DATOS BRINDADOS POR IQVIA Y COFA
El consumo de antidepresivos no para de crecer desde el inicio de la pandemia y preocupa a los especialistas
Jueves 22 de
Septiembre 2022
Datos brindados por IQVIA y COFA indicaron el incremento en la venta de psicofármacos desde 2019, aunque se moderó en el último año. Una neuróloga dio las claves para un mejor tratamiento que no dependa del consumo de medicamentos
La actual pandemia por coronavirus que está próxima a cumplir tres años en diciembre no es la única que acecha al mundo hoy. De la mano del COVID-19, millones de personas transitan también la llamada pandemia mental, denominada así por psiquiatras, neurocientíficos y epidemiólogos para alertar del incremento de consultas y dependencia a los fármacos que se vive todavía.
Es que esta pandemia mental disparó el consumo de psicofármacos, medicamentos de venta libre, drogas y alcohol, entre otras adicciones y males psicosociales. Este panorama se muestra parejo en toda Latinoamérica. Los datos recabados por organismos oficiales y empresas de tecnología de información como IQVIA son contundentes. Esta última hizo una distinción en cuanto a lo que ocurre con los antidepresivos y los ansiolíticos, ya que es muy sensible el aumento que tuvieron los primeros en el período de 2019 a 2022, mientras el consumo de los segundos decreció, aunque levemente, ya que en el último año se vendió un 2,1% menos.
En Argentina, de acuerdo con datos de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (SEDRONAR), antes de la pandemia, el escenario ya generaba preocupación: 15 de cada 100 personas —casi 3 millones de individuos— consumía psicofármacos bajo prescripción médica.
Por su parte, según datos que IQVIA aportó a Infobae para esta nota, entre junio de 2019 y el mismo mes de 2020 la venta total de psicofármacos se incrementó en América Latina en un 10,2%; al año siguiente el aumento fue del 12,2%, mientras en el último año, es decir entre junio de 2021 y junio de 2022 el incremento fue menor: un 2,3%.
La doctora Macarena González, médica Neuróloga de la Unidad de Movimientos Anormales del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro corroboró, en diálogo con Infobae, este panorama que todavía hoy perdura: “Actualmente en el consultorio médico vemos que hay valores más grandes de consulta por problemas de salud mental. El aislamiento, la soledad, el miedo a enfermarse hizo crecer los trastornos de ansiedad y depresión en general”.
“El registro de aumento de consumo de ansiolíticos se vio incrementado durante la pandemia. Existen varios prejuicios respecto a la salud mental. Y uno de ellos es que todas las personas necesitan un tratamiento psicofarmacológico. En primer lugar se debe recurrir a la terapia psicológico conductual y si no funciona, recurrir a un médico psiquiatra. El expendio de este tipo de psicofármacos debe estar prescripto médicamente con receta doble”, manifestó González.
Además, la experta describió que, todavía se ven “secuelas de lo que fue la pandemia. Por mencionar alguna, vemos pacientes con enfermedades crónicas que dejaron de acudir a controles o de recibir sus tratamientos indicados. Es importante llevar el mensaje de que la salud mental deje de ser un tabú y para ello debemos incrementar las charlas en la comunidad y difundir que la automedicación nunca es recomendada. La psicoterapia, hacer actividad física, tener una vida saludable ayudan a solucionar gran parte de los problemas de salud mental”, sostuvo González.
El médico psiquiatra Ricardo Corral, en representación de la Asociación Argentina de Psiquiatras, señaló a Infobae la forma en cómo impactó emocionalmente la pandemia y la cuarentena en las personas. “Hubo más ansiedad, aumento del desgano, tristeza, sensación de decaimiento y, además la alteración del sueño, el insomnio. Esto fundamentalmente fue dado por el cambio de las rutinas, cada uno con su actividad, el trabajo, el estudio de los chicos”, que quedó suspendido o restringido, precisó Corral. Y agregó: “El encierro aumenta significativamente la depresión en cada grado de intensidad del encierro para hombres y mujeres”.
