La embarazada crítica demanda una atención especial para la que hay que estar preparado
Por:
Analía Filosi
Martes 13 de
Julio 2021
En Uruguay no existe una formación específica al respecto, pero a eso se apunta tal como a la creación de un CTI propio. Por estos días se publica un libro de autores uruguayos sobre el tema.
El embarazo es un estado normal, un estado natural fisiológico de la mujer. Pero para poder afrontar todas sus exigencias, el cuerpo de la embarazada sufre toda una serie de modificaciones que hacen que, cuando se enferma, las características sean diferentes a las de cualquier otro paciente y pueda terminar siendo lo que se conoce en medicina como una “embarazada crítica”.
“La embarazada tiene las patologías que son exclusivas del embarazo como, por ejemplo, la preeclampsia o la hemorragia posparto, pero también está expuesta a descompensaciones o agravamiento de patologías que ya tenía previamente. Muchas veces en el embarazo se desenmascara una patología de la que la mujer no sabía que era portadora, por ejemplo, una cardiopatía congénita. Y después están todas aquellas patologías que son intercurrentes, o sea que ocurren durante el embarazo, como puede ser una neumonía”, explicó la intensivista, emergentóloga y cardióloga Anabela Fernández, coordinadora del libro Manejo de la embarazada crítica y potencialmente grave que en breve se lanzará en nuestro país.
Es por esta razón que la paciente embarazada crítica es un desafío para todo el equipo médico o de salud.
“Primero que nada porque tenemos dos pacientes, la madre y el feto; tenemos que salvar al binomio madre-hijo y evitar que tengan secuelas”, destacó Fernández en diálogo con El País.
Eso hace que el personal de salud que actúa en estos casos deba estar especialmente adiestrado. Por un lado, necesita tener un manejo de la medicina de urgencia y, por otro, debe contar con un conocimiento en medicina materno fetal.
Actualmente no existe una formación específica en Facultad de Medicina para el abordaje de la embarazada crítica, pero los profesionales que trabajan en esta área, desde sus diferentes cátedras, buscan su creación.
“Si bien desde la medicina intensiva hay algunos teóricos, la obstetricia crítica es una subespecialidad dentro de especialidades muy grandes como son la medicina intensiva o la gineco-obstetricia, que abarcan muchos aspectos de la mujer embarazada”, apuntó la especialista.
Afortunadamente estas pacientes no son demasiado frecuentes, “pero no son raras para nada”, advirtió.
“Entonces realmente se necesita estar adiestrado en este tipo de patologías para saberlas sobre todo reconocer precozmente y evitar la evolución hacia complicaciones mayores, que además pueden llevar a la muerte de la madre, del hijo o del binomio madre-hijo o dejar graves secuelas”, alertó.
Fernández indicó que se hace necesario que haya un engranaje perfecto entre varias disciplinas o especialidades para atender a estas pacientes.
“La idea es contribuir en la capacitación de todo el personal de salud en estos escenarios de urgencia y emergencia”, manifestó quien es, además, presidenta del Comité de Obstetricia Crítica de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) y responsable de la Unidad Docente Asistencial de Patologías Graves y Potencialmente Graves de Sanidad Militar (ASSE).
Predisposición a estas patologías.
“Independientemente de la valoración que uno pueda hacer del riesgo obstétrico que tenga una paciente, estas complicaciones, que son graves o potencialmente graves, son inesperadas e impredecibles. O sea, toda mujer embarazada está expuesta a tenerlas y no es posible predecir exactamente cuáles son las que van a desarrollar complicaciones”, explicó Fernández.
Quizás si una paciente tuvo un estado hipertensivo en su primer embarazo lo tenga en el próximo, pero si se trata del primero no es posible saberlo.
Tampoco es algo que dependa de la edad de la mujer porque se han visto complicaciones en adolescentes, mientras que está comprobado que a mayor edad también mayores son los riesgos en un embarazo.
“Aunque se trate de mujeres jóvenes, el tener el primer embarazo en edades cada vez mayores aumenta el riesgo porque ya tienen otros factores de riesgo como ser hipertensas o tener sobrepeso”, acotó Fernández.
Diagnóstico oportuno.
En estos casos lo que se necesita es un reconocimiento oportuno y precoz de que la paciente está en riesgo.
“En las embarazadas hay una adaptación del organismo al embarazo, que es natural. El organismo tiene que mantener la vida de la paciente y el crecimiento del bebé. Entonces tenemos que saber reconocer precozmente esos signos de alarma temprana para evitar retrasos en el diagnóstico y así implementar un tratamiento oportuno y adecuado”, subrayó la especialista.
Fernández agregó que a veces no es fácil distinguir cuándo las embarazadas están en situaciones de gravedad “porque la paciente obstétrica no es ni comparable ni extrapolable a la situación de un adulto en estado crítico, entonces amerita un manejo con un enfoque, además de multidisciplinario, diferente de cualquier otro paciente”.
