Insuficiencia renal crónica, la enfermedad que padecen muchas personas y no lo saben
Martes 21 de
Febrero 2023
En Estados Unidos, un 15% de la población sufre esta patología, pero nueve de cada diez no tiene conocimiento de ello; causas, factores de riesgo y cómo cuidarse
Casi el 15% de los norteamericanos —más de 37 millones de personas— sufren de insuficiencia renal crónica, pero lo más preocupante es que el 90% de ellos no lo sabe.
Para cuidar la salud de los riñones primero es importante entender las causas y los factores de riesgo asociados a la insuficiencia renal. Los riñones realizan varias tareas cruciales para nuestro organismo. Como dijo una vez el famoso fisiólogo y escritor científico Homer Smith, “El riñón es el órgano evolutivo por excelencia.”
Cuando la sangre pasa a través de ellos, los riñones filtran los desechos y ácidos que se generan en las reacciones químicas de diversas partes del cuerpo. También regulan los niveles en sangre de los electrolitos de sodio, potasio, calcio, fósforo y magnesio, a través de su absorción y excreción por vía de subunidades llamadas nefrones. El mantenimiento de esos electrolitos en niveles normales es fundamental para un óptimo funcionamiento de múltiples órganos vitales, desde el corazón y los músculos hasta el cerebro.
Los riñones también regulan la presión sanguínea, ya que regulan la sal, el agua y la producción de hormonas. Además, los riñones producen las hormonas responsables de la conservación de la salud de los huesos y la producción continua de glóbulos rojos, responsables de llevar oxígeno a las distintas partes del cuerpo.
Cuando los riñones tienen problemas para cumplir con esas tareas, los efectos se sienten en otros órganos y en nuestro estado de salud general. La insuficiencia renal crónica es reconocida como una de las principales causas de muerte en el mundo. Por eso es tan importante la detección temprana, el tratamiento, y el trabajo sobre las causas modificables y los factores de riesgo.
Causas y factores de riesgo de la insuficiencia renal crónica
Los síntomas asociados con la insuficiencia renal —vómitos, mareos, pérdida de peso y malestar general— recién suelen manifestarse en su fase más avanzada. Por eso es doblemente importante que quienes tienen factores de riesgo se hagan los análisis y pruebas pertinentes.
Las principales causas de la insuficiencia renal crónica son la hipertensión y la diabetes. Y los mayores factores de riesgo son las cardiopatías, la obesidad, el tabaquismo, la etnia —los afroamericanos y los latinos tienen mayor riesgo— los antecedentes familiares y problemas anatómicos congénitos en el sistema renal.
Quienes tengan algunas de esas enfermedades o factores de riesgo deberían chequearse regularmente la presión sanguínea y realizarse análisis de orina enfocados en la detección de la insuficiencia renal desde sus inicios. Los resultados de esos estudios deberían incluir una tasa de regulación glomerular —la medición del funcionamiento de los riñones— y de albúmina en orina, un indicador temprano de la enfermedad.
El uso de ciertos medicamentos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroides —ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco, entre otros— y los inhibidores de la bomba de protones —como el pantoprazol y el omeprazol— también están asociados con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia renal. Quienes tomen esos remedios regularmente —algo que difiere de persona a persona— deberían conversarlo con su médico, sobre todo si tienen alguno de los factores de riesgo antes mencionados.
Cómo cuidar la salud de nuestros riñones
Dado que muchos casos de hipertensión y diabetes son resultado de la alimentación, como la ingesta de sal y el sobrepeso, tomar decisiones más saludables puede tener un beneficio secundario: reducir el riesgo para los riñones.
Se ha demostrado que una dieta rica en frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa es efectiva para reducir de la presión arterial. Combinada con una menor ingesta de sal, esa dieta reduce el riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y mortalidad.
Un estudio de la Universidad Johns Hopkins hizo el seguimiento de más de 15.000 adultos durante 20 años, y demostró que esa dieta reduce el riesgo de desarrollar insuficiencia renal. Este estudio también reveló que las personas que consumen muchas carnes rojas y procesadas tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal.
Otros estudios han demostrado que una dieta vegana previene la enfermedad renal y retarda su avance.
Y como el ejercicio físico es excelente para mitigar varias causas y factores de riesgo, como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, sus efectos han sido analizados en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, un estudio a gran escala que se realiza en todo Estados Unidos. El resultado reveló que las personas con niveles más altos de actividad física, medidos por un acelerómetro y un cuestionario, tenían más probabilidades de conservar sus funciones renales intactas.
La Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos recomienda que las personas con insuficiencia renal crónica hagan ejercicio al menos tres días no consecutivos por semana, de no menos de 30 minutos por sesión.
Para cuidar la salud de los riñones primero es importante entender las causas y los factores de riesgo asociados a la insuficiencia renal. Los riñones realizan varias tareas cruciales para nuestro organismo. Como dijo una vez el famoso fisiólogo y escritor científico Homer Smith, “El riñón es el órgano evolutivo por excelencia.”
Cuando la sangre pasa a través de ellos, los riñones filtran los desechos y ácidos que se generan en las reacciones químicas de diversas partes del cuerpo. También regulan los niveles en sangre de los electrolitos de sodio, potasio, calcio, fósforo y magnesio, a través de su absorción y excreción por vía de subunidades llamadas nefrones. El mantenimiento de esos electrolitos en niveles normales es fundamental para un óptimo funcionamiento de múltiples órganos vitales, desde el corazón y los músculos hasta el cerebro.
Los riñones también regulan la presión sanguínea, ya que regulan la sal, el agua y la producción de hormonas. Además, los riñones producen las hormonas responsables de la conservación de la salud de los huesos y la producción continua de glóbulos rojos, responsables de llevar oxígeno a las distintas partes del cuerpo.
Cuando los riñones tienen problemas para cumplir con esas tareas, los efectos se sienten en otros órganos y en nuestro estado de salud general. La insuficiencia renal crónica es reconocida como una de las principales causas de muerte en el mundo. Por eso es tan importante la detección temprana, el tratamiento, y el trabajo sobre las causas modificables y los factores de riesgo.
Causas y factores de riesgo de la insuficiencia renal crónica
Los síntomas asociados con la insuficiencia renal —vómitos, mareos, pérdida de peso y malestar general— recién suelen manifestarse en su fase más avanzada. Por eso es doblemente importante que quienes tienen factores de riesgo se hagan los análisis y pruebas pertinentes.
Las principales causas de la insuficiencia renal crónica son la hipertensión y la diabetes. Y los mayores factores de riesgo son las cardiopatías, la obesidad, el tabaquismo, la etnia —los afroamericanos y los latinos tienen mayor riesgo— los antecedentes familiares y problemas anatómicos congénitos en el sistema renal.
Quienes tengan algunas de esas enfermedades o factores de riesgo deberían chequearse regularmente la presión sanguínea y realizarse análisis de orina enfocados en la detección de la insuficiencia renal desde sus inicios. Los resultados de esos estudios deberían incluir una tasa de regulación glomerular —la medición del funcionamiento de los riñones— y de albúmina en orina, un indicador temprano de la enfermedad.
El uso de ciertos medicamentos de venta libre, como los antiinflamatorios no esteroides —ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco, entre otros— y los inhibidores de la bomba de protones —como el pantoprazol y el omeprazol— también están asociados con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia renal. Quienes tomen esos remedios regularmente —algo que difiere de persona a persona— deberían conversarlo con su médico, sobre todo si tienen alguno de los factores de riesgo antes mencionados.
Cómo cuidar la salud de nuestros riñones
Dado que muchos casos de hipertensión y diabetes son resultado de la alimentación, como la ingesta de sal y el sobrepeso, tomar decisiones más saludables puede tener un beneficio secundario: reducir el riesgo para los riñones.
Se ha demostrado que una dieta rica en frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa es efectiva para reducir de la presión arterial. Combinada con una menor ingesta de sal, esa dieta reduce el riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y mortalidad.
Un estudio de la Universidad Johns Hopkins hizo el seguimiento de más de 15.000 adultos durante 20 años, y demostró que esa dieta reduce el riesgo de desarrollar insuficiencia renal. Este estudio también reveló que las personas que consumen muchas carnes rojas y procesadas tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal.
Otros estudios han demostrado que una dieta vegana previene la enfermedad renal y retarda su avance.
Y como el ejercicio físico es excelente para mitigar varias causas y factores de riesgo, como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, sus efectos han sido analizados en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, un estudio a gran escala que se realiza en todo Estados Unidos. El resultado reveló que las personas con niveles más altos de actividad física, medidos por un acelerómetro y un cuestionario, tenían más probabilidades de conservar sus funciones renales intactas.
La Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos recomienda que las personas con insuficiencia renal crónica hagan ejercicio al menos tres días no consecutivos por semana, de no menos de 30 minutos por sesión.
Con información de
The whashington post