Y particularmente, el aumento de la conflictividad por el aislamiento y el distanciamiento, sumado a la crisis económica, la presión de la problemática intrafamiliar y el aumento de los trastornos del sueño, hizo que aumentara el consumo de psicofármacos en los últimos dos años en la Argentina, según datos revelados por el Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad elaborado por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
Incremento de venta de psicofármacos en Latinoamérica
Por su parte, Juan Manuel Santa María, gerente general de IQVIA Solutions para el Cono Sur, compañía de tecnología de información de salud e investigación clínica, llamó la atención, en diálogo con Infobae, sobre el aumento en la venta de antidepresivos en América Latina: “De todas estas, la categoría más importante en términos de venta y también en término de unidades, es decir de volumen, son los antidepresivos y los estabilizadores del ánimo. Dentro de esa categoría el principio activo más importante, el escitalopram, vino creciendo a doble dígito en los últimos cuatro años que es el que tracciona todo este tipo de productos”. La totalidad de la categoría antidepresivos “vino creciendo de a dos dígitos y en el último año, cuando ya se moderaron un poco los crecimientos, de todas formas crecen un 5,6% todos los antidepresivos y los estabilizadores del ánimo”, advirtió.
En la categoría ansiolíticos y tranquilizantes, también a nivel regional, puntualizó, “es donde figura el famoso clonazepam, cuya marca más conocida es el Rivotril, aunque hay muchas otras”. Esta droga, señaló, “en el año 2019 crecía a doble dígito y en el último año decreció en volumen a menos 2%. De hecho toda esta categoría decreció”, dijo. “Es decir, en la pandemia tuvo una desaceleración o un crecimiento similar al de años anteriores y ahora en pospandemia está disminuyendo su crecimiento”.
Si bien, “no me parece que en esta categoría de los ansiolíticos estén pasando muchas cosas, sí me parece que donde hay un crecimiento muy fuerte en toda Latinoamérica es en antidepresivos y no tanto en ansiolíticos y tranquilizantes”, subrayó. Por lo tanto, “a nivel Latinoamérica la gran moraleja es que dentro de este tipo de productos que trabaja sobre la estabilidad emocional y la ansiedad los que más se han destacado han sido los antidepresivos que crecieron mucho en los últimos años. Especialmente en el ultimo año desaceleraron pero siguen creciendo”, resumió.
De esta forma, en la región, IQVIA detectó un crecimiento de los antidepresivos de un 17,3% en 2019; 13,3% en 2020; 14,4% en 2021 y un aumento algo menor en 2022 con un 5,6%. En tanto, en los ansiolíticos subió el consumo en un 9% en 2019; un 4,9% en 2020; 6,9% en 2021 y bajó un 2,1% en 2022.
El consumo en Argentina
La evolución de las dispensas en unidades de los psicofármacos crecieron durante 2020 y 2021 en el país. Tal como expone COFA, todos los subgrupos evidenciaron aumentos, a excepción de los tranquilizantes y ansiolíticos, siendo los antidepresivos, los antipsicóticos y los hipnóticos y sedantes los de mayor porcentaje de incremento. El aumento de las dispensas de antiepilépticos podría ser a expensas del clonazepam, única benzodiacepina incluida en este grupo y utilizada como coadyuvante en las crisis convulsivas, pero muy prescripta como tranquilizante y favorecedor del descanso. El grupo de los antidepresivos y equilibrantes presentan un aumento del 9,33%.
Durante los primeros seis meses del 2022 se dispensaron aproximadamente 25,8 millones de unidades de los distintos grupos de psicofármacos. Se evidencia una baja del -2,74% con respecto a igual período de 2021. Todos los grupos tienen porcentajes de variación negativa a excepción de los antidepresivos que aumentaron un 2,77%, representado por 154.046 unidades. Según especialistas, el miedo y la incertidumbre aumentan y se acentúan en situaciones como las que provocó la pandemia.
En el relevamiento de los psicofármacos presentes entre los 100 productos más dispensados del mercado encontramos clonazepam en distintas dosis y presentaciones de cuatro laboratorios diferentes (Baliarda, InvestiFarma, Bago y Gador). También alprazolam en diferentes dosis y presentaciones de dos laboratorios (Gador y Bago), zolpidem (inductor del sueño) del laboratorio Gador, sertralina (antidepresivo) del laboratorio Raffo y Lorazepam del laboratorio Pfizer.
