Rusia expulsa a más diplomáticos europeos y escala la tensión con la UE
Miércoles 18 de
Mayo 2022
Mientras la guerra se aproxima a cumplir tres meses, las batallas no solo se libran en territorio ucraniano.
Este miércoles, Rusia avanzó en la expulsión de diplomáticos europeos como represalia a las sanciones económicas y políticas contra Moscú. En paralelo, el director de la ONU, Antonio Guterres, le pidió a Putin liberar la exportación de granos ucranianos.
Con el conflicto todavía activo y sin una salida pronta a la vista, el Kremlin tomó la decisión de echar a representantes de naciones europeas y ahora también evalúa ahora salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Contra Rusia, Italia ha llevado a cabo "acciones abiertamente hostiles y sin motivación". Con esta acusación, en referencia a la expulsión de 30 diplomáticos rusos el mes pasado, Moscú decidió expulsar a 24 funcionarios italianos de la embajada, oficinas consulares e ICE en Rusia.
La respuesta -que acompaña a otras similares decididas contra Francia (34) y España (27)- se hizo esperar un mes y medio. Un tiempo que evidentemente no fue suficiente para apaciguar la ira de Moscú, y tal vez para hacerle usar una mirada especial hacia un país considerado amigo, hasta que la invasión de Ucrania propició una dura respuesta unida de la UE, incluida Italia.
"Es un acto hostil, pero no debemos interrumpir las relaciones diplomáticas" con Rusia, fue la primera reacción del primer ministro italiano, Mario Draghi, quien explicó que "si se logra la paz, se logrará a través de esos canales diplomáticos".
Una clave sobre la que también volvió a dar la campanada la el embajador Giorgio Starace, convocado en la mañana al rascacielos de la era estalinista con la hoz y el martillo en la plaza Smolenskaya, donde tiene su sede el Ministerio de Relaciones Exteriores, fue informado de que los 24 italianos declarados 'personas no gratas' deberán abandonar territorio ruso dentro de 8 días.
El mismo tiempo concedido a los 30 rusos, todos acreditados en la embajada en Roma en los sectores administrativo, comercial y de defensa, expulsados de Italia el 5 de abril.
Ese día España había anunciado una medida similar para 25 rusos, mientras que 24 horas antes había sido el turno de Francia de invitar a 41 diplomáticos moscovitas a abandonar el país.
Una "acción coordinada a nivel europeo", había subrayado Draghi. Y, de hecho, decenas de diplomáticos rusos también habían sido expulsados ;;de otros países de la UE. La reacción de ellos, sin embargo, fue mucho más rápida: diez días después Moscú ordenó la salida de 40 diplomáticos alemanes y a 18 del servicio en la representación de la Unión Europea en Rusia.
Francia y España expresaron una fuerte condena a las represalias diplomáticas de Moscú. La decisión "no tiene base legítima", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de París, afirmando que los rusos expulsados ;;;;eran de hecho "agentes que actúan en territorio francés con estatus diplomático, operando contra los intereses de seguridad" del país transalpino.
Con el conflicto todavía activo y sin una salida pronta a la vista, el Kremlin tomó la decisión de echar a representantes de naciones europeas y ahora también evalúa ahora salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Contra Rusia, Italia ha llevado a cabo "acciones abiertamente hostiles y sin motivación". Con esta acusación, en referencia a la expulsión de 30 diplomáticos rusos el mes pasado, Moscú decidió expulsar a 24 funcionarios italianos de la embajada, oficinas consulares e ICE en Rusia.
La respuesta -que acompaña a otras similares decididas contra Francia (34) y España (27)- se hizo esperar un mes y medio. Un tiempo que evidentemente no fue suficiente para apaciguar la ira de Moscú, y tal vez para hacerle usar una mirada especial hacia un país considerado amigo, hasta que la invasión de Ucrania propició una dura respuesta unida de la UE, incluida Italia.
"Es un acto hostil, pero no debemos interrumpir las relaciones diplomáticas" con Rusia, fue la primera reacción del primer ministro italiano, Mario Draghi, quien explicó que "si se logra la paz, se logrará a través de esos canales diplomáticos".
Una clave sobre la que también volvió a dar la campanada la el embajador Giorgio Starace, convocado en la mañana al rascacielos de la era estalinista con la hoz y el martillo en la plaza Smolenskaya, donde tiene su sede el Ministerio de Relaciones Exteriores, fue informado de que los 24 italianos declarados 'personas no gratas' deberán abandonar territorio ruso dentro de 8 días.
El mismo tiempo concedido a los 30 rusos, todos acreditados en la embajada en Roma en los sectores administrativo, comercial y de defensa, expulsados de Italia el 5 de abril.
Ese día España había anunciado una medida similar para 25 rusos, mientras que 24 horas antes había sido el turno de Francia de invitar a 41 diplomáticos moscovitas a abandonar el país.
Una "acción coordinada a nivel europeo", había subrayado Draghi. Y, de hecho, decenas de diplomáticos rusos también habían sido expulsados ;;de otros países de la UE. La reacción de ellos, sin embargo, fue mucho más rápida: diez días después Moscú ordenó la salida de 40 diplomáticos alemanes y a 18 del servicio en la representación de la Unión Europea en Rusia.
Francia y España expresaron una fuerte condena a las represalias diplomáticas de Moscú. La decisión "no tiene base legítima", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de París, afirmando que los rusos expulsados ;;;;eran de hecho "agentes que actúan en territorio francés con estatus diplomático, operando contra los intereses de seguridad" del país transalpino.
Con información de
Ámbito