que el apoyo "ayuda mucho en el ánimo porque es un proceso muy difícil, de muchos cambios, y contar con esa gente es súper importante".
En esta misma línea, remarcó: "Es de las cosas que yo más agradezco. Es algo que ayuda porque es una situación difícil y si uno se encapsula siempre en lo negativo es muy difícil sentirse bien, entonces con apoyo siempre hay alguien que te va a ayudar a cambiar esa perspectiva".
A partir de que ella vivió en carne propia lo importante que es el apoyo para situaciones de este tipo es que decidió ponerse del otro lado y abrir la cuenta de Instagram @sin.estomago para concientizar sobre el tema y llegar a una mayor cantidad de personas a las que les pudieran resultar útiles sus palabras.
"Decidí abrir la cuenta porque sentía que el propósito de lo que había pasado era ayudar a las demás personas", relató la joven, quien primero se había limitado a avisarle a sus médicos que, en caso de que ellos recibieran a otra persona con un caso similar, ella se encontraba a disposición para hablar y ponerse en contacto.
Así, explicó: "Yo no quería hacerlo público, porque muchas veces las personas se incomodan o dicen cosas como 'ay, pobrecita', por eso prefería que me contactaran los doctores. Pero me di cuenta de que no era tan fácil. No hay muchos casos y tampoco todas las personas están dispuestas a hablar o quieren ese tipo de apoyo en ese momento".
"De ahí dije que era mejor abrir la cuenta, compartir mi historia y encontrar a más personas", relató Camila, recordando que a los dos meses le escribió un usuario cuya hermana estaba pasando por lo mismo. "Con el tiempo la cuenta empezó a crecer y me empezó a escribir más gente, era una conversación", agregó.
Sobre este tema, mencionó que "en su mente estaba la idea de hacer algo más grande", aunque no sabía cómo, hasta que una de las personas con las que hablaba le sugirió que creara un grupo con todos aquellos que le habían escrito y que habían pasado o estaban pasando por lo mismo.
De esta manera nació el grupo de apoyo que inició con unas 10 personas y ahora se transformó en una gran comunidad. "Es un espacio súper lindo donde uno conecta con personas que han pasado por lo mismo, por lo que las palabras llegan más. La familia intenta entender pero nunca van a sentir exactamente lo mismo porque no lo vivieron", añadió.
Para cerrar, la joven afirmó que ella está abierta a las preguntas de quienes sientan curiosidad por su caso, aunque aún no tenga todas las respuestas sobre el tema. "Evito contarlo porque a veces las personas se incomodan, pero si surge el tema digo que es una historia larga y me pueden hacer todas las preguntas que quieran", sostuvo.
"Es extraño. Yo digo que pueden preguntarme lo que quieran porque hay gente a la que no le gusta preguntar porque sienten que van a incomodarme y yo les digo que no, les cuento y los dejo que empiecen a preguntar. A la gente le genera muchas dudas el tema y aún hay preguntas que yo nunca me he hecho", concluyó.
Tras haber atravesado por una gastrectomía total a sus 16 años, lo que se traduce en la extirpación de todo su estómago, Camila, bajo el usuario @sin.estomago, se dedica en Instagram a relatar su experiencia, enviar mensajes positivos y demostrar que la vida no se acaba luego de dicho procedimiento.
"Aprendiendo a vivir sin estómago desde el 2019", es la descripción que eligió para su perfil, dado que fue el 1 de agosto de 2019 el día en el que su vida la sorprendió con un giro rotundo. Según relató la joven en diálogo con PERFIL, todo comenzó con un fuerte dolor de estómago en el que detectaron la presencia de líquido en su cavidad abdominal.
"Los doctores decían que lo más probable es que fuera un apendicitis que se había convertido en peritonitis, pero cuando me operaron se dieron cuenta de que no era ninguna de las dos, sino que había sangre en toda la cavidad abdominal. Limpiaron todo y dijeron que había que hacer más estudios porque no tenían una respuesta", relató.
Dos días después de la primera cirugía, con una endoscopia, una colonoscopia y varias pruebas de por medio, los profesionales ya pudieron darle un diagnóstico a la joven: Dos tumores en el estómago y pólipos tanto en el estómago como en el colon.
Menos de un mes después, el 27 de agosto, los médicos le comunicaron tanto a Camila como a su familia que lo más recomendable era realizar una gastrectomía total, uniendo el esófago y el intestino, esa misma semana. "¿Cómo que iba a quedarme sin estómago?", se preguntó en aquel momento, el cual describió como "un día muy duro".
De todas formas, la joven reconoció en diálogo con este medio que la rapidez de la noticia y la operación fue un factor que la ayudó ya que no tuvo "ni tiempo de pensarlo". "No me dio tiempo de sobre pensarlo ni pensar en qué podía pasar", sostuvo.
"Yo el día anterior estaba relajada, como si nada, como si me fueran a sacar una muela, estaba súper tranquila. No lo sobre pensé, no me dio miedo más que el miedo de la cirugía, pero yo estaba normal", aseguró.