El total de unidades dispensadas en los primeros seis meses de 2022 superó los 10,5 millones, con una variación porcentual negativa del -5,53%. Se dispensaron 614 mil unidades menos que en los primeros seis meses de 2021. Clonazepam está en la punta con algo más de 5,5 millones de unidades. Alprazolam alcanza a los 3,1 millones de unidades aproximadamente. Sin embargo, el antidepresivo sertralina, evidencia el mayor porcentaje de aumento en sus dispensas en 2022 (10,08%).
En sus conclusiones de este año, COFA sostiene que todos los subgrupos evidenciaron una pequeña retracción respecto a 2021, a excepción de los hipnóticos y los antidepresivos, siendo éstos los de mayor porcentaje de incremento. Entre los 100 productos más dispensados del mercado, encontramos 5 ingredientes farmacéuticos activos: clonazepam, alprazolam, zolpidem, sertralina y lorazepam, en diferentes dosis y presentaciones.
El clonazepam es un fármaco del grupo de las benzodiazepinas de alta potencia que se emplea por ejemplo en el tratamiento para la epilepsia y en pacientes con diferentes tipos de trastornos psiquiátricos. Y el alprazolam —otra benzodiazepina— que se utiliza para el tratamiento de los estados de ansiedad, especialmente en las crisis de angustia, agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso.
Otros datos anteriores indican que la venta de ambos medicamentos registró una suba en el periodo enero-noviembre de 2020 respecto a igual periodo de 2019: se vendieron 187.009 unidades más de clonazepam (+3,93%) y 286.801 unidades más de alprazolam (+6,31%).
La doctora Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), destacó que “visibilizar los trastornos de salud mental es el primer paso para que todos como sociedad tomemos conciencia de su relevancia y de la importancia de su adecuado diagnóstico y abordaje integral”.
Los datos que aportó IQVIA van en el mismo sentido, ya que, indicó, en Argentina el aumento total en la venta de psicofármacos aumentó un 7,9% en 2019; 1,8% al año siguiente y 6,3% en 2021, para presentar un descenso muy leve, de apenas el 0,2% en 2022.
Santa María precisó que “en Argentina pasa algo similar” que en la totalidad de la región, ya que “los ansiolíticos crecen poco o decrecen en el último año y los antidepresivos también vienen creciendo fuertemente. Desaceleraron un poco en junio del 2020, pero en la pospandemia volvieron a crercer 7,7% y hoy en día están creciendo al 6%”. En cuánto a qué tipo de consumo se está evidenciando en las farmacias, indicó que “el factor de este crecimiento es ese principio activo que se llama sertraline y el escitalopram que son los dos más importantes y que están creciendo al 10 o 12% dependiendo del año”.
Un estudio, publicado en la revista médica The Lancet en octubre, analizó la prevalencia mundial de la depresión y los trastornos de ansiedad en 204 países y territorios en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Encontró que la salud mental disminuyó drásticamente en ese año, con un estimado de 53 millones de casos adicionales de trastornos depresivos mayores y 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad observados en todo el mundo. Se encontró que las mujeres y las personas más jóvenes se vieron más afectadas que los hombres y los adultos mayores.
Como la pandemia realmente se afianzó en la primavera de 2020, había poca comprensión de cuánto duraría la misma. Los psicólogos dicen que hubo una sorprendente cantidad de resiliencia durante los primeros meses del brote del virus, particularmente cuando muchos países entraron en bloqueos sin precedentes.
“Definitivamente hay un gran impacto en la salud mental debido a un largo período de incertidumbre y cambio que ha dejado a las personas muy aisladas y sin saber cómo conectarse. Simplemente estar en público e interactuar de una manera muy informal con extraños o conocidos leves, eso es muy regulador, creador de normas y afirmación de la realidad”, afirmó el doctor Valentine Raiteri, un psiquiatra que trabaja en Nueva York y que no participó del estudio.