De allí el desafío que significa tratar a una embarazada crítica o potencialmente grave para todo el personal de la salud. “Es una situación independiente muchas veces de la valoración del riesgo obstétrico”, sentenció Fernández.
“La embarazada tiene las patologías que son exclusivas del embarazo como, por ejemplo, la preeclampsia o la hemorragia posparto, pero también está expuesta a descompensaciones o agravamiento de patologías que ya tenía previamente. Muchas veces en el embarazo se desenmascara una patología de la que la mujer no sabía que era portadora, por ejemplo, una cardiopatía congénita. Y después están todas aquellas patologías que son intercurrentes, o sea que ocurren durante el embarazo, como puede ser una neumonía”, explicó la intensivista, emergentóloga y cardióloga Anabela Fernández, coordinadora del libro Manejo de la embarazada crítica y potencialmente grave que en breve se lanzará en nuestro país.
Es por esta razón que la paciente embarazada crítica es un desafío para todo el equipo médico o de salud.
“Primero que nada porque tenemos dos pacientes, la madre y el feto; tenemos que salvar al binomio madre-hijo y evitar que tengan secuelas”, destacó Fernández en diálogo con El País.
Eso hace que el personal de salud que actúa en estos casos deba estar especialmente adiestrado. Por un lado, necesita tener un manejo de la medicina de urgencia y, por otro, debe contar con un conocimiento en medicina materno fetal.
Actualmente no existe una formación específica en Facultad de Medicina para el abordaje de la embarazada crítica, pero los profesionales que trabajan en esta área, desde sus diferentes cátedras, buscan su creación.
“Si bien desde la medicina intensiva hay algunos teóricos, la obstetricia crítica es una subespecialidad dentro de especialidades muy grandes como son la medicina intensiva o la gineco-obstetricia, que abarcan muchos aspectos de la mujer embarazada”, apuntó la especialista.
Afortunadamente estas pacientes no son demasiado frecuentes, “pero no son raras para nada”, advirtió.
“Entonces realmente se necesita estar adiestrado en este tipo de patologías para saberlas sobre todo reconocer precozmente y evitar la evolución hacia complicaciones mayores, que además pueden llevar a la muerte de la madre, del hijo o del binomio madre-hijo o dejar graves secuelas”, alertó.
Fernández indicó que se hace necesario que haya un engranaje perfecto entre varias disciplinas o especialidades para atender a estas pacientes.
“La idea es contribuir en la capacitación de todo el personal de salud en estos escenarios de urgencia y emergencia”, manifestó quien es, además, presidenta del Comité de Obstetricia Crítica de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) y responsable de la Unidad Docente Asistencial de Patologías Graves y Potencialmente Graves de Sanidad Militar (ASSE).
Predisposición a estas patologías.
“Independientemente de la valoración que uno pueda hacer del riesgo obstétrico que tenga una paciente, estas complicaciones, que son graves o potencialmente graves, son inesperadas e impredecibles. O sea, toda mujer embarazada está expuesta a tenerlas y no es posible predecir exactamente cuáles son las que van a desarrollar complicaciones”, explicó Fernández.
Quizás si una paciente tuvo un estado hipertensivo en su primer embarazo lo tenga en el próximo, pero si se trata del primero no es posible saberlo.
Tampoco es algo que dependa de la edad de la mujer porque se han visto complicaciones en adolescentes, mientras que está comprobado que a mayor edad también mayores son los riesgos en un embarazo.
“Aunque se trate de mujeres jóvenes, el tener el primer embarazo en edades cada vez mayores aumenta el riesgo porque ya tienen otros factores de riesgo como ser hipertensas o tener sobrepeso”, acotó Fernández.
Diagnóstico oportuno.
En estos casos lo que se necesita es un reconocimiento oportuno y precoz de que la paciente está en riesgo.
“En las embarazadas hay una adaptación del organismo al embarazo, que es natural. El organismo tiene que mantener la vida de la paciente y el crecimiento del bebé. Entonces tenemos que saber reconocer precozmente esos signos de alarma temprana para evitar retrasos en el diagnóstico y así implementar un tratamiento oportuno y adecuado”, subrayó la especialista.
Fernández agregó que a veces no es fácil distinguir cuándo las embarazadas están en situaciones de gravedad “porque la paciente obstétrica no es ni comparable ni extrapolable a la situación de un adulto en estado crítico, entonces amerita un manejo con un enfoque, además de multidisciplinario, diferente de cualquier otro paciente”.
De allí el desafío que significa tratar a una embarazada crítica o potencialmente grave para todo el personal de la salud. “Es una situación independiente muchas veces de la valoración del riesgo obstétrico”, sentenció Fernández.