Sánchez anuncia una "nueva etapa" en las relaciones con Rabat
Miércoles 23 de
Marzo 2022
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dio este miércoles por finiquitada la crisis que ha enfrentado a España y Marruecos durante 10 meses.
Este cambio en las relaciones ha sido posible gracias al polémico giro político de su Gobierno, que por primera vez ha considerado aceptable la autonomía para el Sáhara Occidental propuesta por Rabat.
Sánchez ha celebrado la "nueva relación" con Marruecos durante una visita a las ciudades de Ceuta y Melilla.
"El resultado de todas esas negociaciones es un buen resultado para España y es un buen resultado también para Marruecos (...) Pero creo que no es solamente cerrar ese capítulo. Lo más importante es que sentamos las bases de una relación mucho más sólida, mucho más fuerte y con el Reino de Marruecos", señaló.
"Y en ese sentido creo que hay aspectos que se consolidan en esta nueva relación, vinculados con la seguridad, vinculados con el control migratorio, relacionados también con los sólidos vínculos económicos y comerciales que tenemos con Marruecos y lógicamente, también construyendo una relación sólida y sincera, basada en el respeto mutuo y a la integridad territorial de ambos países. A mí me parece que es una extraordinaria noticia para España y también para Marruecos".
Sánchez argumentó que de esta manera Madrid se alinea con la posición sobre el Sáhara defendida por Francia, Alemania o la Comisión Europea. No obstante, evitó abordar la espinosa cuestión de cómo afectará esto a las relaciones con Argelia.
"Este es un acuerdo entre el Gobierno de España y el Reino de Marruecos y, efectivamente, nosotros con Argelia tenemos también unas extraordinarias relaciones", aseguró.
Paralelamente, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, defendió la nueva posición del Gobierno ante el Parlamento español.
"España tiene que dejar de ser un espectador y hablar internamente de la cuestión del Sáhara y jugar internacionalmente junto con el enviado especial para resolver una cuestión que dura 46 años, señorías", afirmó Albares.
El cambio de postura del Gobierno de Sánchez ha desatado una tormenta política en España y provocado un gran enfado en Argelia, que ha retirado a su embajador de Madrid.
Esto se debe a que Argelia, además de enemiga declarada de Marruecos, es la gran valedora del Frente Polisario, que reclama la autodeterminación del Sáhara.
El problema es que el país magrebí también suministra a España el 40 por ciento del gas que consume y existe el riesgo de que utilice esa dependencia como medio de represalia contra Madrid en el peor momento, cuando Europa se encuentra inmersa en una crisis energética.
Sánchez ha celebrado la "nueva relación" con Marruecos durante una visita a las ciudades de Ceuta y Melilla.
"El resultado de todas esas negociaciones es un buen resultado para España y es un buen resultado también para Marruecos (...) Pero creo que no es solamente cerrar ese capítulo. Lo más importante es que sentamos las bases de una relación mucho más sólida, mucho más fuerte y con el Reino de Marruecos", señaló.
"Y en ese sentido creo que hay aspectos que se consolidan en esta nueva relación, vinculados con la seguridad, vinculados con el control migratorio, relacionados también con los sólidos vínculos económicos y comerciales que tenemos con Marruecos y lógicamente, también construyendo una relación sólida y sincera, basada en el respeto mutuo y a la integridad territorial de ambos países. A mí me parece que es una extraordinaria noticia para España y también para Marruecos".
Sánchez argumentó que de esta manera Madrid se alinea con la posición sobre el Sáhara defendida por Francia, Alemania o la Comisión Europea. No obstante, evitó abordar la espinosa cuestión de cómo afectará esto a las relaciones con Argelia.
"Este es un acuerdo entre el Gobierno de España y el Reino de Marruecos y, efectivamente, nosotros con Argelia tenemos también unas extraordinarias relaciones", aseguró.
Paralelamente, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, defendió la nueva posición del Gobierno ante el Parlamento español.
"España tiene que dejar de ser un espectador y hablar internamente de la cuestión del Sáhara y jugar internacionalmente junto con el enviado especial para resolver una cuestión que dura 46 años, señorías", afirmó Albares.
El cambio de postura del Gobierno de Sánchez ha desatado una tormenta política en España y provocado un gran enfado en Argelia, que ha retirado a su embajador de Madrid.
Esto se debe a que Argelia, además de enemiga declarada de Marruecos, es la gran valedora del Frente Polisario, que reclama la autodeterminación del Sáhara.
El problema es que el país magrebí también suministra a España el 40 por ciento del gas que consume y existe el riesgo de que utilice esa dependencia como medio de represalia contra Madrid en el peor momento, cuando Europa se encuentra inmersa en una crisis energética.
Con información de
Euro News