“Sin duda, la pandemia ha llevado a un incremento en el número de adolescentes que reportan tener algún problema de salud mental”, señaló José Benjamín Guerrero, jefe departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “No hay que olvidar que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los adolescentes en el mundo”, insistió.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales representan el 16% de la carga mundial de enfermedades y lesiones en adolescentes”, dijo y agregó que la pobreza, el abuso y la violencia en sus diferentes formas son factores que hacen a los jóvenes más vulnerables a los problemas de salud mental.
Es que esta pandemia mental disparó el consumo de psicofármacos, medicamentos de venta libre, drogas y alcohol, entre otras adicciones y males psicosociales. Este panorama se muestra parejo en toda Latinoamérica. Los datos recabados por organismos oficiales y empresas de tecnología de información como IQVIA son contundentes. Esta última hizo una distinción en cuanto a lo que ocurre con los antidepresivos y los ansiolíticos, ya que es muy sensible el aumento que tuvieron los primeros en el período de 2019 a 2022, mientras el consumo de los segundos decreció, aunque levemente, ya que en el último año se vendió un 2,1% menos.
En Argentina, de acuerdo con datos de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (SEDRONAR), antes de la pandemia, el escenario ya generaba preocupación: 15 de cada 100 personas —casi 3 millones de individuos— consumía psicofármacos bajo prescripción médica.
Por su parte, según datos que IQVIA aportó a Infobae para esta nota, entre junio de 2019 y el mismo mes de 2020 la venta total de psicofármacos se incrementó en América Latina en un 10,2%; al año siguiente el aumento fue del 12,2%, mientras en el último año, es decir entre junio de 2021 y junio de 2022 el incremento fue menor: un 2,3%.
La doctora Macarena González, médica Neuróloga de la Unidad de Movimientos Anormales del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro corroboró, en diálogo con Infobae, este panorama que todavía hoy perdura: “Actualmente en el consultorio médico vemos que hay valores más grandes de consulta por problemas de salud mental. El aislamiento, la soledad, el miedo a enfermarse hizo crecer los trastornos de ansiedad y depresión en general”.
“El registro de aumento de consumo de ansiolíticos se vio incrementado durante la pandemia. Existen varios prejuicios respecto a la salud mental. Y uno de ellos es que todas las personas necesitan un tratamiento psicofarmacológico. En primer lugar se debe recurrir a la terapia psicológico conductual y si no funciona, recurrir a un médico psiquiatra. El expendio de este tipo de psicofármacos debe estar prescripto médicamente con receta doble”, manifestó González.
Además, la experta describió que, todavía se ven “secuelas de lo que fue la pandemia. Por mencionar alguna, vemos pacientes con enfermedades crónicas que dejaron de acudir a controles o de recibir sus tratamientos indicados. Es importante llevar el mensaje de que la salud mental deje de ser un tabú y para ello debemos incrementar las charlas en la comunidad y difundir que la automedicación nunca es recomendada. La psicoterapia, hacer actividad física, tener una vida saludable ayudan a solucionar gran parte de los problemas de salud mental”, sostuvo González.
El médico psiquiatra Ricardo Corral, en representación de la Asociación Argentina de Psiquiatras, señaló a Infobae la forma en cómo impactó emocionalmente la pandemia y la cuarentena en las personas. “Hubo más ansiedad, aumento del desgano, tristeza, sensación de decaimiento y, además la alteración del sueño, el insomnio. Esto fundamentalmente fue dado por el cambio de las rutinas, cada uno con su actividad, el trabajo, el estudio de los chicos”, que quedó suspendido o restringido, precisó Corral. Y agregó: “El encierro aumenta significativamente la depresión en cada grado de intensidad del encierro para hombres y mujeres”.
