España: Inmunólogos contra la tercera dosis: «No tiene sentido revacunar del Covid a personas jóvenes y sanas»
Sábado 15 de
Enero 2022
Advierten contra el riesgo de inmunizar en periodos tan cortos de tiempo, sobre todo en las personas que ya se han infectado con Ómicron
La sexta ola avanza y la consigna es vacunar, vacunar y vacunar. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han avalado la administración de una tercera dosis de recuerdo a toda la población adulta, a los mayores de 18 años y una cuarta para la población vulnerable. Los técnicos de salud pública también han acordado reducir de seis a cinco meses el intervalo de vacunación entre dosis. La decisión obedece a la reducción de la eficacia en el tiempo de las vacunas, según explicó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que compareció para informar de los acuerdos de la Comisión de Salud Pública. La decisión de Sanidad no cambia es el tiempo que deben esperar a inyectarse las personas que se están infectando.
Quienes tengan pendiente la dosis de refuerzo y no se la hayan podido poner por haberse contagiado en esta sexta ola deberán aguardar cuatro semanas antes de inocularse la tercera dosis, sea cual sea su edad.
Sin descanso
Pero la decisión de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad de reforzar a toda la población adulta no cuenta con el aval incondicional de todos los expertos. En la comisión de Salud Pública participan epidemiólogos, pero no inmunólogos, quienes conocen mejor el sistema inmunitario y cómo se reacciona a las vacunas o a la infección.
Desde la Sociedad Española de Inmunología insisten en su mensaje: «No tiene sentido dar una tercera dosis a personas sanas y jóvenes, como es el grupo entre 18 y 40 años. Y, más aún cuando muchas de ellas acaban de contagiarse con la variante Ómicron y ya han adquirido un refuerzo natural». Carmen Cámara, inmunóloga del Hospital La Paz de Madrid y secretaria de esta sociedad científica advierte de que inyectar a las cuatro semanas de haber pasado Ómicron es «una locura» desde el punto de vista inmunológico».
Cámara explica que el sistema inmunológico necesita descansar, «no podemos seguir vacunando en tiempos tan cortos y sin dejar descansar entre dosis. «Corremos el riesgo de ‘tolerizar’, que nos acostumbremos al mismo estímulo. Solo tendría sentido reforzar con un nuevo tipo de vacuna como las que están por llegar», aconseja.
Un sistema inmune exhausto
En la misma línea insiste África González, expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo. «Aquellos que pasaron la enfermedad y recibieron la pauta completa no necesitarían vacunarse, pues ya han tenido un refuerzo». Opina esta especialista que si se inocula de forma repetida y en poco tiempo con la misma vacuna a personas sanas se puede conseguir el efecto opuesto. «Esto sería como contar con un ejército para ir a la guerra donde siempre se llama a los mismos soldados, sin dejarles descansar. Al final están agotados, no actúan adecuadamente, están extenuados. Al utilizar la misma vacuna estamos movilizando siempre a los mismos soldados», argumenta. En personas inmunodeprimidas o con patologías de riesgo sí estaría indicado el refuerzo, indica.
Personalizar la dosis en los vulnerables
La estrategia de vacunación del Ministerio de Sanidad también lo valora. Las personas trasplantadas, con VIH, tratamiento oncológico o con síndrome de Down (con un mayor riesgo cardiovascular) seguirán recibiendo refuerzos. Fueron de los primeros a los que se autorizó una tercera dosis el pasado mes de septiembre y ahora Sanidad ha aprobado una cuarta. Se les inoculará cinco meses después de que hayan recibido el tercer pinchazo. Todos, unas 120.000 personas, recibirán una dosis de la vacuna de ARN, de Pfizer o de Moderna.
Otra opción «más razonable» sería seleccionar mejor a quien se refuerza dentro de este colectivo de vulnerables, según la doctora Cámara. «No hay muchos en este colectivo, sería mejor seleccionar a los pacientes que no han respondido a las primeras tres dosis de la vacuna».
Quienes tengan pendiente la dosis de refuerzo y no se la hayan podido poner por haberse contagiado en esta sexta ola deberán aguardar cuatro semanas antes de inocularse la tercera dosis, sea cual sea su edad.
Sin descanso
Pero la decisión de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad de reforzar a toda la población adulta no cuenta con el aval incondicional de todos los expertos. En la comisión de Salud Pública participan epidemiólogos, pero no inmunólogos, quienes conocen mejor el sistema inmunitario y cómo se reacciona a las vacunas o a la infección.
Desde la Sociedad Española de Inmunología insisten en su mensaje: «No tiene sentido dar una tercera dosis a personas sanas y jóvenes, como es el grupo entre 18 y 40 años. Y, más aún cuando muchas de ellas acaban de contagiarse con la variante Ómicron y ya han adquirido un refuerzo natural». Carmen Cámara, inmunóloga del Hospital La Paz de Madrid y secretaria de esta sociedad científica advierte de que inyectar a las cuatro semanas de haber pasado Ómicron es «una locura» desde el punto de vista inmunológico».
Cámara explica que el sistema inmunológico necesita descansar, «no podemos seguir vacunando en tiempos tan cortos y sin dejar descansar entre dosis. «Corremos el riesgo de ‘tolerizar’, que nos acostumbremos al mismo estímulo. Solo tendría sentido reforzar con un nuevo tipo de vacuna como las que están por llegar», aconseja.
Un sistema inmune exhausto
En la misma línea insiste África González, expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo. «Aquellos que pasaron la enfermedad y recibieron la pauta completa no necesitarían vacunarse, pues ya han tenido un refuerzo». Opina esta especialista que si se inocula de forma repetida y en poco tiempo con la misma vacuna a personas sanas se puede conseguir el efecto opuesto. «Esto sería como contar con un ejército para ir a la guerra donde siempre se llama a los mismos soldados, sin dejarles descansar. Al final están agotados, no actúan adecuadamente, están extenuados. Al utilizar la misma vacuna estamos movilizando siempre a los mismos soldados», argumenta. En personas inmunodeprimidas o con patologías de riesgo sí estaría indicado el refuerzo, indica.
Personalizar la dosis en los vulnerables
La estrategia de vacunación del Ministerio de Sanidad también lo valora. Las personas trasplantadas, con VIH, tratamiento oncológico o con síndrome de Down (con un mayor riesgo cardiovascular) seguirán recibiendo refuerzos. Fueron de los primeros a los que se autorizó una tercera dosis el pasado mes de septiembre y ahora Sanidad ha aprobado una cuarta. Se les inoculará cinco meses después de que hayan recibido el tercer pinchazo. Todos, unas 120.000 personas, recibirán una dosis de la vacuna de ARN, de Pfizer o de Moderna.
Otra opción «más razonable» sería seleccionar mejor a quien se refuerza dentro de este colectivo de vulnerables, según la doctora Cámara. «No hay muchos en este colectivo, sería mejor seleccionar a los pacientes que no han respondido a las primeras tres dosis de la vacuna».
Con información de
ABC