La NASA descubre un gemelo de nuestro Sol
Viernes 06 de
Agosto 2021
Se trata de una estrella cercana que tendría unos 600 millones de años. Una versión joven de nuestra propia estrella.
Ha sido bautizada como Kappa 1 Ceti y tiene una masa, radio, temperatura y brillo similares al Sol. La estrella se encuentra a unos 30 años luz de distancia de la Tierra, según ha explicado el equipo del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland (EE. UU.).
Este gemelo del Sol tendría entre 600 y 750 millones de años, lo que representaría una versión más jovencita de nuestro Sol, ya que nuestra estrella se considera de mediana edad, con 4.600 millones de años.
Rastrear el pasado del Sol
El hecho de encontrar una estrella parecida aunque con “unos cuantos años” menos podría ayudarnos a comprender las condiciones en el sistema solar temprano y cómo se formó la vida en la Tierra. Y, afortunadamente, la Vía Láctea cuenta con más de 100.000 millones de estrellas, de las que una de cada diez comparte características con nuestro Sol, una característica que podemos aprovechar para analizar las primeras etapas de desarrollo de estrellas similares a la nuestra.
"Imagínese que quiero reproducir una foto de un bebé de un adulto cuando tenía uno o dos años, y todas sus fotos se borraron o se perdieron. Ahora miraría una foto de ellos y las fotos de sus parientes cercanos de esa edad y, a partir de ahí, reconstruiría las fotos de sus bebés", dijo Vladimir Airapetian, astrofísico principal de la División de Heliofísica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt. Maryland y primer autor del nuevo estudio. "Ese es el tipo de proceso que estamos siguiendo aquí: observar las características de una estrella joven similar a la nuestra, para comprender mejor cómo era nuestra propia estrella en su juventud y qué le permitió fomentar la vida en uno de sus planetas cercanos".
El Sol está en la mitad de su vida
Los científicos creen que el Sol podría haber girado tres veces más rápido en sus años más jóvenes en comparación con la actualidad. Lo más probable es que tuviera un campo magnético más fuerte y emitiera una radiación más intensa. Si la Tierra ya existía en ese momento, el impacto de las partículas solares podría experimentarse en todo el mundo y no solo en sus polos.
Esta estrella, Kappa 1 Ceti, tiene, además, aproximadamente la misma edad que tenía nuestro Sol cuando se desarrolló la vida en la Tierra.
Para localizarla, los astrónomos de la NASA se basaron en datos recopilados de varias misiones espaciales dispares, como el Satélite de exploración de exoplanetas en tránsito de la NASA, el Telescopio espacial Hubble de la NASA / ESA, el XMM-Newton de la ESA y las misiones NICER.
Múltiples agencias espaciales han enviado instrumentos al espacio capaces de medir los vientos estelares del sol, pero aún no es posible observar directamente el viento estelar de otras estrellas de nuestra galaxia, como Kappa 1 Ceti, porque están demasiado lejos. Estudiar los vientos estelares es relevante porque puede tener un impacto significativo en los planetas en cualquier etapa de la vida. Sabemos que las estrellas más jóvenes tienden a generar vientos estelares más calientes y vigorosos y erupciones de plasma más poderosas que las estrellas más viejas.
Así, comprender cómo era el Sol cuando la Tierra se estaba desarrollando ayudará a refinar la búsqueda de estrellas con exoplanetas que podrían albergar vida en el futuro.
Este gemelo del Sol tendría entre 600 y 750 millones de años, lo que representaría una versión más jovencita de nuestro Sol, ya que nuestra estrella se considera de mediana edad, con 4.600 millones de años.
Rastrear el pasado del Sol
El hecho de encontrar una estrella parecida aunque con “unos cuantos años” menos podría ayudarnos a comprender las condiciones en el sistema solar temprano y cómo se formó la vida en la Tierra. Y, afortunadamente, la Vía Láctea cuenta con más de 100.000 millones de estrellas, de las que una de cada diez comparte características con nuestro Sol, una característica que podemos aprovechar para analizar las primeras etapas de desarrollo de estrellas similares a la nuestra.
"Imagínese que quiero reproducir una foto de un bebé de un adulto cuando tenía uno o dos años, y todas sus fotos se borraron o se perdieron. Ahora miraría una foto de ellos y las fotos de sus parientes cercanos de esa edad y, a partir de ahí, reconstruiría las fotos de sus bebés", dijo Vladimir Airapetian, astrofísico principal de la División de Heliofísica del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt. Maryland y primer autor del nuevo estudio. "Ese es el tipo de proceso que estamos siguiendo aquí: observar las características de una estrella joven similar a la nuestra, para comprender mejor cómo era nuestra propia estrella en su juventud y qué le permitió fomentar la vida en uno de sus planetas cercanos".
El Sol está en la mitad de su vida
Los científicos creen que el Sol podría haber girado tres veces más rápido en sus años más jóvenes en comparación con la actualidad. Lo más probable es que tuviera un campo magnético más fuerte y emitiera una radiación más intensa. Si la Tierra ya existía en ese momento, el impacto de las partículas solares podría experimentarse en todo el mundo y no solo en sus polos.
Esta estrella, Kappa 1 Ceti, tiene, además, aproximadamente la misma edad que tenía nuestro Sol cuando se desarrolló la vida en la Tierra.
Para localizarla, los astrónomos de la NASA se basaron en datos recopilados de varias misiones espaciales dispares, como el Satélite de exploración de exoplanetas en tránsito de la NASA, el Telescopio espacial Hubble de la NASA / ESA, el XMM-Newton de la ESA y las misiones NICER.
Múltiples agencias espaciales han enviado instrumentos al espacio capaces de medir los vientos estelares del sol, pero aún no es posible observar directamente el viento estelar de otras estrellas de nuestra galaxia, como Kappa 1 Ceti, porque están demasiado lejos. Estudiar los vientos estelares es relevante porque puede tener un impacto significativo en los planetas en cualquier etapa de la vida. Sabemos que las estrellas más jóvenes tienden a generar vientos estelares más calientes y vigorosos y erupciones de plasma más poderosas que las estrellas más viejas.
Así, comprender cómo era el Sol cuando la Tierra se estaba desarrollando ayudará a refinar la búsqueda de estrellas con exoplanetas que podrían albergar vida en el futuro.
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