Y particularmente, el aumento de la conflictividad por el aislamiento y el distanciamiento, sumado a la crisis económica, la presión de la problemática intrafamiliar y el aumento de los trastornos del sueño, hizo que aumentara el consumo de psicofármacos en los últimos dos años en la Argentina, según datos revelados por el Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad elaborado por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
Incremento de venta de psicofármacos en Latinoamérica
Por su parte, Juan Manuel Santa María, gerente general de IQVIA Solutions para el Cono Sur, compañía de tecnología de información de salud e investigación clínica, llamó la atención, en diálogo con Infobae, sobre el aumento en la venta de antidepresivos en América Latina: “De todas estas, la categoría más importante en términos de venta y también en término de unidades, es decir de volumen, son los antidepresivos y los estabilizadores del ánimo. Dentro de esa categoría el principio activo más importante, el escitalopram, vino creciendo a doble dígito en los últimos cuatro años que es el que tracciona todo este tipo de productos”. La totalidad de la categoría antidepresivos “vino creciendo de a dos dígitos y en el último año, cuando ya se moderaron un poco los crecimientos, de todas formas crecen un 5,6% todos los antidepresivos y los estabilizadores del ánimo”, advirtió.
En la categoría ansiolíticos y tranquilizantes, también a nivel regional, puntualizó, “es donde figura el famoso clonazepam, cuya marca más conocida es el Rivotril, aunque hay muchas otras”. Esta droga, señaló, “en el año 2019 crecía a doble dígito y en el último año decreció en volumen a menos 2%. De hecho toda esta categoría decreció”, dijo. “Es decir, en la pandemia tuvo una desaceleración o un crecimiento similar al de años anteriores y ahora en pospandemia está disminuyendo su crecimiento”.
Si bien, “no me parece que en esta categoría de los ansiolíticos estén pasando muchas cosas, sí me parece que donde hay un crecimiento muy fuerte en toda Latinoamérica es en antidepresivos y no tanto en ansiolíticos y tranquilizantes”, subrayó. Por lo tanto, “a nivel Latinoamérica la gran moraleja es que dentro de este tipo de productos que trabaja sobre la estabilidad emocional y la ansiedad los que más se han destacado han sido los antidepresivos que crecieron mucho en los últimos años. Especialmente en el ultimo año desaceleraron pero siguen creciendo”, resumió.
De esta forma, en la región, IQVIA detectó un crecimiento de los antidepresivos de un 17,3% en 2019; 13,3% en 2020; 14,4% en 2021 y un aumento algo menor en 2022 con un 5,6%. En tanto, en los ansiolíticos subió el consumo en un 9% en 2019; un 4,9% en 2020; 6,9% en 2021 y bajó un 2,1% en 2022.
El consumo en Argentina
La evolución de las dispensas en unidades de los psicofármacos crecieron durante 2020 y 2021 en el país. Tal como expone COFA, todos los subgrupos evidenciaron aumentos, a excepción de los tranquilizantes y ansiolíticos, siendo los antidepresivos, los antipsicóticos y los hipnóticos y sedantes los de mayor porcentaje de incremento. El aumento de las dispensas de antiepilépticos podría ser a expensas del clonazepam, única benzodiacepina incluida en este grupo y utilizada como coadyuvante en las crisis convulsivas, pero muy prescripta como tranquilizante y favorecedor del descanso. El grupo de los antidepresivos y equilibrantes presentan un aumento del 9,33%.
Durante los primeros seis meses del 2022 se dispensaron aproximadamente 25,8 millones de unidades de los distintos grupos de psicofármacos. Se evidencia una baja del -2,74% con respecto a igual período de 2021. Todos los grupos tienen porcentajes de variación negativa a excepción de los antidepresivos que aumentaron un 2,77%, representado por 154.046 unidades. Según especialistas, el miedo y la incertidumbre aumentan y se acentúan en situaciones como las que provocó la pandemia.
En el relevamiento de los psicofármacos presentes entre los 100 productos más dispensados del mercado encontramos clonazepam en distintas dosis y presentaciones de cuatro laboratorios diferentes (Baliarda, InvestiFarma, Bago y Gador). También alprazolam en diferentes dosis y presentaciones de dos laboratorios (Gador y Bago), zolpidem (inductor del sueño) del laboratorio Gador, sertralina (antidepresivo) del laboratorio Raffo y Lorazepam del laboratorio Pfizer.
El total de unidades dispensadas en los primeros seis meses de 2022 superó los 10,5 millones, con una variación porcentual negativa del -5,53%. Se dispensaron 614 mil unidades menos que en los primeros seis meses de 2021. Clonazepam está en la punta con algo más de 5,5 millones de unidades. Alprazolam alcanza a los 3,1 millones de unidades aproximadamente. Sin embargo, el antidepresivo sertralina, evidencia el mayor porcentaje de aumento en sus dispensas en 2022 (10,08%).