En lo que respecta al posoperatorio, la joven recordó que "el primer día salió con mucho dolor" y ya al segundo día comenzó a consumir líquidos aunque en una cantidad muy reducida. "Me llenaba con cuatro onzas (poco más de 110 ml.) de líquido. Era súper raro", recordó.
Tres días después de la cirugía, la joven ya había iniciado una dieta a base de comidas licuadas y a los 15 días de la operación, luego de un control, realizó su primera comida sólida: una hamburguesa. "Pude comer pero no una porción normal, apenas 1/4 sin pan, pero pude comerla", remarcó.
"En ese momento yo toleraba todas las comidas aunque en porciones muy pequeñas. Con el tiempo empecé a comer normal, pero después de un año empezaron todos los problemas de intolerancia", explicó Camila e indicó que determinados alimentos, como los lácteos y el azúcar, le producían síntomas como nauseas, mareos e inflamación.
Ante el temor de que los malestares físicos de la joven fueran producidos por un nuevo tumor, la misma se sometió una seguidilla de exámenes médicos que le confirmaron que el único inconveniente se encontraba en la dieta que estaba llevando.
"Desafortunadamente, nunca tuve una guía exacta de médicos o nutricionistas que me dijeran comé esto o evitá esto. Solo me dijeron que no podía comer grandes cantidades y que usara suplementos, pero el resto normal. Con el tiempo me di cuenta que no podía ser así", manifestó.
Desde entonces, la joven comenzó a escuchar a su cuerpo e implementó cambios en su alimentación para mejorar su calidad de vida. Actualmente, Camila lleva una vida normal y utiliza las redes sociales para acompañar a quienes deben atravesar por la misma situación que ella vivió. "Vengo a demostrar que es posible vivir sin estómago", expresó.
Sin estómago, un espacio de contención
En el plano anímico, Camila destacó el papel fundamental que tuvo todo su entorno, tanto amigos como familiares, para ayudarla a transitar el proceso, dándole palabras de aliento y ofreciéndole un espacio para expresar lo que sentía. "Lo más importante es sentir que hay alguien que te escucha y que te entiende desde su perspectiva", sostuvo.
"Las personas no saben exactamente lo que uno vive pero igual hay alguien que escucha, que está dispuesto a ayudar y, principalmente, a acompañar", remarcó la joven e insistió en que el apoyo "ayuda mucho en el ánimo porque es un proceso muy difícil, de muchos cambios, y contar con esa gente es súper importante".
En esta misma línea, remarcó: "Es de las cosas que yo más agradezco. Es algo que ayuda porque es una situación difícil y si uno se encapsula siempre en lo negativo es muy difícil sentirse bien, entonces con apoyo siempre hay alguien que te va a ayudar a cambiar esa perspectiva".
A partir de que ella vivió en carne propia lo importante que es el apoyo para situaciones de este tipo es que decidió ponerse del otro lado y abrir la cuenta de Instagram @sin.estomago para concientizar sobre el tema y llegar a una mayor cantidad de personas a las que les pudieran resultar útiles sus palabras.
"Decidí abrir la cuenta porque sentía que el propósito de lo que había pasado era ayudar a las demás personas", relató la joven, quien primero se había limitado a avisarle a sus médicos que, en caso de que ellos recibieran a otra persona con un caso similar, ella se encontraba a disposición para hablar y ponerse en contacto.
Así, explicó: "Yo no quería hacerlo público, porque muchas veces las personas se incomodan o dicen cosas como 'ay, pobrecita', por eso prefería que me contactaran los doctores. Pero me di cuenta de que no era tan fácil. No hay muchos casos y tampoco todas las personas están dispuestas a hablar o quieren ese tipo de apoyo en ese momento".
"De ahí dije que era mejor abrir la cuenta, compartir mi historia y encontrar a más personas", relató Camila, recordando que a los dos meses le escribió un usuario cuya hermana estaba pasando por lo mismo. "Con el tiempo la cuenta empezó a crecer y me empezó a escribir más gente, era una conversación", agregó.
Sobre este tema, mencionó que "en su mente estaba la idea de hacer algo más grande", aunque no sabía cómo, hasta que una de las personas con las que hablaba le sugirió que creara un grupo con todos aquellos que le habían escrito y que habían pasado o estaban pasando por lo mismo.
De esta manera nació el grupo de apoyo que inició con unas 10 personas y ahora se transformó en una gran comunidad. "Es un espacio súper lindo donde uno conecta con personas que han pasado por lo mismo, por lo que las palabras llegan más. La familia intenta entender pero nunca van a sentir exactamente lo mismo porque no lo vivieron", añadió.
Para cerrar, la joven afirmó que ella está abierta a las preguntas de quienes sientan curiosidad por su caso, aunque aún no tenga todas las respuestas sobre el tema. "Evito contarlo porque a veces las personas se incomodan, pero si surge el tema digo que es una historia larga y me pueden hacer todas las preguntas que quieran", sostuvo.
"Es extraño. Yo digo que pueden preguntarme lo que quieran porque hay gente a la que no le gusta preguntar porque sienten que van a incomodarme y yo les digo que no, les cuento y los dejo que empiecen a preguntar. A la gente le genera muchas dudas el tema y aún hay preguntas que yo nunca me he hecho", concluyó.
Con información de
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