El científico que alimentó los bulos de la pandemia
Miércoles 21 de
Julio 2021
El investigador alemán Harald Walach publicó en junio dos estudios que aseguraban que las vacunas contra la covid provocan casi las mismas muertes que evitan y que las mascarillas son peligrosas para los niños
La comunidad científica todavía se pregunta cómo ha podido ocurrir. Un investigador defensor de la homeopatía y otras pseudociencias, el alemán Harald Walach, logró publicar el pasado junio dos estudios de alto impacto en los que afirmaba que las vacunas contra la covid provocan prácticamente las mismas muertes que evitan y que las mascarillas son peligrosas para los niños. Ambos artículos se basan en cálculos chapuceros y sus conclusiones son totalmente erróneas. Las dos revistas especializadas que los publicaron, Vaccines y JAMA Pediatrics, han dado marcha atrás en pocos días y los han retractado. La Universidad de Poznan (Polonia), en la que trabajaba Walach, ha anunciado que no renovará el contrato del investigador. El médico alemán Edzard Ernst, azote de las pseudociencias, ha lanzado en su blog una pregunta que muchos otros se hacen: “¿El profesor Harald Walach es un incompetente o es un mentiroso?”.
Walach, un psicólogo de 64 años sin formación en virus ni en vacunas, tiene una trayectoria extravagante. Una de sus últimas investigaciones, basada en encuestas a 10 cristianos católicos, llega a la conclusión de que rezar el rosario “puede generar beneficios para la salud”. En otros estudios anteriores da pábulo a supuestos casos de sanación a distancia. Y también ha lanzado teorías con abstrusos conceptos de la física cuántica para intentar explicar presuntos fenómenos parapsicológicos, como la telepatía. En 2012, Walach fue nombrado “pseudocientífico del año” por la Sociedad para el Pensamiento Crítico de Austria.
Pese a este currículum, Walach publicó el 24 de junio, en la revista Vaccines, un estudio que afirmaba que las vacunas contra la covid matan a dos personas por cada tres que salvan. Varios miembros del comité editorial de la revista, como el virólogo austriaco Florian Krammer y la inmunóloga británica Katie Ewer, anunciaron su dimisión al conocer la publicación del artículo, que fue inmediatamente difundido por los movimientos antivacunas y negacionistas de la pandemia. Vaccines retractó el estudio el 2 de julio, tras constatar que Walach había hecho sus cálculos con una base de datos de Países Bajos que incluía todos los problemas de salud observados tras la vacunación, aunque no tuviesen nada que ver con la inyección. La vacunóloga neozelandesa Helen Petousis Harris, que dimitió del comité editorial y regresó tras la retractación, lo resumió así: “Si analizas una basura de datos, obtienes una basura de conclusiones”.
Walach, un psicólogo de 64 años sin formación en virus ni en vacunas, tiene una trayectoria extravagante. Una de sus últimas investigaciones, basada en encuestas a 10 cristianos católicos, llega a la conclusión de que rezar el rosario “puede generar beneficios para la salud”. En otros estudios anteriores da pábulo a supuestos casos de sanación a distancia. Y también ha lanzado teorías con abstrusos conceptos de la física cuántica para intentar explicar presuntos fenómenos parapsicológicos, como la telepatía. En 2012, Walach fue nombrado “pseudocientífico del año” por la Sociedad para el Pensamiento Crítico de Austria.
Pese a este currículum, Walach publicó el 24 de junio, en la revista Vaccines, un estudio que afirmaba que las vacunas contra la covid matan a dos personas por cada tres que salvan. Varios miembros del comité editorial de la revista, como el virólogo austriaco Florian Krammer y la inmunóloga británica Katie Ewer, anunciaron su dimisión al conocer la publicación del artículo, que fue inmediatamente difundido por los movimientos antivacunas y negacionistas de la pandemia. Vaccines retractó el estudio el 2 de julio, tras constatar que Walach había hecho sus cálculos con una base de datos de Países Bajos que incluía todos los problemas de salud observados tras la vacunación, aunque no tuviesen nada que ver con la inyección. La vacunóloga neozelandesa Helen Petousis Harris, que dimitió del comité editorial y regresó tras la retractación, lo resumió así: “Si analizas una basura de datos, obtienes una basura de conclusiones”.
Con información de
El País