En sus conclusiones de este año, COFA sostiene que todos los subgrupos evidenciaron una pequeña retracción respecto a 2021, a excepción de los hipnóticos y los antidepresivos, siendo éstos los de mayor porcentaje de incremento. Entre los 100 productos más dispensados del mercado, encontramos 5 ingredientes farmacéuticos activos: clonazepam, alprazolam, zolpidem, sertralina y lorazepam, en diferentes dosis y presentaciones.
El clonazepam es un fármaco del grupo de las benzodiazepinas de alta potencia que se emplea por ejemplo en el tratamiento para la epilepsia y en pacientes con diferentes tipos de trastornos psiquiátricos. Y el alprazolam —otra benzodiazepina— que se utiliza para el tratamiento de los estados de ansiedad, especialmente en las crisis de angustia, agorafobia, ataques de pánico y estrés intenso.
Otros datos anteriores indican que la venta de ambos medicamentos registró una suba en el periodo enero-noviembre de 2020 respecto a igual periodo de 2019: se vendieron 187.009 unidades más de clonazepam (+3,93%) y 286.801 unidades más de alprazolam (+6,31%).
La doctora Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), destacó que “visibilizar los trastornos de salud mental es el primer paso para que todos como sociedad tomemos conciencia de su relevancia y de la importancia de su adecuado diagnóstico y abordaje integral”.
Los datos que aportó IQVIA van en el mismo sentido, ya que, indicó, en Argentina el aumento total en la venta de psicofármacos aumentó un 7,9% en 2019; 1,8% al año siguiente y 6,3% en 2021, para presentar un descenso muy leve, de apenas el 0,2% en 2022.
Santa María precisó que “en Argentina pasa algo similar” que en la totalidad de la región, ya que “los ansiolíticos crecen poco o decrecen en el último año y los antidepresivos también vienen creciendo fuertemente. Desaceleraron un poco en junio del 2020, pero en la pospandemia volvieron a crercer 7,7% y hoy en día están creciendo al 6%”. En cuánto a qué tipo de consumo se está evidenciando en las farmacias, indicó que “el factor de este crecimiento es ese principio activo que se llama sertraline y el escitalopram que son los dos más importantes y que están creciendo al 10 o 12% dependiendo del año”.
Un estudio, publicado en la revista médica The Lancet en octubre, analizó la prevalencia mundial de la depresión y los trastornos de ansiedad en 204 países y territorios en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Encontró que la salud mental disminuyó drásticamente en ese año, con un estimado de 53 millones de casos adicionales de trastornos depresivos mayores y 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad observados en todo el mundo. Se encontró que las mujeres y las personas más jóvenes se vieron más afectadas que los hombres y los adultos mayores.
Como la pandemia realmente se afianzó en la primavera de 2020, había poca comprensión de cuánto duraría la misma. Los psicólogos dicen que hubo una sorprendente cantidad de resiliencia durante los primeros meses del brote del virus, particularmente cuando muchos países entraron en bloqueos sin precedentes.
“Definitivamente hay un gran impacto en la salud mental debido a un largo período de incertidumbre y cambio que ha dejado a las personas muy aisladas y sin saber cómo conectarse. Simplemente estar en público e interactuar de una manera muy informal con extraños o conocidos leves, eso es muy regulador, creador de normas y afirmación de la realidad”, afirmó el doctor Valentine Raiteri, un psiquiatra que trabaja en Nueva York y que no participó del estudio.
“Sin duda, la pandemia ha llevado a un incremento en el número de adolescentes que reportan tener algún problema de salud mental”, señaló José Benjamín Guerrero, jefe departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “No hay que olvidar que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los adolescentes en el mundo”, insistió.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales representan el 16% de la carga mundial de enfermedades y lesiones en adolescentes”, dijo y agregó que la pobreza, el abuso y la violencia en sus diferentes formas son factores que hacen a los jóvenes más vulnerables a los problemas de salud mental.
Con información de
Infobae